En el siglo XVI la visión que las fuentes nos dan de Oria es totalmente diferente a la medieval; frente al paisaje desolado descrito anteriormente, se habla ahora de fructíferas arboledas de frutas tempranas, con abundancia de pan, vino y aceite, saludables vientos, dulces aguas y buena cría de seda. Esta tranquilidad se verá truncada por la Revuelta de las Alpujarras en 1567. En el término se encuentran varias fuentes de exquisitas aguas siendo las más abundantes las denominadas Fuente la Polaca y Roca de Oria, las cuales dan movimiento a diferentes molinos harineros. El terreno participa de monte y llano y es bastante productivo. Los caminos son todos de herradura, pero transitan también algunos carruajes. Produce granos de todas clases y ganado lanar y cabrío.
El Baño Arabe es la terma romana que evoluciona desde el hammam hasta convertirse en un fenómeno único que solo se da en la Península Ibérica y que combina los avances arquitectónicos de los romanos con la exquisita decoración árabe. El Hammam árabe evoluciona hasta convertirse en baño árabe manteniendo el frigidarium o piscina de agua fría, el tepidarium o piscina templada y el caldarium o piscina caliente de las termas romanas. Los romanos conocían la teoría de los vasos comunicantes y el trasvase de agua a grandes distancias, lo que les permitía canalizarla y calentarla mediante el sistema de hypocaustum. Los árabes se beneficiaron de ello en España y le aplicaron una exquisita decoración. Seria interesante para la Villa de Oria poner en Valor una RUTA Señalizada de la que llaman la Vega Árabe, en un entorno donde el agua está presente en fuentes y pequeños arroyos y sus antiguos Molinos y acequias trabajadas en la Piedra que refrescan el camino hasta los Baños Árabes completándolos con la Visita por la Basilica y Alcazaba o Castillo.
Fuente:Autor y IGPH.
Fotos de: David Téllez Martínez y Joaquin Berenguel.
La Posnilla es un paraje natural situado en el término municipal de Bentarique.
Es muy conocido por el manantial de la Posnilla, de aguas termales, ya conocido en el siglo XII. El geógrafo al-Idrisí cita la existencia de unas termas romanas en este manantial.
Como posible primer aprovechamiento romano, este elemento ya es citado en el siglo XII. La sala de baños se reduce a una balseta y un vestíbulo, hoy encerrados en una caseta, conocida popularmente como “El Cuartillo” y situada tras la torre. Recientes investigaciones remontan a época almohade (siglo XII) su cimentación.
El uso de la sala de baños era de pago, al precio de una peseta en su última etapa, beneficiando al erario municipal. Para proteger la calidad de las aguas estaba prohibido bañarse en la balsa-nacimiento, lo que no impedía que fueran muchas las personas que aprovechaban la oscuridad de las noches de verano. Como anécdota sabemos que el escaso caudal de estos baños calientes aumentó con motivo del violento terremoto de 1804.
Este oasis está ligado a un manantial de aguas termales, estable en cuanto a su caudal y temperatura de 58ºC, que permitió la instalación de un balneario, declarado de utilidad pública por sus virtudes terapéuticas desde 1838. Pero para poder regar el espacio cultivado, el agua se deja correr y reposar en diversas balsas para que se enfríe.
Los baños se remontan a la época romana e hispanomusulmana, aunque el edificio es obra del obispo Claudio Sanz y Torres (1704-79), quien decidió construir un modesto balneario junto al manantial, con un patio rectangular porticado como distribuidor, y dotado con capilla y dependencias de la hospedería. Simultáneamente se hubo de habilitar un camino carretero desde la vecina Pechina por donde circulaban las tartanas.
Durante la Primera República se clasifican los baños como establecimiento público provincial de beneficiencia, para posteriormente pasar a manos privadas, conociendo un cierto auge con motivo de la actividad minera y del ferrocarril de Sierra Alhamilla desde finales del siglo XIX hasta la clausura de la línea férrea en 1929, pues permitía una rápida comunicación de los pacientes con la vecina capital.
En 1946 se cierra definitivamente el balneario por amenaza de ruina. En 1991 se hace una reforma total para instalar un hotel balneario de 25 habitaciones, que intenta ser respetuoso con la estructura y estética original, y que cuenta con una atractiva planta sótano con unos baños de sabor islámico.
Balneario.
Sala interior de los Baños con su esencia hispanomusulmana.
Hasta 1872 se discutió y polemizó entre los estudiosos e historiadores sobre la localización geográfica de MURGI. Sólo cuando apareció la inscripción de las termas de Murgi, con motivo de los movimientos de tierras realizados en la construcción de la carretera Almería a Málaga, pudo acabarse con una larga polémica que llegó situar la ciudad ibero-romana Murgi en diversos lugares, especialmente en Mojácar.
Uno de los ingenieros de la dirección de obra de la carretera, Ricardo Sáenz de Santamaría, fue quien se hizo con la posesión de la placa marmórea (0.49x0.95 m) con la inscripción. Consciente de la importancia que podía tener el hallazgo, hizo un calco de la inscripción para remitírsela al miembro de la Real Academia de Historia (RAH), Eduardo Saavedra Moragas (1829-1912), destacado ingeniero, arabista y epigrafista de la época. La inscripción, en transcripción del epigrafista almeriense, el profesor Rafael Lázaro, dice:
“El sevir Lucio Emilio Dafno obsequió a los ciudadanos de Murgi con unas termas construidas completamente a su costa. El día que las inauguró, regaló a cada uno de los ciudadanos y residentes un denario, además e un banquete público. Les prometió, igualmente, que mientras viviese daría a cada uno un denario coincidiendo con el aniversario de la inauguración. También prometió una cantidad anual de 150 denarios a lo largo de su vida para el mantenimiento de dichas termas”.
El hallazgo de la inscripción y la puesta a disposición de Saavedra del calco con el contenido de su leyenda, supuso para él un cambio radical sobre su teoría acerca de la ubicación de la ciudad romana Murgi, que hasta entonces la situaba en la costa mediterránea, más allá de Albuñol (¿quizás en Polopos?). Saavedra desarrolló y expuso en la RAE un conocido informe en torno a las consecuencias geográficas e históricas derivadas del contenido de la inscripción de las Termas de Murgi. Dicho informe, fue publicado en la revista “La ilustración Española y Americana” del 1 de diciembre de 1872, bajo el título “La antigua Murgi y el límite oriental de la Bética”. A raíz del hallazgo arqueológico, la RAH otorgó un premio especial de 2.000 reales al ingeniero Sáenz de Santamaría por su importante hallazgo de una inscripción antigua inédita, clave para el avance e innovación en el conocimiento de la historia de nuestro país.
¿Qué fue de la lápida en poder de Sáenz de Santamaría? ¿Por qué hoy se encuentra en el municipio toledano de Tembleque?
En contra de lo que Sáenz de Santamaría había prometido, la lápida no fue entregada al museo de la RAH; pero tampoco atendió a la petición que, insistentemente, le había hecho, a través del Gobierno Civil en la provincia, la ‘Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de Almería’, presidida por Miguel Ruiz Villanueva.
En 1878 el ingeniero Santamaría se traslada a Madrid y se supone que se llevó la placa con la inscripción de las termas. Se desconocen, por el momento, los avatares y vicisitudes de la lápida en Madrid, pero si sabemos que acabó en poder (¿donación?) del expresidente de la I República española, Emilio Castelar Ripoll (1832-1899), en cuyo domicilio de la calle Serrano de Madrid estuvo empotrada en una de sus paredes durante varios años. Tampoco sabemos con certeza en qué momento pasó a manos de su siguiente propietario, Guillermo Solier Corona, secretario personal de Castelar. Parece que con motivo de algunas reformas en el domicilio de Castelar, en torno al año 1890, se prescindió de la inscripción que fue donada a su secretario, Solier.
Solier la llevó hasta Tembleque (Toledo), donde era propietario de una casa de labranza en el “Olivar de Santa Cecilia”, situada a unos 12 kilómetros de la población. Posteriormente, la trasladó a su domicilio que poseía en el núcleo urbano de Tembleque (C/ Castelar, esquina con C/Convento), donde actualmente se encuentra.
En los primeros años del siglo XX, en 1904, el Conde de Cedillo (Jerónimo López de Ayala-Álvarez de Toledo y del Hierro) recibió del Ministerio de realizar un “Catálogo Monumental de la provincia de Toledo”, cosa que realizó muy gustosa y eficientemente, teniéndolo listo en 1919, pero no llegó a editarse y publicarse hasta que se hizo, por encargo de la Diputación de Toledo, en 1959. En dicho Catálogo (http://aleph.csic.es/.../0010.../html/001359493_V02T.html...Vol. 2), aparece recogida la lápida con la inscripción de la termas de Murgi, “embebida en una pared del patio”, como uno de los monumentos de la provincia de Toledo.
Posteriormente en 1948, la familia Martín Rabadán, adquirió las propiedades de Guillermo Solier en Tembleque, siendo los actuales propietarios de la lápida con la inscripción de la Termas que donó Lucio Emilio Dafno a los munícipes de Murgi.
En ella se puede leer este texto de gran importancia histórica ya que permitió ubicar la antigua ciudad de Murgi y fijar los límites de la antigua Bética:
“El servir Publio Emilio Dafne obsequio a los ciudadanos de Murgi con estas termas construidas completamente a su costa. El día que las inauguró regalo a cada uno de los ciudadanos y residentes un denario además de un banquete público. Les prometió igualmente que mientras viviese daría a cada uno un denario coincidiendo con el aniversario de la inauguración. Finalmente, también prometió un cantidad de 150 denarios a lo largo de su vida para el mantenimiento de dichas termas.”
Probablemente Lucius Aemilius Daphnus era un liberto, tal vez de origen griego, es decir; un esclavo que ha conseguido la libertad de sus amos. Este hombre llegó a ser un sevir (un importante cargo del culto imperial) de esta comunidad. Y para conmemorarlo hizo una importante donación a la población en la ejercía como sevir. Esta consistía en la donación de 150 denarios anuales. Además, para celebrar la inauguración de esta obra ofrece un banquete (epulum), así como la repartición de dinero (sportula) a los ciudadanos ( romanos) así como a los incólae (residentes que no tenían la categoría de ciudadanos), de este municipio de Murgi. El cual estaba dotado del ius Latti o derecho de ciudadanía, estatus que debió de alcanzar poco antes de escribirse esta inscripción (finales del siglo I dC o principios del siglo II).
Antiguas termas de Murgi construidas por Lucio Emilio Dafno.
Los Baños de la Reina se ubican al Norte de Dalías, muy cercanos al núcleo poblacional de Celín al que pertenecen. Se hallan emplazados en una zona agrícola, en la ladera occidental de la meseta de Aljizar o el Hizán, una de las estribaciones occidentales de la Sierra de Gádor. Estos baños se edificaron en el siglo XIII, sobre un inmueble anterior según las actividades arqueológicas realizadas en la década de los 80. Su objetivo era satisfacer las necesidades de una población en crecimiento y debieron ser utilizados indistintamente por los habitantes del sector Norte de la taha de Dalías, en concreto por los núcleos de Celín y el Hizán. El inmueble de planta rectangular está compuesto de tres naves transversales y paralelas entre sí, con cubiertas mediante bóvedas de medio cañón donde se hallan las típicas lumbreras que caracterizan este tipo de edificaciones.
Cartel informativo.
Precediendo a la primera de estas naves se aprecian los restos del vestíbulo (bayt al-maslaj), que permite el acceso directo a la sala de agua fría o bayt al-barid. El resto de las salas se desarrollan a continuación, bayt al-wastani se corresponde con la sala templada y por último bayt al-sajun, la de agua caliente. Los baños se asientan sobre unabase de mampostería, levantándose los muros mediante mortero, mientras que las bóvedas se realizan con lajas y mampuestos de piedra. Actualmente las bóvedas sólo se aprecian en algunas de estas salas, pues se han ido desmoronando con el paso del tiempo. Los paramentos se recubrieron con un enfoscado donde se observan las incisiones en «espina de pez» que permitirían la mejor adherencia del enlucido
Nave 1 " Sala fria ".
En la sala templada, la mejor conservada del inmueble, hay que destacar la existencia de un poyo de fábrica donde se ubicaba una pila de baño en forma de tinaja. Tras ésta se accede directamente a la sala caliente, de planta ligeramente trapezoidal, la cual ha perdido prácticamente la bóveda que la cubría, pero en cambio mantiene los restos de una posible pila. Bajo esta estancia, se localizó la cámara subterránea que formaría parte del sistema de calefacción de los baños, constituida por pilares que sustentaban el suelo de la bayt al-sajun y un poyo distribuido prácticamente alrededor de todo su perímetro.
Nave 2 " Sala Templada".
Interior de la Nave 2.
Las actuaciones arqueológicas permitieron recuperar el horno que alimentaría esta estructura, ubicándose adosado a la cámara subterráneay construido mediante ladrillos y mortero. Del mismo material se realizarían los pavimentos originales, detectados sólo en algunos puntos de los baños. Con el paso del tiempo el inmueble perdió la función para la que se crearon, probablemente abandonándose ya en el siglo XVI. Se tiene conocimiento de que en época con- temporánea se reutilizaron para las labores agrícolas, realizando en ellos algunas estructuras relacionadas con esta actividad.
Los Baños como forma constructiva.
Datos Históricos
Se carece de datos cronológicos documentados sobre los Baños de la Reina de Celín, por lo que hay que valerse de la información que proporciona la arqueología para poder establecer, aunque sea en líneas generales, la época a que pertenece el edificio y las etapas distinguibles en él. Basándonos en los datos proporcionados por la excavación de urgencia efectuada en febrero de 1987, por el arqueólogo D. José Luis García López, pueden señalarse tres épocas perfectamente diferenciables en el inmueble. Siglos X-XII, una primera fase constructiva anterior a la de los baños propiamente dichos. Por el momento no se puede precisar las características y función de esta obra primitiva ni su cronología exacta, aunque se supone, por la dinámica histórica de la taha de Dalías, que puede enmarcarse entre los siglo X y XII. Esta primera fase de documentó durante la excavación en la sala de ingreso o vestíbulo del baño. Se trataba de unas estructuras constructivas, cuyos muros estaban realizados, unos en mampostería y otro de lajas de piedra. Las dependencias que conformaban estas paredes estaban por debajo del nivel de arranque de los muros del baño. Esta circunstancia y la diferencia de aparejo empleado, ponen de manifiesto la diferente cronología de ambas estructuras. Siglo XIII, en este periodo puede inscribirse la obra del baño en su conjunto. Dadas sus exiguas dimensiones y sus rasgos espaciales, constructivos y la modestia de su concepción, podemos afirmar que es producto de una única etapa. En apoyo de esta cronología podemos aducir a los siguientes argumentos: -Paralelismo tipológico con numerosos ejemplos existentes, algunos de ellos fechados, permiten una aproximación en la datación bastante fiable.-El tipo de aparejo: junto al empleo de la mampostería para la base de los muros, el mortero forma el resto de los paramentos. Este último aparejo se generaliza durante el siglo XIII. -Materiales arqueológicos: los materiales aparecidos en los trabajos previos, como los documentados en la excavación, corresponden mayoritariamente al siglo XIII. Siglos XIX-XX: la intervención en esta etapa corresponde indudablemente a un momento en que el edificio ha perdido su uso originario y se destina a labores agrícolas. Se trata de la pequeña construcción cuadrangular que ocupa el NE del vestíbulo. Puede suponerse que era una pila que servía para contener agua o productos químicos agrícolas.
Baños de la Reina.
Acueducto 1.
Los baños árabes eran también un lugar social ,donde relajadamente se podía conversar y beber infusiones tonificantes. Se encontraba alternativamente abierto para hombres y mujeres.Normalmente en sus vestíbulos se celebraban fiestas ( banquetes, bodas ... ) y ceremonias ( circuncisiones...) y se convertían en animados cenáculos y mentideros.Allí también había masajistas y barberos. El baño era imprescindible para adquirir el concepto islámico de civilización, con el cual las simples aldeas refinaban sus costumbres y adquirían rango y preeminencia.
Los baños de Benejí responden a
la típica instalación de baño público Nazarí, cuya estructura básica son tres
naves alineadas en paralelo adosadas por sus lados mayores, cubiertas con
bóvedas de medio cañón, e interconectadas por huecos centrales en los muros en
los que se adosan.
La organización funcional es
sencilla y por ello este modelo gozó de gran éxito en muchos lugares,
fundamentalmente en los medios rurales como el que nos ocupa.
Las dependencias auxiliares,
ámbito de entrada, vestíbulo, y hogar de producción de calor, generalmente son
de construcción más sencilla y adosadas a las naves principales. En nuestro
caso no se dispone de datos de la situación de estas dependencias auxiliares.
" Los Baños " es el nombre e una de las principales acequias de la fuente de Alcaudique, precisamente la que riega Benejí .
Normalmente los baños se situaban
junto a una fuente de abastecimiento, en este caso junto a la acequia
denominada de “los baños”, procedente de la fuente de Alcaudique. El agua de la acequia vertería en
la balsa superior, de planta poco menos que cuadrada (con poco más de 11 m. de
lado), que al quedar encajada entre los bancales y el camino marca las
dimensiones del solar. La balsa que le sigue está en contacto con el baño y es
de construcción muy posterior, levantada probablemente sobre el área de entrada
y del vestíbulo, que por ello, han desaparecido en su totalidad. El edificio
propiamente dicho se retranquea poco más de dos metros sobre el alineamiento
del camino de acceso, que probablemente rodeaba todo el edificio.
Más información
Nave de 3 x 9 m y ruinas de uno
de los pocos baños medievales de la Comarca cuyos restos hayan llegado hasta
nosotros. Contaban con varias naves, la que se conserva estaba adosada a la
antigua balsa de abastecimiento de agua, también de construcción árabe,
encargada de abastecer a los baños. La sala está construida en mampostería
unida por mortero bastardo. En la pared derecha exterior se conserva el
arranque de una bóveda que viene a indicarnos que esta nave formaba parte de un
conjunto. El interior presenta una vave alargada con las paredes recubiertas de
enlucido. Está cubierta por una bóveda de cañón, utilizando el mismo aparejo
que para el resto del conjunto. En ella se colocan dor arcos fajones que ayudan
a soportar el empuje de esta. Los arcos se sustentan sobre sendas pilastras de
base cuadrada, desde los que arrancan directamente los arcos.En esta bóveda se abren una serie de lucernarios en forma de pirámide truncada, que servían para iluminar el interior de la nave. La bóveda no presenta arco de medio punto, sino ligeramente rebajado
Lucernarios.
Los baños de Benejí es la típica instalación con naves en ángulo o de planta en " L" , cuya habitación intermedia es mayor y esta provista de una dependencia central sobre columnas. Su distribución deriva de un modelo con naves alineadas , representado en los siglos X y XI por el baño próximo a la mezquita cordobesa y el Bañuelo granadino.
Los baños virgitanos se asemejan a otros levantados entre los siglos XI y XII ,como el de Villardompardo ( Jaén ) o de la Judería ( Baza ) . En realidad el modelo continua y tiene en general, una imprecisa cronología pues esta se obtiene por elementos decorativos aquí desaparecidos.
La bóveda no presenta arco de medio punto, sino ligeramente rebajado.
El suelo se encuentra en buen estado de conservación.
Los Baños de Alfaro se sitúan al pie del cerro del mismo nombre. En la actualidad ya no cuenta con agua, éstas procedían de un manantial que brotaba a unos 20 grados, lo que resultaban indicadas para la curación de enfermedades cutáneas y respiratorias.
Baños de Alfaro.
Actualmente están cerrados al público ,pero se pueden visitar con cita previa.