sábado, 24 de octubre de 2020

Feria del Ganado

 Hoy quiero rememorar una tradición que muchas personas la han vivido  en primera persona  y otras la recordarán como es mi caso  de oidas de abuelos o familiares. Para que nunca caiga en el olvido creo  esta publicación de esas grandes ferias celebradas con entusiasmo por los habitantes de esos pueblos de nuestra querida Almería.  Me refiero, a las Ferias del Ganado.

Las ferias y mercados en general han jugado un significativo papel social, económico y cultural en la sociedad rural tradicional española. Específicamente, las ferias y mercados de ganado constituyeron en su momento el sistema tradicional del comercio pecuario, y todavía mantienen en la actualidad su relevancia social y económica en ciertas zonas geográficas de España.

Normalmente esta feria se celebra en lugares públicos concurridos de los pueblos o ciudades y en días señalados, generalmente una vez al año, aunque en algunos sitios hay dos o tres ferias anuales. Lo general es que se celebre la feria en cualquier rodeo o descampado cercano a la población y lindante con alguna corriente de agua que sirva de abrevadero. En tal lugar suele reinar el desorden y el barullo, más o menos pintoresco, pero origen de graves males, como contagios, sustracciones y engaños de toda índole. La inspección veterinaria se efectúa con grandes dificultades y notoria incomodidad; el ganado pernocta a la intemperie o hacinado en malos y caros locales.

“El comprador observa primero la yunta que desea adquirir. El dueño no se da por advertido del espionaje. El primero, después de apreciar concienzudamente la anatomía de las reses, avanza a mayores estudios: con su vara mide la longitud de cada buey, para ver su igualdad, y la altura de las ancas para apreciar su simetría. El vendedor le deja hacer sin despegar los labios, seguro de la bondad de su ganado. Enseguida el otro palpa las orejas para apreciar su carnosidad, y abre los párpados de la res para examinar el grosor y limpieza del ojo. No deja de ver si las pezuñas son cortas, anchas y tersas, y por último, cogiendo por el hocico al animal, le obliga a abrir la boca para ver los dientes blancos, grandes y apretados. Estas operaciones se repiten una, dos, veinte veces, sin que se agote la paciencia del dueño ni la curiosidad del tratante, ni, lo que es más prodigioso, la mansedumbre del buey objeto de tantos experimentos”. La compraventa de animales domésticos originaba multitud de reclamaciones y litigios, cuya existencia entre los medios ganaderos es proverbial desde los tiempos más remotos. Las ferias de ganado, motivo de buenos negocios, eran también origen de ruinosos pleitos, y el decomiso de una res de abasto es causa de litigios sobre la persona que debe sufrir la pérdida: ganadero, tratante o carnicero. Asimismo, el vendedor tenía que garantizarle al comprador la posesión legal y pacífica de la cosa vendida, y debía responder de sus vicios o defectos ocultos, los denominados “vicios redhibitorios“, tema tratado en distintas hojas divulgadoras publicadas por el Ministerio de Agricultura, como la adjunta publicada en 1955:

“La edad puede falsearse vaciando los dientes y reconstruyendo la negrilla en el animal que ya ha cerrado, o recortando un poco los dientes. Una caballería puede hacerse pasar por de más edad arrancándole los dientes de leche. La administración de arsénico o antimonio días antes de la venta pone a los animales lustrosos y aparentemente gordos y sanos. El pelo puede también ponerse brillante, quemándolo ligeramente y planchándolo después, o bien recortándolo un poco. Un animal viejo o agotado puede tomar apariencia de más joven y de más viveza mediante la insuflación de aire o inyección de parafina blanda en las cuencas orbitarias”.

Son las ferias de año, pues, uno de los acontecimientos ganaderos que más arraigo tienen en nuestros pueblos y su celebración tiene implicaciones comerciales y económicas, al realizarse durante las mismas un elevado número de transacciones que suponen para muchas familias una de las principales fuentes de ingresos, y por otra constituyen, sin duda, uno de los signos de identidad cultural y folclórica más importantes de nuestra tierra”.

Feria de Alhabia
Feria de Vera
Feria de Cuevas de Almanzora
Feria de Gérgal
Feria de Huércal Overa.

viernes, 23 de octubre de 2020

Caso Almería

 El caso Almería fue el nombre que recibió el proceso en el que se juzgó a varios miembros de la Guardia Civil por la tortura y el asesinato de tres jóvenes en Roquetas de Mar, el 10 de mayo de 1981.

Antecedentes


A comienzos de la década de 1980, la democracia española española distaba mucho de estar consolidada. El fallido golpe de estado del 23 de febrero evidenció el descontento existente entre algunos altos mandos militares​ (ruido de sables) respecto a la situación de crisis económica y política que asolaba al país, junto con los numerosos atentados ejecutados por la banda terrorista ETA contra miembros de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y la Guardia Civil.

En este sentido, el 7 de mayo de 1981, el grupo terrorista ETA atentó en Madrid contra el teniente general Joaquín de Valenzuela, que en aquel momento era el jefe de la Casa Militar del Rey Juan Carlos I. El ataque se realizó utilizando la llamada «técnica argelina»:​ los dos terroristas seguían en motocicleta al Dodge Dart del Ejército de Tierra en el que viajaba el general. Cuando el vehículo se detuvo en un semáforo, a la altura del número cinco de la calle Conde de Peñalver, la moto se situó a su lado y el acompañante colocó sobre el techo del coche una bolsa que explosionó segundos después mientras ambos terroristas huían.

Como consecuencia de la explosión fallecieron el teniente coronel Guillermo Tevar Seco,​ el suboficial de la Guardia Real Antonio Nogueras García​ y el soldado conductor Manuel Rodríguez Taboada, miembro también de la Guardia Real.​ El general Valenzuela sufrió graves heridas, pero salvó la vida (falleció en 1967​); asimismo resultaron heridos veinte viandantes.

La Detención

En este contexto, el día 8 de mayo de 1981, Juan Mañas Morales, Luis Montero García y Luis Cobo Mier se trasladaban a la localidad almeriense de Pechina, pueblo natal de Juan Mañas, a la celebración de la primera comunión de su hermano Francisco.​ Al pasar por Manzanares el Real sufrieron una avería en su coche y se desplazaron en tren hasta Alcázar de San Juan para dirigirse después a Puertollano, donde alquilaron otro vehículo, un Ford Fiesta de color verde, para poder llegar a su destino.​ Se especula que el dueño de la empresa de alquiler se sintió extrañado por la prisa que tenían los tres viajeros y comunicó sus sospechas a la Guardia Civil por si pudieran ser los terroristas que habían cometido el atentado en Madrid días antes y cuyos retratos robot aparecían en prensa y televisión.

El sábado 9 de mayo llegaron a su destino y al día siguiente se desplazaron a Roquetas de Mar para visitar a otro hermano de Juan Mañas. En esa localidad fueron detenidos a punta de pistola por la Guardia Civil con la intención de trasladarlos a la Comandancia de Almería.​ Al día siguiente aparecieron sus cadáveres, calcinados y con múltiples impactos de bala, dentro del Ford Fiesta, cerca de Gérgal.

La versión oficial de la Guardia Civil indicaba que los detenidos se trasladaban a Madrid dentro de su propio vehículo, conducido por un guardia y vigilados por otro en el asiento del copiloto. Que a la altura del kilómetro 8,350 de la carretera de Gérgal los tres detenidos agredieron al conductor del vehículo, el cual saltó del coche como también hizo el otro guardia. El mando de la comitiva, el teniente coronel Carlos Castillo Quero, que circulaba detrás en otro coche, detuvo la caravana y ordenó disparar al Ford Fiesta que cayó por un terraplén envuelto en llamas sin que ninguno de los once guardias civiles que escoltaban el traslado pudiese hacer nada para sofocarlas.

El Proceso

El juicio por la muerte de los tres jóvenes se inició el 14 de junio de 1982 en la Audiencia Provincial de Almería. El fiscal calificó los hechos como constitutivos de delito de homicidio y pidió en su escrito de conclusiones la pena de 42 años de prisión para el teniente coronel Carlos Castillo Quero y 27 años de prisión para los otros dos acusados.

La sentencia que puso fin al proceso se dictó en julio de 1982.​ Declaró probado que el teniente Castillo y sus hombres torturaron hasta la muerte a los tres detenidos en un cuartel abandonado llamado Casafuerte y que posteriormente, y con el fin de intentar eliminar evidencias, despeñaron su vehículo por un terraplén, le dispararon numerosas veces y le prendieron fuego.

El teniente coronel de la Guardia Civil Carlos Castillo Quero fue condenado a veinticuatro años de prisión mayor como autor de tres delitos de homicidio. El teniente Manuel Gómez Torres y el guardia Manuel Fernández Llamas fueron condenados por los mismos delitos a quince y doce años de prisión respectivamente, con la atenuante de obediencia debida. Al mismo tiempo, la sentencia impuso a los condenados la obligación del pago de una indemnización de cuatro millones de pesetas a las familias de cada una de las víctimas.





jueves, 22 de octubre de 2020

Era Camino del Castillo

 Era de grandes dimensiones situada a la salida del pueblo.




Fotos: David Téllez

Era del Mirador

 Era mediana situada junto al mirador del pueblo.





Fotos: David Téllez

Lavaderos Castro de Filabres

 Lavaderos Públicos de Castro de Filabres.






Fotos: David Téllez

Calzada Árabe Castro de Filabres

 Restos de calzada árabe situada en Castro de Filabres. Sus orígenes se remontan más atras en el tiempo . Esta calzada posiblemente se remonta a la época Íbero-Púnica, utilizada por los romanos posteriormente y así sucesivamente hasta nuestros días.





Fotos: David Téllez

Era del Castillo de Filabres

 Era de pequeñas dimensiones junto al castillo .




Fotos: David Téllez


Ermita Castro de Filabres

 Ermita de reciente construcción con tejado a dos aguas. Ubicada en el merendero del pueblo.





Fotos: David Téllez

miércoles, 21 de octubre de 2020

Urci

 Urci fue un antiguo asentamiento, originalmente íbero, en el sureste de la península ibérica, mencionado por Pomponio Mela, Plinio el Viejo y Claudio Tolomeo. Los escritos de estos historiadores indican que probablemente la ciudad de Urci estaba ubicada en la actual pedanía de El Chuche (municipio de Benahadux), cerca de la ciudad de Almería

A esta ciudad se le ha atribuido la existencia de la ceca que acuñó moneda con la leyenda Urkesken, cuya traducción es (moneda) de los Urketanos. Sin embargo, tiene escaso sentido tal pretensión, puesto que por su evidente parecido formal con las monedas celtiberas y, en especial, con las de las cecas de Ikalesken (Iniesta) y Kelin (Caudete de las Fuentes), es más lógico atribuir esta ceca a una ciudad celtibera como Urcesa.

Esta Zona Arqueológica comprende el cerro de El Paredón, el cerro de Las Agüicas y un Sector intermedio entre ambos. 

El asentamiento situado en el Cerro del Paredón fue un importante centro romano, a juzgar por el tamaño del hábitat y su estratégica localización dominando la vega del río Andarax. Éste debe identificarse con la ciudad de Urci, citada en las fuentes clásicas.




Restos de edificio.
Restos de edificio.

Hasta la ciudad llegaba una conducción hidráulica de varios kilómetros, conservándose algunos de sus tramos, el más próximo al cerro ha sido incluido en la zona objeto de protección. Destacan los restos de una cisterna, a la que sin duda surtiría una atarjea que descendía desde el Marchal de Araoz. La parte inferior de su ladera Sur se ha visto recientemente afectada por la plantación de naranjos. 


En el Cerro de Las Agüicas se realizaron también algunos cortes durante las excavaciones de los años 70, descubriéndose varias tumbas y restos de otras estructuras constructivas.

Tumba tipo Tholos actualmente desaparecida. Foto de Lorenzo Cara Barrionuebo.
Viviendas.

Foto extraída de : arqueolugares.blogspot.com

Excavación del Cerro de las Agüicas

Fotos extraídas de : arqueolugares.blogspot.com

A pesar de haber sufrido daños por desmonte y por las obras del ferrocarril, en su mayor parte se encuentra casi intacto, ofreciendo unas posibilidades inestimables para la investigación. Debe tenerse en cuenta que éste es uno de los pocos yacimientos de época ibérica plena que se conocen en las zonas próximas a la costa de Almería, identificándose el mismo con la ceca ibérica de Urkesken. La secuencia cultural documentada va desde la Edad del Cobre al periodo Tardorromano.


Sector Intermedio, fue excavado en la segunda mitad de los años setenta y principios de la década de los 80 bajo la dirección de D. Ángel Pérez Casas. Dicha excavación, de la que no hay publicación, puso de manifiesto la existencia de un importante asentamiento ibérico con un rico material arqueológico. Se documentó también una ocupación de época romana. En 1988 se vio afectado por un desmonte realizado para implantación de naranjos, que fue paralizado.

  Más Información

Arqueolugares

Argárica

La Uva del Barco

 Hoy quiero rememorar la gran labor que  se llevó a cabo entre 1807 y 1970. Como no, la gran Uva del Barco.

La uva de Ohanes (también denominada uva de barco, uva de embarque o uva de Almería) es una variedad de uva de mesa, cuyo cultivo ha estado principalmente extendido en la provincia de Almería (Andalucía-España), llegando a ser una de las principales fuentes económicas de esta provincia.

Su explotación industrial comenzó a principios del siglo XIX y es a finales de los años 1970 cuando comienza un progresivo declive acentuado en las dos décadas posteriores.

Esta variedad de uva se caracteriza por formar racimos de gran tamaño, tener los granos cilíndricos, de color amarillo cera y sus excepcionales cualidades de conservación.

Características principales

Los racimos tienen forma alada con dos hombros y raspón grueso y de color verde. Sus granos son cilíndricos y umbilicados (fondo de orza) con unas medidas que están entre los 1,2-1,8 cm de anchura y los 2-2,5 cm de longitud. Estos tienen un color amaríllo cera y su hollejo (piel) con pruína no muy abundante. La pulpa es carnosa, dura y crujiente y contienen normalmente 3 pepitas. La flor tiene cáliz rudimentario y corola color verde claro y rojo en la unión de los 5 pétalos, los cuales está soldado en el ápice formando un capuchón o capotilla, que recubre los órganos de reproducción, entorpeciendo la fecundación natural por lo que es necesaria hacerla de forma artificial mediante una costosa operación denominada por los agricultores como «engalpe» (polinización artificial).

Origen

Esta uva se generó por la hibridación natural de otras variedas como la «uva blanca Jaén» y la «uva de Rágol» también denominada «uva de colgar».

Esta uva, según narra Simón de Roxas Clemente, en una obra publicada en 1807, que trata sobre los cultivos andaluces de entonces, se cultivó por vez primera en la localidad almeriense de Ohanes, extendiéndose su cultivo a la localidad Rágol y posteriormente por todos los terrenos cultivables del valle del Andarax.

Exportación

Su exportación se inició en 1835, la uva era tansportada en barco dentro de barriles de 22 kg. En un principio eran casas malagueñas las que venían a embarrilar y embarcar la uva, que posteriormente fueron suplantadas por otras locales y desarrolló de una importante industria artesanal de la barrilería en las localidades donde se cultivaba.

Su exportación, cobra a partir de 1880 una presencia hegemónica a nivel de mercados, con un importante desarrollo entre los años 1906 y 1916. Un estudio de Francisco Rueda Cassinello, habla de una producción de 60.000 arrobas en 1835, siendo 11 veces superior en 1881 y en 1907 llegó a 2.491.273 barriles. Los principales mercados en esos años eran: Inglaterra, Alemania y Estados Unidos. A éstos se sumaron los países escandinavos como principales consumidores: Noruega, Suecia, Finlandia y Dinamarca. También Portugal, Francia, Canadá, Suiza, Brasil, Argentina, Cuba, Argelia, México, China, Italia, Bélgica, Holanda, Venezuela o India se unieron a la demanda de la producción.

Durante la Guerra Civil (1936-1939) se produjo un cierre de los mercados que continuó durante gran parte de los años 1940 debido a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

Es ya en los años 1950 cuando se produce una notable recuperación de las exportaciones de uva, aunque no llegan a alcanzar las cifras de los primeros años del siglo XX. Los canales de comercialización, comienzan a ser controlados especialmente por exportadores de origen levantino, que compran el producto a pie de parcela. También en estos años se produce un cambio importante en la presentación del fruto, con la progresiva sustitución de los barriles de 22 kg por cajas de 10 kg y cabe destacar el incremento constante de su transporte por carretera, el cual en los años 1960 llegó a ser mayoritario frente al transporte marítimo.

Declive

A finales de los años 1970 cayó irremisiblemente la cotización nacional de este producto. Las «golden grapes» a las que aludían las coloristas etiquetas en barriles y cajas que se introdujeron a nivel mundial, perdiéndose los mercados internacionales ante las variedades italianas e israelitas, cuya producción era más temprana. Desde entonces, las diferentes administracciones han insistido en que era necesaria la reconversión del cultivo. Inicialmente se pretendía que ésta se hiciese sustituyendo el cultivo de la uva de Ohanes por otras variedades de uva, ya que lo que estaba en crisis no era el cultivo de la parra sino esta variedad en particular. Sin embargo ninguna otra variedad de uva llegó a tener éxito.

Este declive se acentúa en los años 1980 y 1990 y las hectáreas en cultivo descienden desde 6000 a menos de 2000 ha.

En la campaña 1987-1988 la Comunidad Económica Europea actual Unión Europea inicia un programa para el abandono definitivo de cultivo de viñedo. Esto supuso que se subvencionara el arranque de parrales, lo cual palió el descalabro económico que suponía en el valle del Andarax el abandono de este cultivo, que ya se venía llevando a cabo sin subvención económica. Este programa duró hasta la campaña 1995-1996 y supuso el arranque de un gran número de parrales.






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