La Ermita de Tices, ubicada entre los términos municipales de Canjáyar y Ohanes, trajo muchas polémicas a ambos pueblos.Dichos municipios, discutían por su pertenencia, de forma que los canjilones afirmaban que pertenecía a Canjáyar por encontrarse dentro de su término municipal, y los ohanenses decían lo mismo.
Después de muchas disputas, decidieron (tal y como cuenta la tradición) hacer una pequeña "apuesta" para decidir definitivamente su pertenencia. La prueba fue, colocar un burro sobre la puerta de dicha ermita, y dado que ésta se encuentra justo entre ambos términos, el burro andaría hacia un lugar u otro.
Si el burro andaba hacia el término de Ohanes, la ermita sería para siempre de ellos, y si el burro andaba hacia Canjáyar, la ermita la poseerían los canjilones.Dicho esto, y colocado ya el burro en la puerta de dicha ermita, éste comenzó a andar hacia el término de Ohanes, con lo cual los ohanenses desde entonces, disfrutan de su posesión.
Hay quien dice ("malas lenguas") que el burro era de Ohanes, y que antes de realizar esta "apuesta" lo habían probado antes para que el burro siguiera ese camino, es decir, que todo estaba "amañado". (Todavía hoy hay canjilones que siguen discutiendo acerca de esta leyenda, sobre su pertenencia, veracidad y sobre la posible información tergiversada, pero sea o no cierto, la Ermita de Tices pertence a Ohanes legalmente). A día de hoy, los ohanenses disfrutan desde hace muchos años de esta ermita, que no deja de ser un lugar simbólico y espectacular por sus vistas, paisajes y ubicación.