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jueves, 26 de noviembre de 2020

La Noche de los Candiles

 Cuando empieza a caer la tarde, Almócita se ilumina por el planeta. El alumbrado eléctrico desaparece y la luz nace de los candiles. Uno de ellos, instalado en el Mirador del Candil, es récord Guinness desde 2013. El allí exhibido es 20 veces más grande que uno tradicional, una pieza que fue elaborada por el artesano Paco García, que contó con la fundamental colaboración del ingeniero industrial Antonio Leyva, que hizo el proyecto y la cubicación, y de José A. Forte, que fue el que tuvo la idea y que junto con otros vecinos se encargó de hacer la maqueta y de realizar el seguimiento de los trabajos, así como de elaborar todo el expediente para ser considerado el candil más grande del mundo. Este cuenta con una capacidad de 650 litros, 3,25 metros de alto, 2,45 de largo y 1,06 de ancho.

'La Noche de los Candiles' es un gesto que nace en el marco de la Semana Europea de la Energía y cada año, desde hace ocho, coincidiendo con la citada 'manifestación' el pueblo se ilumina solo con candiles durante una noche mágica, donde muy diversas actividades se realizan en sus calles. Los vecinos rescatan los viejos candiles para afrontar una noche con la única iluminación del fuego que nace de antorchas naturales, barriles hoguera recubiertos de piedra natural, una noche en la que las casas y fachadas son alumbradas con candiles y la cultura invade un pueblo que tiene un censo de 174 habitantes y que supera los 5.000 visitantes.


Fuente y fotos de: Iñaki Sedano Gonzalez

miércoles, 18 de noviembre de 2020

La Noche de los Burros

La Noche de los burros es una tradición que se celebraba durante el Sábado de Gloria en el municipio de Senés. Esta Tradición consistía  en cambiar los animales de los corrales provocando el enfado de los dueños. Esta  tradición ha ido cambiando a lo largo del tiempo. Actualmente los mozos del pueblo van por las casas de las mozas dejandole en la puerta flores si las consideran guapas y pencas si son feas. También se  cambian las macetas de una casa a otra, ponen bloques en medio de las calles encerrando a los coches y  contenedores . En el peor de los casos tapian las puertas con bloques para impedir la salida de las personas que habitan en su interior. 

Senés


martes, 17 de noviembre de 2020

El Aguinaldo

Antigua tradición donde la gente del pueblo iban de casa en casa cantando. Las familias ofrecían diversos productos como: productos de matanza, mantecaos y anís para mitigar el frio.


Ante las casas que eran bien recibidos cantaban:

A esta puerta hemos llegado

Cuatrocientos en cuadrilla,

Si quieres que nos sentemos,

Saca cuatrocientas sillas.

Saca una para mí

Y otra pa mis compañeros

Y los que silla no tengan

Que se sienten en el suelo.

Arete clavete, cordón para el pelo,

Cachas de navaja, culo de tintero.


Ante las casas que no eran recibidos cantaban:


Esta puerta es de carrasca

Y los clavos de alambre;

Vámonos de aquí, muchachos

Que están rabiando de hambre.




domingo, 15 de noviembre de 2020

Carreras de Cintas

 Las carreras de cintas empezaron siendo a caballo y tienen su origen en la España del siglo XIV, inicialmente dentro de la Orden de Caballería de la Banda, fundada en 1332 por el rey Alfonso XI de Castilla.  Este Rey quiso, como manera de imponer su poder en la rebelde nobleza, que algunos caballeros formasen la Banda de Oro, una orden de tipo laico y caballeresco que vestían paños blancos con un toque carmesí diseñado por el Rey mismo y que tenían el derecho a llevar adornos de oro y plata por su condición de caballeros.

Sus miembros debían tener un toque intachable comportamiento cortesano, participar en justas, ser solidarios y leales al rey. Las normas de esas justas y las expresiones de solidaridad se recogían en los estatutos de la orden, al igual que ciertas normas de conducta. Las carreras de cintas a caballo, se inspiran, pues, en las justas y torneos medievales. Las “justas” eran los combates entre dos caballeros a caballo con lanza en mano, que se llevaban a cabo para justificar la razón o derecho de alguno de ellos sobre el contrincante.

Estas carreras poco a poco han sufrido modificaciones pasando a formar parte de los juegos populares de nuestros pueblos, Huércal de Almería, Gádor, Alhabia entre otros . Nuestros abuelos corrían las carreras de cintas con mulas o burros y buscaban conseguir la cinta de la chica que le gustaba. 

Actualmente las carreras de cintas se hacen en bicicleta y forma parte de las celebraciones de las fiestas de los pueblos.

Bédar. Años 60.


Bédar. Año 1965.


Íllar. Año 70.



http://josemurrillo.blogspot.com/.../carrera-de-cintas.html?


Gigantes y Cabezudos

 No hay nada que me guste más, que el patrimonio Inmaterial. Tradiciones, costumbres arraigadas que han vivido con nosotros desde siempre. Siempre han estado ahí incluso antes de que naciéramos. Han formado parte de nuestra vida y sobre todo de nuestra infancia. Este patrimonio debería de permanecer siempre en nuestra memoria, a pesar del paso del tiempo . Mucha nostalgia, recuerdos, sentimientos, florecen mientras escribo esta publicación .  Sólo Intento frenar a uno de sus mayores enemigos,  EL OLVIDO.

Parece ser que esta fiesta se  remonta a la Edad Media,  la  época en que  comenzaron o aparecen en las fiestas, las comparsas de Gigantes y  Cabezudos, con  la aparición de la llamada  Tarasca. Parece ser que por primera vez salió en el pueblo de Tarascón (Madrid), representando una figura  de extraña serpiente con muchas cabezas, en la que se recogían los vicios y los pecados.

En  tiempos de Felipe III se prohibió que la Tarasca entrara en las iglesias, y fue permitido que sólo se quedaran en la puerta. En los Autos Sacramentales y danzas se repartieron estas comparsas, ridiculizando las costumbres de la Corte y del pueblo.

Así en Almería, aunque no se tienen datos de su primera representación, si existe una Real Cédula de Carlos III, comunicando a todas las ciudades de su reino, la prohibición de los gigantes y las danzas en las procesiones. 

La Orden de Prohibición 

De dicho documento entresacamos lo más sustancial: "A los de mi Consejo, Presidente y oidores de mis audiencias, alcaldes, alguaciles de mi Casa y Corte y todos los corregidores asistentes, gobernadores, alcaldes mayores y ordinarios y otros cuales fueren y justicia de estos mi reino, así de realengo como los de señorío, tanto a los que ahora son como a los que serán de aquí adelante. Sabed: Que habiendo negado a mis reales noticias algunas notables irreverencias que con las fiestas del Santísimo Corpus Christi de este año, se ha cometido con ocasión de los Gigantones y demás, en donde permanece la práctica de llevarlos en las  procesiones de aquel día; y teniendo presentes al mismo tiempo las razones que el mismo Consejo me manifestó en consulta, de diez de abril de mil setecientos sesenta y dos y tratándose de los Gigantones de Madrid y lo resuelto por mí a la citada consulta en que fue servido mandar se quitasen  para lo sucesivo los Gigantones, Gigantillas y Tarascas, porqué semejantes figurones no solamente no autorizaban á la procesión y el Santísimo Sacramentó, sino que su concurrencia causaba no pocas' indecencias, por lo cual no se usaban en Roma, ni en muchos de los principales pueblos de España, pues sólo servían para aumentar el desorden y distraer la devoción de la Majestad Divina; por mi Real Orden publicada el diez de este mes he resuelto: ''Que en ninguna Iglesia da estos mis reinos, sea católico, parroquial o regular, hayan en adelante tales dantas ni Gigantones, sino que cese del todo esta práctica en las procesiones y de más  funciones eclesiásticas, como poco corriente a la gravedad y de coro que  en ellas se requiere". Recibida dicha Real Cédula en esta ciudad por su Gobernador el Conde de la puebla de los Valles, procedió a dar conocimiento de ella a los de su jurisdicción, con la trascripción de la misma, que tiene fecha 24 de agosto de 1780.

Se enviaron oficios a los pueblos de Almería, Rioja, Benahadux, Gádor, Alicún, Alhabia, Terque, Santa Cruz, Gérgal, Olula de Castro, Sorbas.- Nijar, Felíx y Roquetas. De lo que se deduce, que en tales pueblos se celebraban, también los divertimientos dé Gigantes y Tarascas.

Aunque no se tiene fecha exacta de la duración de la prohibición, no es aventurado suponer que, al limitarse la prohibición a las fiestas religiosas, sé incluiría como parte del programa en los regocijos y fiestas populares que a través de los tiempos hubiesen figurado con carácter de bullicio y sin símbolos ni alusiones, sino simplemente como regocijo de los niños en sus alegres dianas y pasacalles

¡ Vivan las fiestas. Vivan los Gigantes y Cabezudos!


Almería. Principios de los 60.

Calle Real, Almería. Año 1960.


Plaza de la Libertad o Plaza del Ayuntamiento. 18 de Agosto de 1903.

Alhabia. Año 1940.


https://www.diariodealmeria.es/.../Tradicion-Gigantes...

sábado, 31 de octubre de 2020

Quema de la Zorra

Quema de la Zorra.


Orígenes

La quema de la zorra constituye una de las tradiciones más extendidas de la Alpujarra. Algunos autores como Caro Baroja, relacionan este ritual con la conmemoración de la caza de alimañas que merodeaban por los alrededores del pueblo, con un marcado sentido de autodefensa. Otros autores sin embargo asocian este ritual con la magia.

La zorra es un muñeco relleno de cohetes "rateros", recubierto de papel de embalaje de color marrón. Dependiendo de las localidades el ritual cambiaba en cuanto a su propio contenido, así por ejemplo, en la localidad de Soportújar cada año se celebraba el "entierro de la zorra" de forma singular.

En otras localidades de la Alpujarra almeriense la zorra se pasea por las calles, acompañada por los vecinos y la banda de música hasta llegar a la plaza. En este lugar un miembro del ayuntamiento recita los parlamentos burlescos del "sermón de la zorra" o el conocido "reparto de la zorra". Una vez finalizado el sermón se quema la zorra recorriendo esta una de las calles principales de la localidad. 

Una de las figuras que aparecían en este festejo eran los diablillos. Estos se disfrazaban con trajes con cintas de colores y se dedicaban a perseguir a la gente con vejigas de cerdo infladas y palos de cartón, persiguiendo a la gente para que entregase un donativo como pequeña ayuda a financiar las fiestas de su localidad.

 Preparativos

 La celebración de este ritual como ejemplo Íllar, está relacionado directamente con las fiestas patronales en honor a Santa Ana y San Joaquín. 

Con antelación el ayuntamiento encarga al pirotécnico de Bentarique la elaboración de la zorra para las fiestas. Este artesano se encarga de elaborar el muñeco de la zorra y forrarlo de todo el material pirotécnico (petardos, cohetes, etc.).

 Desarrollo

 Al terminar la procesión de los patrones Santa Ana y San Joaquín, tiene lugar la famosa quema de la zorra, uno de los momentos más esperados por niños y jóvenes.

Sobre las diez u once de la noche, la banda de música acompañada de numerosos vecinos, se aproximan a las cercanías del almacén del ayuntamiento para esperar la salida de la zorra. El acompañamiento esta marcado por el júbilo de los participantes que bailan al son de la banda de música.  

La comitiva acompaña a la zorra hasta llegar a la pequeña plazoleta situada en la fachada principal del ayuntamiento. En este momento la banda de música para de tocar para dar paso al famoso "reparto de la zorra", acto que marca el carácter burlesco del ritual. En este momento, se simula el reparto de las diferentes partes del cuerpo del animal entre diversas personas y grupos de la localidad. 

En este sermón un miembro del ayuntamiento se encarga de figurar el reparto de todos los miembros de la zorra: el corazón, el pellejo, un jamón, el armazón, la asadura, el riñón, el esternón, los ojos, las garras, el costillar, el pelo, las uñas, etc.

Al final del pregón se grita: ¡Viva la zorra! ¡Fuego a la zorra!. Es en este momento cuando los asistentes corren para dirigirse hacia uno de los extremos de la calle por los que pasara  la zorra. La quema de la zorra dura escasos minutos, sin embargo la sensación de riesgo entre los participantes es extrema, ya que es transportada a gran velocidad de un extremo a otro de la calle disparando los petardos en todas las direcciones hasta que finalmente se quema toda la pólvora.

 Transformaciones

Debido a la introducción de nuevas medidas de seguridad como método de precaución de accidentes, se ha reducido el tiempo del recorrido de la zorra y la carga de pólvora. Antiguamente la estructura de la zorra se construía con cañas, actualmente esta se hace con una armadura de varas de hierro, la cual se utiliza año tras año debido a su gran resistencia.

Organizadores

La comisión de fiestas, organización formada a través del ayuntamiento, es la encargada de preaparar todo lo que rodea a la elaboración y quema de la zorra.

¡Vivan las Fiestas, que viene la Zorra!

miércoles, 28 de octubre de 2020

La Trilla

 Seguimos con el Patrimonio Inmaterial. Un patrimonio que por desgracia se va perdiendo poco a poco debido a las nuevas tecnologías. Hablamos de la Trilla. 

Se denomina trilla a la actividad y su resultado, que se hace con los cereales, tras la siega, para retirar el grano de la paja. Según las épocas y las regiones se han empleado diversos sistemas para separar el grano de la paja: Podemos diferenciar dos métodos la maja y la trilla.

La Maja 

Maja empleado cuando la cantidad de mies es poca y cuando interesa conservar las cañas de paja en el mejor estado posible para su uso posterior en techumbres, cestos, atar gavillas, etc. y que se empleaba con cereales de paja más larga como el centeno.

Golpeando (majando) las gavillas de cereal contra una piedra majadera, o una tabla llamada tarugo majadero. Las gavillas se sujetaban con las dos manos un manojo cogido por los tallos, y la espiga se sacudía contra la superficie de majar; así, ésta se desgranaba y soltaba la semilla. Se usaba para pequeñas cantidades y tenía la ventaja de que la limpia posterior era más fácil. Aunque el procedimiento no era tan efectivo como los otros sistemas, pues dejaba algunos granos en las granzas.

La Trilla 

La Trilla propiamente dicha, al tiempo que desgrana las espigas tritura también la paja que puede tener otros usos.

Haciendo pisotear la mies esparcida por la era por tropillas de bueyes o caballos ("trilla a yegua suelta"). Este tipo de trilla se usaba en el Antiguo Egipto y en la Antigua Roma, esta también sería la técnica descrita por Jenofonte es su libro de Economía (Diálogo entre Sócrates y Iscómaco); en la Meseta española se empleó este sistema para pequeñas cosechas de garbanzos y cebada (ya que éstas se desgranan con mayor facilidad que el trigo y, a veces, no son necesarios más instrumentos): En las partes donde ay yeguas, trillan con dos, ò tres varillas, que cada varilla ∫on doze yeguas, y de e∫ta manera en un día, haziēndo buen tiempo, trillaràn cinquenta, ha∫ta cien cargas de trigo. Otro ejemplo: «El trigo no se trilla mediante trillos si no que se quiebra por los caballos que se arrean en rueda en número de cien hasta doscientos en el lugar donde yacen las espigas. Con esto se ahorra mucho tiempo y trabajo».

Trilla con trillo:

 El trillo consistía en una plancha de madera, cuya superficie inferior tenía incrustadas una gran cantidad de piedrecillas cortantes, habitualmente lascas de sílex y el frente curvado hacia arriba como un trineo. Los trillos eran arrastrados por caballos o bueyes sobre la parva extendida en una era, y conducidos por un "trillique", que era generalmente un rapaz, todavía pequeño para hacer la siega, labor más dura.

Tras la trilla se hacía la limpia por medio del aventado, que consistía en lanzar al aire la mezcla de paja y grano obtenida; la brisa más ligera era capaz de arrastrar el bálago a un lado, mientras que el grano caía en el mismo lugar. Es concebible y muy probable que esta sea la forma de aventado descrita por Jenofonte, de forma vaga porque la supone muy conocida, en su libro Economía.

Hacia los años 1930 todas estas labores eran manuales en España. Con la mecanización agraria, a partir de los años 40, comenzaron a difundirse trilladoras mecánicas, aunque la trilla siguió siendo tradicional. La limpia por aventado, en cambio, lo hacía otra máquina, la aventadora o «beldadora». Modernamente las cosechadoras, hacen toda la labor, desde la siega hasta la separación del grano y de la paja, que dejan sobre el terreno en sacos y pacas, respectivamente, para su recogida. Otras veces la propia máquina almacena el grano y, periódicamente, se pasa a un depósito provisto de una tolva arrastrado por un tractor.

Con estos cambios, un campo que antiguamente necesitaba 70 personas trabajando durante 15 ó 20 días, se cosecha ahora en un día o dos, con una máquina y dos personas.



Fiesta de los Quintos

 Que pena da que se valla perdiendo este tipo de tradiciones. Este tipo de patrimonio Inmaterial tiene la ventaja de que nunca muere, porque se alimenta del recuerdo. Por eso hoy quiero alimentar este patrimonio precisamente para eso, para que nunca muera. FIESTA DE LOS QUINTOS. 

Los quintos eran aquellos  jóvenes que al cumplir la mayoría de edad se iban hacer  el servicio militar. Estos quintos realizaban en el pueblo  una fiesta y realizaban una misa y procesión para despedirse de los vecinos antes de irse a la mili. 

La denominación "quinto" proviene de la obligación de realizar el servicio militar que Juan II de Castilla (1406-1454) impuso durante su reinado, según la cual uno de cada cinco varones debía servir al ejército, siendo posteriormente retomada dicha disposición por Felipe V en 1705. Previa a dicha incorporación, tradicionalmente los jóvenes de un mismo tramo de edad han celebrado la fiesta que lleva este nombre, "de los quintos", entendida como rito de paso, de masculinidad o de exaltación. 

No se dispone de documentación escrita donde aparezcan recogidos los elementos propios de este ritual tal y como se realizaba en el pasado, sólo la tradición oral que ha ido pasando de padres a hijos mantiene viva esta fiesta en la actualidad.

La celebración de la fiesta de los quintos no ha sufrido cambios importantes, a pesar de que haya desaparecido el motivo que originó su celebración. Parece que tal costumbre ha pervivido tras la eliminación del servicio militar obligatorio con un sentido más orientado a la entrada en la mayoría de edad de los jóvenes. Los habitantes del municipio de Abrucena por ejemplo han querido mantener esta celebración como un elemento destacable dentro de su patrimonio cultural. Para ello, los participantes y sus familias se esmeran año tras año en los preparativos y la celebración, a pesar del elevado gasto económico que supone afrontar tal fiesta. Cada año los familiares realizan un importante desembolso económico que actualmente se ha convertido en un elemento destacable que confiere un determinado  prestigio social.

Quintos de Alhabia, año 1985
Quintos de Cantoria

Fiestas de las Castañas

Fiestas de las Castañas

Origen

Las leyendas populares cuentan que antaño, durante la noche de todos los Santos, vigilia del día de los difuntos, las campanas de las iglesias tocaban toda la noche.

Tocaban a muerte hasta el amanecer para avisar a la gente de que había llegado la hora de rezar a los difuntos. Amigos y familiares acompañaban a los campaneros en su difícil tarea, mientras compartían castañas, fruto invernal de gran valor energético.

Celebración

Con la llegada del frío es la llegada de este fruto. Se trata de una fiesta ancestral en la que se enciende una hoguera en el campo y una vez listas las brasas, se extienden las castañas sobre un recipiente o lamina metálica con agujeros.

Para que no salten o exploten las castañas se les hace un corte en un extremo. Una vez asadas, se pelan y se comen. Era costumbre tiznarse la cara con los restos de la hoguera o lumbre, con los carbones; saltar las lumbres, contar cuentos y cantar canciones populares.

Celebrar esta fiesta es todo un ritual que tiene como protagonista la castaña. Este fruto de alto valor nutritivo y aspecto humilde nos anuncia la llegada del FRÍO.

Viva las Fiestas, las Fiestas de las Castañas.



domingo, 25 de octubre de 2020

Antiguos Lavaderos

 Seguimos con el Patrimonio Inmaterial que ha dejado su huella imborrable a pesar del paso de los tiempos. Las grandes protagonistas de esta publicación, las MUJERES. Para ellas va dedicada esta rememoracion . Me refiero a Los Lavaderos. 

Los antiguos lavaderos, además de un sitio de trabajo, eran puntos de encuentro y de tertulia para las mujeres del lugar. Un universo propio, un espacio heredado, de madres a hijas a lo largo del tiempo. Las mujeres, allí reunidas, cantaban, contaban historias y se ponían al día de los sucesos de la vida cotidiana y, porque no, también provocaban a su vez nuevos acontecimientos en la vida de la comunidad, como ya dijo Saramago “las conversaciones de las mujeres mueven el mundo”.

Las mujeres se reunían a lavar la ropa a la orilla de un río, un arroyo, en las acequias, pozos o en las fuentes, ya que en las casas no había agua corriente. Salían por la mañana y en más de una ocasión pasaban allí casi todo el día. Llegaban andando desde sus casas acarreando sus barreños de ropa sucia. Si lavaban directamente en el río o arroyo solían llevar una tabla llamada losa con adornos y hendiduras que facilitaban el restregado de la ropa, el jabón utilizado era hecho en casa con sosa y grasa, normalmente de cerdo, la que sobraba de la matanza. El jabón elaborado así, artesanalmente, se guardaba en una caja de madera cortado en piezas cuadradas y rectangulares. Muchas veces, después de enjabonar la ropa, la tendían al sol, para que blanquease, la dejaban allí hasta el día siguiente, y entonces se aclaraba y se llevaba a casa.

Los lavaderos solían construirse a las afueras de los pueblos y cerca de arboledas o praderas que servían para tender la ropa y que se orease. Se dividían en dos estanques en uno enjabonaban (solía situarse en la parte mas baja) y en el otro aclaraban, este estaba en un lugar algo más elevado “para que sus aguas no se viesen”. Alrededor de estas pequeñas pozas había un espacio con inclinación y ondulaciones para facilitar el frote de la ropa. En los lavaderos más antiguos, las mujeres lavaban de rodillas, con el tiempo se construyeron de forma que se pudiese lavar de pie, para que fuera mas llevadero. Había mujeres que trabajaban como lavanderas, ya que el lavado a mano era una faena muy dura, especialmente en invierno cuando el agua estaba muy fría.

“Hacer la colada”, esta frase que todavía hoy conservamos en el habla común para referirnos a lavar la ropa, en realidad define una acción más concreta y es la de blanquearla e higienizarla. La labor de colar se hacía en casa, donde a veces había un cuarto solo para hacer la colada, era un trabajo que lo realizaban las mujeres con ayuda de sus hijas, una mujer adulta tenía que estar a cargo del proceso, porque se manipulaba agua muy caliente. Se hacía una vez al mes, o incluso cada dos o tres meses, en verano se hacía más a menudo.

Para hacer la colada se necesitaba un caldero para hervir el agua, un cocio (forma de tinaja grande) hecho de barro, un cernadero era una pieza grande de lienzo y ceniza fina, principalmente de carrasca. Esta ceniza procedía de la leña que se quemaba en los fogones de las casas para calentarlas y cocinar. Era un artículo muy valioso, en los pueblos que no disponían de leña de carrasca iban a comprarla fuera. Por último, para realizar el aclarado se utilizaban losas de madera y gamellas o calderetas.

El proceso era sencillo pero delicado, primero se ponía la ropa a remojo en agua para después meterla formando capas lo más extendida posible en el cocio, sin jabón. El cocio se tapaba con el cernadero bien tensado, y se sujetaba a la parte de arriba con una cuerda o cordón. A continuación se echaba ceniza de carrasca encima del cernadero, una cantidad suficiente para cubrir la superficie del cernadero, como éste era de un tejido muy grueso, no había peligro de que la ceniza se metiera en el cocio y manchara la ropa. Mientra tanto, se había puesto a hervir agua en un caldero grande. Cuando esta hervía, comenzaba el acto de colar, así se vertía encima de la ceniza poco a poco con un cazo mas pequeño. Esta operación había que hacerlo con cuidado para no escaldarse.

El agua se filtraba por la ceniza y el cernadero y pasaba al cocio, empapando las capas de ropa. El agua que se filtraba por la ceniza tenía un efecto de lejía que era el que conseguía limpiar y blanquear las prendas El trabajo se repetía una y otra vez, ya que el agua sobrante se iba escurriendo por un orificio practicado en la parte inferior del cocio, se volvía a recoger a calentar y a verter de nuevo en el cocio. La colada duraba varias horas, en función de la ropa que se tuviera y lo sucia que estuviera, el agua que se reutilizaba se cambiaba si estaba muy sucia. Una vez que se había terminado de colar, las prendas se aclaraban en cualquier sitio al efecto, el río, acequias, pozos o los lavaderos públicos.

Lavaderos de la Chanca
Lavaderos de la Chanca
Lavaderos de Terque
Lavaderos de Mojacar
Lavaderos de Mojacar
Lavaderos de Sorbas.

sábado, 24 de octubre de 2020

Feria del Ganado

 Hoy quiero rememorar una tradición que muchas personas la han vivido  en primera persona  y otras la recordarán como es mi caso  de oidas de abuelos o familiares. Para que nunca caiga en el olvido creo  esta publicación de esas grandes ferias celebradas con entusiasmo por los habitantes de esos pueblos de nuestra querida Almería.  Me refiero, a las Ferias del Ganado.

Las ferias y mercados en general han jugado un significativo papel social, económico y cultural en la sociedad rural tradicional española. Específicamente, las ferias y mercados de ganado constituyeron en su momento el sistema tradicional del comercio pecuario, y todavía mantienen en la actualidad su relevancia social y económica en ciertas zonas geográficas de España.

Normalmente esta feria se celebra en lugares públicos concurridos de los pueblos o ciudades y en días señalados, generalmente una vez al año, aunque en algunos sitios hay dos o tres ferias anuales. Lo general es que se celebre la feria en cualquier rodeo o descampado cercano a la población y lindante con alguna corriente de agua que sirva de abrevadero. En tal lugar suele reinar el desorden y el barullo, más o menos pintoresco, pero origen de graves males, como contagios, sustracciones y engaños de toda índole. La inspección veterinaria se efectúa con grandes dificultades y notoria incomodidad; el ganado pernocta a la intemperie o hacinado en malos y caros locales.

“El comprador observa primero la yunta que desea adquirir. El dueño no se da por advertido del espionaje. El primero, después de apreciar concienzudamente la anatomía de las reses, avanza a mayores estudios: con su vara mide la longitud de cada buey, para ver su igualdad, y la altura de las ancas para apreciar su simetría. El vendedor le deja hacer sin despegar los labios, seguro de la bondad de su ganado. Enseguida el otro palpa las orejas para apreciar su carnosidad, y abre los párpados de la res para examinar el grosor y limpieza del ojo. No deja de ver si las pezuñas son cortas, anchas y tersas, y por último, cogiendo por el hocico al animal, le obliga a abrir la boca para ver los dientes blancos, grandes y apretados. Estas operaciones se repiten una, dos, veinte veces, sin que se agote la paciencia del dueño ni la curiosidad del tratante, ni, lo que es más prodigioso, la mansedumbre del buey objeto de tantos experimentos”. La compraventa de animales domésticos originaba multitud de reclamaciones y litigios, cuya existencia entre los medios ganaderos es proverbial desde los tiempos más remotos. Las ferias de ganado, motivo de buenos negocios, eran también origen de ruinosos pleitos, y el decomiso de una res de abasto es causa de litigios sobre la persona que debe sufrir la pérdida: ganadero, tratante o carnicero. Asimismo, el vendedor tenía que garantizarle al comprador la posesión legal y pacífica de la cosa vendida, y debía responder de sus vicios o defectos ocultos, los denominados “vicios redhibitorios“, tema tratado en distintas hojas divulgadoras publicadas por el Ministerio de Agricultura, como la adjunta publicada en 1955:

“La edad puede falsearse vaciando los dientes y reconstruyendo la negrilla en el animal que ya ha cerrado, o recortando un poco los dientes. Una caballería puede hacerse pasar por de más edad arrancándole los dientes de leche. La administración de arsénico o antimonio días antes de la venta pone a los animales lustrosos y aparentemente gordos y sanos. El pelo puede también ponerse brillante, quemándolo ligeramente y planchándolo después, o bien recortándolo un poco. Un animal viejo o agotado puede tomar apariencia de más joven y de más viveza mediante la insuflación de aire o inyección de parafina blanda en las cuencas orbitarias”.

Son las ferias de año, pues, uno de los acontecimientos ganaderos que más arraigo tienen en nuestros pueblos y su celebración tiene implicaciones comerciales y económicas, al realizarse durante las mismas un elevado número de transacciones que suponen para muchas familias una de las principales fuentes de ingresos, y por otra constituyen, sin duda, uno de los signos de identidad cultural y folclórica más importantes de nuestra tierra”.

Feria de Alhabia
Feria de Vera
Feria de Cuevas de Almanzora
Feria de Gérgal
Feria de Huércal Overa.


miércoles, 21 de octubre de 2020

La Uva del Barco

 Hoy quiero rememorar la gran labor que  se llevó a cabo entre 1807 y 1970. Como no, la gran Uva del Barco.

La uva de Ohanes (también denominada uva de barco, uva de embarque o uva de Almería) es una variedad de uva de mesa, cuyo cultivo ha estado principalmente extendido en la provincia de Almería (Andalucía-España), llegando a ser una de las principales fuentes económicas de esta provincia.

Su explotación industrial comenzó a principios del siglo XIX y es a finales de los años 1970 cuando comienza un progresivo declive acentuado en las dos décadas posteriores.

Esta variedad de uva se caracteriza por formar racimos de gran tamaño, tener los granos cilíndricos, de color amarillo cera y sus excepcionales cualidades de conservación.

Características principales

Los racimos tienen forma alada con dos hombros y raspón grueso y de color verde. Sus granos son cilíndricos y umbilicados (fondo de orza) con unas medidas que están entre los 1,2-1,8 cm de anchura y los 2-2,5 cm de longitud. Estos tienen un color amaríllo cera y su hollejo (piel) con pruína no muy abundante. La pulpa es carnosa, dura y crujiente y contienen normalmente 3 pepitas. La flor tiene cáliz rudimentario y corola color verde claro y rojo en la unión de los 5 pétalos, los cuales está soldado en el ápice formando un capuchón o capotilla, que recubre los órganos de reproducción, entorpeciendo la fecundación natural por lo que es necesaria hacerla de forma artificial mediante una costosa operación denominada por los agricultores como «engalpe» (polinización artificial).

Origen

Esta uva se generó por la hibridación natural de otras variedas como la «uva blanca Jaén» y la «uva de Rágol» también denominada «uva de colgar».

Esta uva, según narra Simón de Roxas Clemente, en una obra publicada en 1807, que trata sobre los cultivos andaluces de entonces, se cultivó por vez primera en la localidad almeriense de Ohanes, extendiéndose su cultivo a la localidad Rágol y posteriormente por todos los terrenos cultivables del valle del Andarax.

Exportación

Su exportación se inició en 1835, la uva era tansportada en barco dentro de barriles de 22 kg. En un principio eran casas malagueñas las que venían a embarrilar y embarcar la uva, que posteriormente fueron suplantadas por otras locales y desarrolló de una importante industria artesanal de la barrilería en las localidades donde se cultivaba.

Su exportación, cobra a partir de 1880 una presencia hegemónica a nivel de mercados, con un importante desarrollo entre los años 1906 y 1916. Un estudio de Francisco Rueda Cassinello, habla de una producción de 60.000 arrobas en 1835, siendo 11 veces superior en 1881 y en 1907 llegó a 2.491.273 barriles. Los principales mercados en esos años eran: Inglaterra, Alemania y Estados Unidos. A éstos se sumaron los países escandinavos como principales consumidores: Noruega, Suecia, Finlandia y Dinamarca. También Portugal, Francia, Canadá, Suiza, Brasil, Argentina, Cuba, Argelia, México, China, Italia, Bélgica, Holanda, Venezuela o India se unieron a la demanda de la producción.

Durante la Guerra Civil (1936-1939) se produjo un cierre de los mercados que continuó durante gran parte de los años 1940 debido a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

Es ya en los años 1950 cuando se produce una notable recuperación de las exportaciones de uva, aunque no llegan a alcanzar las cifras de los primeros años del siglo XX. Los canales de comercialización, comienzan a ser controlados especialmente por exportadores de origen levantino, que compran el producto a pie de parcela. También en estos años se produce un cambio importante en la presentación del fruto, con la progresiva sustitución de los barriles de 22 kg por cajas de 10 kg y cabe destacar el incremento constante de su transporte por carretera, el cual en los años 1960 llegó a ser mayoritario frente al transporte marítimo.

Declive

A finales de los años 1970 cayó irremisiblemente la cotización nacional de este producto. Las «golden grapes» a las que aludían las coloristas etiquetas en barriles y cajas que se introdujeron a nivel mundial, perdiéndose los mercados internacionales ante las variedades italianas e israelitas, cuya producción era más temprana. Desde entonces, las diferentes administracciones han insistido en que era necesaria la reconversión del cultivo. Inicialmente se pretendía que ésta se hiciese sustituyendo el cultivo de la uva de Ohanes por otras variedades de uva, ya que lo que estaba en crisis no era el cultivo de la parra sino esta variedad en particular. Sin embargo ninguna otra variedad de uva llegó a tener éxito.

Este declive se acentúa en los años 1980 y 1990 y las hectáreas en cultivo descienden desde 6000 a menos de 2000 ha.

En la campaña 1987-1988 la Comunidad Económica Europea actual Unión Europea inicia un programa para el abandono definitivo de cultivo de viñedo. Esto supuso que se subvencionara el arranque de parrales, lo cual palió el descalabro económico que suponía en el valle del Andarax el abandono de este cultivo, que ya se venía llevando a cabo sin subvención económica. Este programa duró hasta la campaña 1995-1996 y supuso el arranque de un gran número de parrales.






La Matanza del Cerdo

La matanza del cerdo se realiza durante el periodo invernal  entre los meses de noviembre y febrero, siendo en diciembre y enero los meses de mayor actividad. Se concentra en dichos meses por las bajas temperaturas, que permitirán posteriormente curar los productos obtenidos.


Descripción

 La matanza del cerdo constituye una de las actividades más extendidas por la región andaluza desde primeros de diciembre a febrero, que forma parte de los recursos de auto subsistencia dentro de la economía doméstica. Se pueden sacrificar uno o varios cerdos para proporcionar las chacinas alimenticias de una familia durante el año. La matanza presenta muchas especifidades locales, según la época histórica y zona de celebración.

En concreto, aunque es extensible a otras comarcas, se trata de una costumbre generalizada y transmitida generacionalmente que contiene saberes que se realizan de forma artesanal, independientemente de la introducción de maquinarias, ya que los conocimientos se mantienen sin alteraciones sustanciales con el paso de los años. 

El oficio del matarife es aquella persona encargada de matar y realizar el despiece del cerdo. La particularidad del matarife en la actualidad es la técnica que continua utilizando, a diferencia de cómo se realiza en los mataderos, pues el cerdo se mata con un cuchillo, que se clava en el cuello del cerdo dejando sangrar y aprovechando con ello ésta. A pesar de la figura del matarife, este saber precisa de un trabajo de más personas que agarran el cerdo mientras el matarife hace la incisión al cerdo. El matarife tiene la función principal en el acto de la matanza, pero durante las diferentes fases del trabajo es ayudado por diferentes personas (hombres principalmente). Una vez matado el matarife, siguiendo las pautas de las mujeres, descuartiza el cerdo de una manera u otra dependiendo de cómo se vaya a consumir. 

El matarife actualmente elabora parte del trabajo de la elaboración de los embutidos, rompiendo con un modelo que diferenciaba entre los trabajos masculinos (matanza) y femeninos (embutir y cocinar).


Extensión de la actividad


 La matanza ha sido una acción común principalmente en la zona de interior. Hoy, a parte de los mataderos oficiales, la matanza continua realizándose pero de manera reducida. 

Atado

Entre seis u ocho personas se agarra al cerdo para subirlo encima de la mesa. Para poderlo controlar se le atan a la pata derecha trasera y la izquierda delantera una cuerda, al morro se le introduce una aro de alambre que, anudado a una vara metálica, sirve para presionar y controlar al animal. Entre todos se sube el cerdo a la mesa, donde es agarrado con las cuerdas a las patas de la mesa, mientras una persona agarra la cabeza por la oreja y otras dos inmovilizan las otras dos patas que quedan sueltas, quedando el cerdo inmovilizado, tumbado y acostado de lado.

Muerte

El matarife clava el cuchillo en el cuello del cerdo buscando la yugular, haciendo una obertura de entre cinco y siete centímetros. El cerdo continúa agarrado hasta que deja ir la mayor parte de la sangre y finalmente muere.

La sangre se recoge en un recipiente (cubo, barreño). El matarife la remueve para que no se cuaje ("matarle el nervio a la sangre") y se cubre con un trapo.

Pelado

A continuación se procede a eliminar el pelo de la piel del cerdo. Dicho procedimiento se puede realizar de dos maneras, una vertiendo agua caliente y otra con un soplete de butano. Con la llama de fuego se queman todas las partes del cerdo y, a continuación, con un cuchillo se retira todo el pelo quemado. A la vez, se limpian las pezuñas y el interior de las orejas. Finalmente se limpia todo con un chorro de agua.

Limpieza

Limpiado el cerdo, la primera parte que se extrae es la cabeza que se pondrá en un recipiente con agua.

A continuación se sitúa el cerdo con el lomo en la mesa y las patas para arriba y se hace una incisión hasta que queda abierto por la mitad, quedando la abertura a la altura de las tripas, siendo éstas lo primero que se extrae. Al no ser utilizadas se ponen en un saco para tirarlas, sin embargo si fueran utilizadas para la realización de las morcillas se pondrían en agua y se lavarían. Después de la extracción de las tripas se sacan los pulmones, corazón, hígado y los órganos restantes (asadura). Éstos se ponen en agua hasta su preparación.

Despiece

Se abre el cerdo definitivamente con un hacha, separando la columna vertebral de las costillas. Con un cuchillo (puntilla) se recorta toda la columna hasta la cola y se retira. Se limpia con agua para quitar la sangre  y restos. Se escurre el agua.

En el despiece las primeras partes en cortar son las patas traseras, retirando luego el costillar, el lomo y las patas delanteras. Las diferentes partes que son retiradas son colgadas con un gancho de una vara para que se sequen al aire hasta que sean troceadas. Durante este proceso se retiran partes que se utilizaran posteriormente para el relleno de los embutidos.

Corte

El siguiente proceso es el de trocear y limpiar las diferentes partes. De la cabeza se retiran el morro, las orejas, la lengua y la careta. Al partir las diferentes partes de la carne resultante, dependerá de cómo vayan a ser utilizadas. En este caso el matarife pregunta a las mujeres de la casa cómo lo quieren y procede a su troceado. A la vez, se van separando los restos de la carne que será utilizada para la morcilla, chorizo y salchichón.


Herramientas Utilizadas.


Llenadora. 

Deposito cilíndrico que se sitúa de forma horizontal. En un extremo tiene una salida estrecha en forma de embudo donde se coloca la tripa que se rellena girando una manivela que presiona el interior del cilindro. En el otro extremo tiene un obertura por donde se rellena el cilindro con la masa de morcilla, chorizo o salchichón. 

Picadora. 

Es una trituradora de carne eléctrica.

Cuchillo. 

Mango de plástico o madera con hoja de acero. Existen diferentes tipos de cuchillos dependiendo de su función: cuchillo de matarife (con la hoja de acero de unos cinco seis centímetros de largo por dos de alto), o carnicero (con una hoja de acero de unos veinte centímetros de largo por tres o cuatro de alto). 

Hacha.

 Hoja de acero afilada de forma trapezoidal  con un ojo en el extremo opuesto de la hoja donde se calza una vara de madera.

Argolla. 

Vara metálica que en un extremo tiene un aro de alambre que al estirar del extremo opuesto se encoge.


Productos que se obtienen.


La morcilla se realiza principalmente con la grasa y una pequeña parte de carne macerada con especies y la sangre del cerdo. 

Chorizo. Tiene una proporción de carne mayor que la morcilla y se macera principalmente con pimentón rojo que le da el color. 

Panceta. Parte de la piel del cerdo con grasa que se conserva en sal.

Los huesos, una vez descuartizados, se ponen en sal como forma de conserva. 

Carne fresca. Dependiendo de lo que se decida hacer el cerdo ofrece el lomo, costillar, secreto, pluma, solomillo. Si las patas no se utilizan para curar y hacer jamón se consumen también como carne fresca.


sábado, 17 de agosto de 2019

San Ramón Nonato

Guarda gran fervor entre la población de la pequeña pedanía de El Cariatiz, perteneciente a Sorbas, San Ramón Nonato, cuya iglesia fue construida en su honor gracias al terreno donado por un vecino influyente de la localidad y devoto del santo, conocido popularmente como "Tío Ramón Grande". Al igual que en otras celebraciones de la comarca, es tradicional el reparto de roscan de pan que las familias hacen durante la procesión del día 31 de agosto a modo de ofrenda, siendo aquí singular la asistencia de mujeres y recién nacidos para su presentación a este santo protector de las embarazadas, cumpliendo así con las promesas de éstas tras el alumbramiento. 

Descripción extendida

Orígenes documentados o atribuidos El patronazgo de San Ramón Nonato, en la pedanía de Cariatiz, surgió a finales del siglo XIX, La construcción de la Iglesia dedicada a este Santo fue posible gracias al terreno donado por un vecino influyente de la localidad, conocido popularmente como "Tío Ramón Grande". Este vecino contaba en su domicilio con una pequeña imagen de San Ramón Nonato, patrón de las embarazadas, al que había encomendado su futura paternidad. En honor a este vecino y a la gran devoción que profesaba hacia este Santo, el pueblo de Cariatiz adoptó esta advocación. Preparativos Las mujeres de Cariatiz (generalmente las vecinas del barrio de Los Alías) son las encargadas de la decoración y limpieza de la ermita, así como de la preparación del trono y de la colocación de las roscas de aceite que luce el Santo, anudadas a la cintura. Sin embargo, es la comisión de festejos, elegida anualmente, la encargada del resto de preparativos que requiere esta celebración. Entre sus principales tareas destacan recaudar el dinero para la celebración y concretar el programa de fiestas. Desarrollo En la víspera del 31 de agosto los habitantes de Cariatiz ultiman los preparativos que darán paso al comienzo de las fiestas patronales. Son numerosos los vecinos que durante todo el día acuden a la Plaza de Los Alías para colaborar en los preparativos. A las dos del mediodía, los habitantes de Cariatiz se concentran en la Plaza de Los Alías, donde tiene lugar un almuerzo popular que organiza la comisión de fiestas. Por la noche, alrededor de las once, comienza la verbena. Esta es una noche de diversión y de baile que no finalizará hasta bien entrada la madrugada. 

El día del patrón (31 de agosto) tiene lugar el ceremonial religioso. A las once de la mañana comienza la misa en honor al Santo en la Iglesia de San Ramón Nonato. Este acto se desarrolla ante la presencia mayoritaria de la población femenina, mientras que la mayor parte de los hombres esperan, en el exterior, la salida de la imagen del patrón. 

Finalizada la misa, comienza la procesión, que incluye el siguiente itinerario: salida de la Ermita de San Ramón Nonato, situada en la Plaza de Los Alías, sigue el camino con dirección al barrio de Los Martínez y a unos doscientos metros gira a la izquierda y toma la llamada popularmente calle de Las Carreras. A continuación, la comitiva inicia la subida a la calle Torreta (en dirección al barrio de Los Josefos), continúa hasta la Plaza de Arriba y toma a la derecha dirección La Fuente, por la que se accede de nuevo a la Plaza de Los Alías. El itinerario se realiza íntegramente en el barrio de Los Alías, que constituye el mayor núcleo poblacional de Cariatiz; en este espacio también se concentran los servicios públicos. Esta pedanía no dispone de un callejero urbano oficialmente aprobado donde quede constancia del nombre de las calles, que popularmente son identificadas o conocidas a través de las familias que las habitan y los inmuebles que incluyen. 

El recorrido procesional despierta gran expectación entre el público asistente, ya que durante el mismo son tradicionales las ofrendas de pan que realizan las familias de Cariatiz al paso del Santo. Todos los miembros de cada una de estas familias participan en el lanzamiento de panes a los asistentes, siendo este uno de los momentos más divertidos para los jóvenes, que de esta manera se convierte en una forma de transmisión del ritual.

La población femenina es la gran protagonista este día. Las mujeres son las encargadas de portar el trono durante el recorrido procesional. Son muchas las mujeres que, encomendadas al Santo para ser madres, cumplen su promesa este día. Es tanta la devoción femenina hacia la imagen, que nunca faltan mujeres que quieran llevar la imagen de San Ramón. A la salida del templo, los devotos le tiran monedas a modo de promesa, siendo generalmente la población femenina la que cumple rigurosamente con esta tradición.

Finalizada la procesión, comienza el reparto de las roscas de aceite que los devotos de San Ramón ofrecen al Santo. Estas roscas se anudan a la cintura de la imagen con lazos de colores, otorgándole una particular vistosidad a la imagen. Los cariaticeños se aglutinan alrededor del trono y entre empujones se afanan por conseguir un trozo de las roscas ya bendecidas, ya que su ingesta es símbolo de buena suerte y salud.

Una vez custodiada la talla en el templo, los vecinos quedan en la Plaza para continuar la celebración. Durante este día de fiesta, los cariaticeños disfrutarán de los actos programados, tales como un almuerzo popular y atracciones infantiles, que ameniza la banda de música "Santa Cecilia" de Sorbas. 
TransformacionesLa fecha de celebración (31 de agosto) y el itinerario procesional de la festividad de San Ramón Nonato han permanecido inalterables desde su instauración. Con el paso del tiempo, se han ido sucediendo cambios que, sin embargo, no han afectado significativamente a la esencia de este ritual.

Inicialmente el trono de San Ramón Nonato procesionaba en dos ocasiones (una por la mañana y otra por la tarde) con motivo de su festividad. Tradicionalmente, la población masculina era la encargada de portar el trono, estando la población femenina excluida de esta labor. El relajamiento de las normas sociales y la gran devoción que profesa la población femenina a este Santo han posibilitado que hoy en día las mujeres sean las protagonistas principales en los distintos actos que conforman este ceremonial. En el pasado las interesadas en portar el trono anudaban un lazo en las trabajaderas del trono para asegurarse su participación, pero también eran numerosas las ofrendas de pan y monedas que se hacían durante el recorrido procesional. 

Hasta la llegada de la electricidad a esta pedanía (en la década de los setenta del siglo XX), la fiesta era amenizada por la agrupación musical de viento de Bédar. Los vecinos de Cariatiz adornaban la Plaza de los Alías con hojas de taray y álamo; en este escenario tenían lugar las tradicionales "carreras de cintas" y la verbena. 

Los fuegos artificiales también han formado parte destacada del ritual. El tradicional "castillo de fuego" fue una de las atracciones más festejadas en el pasado, aunque actualmente ya no forma parte del programa de fiestas. Muchas de las transformaciones provienen del cambio generacional sufrido en la comisión organizativa del ceremonial. 

Modelo Organizativo

Organizadores 

La comisión de fiestas, nombrada anualmente, es la encargada de la organización del ceremonial en honor al patrón de Cariatiz.

Financiadores 

Los vecinos de Cariatiz sufragan gran parte de los gastos del ceremonial, a través de una cuota anual de 50€ por familia. El Ayuntamiento de Sorbas también colabora en la financiación con una pequeña aportación, y la cesión de algunos servicios (limpieza y habilitación de la Plaza de Los Alías). 

El itinerario procesional se desarrolla íntegramente en el barrio de Los Alías, centro urbano de la pedanía de Cariatiz, y la Iglesia de San Ramón Nonato y la Plaza de Los Alías conforman el escenario por el que discurre el ceremonial. 

Con motivo de las fiestas en honor a San Ramón Neonato, la procesión parte de la Ermita de San Ramón Nonato, situada en la Plaza de Los Alías, sigue el camino con dirección al barrio de Los Martínez y a unos doscientos metros gira a la izquierda y toma la llamada popularmente calle de Las Carreras. A continuación, la comitiva inicia la subida a la calle Torreta (en dirección al barrio de Los Josefos), continúa hasta la Plaza de Arriba y toma a la derecha dirección La Fuente, por la que se accede de nuevo a la Plaza de Los Alías. El itinerario se realiza íntegramente en el barrio de Los Alías, que constituye el mayor núcleo poblacional de Cariatiz; en este espacio también se concentran los servicios públicos. Esta pedanía no dispone de un callejero urbano oficialmente aprobado donde quede constancia del nombre de las calles, que popularmente son identificadas o conocidas a través de las familias que las habitan y los inmuebles que incluyen. 

Espartería

Hallazgos arqueológicos atestiguan la antigüedad del empleo del esparto en la elaboración de objetos de uso doméstico y en las actividades agrícolas-ganaderas. En Almería la artesanía del esparto refleja las características ecológicas de su entorno, un clima seco y paisajes áridos donde abundan las plantas herbáceas y arbustivas. El esparto pertenece a la familia de las gramíneas, se caracteriza por su perdurabilidad en el terreno y  tiene hojas largas (de unos 60cm de longitud) y finas, enrolladas sobre si, y  espigas (de aproximadamente 30cm de largo) en forma de penacho.



El término de esparto se suele utilizar para nombrar las hojas, mientras que a la planta en general se le denomina atocha o espartera. La maduración de la planta de esparto tiene lugar en primavera, siendo su fruto anual y su cantidad variable según el régimen de las lluvias de invierno y primavera. Durante la primera edad y hasta el tercer año, la planta es muy sensible al frío intenso y las heladas. Al principio el crecimiento es muy lento, aunque pasado el tercer año de vida se acelera, obteniendo esparto útil al quinto; entra en decadencia en torno a los cincuenta años y, más adelante, se degenera.

Hasta bien entrado el siglo XX, esta planta tenía una enorme utilidad, empleándose en la fabricación de utensilios de labranza, trilla, labores del hogar, aperos para animales y cuerdas destinadas a la flota naval y a la pesca. Este artesanal y tradicional aprovechamiento del medio, marcado por su escasa rentabilidad e interés económico, se vio afectado por la Guerra de Secesión Americana (1861- 1865). Este acontecimiento provocó una disminución en la exportación de algodón desde EEUU y la búsqueda de otras alternativas ante la demanda textil europea, como eran las industrias británicas fabricantes de papel. Esta inesperada revalorización del esparto tuvo consecuencias en la vida y en la economía de esta comarca, ya que hasta entonces se había caracterizado por ser una actividad complementaria dentro de la vida cotidiana y nunca una profesión especializada. A partir de ese momento, la puesta en valor de estas tierras áridas e improductivas a nivel agrícola provocó importantes cambios estructurales.  El cultivo intensivo del esparto acarreó privatizaciones de dudosa legalidad de extensos terrenos hasta entonces comunales y una demanda de mano de obra temporal que perjudicó la recolección de otros cultivos como el cereal (que coincidía en el tiempo), provocando con ello la desertización de gran parte de las tierras de cultivos.

El esparto español supera en calidad al de todos los países mediterráneos, ya que contienen un mayor porcentaje de celulosa y su fibra es mucho más fina, sin embargo,  éste fue sustituido con el transcurso  del tiempo por otros materiales como la goma, el plástico o la fibra sintética. Su cultivo se ha convertido en uno de los elementos más representativos del paisaje cultural almeriense. En la actualidad sólo se recolecta en pequeñas cantidades para la elaboración de objetos decorativos.

Tradicionalmente el esparto era recolectado por los braceros que, con la ayuda de un gancho metálico, enrollaban y arrancaban las hojas útiles de esta planta para no dañar con ello el tallo. Esta operación es conveniente realizarla en agosto, antes de las lluvias. El esparto puede ser trabajado inmediatamente después de su recolección, pero, transcurrida aproximadamente una semana, debe ser sumergido en agua durante veinticuatro horas. Este procedimiento llamado de "cocción" es necesario para que el esparto no se fracture al trabajarlo. 

En caso de que se realicen utensilios que requieran mayor resistencia el esparto debe pasar por otro procedimiento. En este caso los manojos de esparto son introducidos en balsas de agua durante un mes; después se procede al "picado" del esparto.
La economía de explotación familiar característica de esta zona se complementaba en el pasado con  la recolección de esparto; este trabajo se alternaba con las tareas agrícolas. Actualmente,  debido a las transformaciones sufridas en la estructura económica-familiar de los habitantes de esta zona, muy afectada por la emigración, y la progresiva llegada de otros materiales, han provocado un desconocimiento general sobre esta artesanía; saber que tan sólo conservan algunas personas mayores de algunas localidades. En Lubrín sólo dos personas continúan actualmente con esta labor. 

Procedimientos Técnicos


Recolección 

La recolección de esta planta es muy dura, a mano, y ha de realizarse cuando se encuentra en estado maduro, lo que hace a la planta apta para los fines a los que se destina, permitiendo el despliegue fácilmente de la atocha.

Para la recolección del esparto los braceros empleaban un gancho metálico que enrollan en la mata y del que tiraban para arrancar las hojas sin dañar el tallo.

Cocción 

Transcurrida una semana desde su recolección, los manojos de esparto han de ser cocidos, así se le llama al procedimiento de humedecer el esparto durante un día para que este no se quiebre cuando se esté trabajando. 

Picado (Técnica) 

Cuando el esparto requiere una mayor resistencia, según los objetos a realizar, éste ha de pasar por un periodo de cocción de un mes a través de su introducción en balsas de agua, para después, una vez seco, ser picado o machacado con  una maza de madera (de carrasca o de encina) sobre una piedra o tronco y, con ello, desprender la parte leñosa de la fibra. 

Tejido a mano

El inicio de cualquier objeto de esparto requiere de una gran habilidad en las manos adquirida tras muchos años de práctica. Una vez escogido el utensilio a realizar, el espartero, escoge la cantidad de manojos que va a trenzar. El procedimiento comienza formando una cruz con manojos de esparto (que puede variar según la pieza a elaborar) que se denomina "cruzar los espartos". Después con mucha destreza introduce una hebra de esparto por un extremo de la cruz, que va entrelazando (a modo de cosido); esta operación hay que repetirla en el otro extremo. Finalizada esta operación, el espartero comienza la pleita, la elaboración de la pieza deseada, que siempre se inicia efectuando el mismo procedimiento y que se corresponde con la base del objeto.





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