La inscripción se encuentra en lo alto de una pared rocosa vertical, por encima del sendero del fondo del barranco y de un molino de tradición medieval pero moderno en su estado actual, llamado hoy molino de Juan Francisco. Esta roca no es más que la prolongación, en la orilla norte del río, del tajo que limita al Noreste el despoblado ligado a la fortaleza de Senés.
La localización de la inscripción, en una parte estrecha y colgante de la roca, ha obligado a quien la esculpió a emplear un andamio o escalera móvil, tanto más en cuanto que la calidad del trazo es buena y que no se puede considerar como un simple graffiti, resultando una incisión profunda que abarca un campo de aproximadamente 45 x 9 cm.
La lectura de la inscripción no encontraría ningún problema si la consideráramos escrita en alifato cúfico, ya que se trata de un nombre propio de persona formado por un ism: 'Alī, y un nasab cuyo segundo elemento en transcripción estaría constituído por los siguientes trazos: 131-3m-3m-17f. Pero al haberse empleado un alifato cursivo resulta que la primera figura es efectivamente un mim inicial y la última un yā' final, ésta
con el paralelo indudable del último trazo de Ali; sin embargo, por lo que respecta a los dos grafemas intermedios, no está claro si existen puntos diacríticos por debajo de la caja del renglón, ya que, en ambos casos, estarían unidos a los trazos de la letra siguiente, o bien si no existen dichos puntos, tratándose tan sólo de oquedades en la roca.
Restan, por tanto, las siguientes cuatro posibilidades:
1) MÛÛY,
2) MHHY,
3) MHỘY
4) MỸHY.
Y si bien es verdad que para la mayoría de los casos se podría buscar un denominativo a partir de un participio con un sentido lógico, sobre todo a partir de la raíz HÎÎ, también lo es que no hemos podido hallar ninguna de esas fórmulas usadas como nombre de persona en ninguno de los índices y repertorios que hemos podido consultar.
Por el contrario, en los abundantes documentos de archivo de la época mudéjar sí se han podido descubrir algunas similitudes, aunque siempre con la lógica incertidumbre derivada del sistema de transcripción de los escribanos del momento. Así pues, pese a las limitaciones del citado imponderable, hemos entresacado los siguientes grupos que enumeramos a continuación:
1) Almejuy, Almejux, Mejuy", Moxahi, Moxay, Muyiyil?, Almoxuy, Almuhay.
2) Mahchi, Mojech , Mojach, Moix's.
3) Mogague, Mohahue.
4) Mixixi ?, Mixi 18, Machich .
Cualquiera de estos grupos podría identificarse con el nombre de nuestra inscripción, pero es de advertir que caben también otras posibilidades que los alejan de nuestro propósito. Así, para el primer grupo es posible que se trate del beréber Mahyü, identificado en un principe meriní, mientras que para el segundo cabe la posibilidad de que sea el teóforo Muhyi, que entre los moriscos valencianos aparece seguido del l-dīna, pero que es más frecuente precedido de "Abd ". Por lo que respecta al tercer grupo no hemos hallado ninguna identificación razonable, mientras que para el cuarto se abre una nueva problemática; pues, efectivamente, el Mixixi que aparece en los Libros de Bienes Hábices puede ser una nisba geográfica que correspondería a la tāʻa de Almejíjar en la parte occidental de Almería y limítrofe con las Alpujarras, no siendo ningún obstáculo gramatical para ello la ausencia del artículo, pues existen ejemplos de nisbas geográficas sin el también en textos epigráficos , pero sí ofrece inconvenientes de ese tipo la existencia del Mixi valenciano que colocamos en el mismo grupo debido a que en el árabe granadino es muy corriente la formación del denomitativo con el sufijo -xis, con lo cual sería el mismo nombre pero con la variante dialectal de su zona. Sin embargo, y no obstante la advertencia lingüística, la proximidad geográfica permite su aceptación como nisba y posee la ventaja de su identificación.
Por otra parte, la cronología de la inscripción no se opone a dicha identificación, teniendo en cuenta que el topónimo se constata en una fecha tardía, pues por los datos epigráficos lo único que se puede decir con respecto a esa cronología es que no se observan rasgos de arcaismo en la escritura.
La segunda inscripción es un fragmento de lápida en mármol blanco, posiblemente procedente de las próximas canteras de Macael. Se encontró casualmente a consecuencia de la demolición del muro de una cabaña agrícola, donde había sido reaprovechada, a unas decenas de metros al sureste del pueblo actual de Senés, en el paraje llamado de El Cortijillo. Aunque no se haya descubierto in situ, se puede pensar con bastante seguridad que no fue desplazada desde una distancia muy grande, pues, en efecto, el lugar del hallazgo colinda con la zona del antiguo cementerio del despoblado de La Hoya, del cual se habían descubierto no hace mucho otras numerosas tumbas excavadas en la roca.
El fragmento conservado pertenece a la parte superior derecha de un epitafio, cuyas dimensiones máximas son 35,5 x 33 cm. con un grosor medio de 5 cm. El texto se reparte en dos campos, uno central rectangular y una orla que lo circunda, separados por una faja de 2,3 cm., siendo las alturas respectivas de la caja del renglón de 4,4-4,5 cm. en el primero y 4,2-4,3 cm. en el segundo.
El texto conservado, tallado en escritura cúfica de resalto, dice lo siguiente:
Basmala, Taşliya, ";Hombres! La promesa de Dios es verídica. ¡Que no os extravíe la vida mundanal ni respecto de Dios os extravíe el Seductor!", "...y no tiene a nadie por igual" . "Toda alma gustará la muerte y ciertamente..." .
Faltan pues datos tan importantes como el hombre del difunto, la fecha del óbito, etc., por lo cual para su datación nos tenemos que valer exclusivamente de los datos arqueológicos y epigráficos.
La lápida es una piedra ru’usiyya o "cabecera" que corresponde al primero de los grupos de enterramientos almerienses establecidos por Manuel Ocaña, formado por el túmulo de tierra y la lauda en su cabecera, y dentro de ese primer grupo se incluye en la tercera variante, caracterizada por la faja que separa los campos epigráficos. Este tipo se puso de moda en la epigrafía funeraria almeriense a partir del último tercio de s. IV Ħ, perdurando hasta los inicios del s. VI , en que dejará paso a las famosas estelas "almerienses" o de arco de herradura, cuyo primer ejemplar data del 510 , si bien en Córdoba ya se constata en el 496.
Así pues, por las características arqueológicas la lápida se nos fecha en torno al s. XI de J.C., pero el análisis estrictamente epigráfico puede ayudar a una mayor precisión. Las características generales del cúfico almeriense de la época han sido reiteradamente expuestas por M. Ocaña Jiménez, sintetizándose en la continuidad del cúfico simple cordobés y en la lentitud de su evolución”, ciñéndose perfectamente nuestra inscripción a esa primera característica, mientras que la lentitud evolutiva nos permite las pautas cronológicas.
Cerca de Senés encontramos otras inscripciones rupestres de tipo árabe. Aquí os dejo algunas fotos aunque a día de hoy no he podido encontrar más información sobre las mismas.
El yacimiento de Senés es hoy día el principal de la provincia (con excepción de Almería capital) en cuanto a inscripciones árabes descubiertas. En 1990 se encontró una segunda lápida sepulcral epigrafiada igualmente fechable en el siglo XI que está conservada en una casa particular del pueblo. En 1991 apareció esculpida en la roca, debajo de la fortaleza y entre dos molinos, una larga inscripción coránica cuyos caracteres morfológicos y estilísticos llevan, según M. Acien Almansa, a fecharla en el siglo XII.