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viernes, 10 de febrero de 2023

Gruta Mariquita la Posá

 En este punto se halla la boca de una cueva que el pueblo denomina, de "Mariquita la Posá". Según la leyenda, habitaba en ella el hada tutelar del pueblo. 

Una hermosa joven del lugar, llamada María, sufriendo el pueblo una epidemia de peste, que diezmaba al pueblo, consintió en hacer el sacrificio de "desposarse" (de ahí el nombre posá de desposá), con un viejo hechicero alquimista, para lograr de éste el remedio que salvará a su pueblo. El viejo hechicero, que moraba en esta cueva, luego de conseguir el anhelado casamiento con la joven, iba demorando el cumplimiento de su promesa, por abrigar la sospecha de que cumplida ésta, sería muy probable que se acabara el amor. En vista de ello, la joven desposada decidió actuar, y mientras el viejo dormía, se apoderó del tarro que contenía el líquido salvador, salió de la cueva y destapó el tarro sobre el pueblo. Cogió el tarro en que el mago guardaba el líquido de los encantamientos y hechizos y lo vertió en su boca, logrando su propósito. Por efecto de la excitación y el nerviosismo, ya que deseaba acabar su obra antes que el viejo despertarse, agitó el tarro de los hechizos y el misterioso líquido le cayó en la mano derecha, produciéndose en la misma un agujero, así como, también, su encantamiento inmediato. 

Y en esta cueva siguen los dos "encantados".

El pueblo, recordando de generación en generación, el beneficio recibido, solía cantar al pasar por delante de la cueva: "Sal, sal Mariquita la Posá, la que tiene la mano agujereá, si no la tuviera, todo el pueblo pereciera".







miércoles, 18 de enero de 2023

Ermita de Tices

 La Ermita de Tices, ubicada entre los términos municipales de Canjáyar y Ohanes, trajo muchas polémicas a ambos pueblos.Dichos municipios, discutían por su pertenencia, de forma que los canjilones afirmaban que pertenecía a Canjáyar por encontrarse dentro de su término municipal, y los ohanenses decían lo mismo.

Después de muchas disputas, decidieron (tal y como cuenta la tradición) hacer una pequeña "apuesta" para decidir definitivamente su pertenencia. La prueba fue, colocar un burro sobre la puerta de dicha ermita, y dado que ésta se encuentra justo entre ambos términos, el burro andaría hacia un lugar u otro.

Si el burro andaba hacia el término de Ohanes, la ermita sería para siempre de ellos, y si el burro andaba hacia Canjáyar, la ermita la poseerían los canjilones.Dicho esto, y colocado ya el burro en la puerta de dicha ermita, éste comenzó a andar hacia el término de Ohanes, con lo cual los ohanenses desde entonces, disfrutan de su posesión.

Hay quien dice ("malas lenguas") que el burro era de Ohanes, y que antes de realizar esta "apuesta" lo habían probado antes para que el burro siguiera ese camino, es decir, que todo estaba "amañado". (Todavía hoy hay canjilones que siguen discutiendo acerca de esta leyenda, sobre su pertenencia, veracidad y sobre la posible información tergiversada, pero sea o no cierto, la Ermita de Tices pertence a Ohanes legalmente). A día de hoy, los ohanenses disfrutan desde hace muchos años de esta ermita, que no deja de ser un lugar simbólico y espectacular por sus vistas, paisajes y ubicación.












Fuente: Almeriapedia

miércoles, 29 de abril de 2020

Fantasma del Colegio Sagrada Familia

En el colegio Sagrada Familia en la zona del barrio alto por la avenida de Santa Isabel- donde entonces vivía- algo más que una leyenda era todo cuanto se decía acerca del fantasma de Ricardito que solía hacer travesuras en las aulas del colegio –se cambiaban solas las cosas de sitio-y que entre los más pequeños solo pronunciar su nombre producía pavor. Seguro que algún adulto alimentó esta historia para que los niños fuesen más obedientes”.


JOSE ANGEL PEREZ


El Tesoro Oculto de la Catedral de Almería

Cuenta una antigua leyenda que en la torre de las Arcas se halla un valioso tesoro escondido y que para acceder hasta él hay que realizar todo un ceremonial. La noche de San Juan, has de ponerte frente a la catedral. Cuando suenen las campanas de las 12 saldrá un hombre corpulento acompañando a la princesa mora Galiana, quien nos dará instrucciones para seguirla. Cuando se abra la puerta de la torre, si tenemos el valor de pasar bajo su umbral, llegaremos hasta el tesoro y podremos coger todo lo que queramos sin que la codicia se apodere de nosotros. Si la avaricia nos ciega hay castigo: aparecerá un nuevo personaje con chilaba blanca que nos dejará encerrados con la princesa hasta que otra persona rompa el hechizo aceptando de nuevo la entrada a la torre. ¿Quién está dispuesto a correr todo este riesgo por un puñado de oro?


Fantasma de la Alcazaba de Almería

Desde antaño se  ha contado  que en la Alcazaba se aparece el fantasma de una mujer que al parecer existió realmente, fue una princesa mora que se suicidó tirándose por uno de los torreones. También hay otra  versión de que quien se aparece fue su amante cristiano que se iba a fugar con ella y al ser descubierto prefirió suicidarse antes de que lo volvieran a esclavizar.  Las dos versiones varían según quien las cuente. Lo que sí es cierto es que ha habido trabajadores que dicen que hay ventanas que se abren y se cierran en el recinto.


La Ciudad Subterránea de Níjar


No es fácil acceder a las calles que existen bajo la Villa de Níjar. El respeto a una misteriosa leyenda y el olvido del tiempo hacen complicado que los habitantes cuenten lo que saben sobre el tema. En Febrero de 2013, el grupo LDPNews conversó con algunos vecinos de Níjar que contaron qué hay de cierto en la leyenda de la ciudad escondida: Francisco Montoya García y Juan Antonio Montoya Osorio. Según Francisco Montoya García y Juan Antonio Montoya Osorio el origen de los túneles está en la época árabe. Debajo de la Atalaya, la torre defensiva de la que ya habló LDP News, comenzaba una galería que tenía como fin la huida en caso de ataque. Como se podía acceder a los principales edificios del pueblo, enseguida se avisaba a todos los habitantes. Incluso un túnel llevaba hasta las afueras del pueblo, a una zona conocida como el Hualix que actualmente está al lado del acceso a la Autovía del Mediterráneo. También los túneles servían como estrategia de ataque a los musulmanes. Cuando avistaban a los enemigos desde la Atalaya se metían por los túneles y salían bajo la actual Cruz de los caídos. Entonces podían caer por sorpresa sobre sus enemigos. Según las fuentes de LDP News, el uso de los túneles se acabó con los musulmanes. Las sucesivas urbanizaciones de Níjar y la creación de pozos negros, tuberías y alcantarillas hacen ya inaccesibles la mayoría de ellos. Sin embargo, se dice, que desde la sacristía de la Iglesia de Níjar es posible entrar a una parte del antiguo trazado de galerías. Tras una puerta olvidada, se accede a un sótano lleno de estanterías con libros que, según cuentan, tienen archivos secretos que podrían aclarar todo lo misterioso que aún conlleva la ciudad subterránea de la Villa de Níjar. 

Rescatado por JOSE ANGEL PEREZ

viernes, 24 de abril de 2020

Los Milagros de la Virgen del Socorro (Tíjola)

Otra Virgen venerada en Almería, y a la que se atribuyen multitud de milagros, es la del Socorro, en Tíjola. La leyenda comienza con su procedencia, y es que según los versos que aún hoy siguen recitando algunas ancianas, llegó desde Nápoles. En el año 1498 los Reyes Católicos auxiliaron al reino italiano tras la invasión de las tropas de Carlos VIII de Francia y, en agradecimiento por ese “socorro”, la imagen, con algún que otro contratiempo, llegó a nuestras tierras. No se sabe dónde anduvo la imagen durante un periodo de 70 años, pero el caso es que Don Juan de Austria la coronó en Tíjola cuando terminó la sublevación de las Alpujarras. No fue hasta el 7 de abril de 1575 cuando, según la página 468 del Libro de Apeos y Repartimientos de Suertes, decidieron llamarla “del Socorro” y edificarle una ermita para que protegiese a la población de morir exterminada por una plaga de langostas que azotaba el lugar en esas fechas. Desde entonces, la imagen ha seguido obrando prodigios, como el de unos valientes soldados tijoleños que se vieron rodeados por las huestes mahometanas en las playas de África. Ellos se encomendaron a su patrona porque su destino se ceía de oscuridad (morirían ahogados o acribillados a balazos). Cuenta la tradición que la Virgen arrancó en vuelo, como si de un pájaro se tratase, y surcó el cielo desde Tíjola hasta donde aquellos hombres la necesitaban, atravesando el Mar Mediterráneo, y posándose delante de los malhechores que pretendían disparar sobre los almerienses. Todas y cada una de las balas enemigas rebotaron en el manto de la Virgen del Socorro, provocando la huída de aquellos guerreros africanos.



Pies de Plata y los Milagros de la Virgen de Tices

En la cumbre de Ohanes está la ermita de la Virgen de Tices, construida durante los primeros años del siglo XIX, según otra leyenda, por un soldado que regresaba a casa tras luchar en una batalla. En su mochila llevaba una imagen de la Virgen, sentándose a descansar en los restos de la antigua ermita de San Marcos. Cuando quiso seguir su camino, la mochila pesaba tanto que no pudo levantarla. Aquello fue tomado como una señal inequívoca de que la Virgen quería seguir allí para siempre. Esta historia, con alguna variante, es la misma que se cuenta como origen de la construcción de muchas ermitas e iglesias. El carácter milagroso de esta Virgen hace que miles de peregrinos acudan a ella cada año en busca de su consuelo. Desde que este culto comenzase, las peticiones que se llevan la palma son las que tienen que ver con la salud, el amor no correspondido y el trabajo. Precisamente esto último se acentuó con la aparición de la industria minera en los pueblos almerienses. Y es entonces cuando entra en escena el protagonista de la leyenda que quiero contarles:

El auge económico que trajo consigo la aparición de un filón de plata en Cuevas de Almanzora en 1838, también atrajo a diversos bandoleros que hacían su agosto asaltando a los comerciantes, entre ellos el bandido “Pies de plata”. No había camino, cortijo o pueblo que se le resistiera, ni diligencia o pistolero que pudiera capturarle. El apodo le venía por la velocidad con la que corría cuando era perseguido. En una ocasión el bandolero acorraló a un vecino de Ohanes que estaba atravesando un barranco para subir a la ermita de la Virgen de Tices. Como no tenía otra escapatoria, el buen hombre se precipitó voluntariamente hacia el abismo no sin antes implorar «¡Sálvame, Virgen de Tices!». “Pies de plata” consideró que su objetivo había pasado a mejor vida y volvió por donde había venido sin saber que en ese mismo instante el ohanense había sido teletransportado a la ermita de forma milagrosa, logrando salvar su vida.

Se cuenta también que durante la epidemia de cólera que azotó la región en 1885, bajaron la Virgen al pueblo consiguiendo con esto que ningún vecino cayese enfermo. Y que el Arzobispo de Granada, Juan Manuel Moscoso y Peralta, gravemente enfermo, también fue sanado por la imagen.

Ermita de Tices realizado por Cristóbal Pardo.

Las Ánimas Benditas de Adra

En la Rambla de las Cruces de Adra hay un rincón especial. Sea la hora que sea, esté lloviendo o haga viento, seguramente encuentres una fila de personas esperando junto a un pequeño santuario. Quieren rendir culto a las ánimas benditas mediante oraciones y ofrendas. Estas últimas van desde las típicas flores o garrafas de aceite para mantener viva la llama “de las mariposas”, hasta velos de novia, botellas de champán o incluso cruces de ataúdes.

Las personas piden cosas y las ánimas las conceden. A cambio, se debe cumplir lo prometido. Como si fuera un sobrenatural acuerdo entre un vivo que tiene un problema y un alma difunta que está en el purgatorio y necesita llegar al Cielo por medio de la luz que le puedan proporcionar.

Tradición

Este culto proviene de la Edad Moderna, tras la Reconquista cristiana, y se acentúa a partir de los dictámenes de Felipe I y Felipe II. En Adra, el historiador José Albarracín establece que a finales del siglo XIX había una hermandad en la población que se dedicaba a pedir dinero, puerta a puerta, para las ánimas benditas. Iban totalmente vestidos de negro y algunos vecinos les tenían miedo, sobre todo porque si alguien rehusaba dar la limosna requerida, eran agraviados con amenazas e invocaciones al más allá. En la actualidad existen tres ermitas: la de La Alquería, edificada por los dueños de la fábrica de azúcar que había allí, de finales del s. XIX; la que regenta Manuel Fernández, un conocido vecino, y la de la Rambla de las Cruces, cuya historia también tiene que ver con lo extraño.

Las ánimas

Una abderitana, Ana Espinosa, encuentra las ruinas de lo que parece ser una ermita mientras caminaba sollozando durante la Guerra Civil española. Ante el hallazgo imploró al cielo y pidió que si su hermano y su padre volvían de la contienda sanos y salvos, levantaría allí una ermita. Así empezó todo.

Las peticiones que se realizan pueden ser de cualquier tipo. Las más curiosas tienen que ver con el despertar de las personas, pues dicen que en Adra no hace falta reloj. Basta con rezar a las ánimas antes de acostarse, y ellas te despertarán a la hora deseada. Así nunca olvidarás una cita importante. Manuel Fernández, ‘el de las ánimas’, siente un profundo fervor hacia el fenómeno. “De pequeño recuerdo cómo mi madre, que era sorda, escuchaba el sonido de los golpes en la puerta de nuestra casa, como si alguien la llamase. Cuando abría, no había nadie, pero se encontraba las mariposas apagadas. Era un aviso de que tenía que encenderlas. Las ánimas no pueden quedarse sin luz”.

En otra ocasión, un vecino de la familia de Manuel vio en su casa a una mujer, vestida de negro, sentada en una butaca; mujer que se desvaneció en la nada cuando este vecino intentó mediar palabra con ella. Y es que si la persona no cumple su cometido, las ánimas benditas pueden emprender represalias. La más conocida, a la vez que temida, es la del llamado “Santo Entierro”. Esta comitiva de mujeres está comandada por una anciana. Van vestidas de negro y llevan largos velones. Si te las encuentras, no las puedes mirar a la cara. Debes arrodillarte y rezar.

Testimonios

En una ocasión, un joven del pueblo injurió sobre la ermita y las propias ánimas. Desde ese día, en su casa notaba bajadas de temperatura, “como un frío extraño que iba y venía”. Los fenómenos se agravaron hasta el punto de que las ventanas se abrían y cerraban solas, con excesiva virulencia. A instancia de un amigo, el joven fue a pedir perdón a la ermita, y los sucesos extraños cesaron.

Como vemos, muchas de estas historias rozan lo imposible. Usted no tiene por qué creerlas, es posible que algunas no sean ciertas, pero no podemos obviar que forman parte de la vida y la sociedad de Adra. Debemos rendirnos ante un fenómeno que no entiende de países ni religiones. Es frecuente ver a musulmanes llevando ofrendas, y también a ortodoxos. Si siente curiosidad, acérquese a la Rambla de las Cruces y descubra lo mágico de un lugar que traspasa fronteras.

Si tenéis más curiosidad sobre el tema, hicimos un reportaje para Cuarto Milenio que podéis ver en este enlace:

https://www.mitele.es/programas-tv/cuarto-milenio/57b0cbadc915dac0728b46b6/player


La leyenda del Perro del Obispo Villalán

No me cansaré de repetir que Fray Diego Fernández de Villalán, uno de los obispos que ha tenido nuestra ciudad, es uno de los personajes más fascinantes de la historia de Almería. Suyo es el sol que es tomado como emblema de Almería, aunque la mayoría de gente se lo atribuya a Portocarrero, otro obispo. Y él fue el promotor para que la catedral actual se reconstruyese y hoy podamos admirarla. Fue durante esas obras cuando Villalán se convirtió en protagonista de la primera de las leyendas que quiero contarles. Estando él con los albañiles en una de las estancias de la catedral, de la nada apareció un perro que ladraba insistentemente como si tuviera miedo de algo. El can salió de la catedral como si el mismo diablo lo persiguiese y Villalán, junto con sus hombres, corrieron tras él para interesarse por lo que ocurría. Una vez fuera, el techo de la estancia donde habían estado segundos antes se derrumbó. Gracias al perro, que desapareció de la misma forma que apareció, Villalán se salvó de morir aplastado entre los escombros. Como muestra de agradecimiento, el obispo quiso inmortalizar al animal mandando construir una estatua que permanece fiel a los pies del sepulcro de Villalán, perfectamente visitable si van a la catedral. El motivo real seguramente fuese el amor del obispo por los animales, especialmente los perros, y que en su escudo haya representados cuatro de ellos.


… Su fiel perro sepultado

no lejos de él asimismo

fue en la Catedral, a un ángulo

del jardín claustral contiguo.

Pero el artista, que el túmulo

cinceló, romper no quiso

tal lealtad; y al pie del lecho

de mármol en que dormido

reposa el prelado egregio

de sus pompas revestido,

velando su pétreo sueño

también está el gozquecillo[1].

[1] Poesía del artículo “El Guardián del Obispo de Piedra”, de Florentino Castro Guisasola aparecido en el diario “La Independencia” del 7 de abril de 1932.

El Dragón de Adra

Esta historia está recogida en el libro “Las leyendas de Abdera”, de Francisco Fernández, y dice así:

Unos exploradores estaban excavando en la Sima de las Palomas (una cueva de Adra), cuando se encontraron con la gigantesca cabeza de un batracio de ojos rojos, que reposaba bajo tierra. Describe la leyenda que el animal tenía una gran cresta que iba desde su lomo hasta su cola, y que los dientes que contenían su boca eran tremendos. Los exploradores se asustaron tanto que tropezaron y despertaron a la bestia, que emitió un sonido más parecido al del mismísimo infierno, levantándose y corriendo tras los sorprendidos exploradores, que tuvieron que “salir por patas” del lugar.

Miguel Hernández, que así se llamaba uno de estos jóvenes, contó su vivencia en el pueblo, despertando la curiosidad del juez, que decidió inspeccionar el lugar acompañado de su ayudante, de un cabo de la guardia civil, y del propio Marqués de la Vega, todos ellos armados hasta los dientes. Lo que encontraron los horrorizó. Eran restos de huesos humanos, con cráneos desencajados y triturados. También había una escopeta antigua y diversos utensilios de cacería. En ese momento, un escalofrío recorrió la piel de los allí presentes. El dragón estaba situado tras ellos y los miraba con sus enrojecidos ojos. Ante su descomunal bramido, el juez disparó su escopeta e hirió al ser en un ojo, haciendo que el animal se retirase lentamente al interior de su guarida. Los valientes hombres de Adra aprovecharon el desconcierto para salir de la cueva, no sin antes escuchar los terribles lamentos de lo que parecían ser varias bestias. Desde ese día, nadie se ha atrevido a acercarse al lugar.


La Reina Mora de Pechina

Existía en Pechina una finca llamada Alcora, en una elevación cercana a la estación de ferrocarril de Sierra Alhamilla. El padre del cronista almeriense Joaquín Santisteban compró el terreno dispuesto a edificar un cortijo. Cuando estaban con los cimientos, encontraron un ataúd de metal que contenía restos humanos envueltos en unas telas tejidas con hilo de plata. También había diversas joyas entre las que destacaba un pequeño anillo de oro. Es lógico pensar que aquellos huesos pertenecían a alguna mora rica, pero los vecinos comenzaron a fantasear con ánforas llenas de oro y alhajas, y con el espectro de una reina mora que había aparecido incorrupta. Nada más lejos de la realidad, pero así funcionan las leyendas. La familia Santisteban decidió volver a enterrar el féretro y seguir con las obras, olvidando completamente el asunto. Solo ellos, porque la historia ya se había propagado. Años después, los más viejos del lugar hablaban de los gritos que se escuchaban en plena noche por la zona de la cañada de Palenzuela, y de una sombra que aparecía de entre los escombros del Cortijo del Maestro. Algunos decían que iba vestida como la Virgen, pero todos coinciden en que hacía un lento recorrido que terminaba en la ermita de San Ildefonso, a la puerta del cementerio cristiano. El punto álgido de la leyenda tiene lugar la noche del 25 de diciembre de 1879, cuando muchos vecinos que celebraban la Navidad en la calle, pudieron ver gracias al reflejo de la luna, la silueta de esa reina mora coronada con flores de azahar mientras resplandecía su traje de plata. Un hombre corrió con su perro y una escopeta para intentar detener a la aparición, pero no fue capaz. El miedo se apoderó de él y de su fiel amigo, testigos de cómo se desmaterializó a las puertas del cementerio. Joaquín Santisteban apunta que esa misteriosa mujer volvió a presentarse en, al menos, otras dos ocasiones: en 1885 y en 1893, originándose una coplilla que ha perdurado hasta hoy:

Dichosa Alcora

que tienes encantada

a la reina mora.

jueves, 23 de abril de 2020

El Hechicero de Piedras Blancas

En el siglo XVIII la inquisición procesa a Gabriel Díaz apodado «Leorro» por hechicero y haber realizado sus «prodigios» delante de sus vecinos.

HISTORIA

Corre la primera mitad del siglo XVIII, en torno a 1746, en una cortijada del sur de España, en concreto en Piedras Blancas, en Almería. Allí vivía Gabriel Díaz con su mujer y dos hijas, y no muy apreciado por sus vecinos ya que tenía fama de pocos amigos, extraño carácter y mala persona, justamente las cualidades para que en una época en la que todo aquello que no nos gustaba o a la que no le encontrábamos explicación racional era obra del diablo.

Las obras que cuentan de Gabriel no sabemos de quién serían y ni siquiera si son ciertas o se han ido añadiendo con el paso del tiempo, lo que si es cierto es que para nuestra mentalidad actual cuesta creerlas, pero las leyendas son las leyendas, y esta en concreto cuenta que una noche, uno de sus vecinos mientras caminaba de noche hacia su casa, escuchó unos extraños ruidos que salía de la casa de nuestro protagonista, asustado se escondió tras unos arbustos y al poco tiempo pudo ver como de la casa salían cinco animales, una zorra, un caballo y tres perros pequeños, que tras corretear por los alrededores volvieron a entrar en la vivienda.

Cuando el vecino se encontró con la mujer de Gabriel, y le contó lo que había visto aquella noche, ella le dijo que era algo que hacían de vez en cuando, simple y llanamente se convertían en animales, ¡como si eso fuese lo más natural del mundo!

Os preguntaréis que si la familia la componían cuatro personas ¿Quién era el quinto animal?… Ni corta ni perezosa la señora dijo que se trataba de una amiga de ellos, que también era hechicera y que algunas noches iba a visitarles.

Pero la gota que colmó el vaso y provocó que interviniera la inquisición fue un acto de levitación en el que mientras iba ascendiendo la luz del sol se iba apagando hasta que volvió a colocar sus pies en el suelo en que nuevamente el astro rey brilló en toda su magnitud.

De lo que ocurrió después con Gabriel y su familia no se sabe nada, de lo que le pasó a noctámbula amiga tampoco se sabe nada, sin embargo la leyenda del hechicero de Piedras Blancas se ha mantenido a lo largo del tiempo. Es posible que nada o casi nada de lo que se cuenta sea cierto, pero una cosa si es segura, algo hubo que provocó la historia.

Piedras Blancas.


Fuente: http://leyendasyfabulas.com/el-hechicero-de-piedras-blancas/

miércoles, 22 de abril de 2020

Huellas de San Tesifón

En la Ermita de San Sebastián existen unas huellas que se atribuyen al Varón Apostólico. Las huellas que supuestamente San Tesifón dejó en la ermita de Adra.
 
San Tesifón. 

Alberto Cerezuela

Según las Actas de los Varones Apostólicos, San Pedro y San Pablo ordenaron a siete obispos con la misión de viajar a Hispania para evangelizarla. Uno de ellos, Tesifón, sería el encargado de fundar Virgi (Berja). Sus primeras referencias las encontramos en varios documentos del s. X, pero existe otra versión, según la tradición medieval, recogida en manuscritos del s. IX, que cambia un poco la historia, siendo el motivo de la visita de estos siete Varones Apostólicos a Hispania el traslado del cuerpo del Apóstol Santiago desde Jerusalén a Galicia, lugar donde había predicado tiempo atrás.

Milagros

Gran parte de los historiadores no dudan de la presencia aquí de San Tesifón. Así, en el memorial de la visita pastoral que realizó el arzobispo Pedro de Castro a la Alpujarra en 1591, se recoge lo siguiente: «…junto a Verja dicen que fue obispo San Tesifón de los siete discípulos que los Apóstoles imbiaron a Hespaña y que se hallará en la leyenda de Tesifón» (sic).

En la época en la que supuestamente San Tesifón fijó una breve residencia en Castala, aparecen datos de sus prodigios, como el de los pájaros. Esta historia fue recogida por Luis del Marmól en el año 1600, y por Francisco Fernández Navarrete en 1997: «En el paraje donde estuvo San Thesiphón, retirado en una cueva, los gorriones ni paran, ni pican ni pernoctan… Dicen que habiéndose quedado un día solo a guardar las mieses, por retirarse a la Oración, encerró a todos los gorriones en un aposento, dándoles después libertad con precepto de no hacer daño ni detenerse allí. Lo cierto es que si pasan por allí es muy de ligero y no paran ni comen, y si acaso pican algo, caen amortecidos».

Al parecer, es vox populi que en esa zona las cebadas que se plantan no se las comen los gorriones. Cuentan que jamás se ha visto a esta avecilla por allí, pero en las fincas cercanas sí que actúan y diezman las cosechas. De hecho, existe el testimonio de José Gándara Parrón, de 78 años, que afirma haber visto cómo en Castala los pájaros mueren con el grano de trigo en la garganta.

Huellas

Desde el día 2 de marzo de 1798, San Tesifón es el patrón oficial de Berja, aunque se sabe que su culto ya se venía celebrando desde finales del s. XVI. De Berja pasó a Adra, donde siguió envuelto en historias sobre maravillosos prodigios a la par que iba evangelizando. Uno de estos hechos tuvo lugar en la ermita de San Sebastián, en la ladera sur del Cerro de Montecristo. La ermita data del año 1680 y, durante las obras llevadas a cabo en el s. XVIII, se descubrieron una serie de restos del subsuelo que tenían que ver con una fábrica de salazones del s. I, así como varias lápidas funerarias romanas con inscripciones latinas. Esto nos hace sospechar que posiblemente ahí estaría el antiguo cementerio y quién sabe si la auténtica tumba de San Tesifón (aunque sus restos se localizan en el Sacromonte granadino). Ciñéndonos al hecho sobrenatural, la leyenda nos dice que San Tesifón dejó grabadas allí, en un bloque de alabastro, las huellas de sus pies así como la marca del báculo con el que golpeó la piedra antes de partir de Adra. Las huellas se conservan a modo de reliquia en la fachada principal de la ermita.



Fuente: https://www.lavozdealmeria.com/noticia/3/provincia/102269/tras-los-pasos-de-la-leyenda-de-san-tesifon

El Moro que "Encantaba" Gorriones y Zorras

Berja en 1569: El moro que "encantaba" gorriones y zorras.


Las antiguas leyendas de Berja dicen que en otros tiempos un moro realizó un encantamiento que provocaba que en Castala se murieran los gorriones y en Benejí las zorras fueran incapaces de morder a las gallinas...

En efecto, en el libro "Historia del rebelión y castigo de los Moriscos del reyno de Granada" escrito por Luis del Mármol Carvajal y antes de entrar en su capítulo XIX a relatar cómo se sublevaron los moriscos en la taha de Berja y las barbaridades que acontecieron, nos relaciona las 14 poblaciones de que constaba la taha (entre ellas Benínar que todavía no había pasado a Darrícal), lo que se cultivaba y nos cuenta además el caso de los gorriones (que llama "gurriones") y de las zorras encantados por un moro...

Os trascribo literalmente, con su ortografía antigua, el texto citado.

"La taa de Verja confina á poniente con la tierra de Adra , á levante con la taa de Dalías , al mediodía con el mar mediterraneo , y á tramontana tiene la sierra de Gádor , y parte de la taa de Andarax. Es toda ella tierra fértil , de mucho pan , trigo y cebada , y de muncha hierba para los ganados. La cria de la seda es allí muy buena , y tienen los moradores munchas guertas de arboledas de frutas tempranas , que se riegan con el agua de los arroyos que proceden de fuentes que nacen en la sierra de Gádor. Hay en ella catorce lugares , llamados Rio chico, Benínar , Rigualte, Verja , Inaxid , Bena Haxin , Pago , Virgualta , Almentolo , Alcobra , Castala , Capileyra , Ílar y Xeréa. En el lugar de Castalanos certificaron muchos Moriscos y Christianos que no se crian gurriones ; y que si los llevan allí vivos , mueren luego ; y que algunas veces se ha visto pasar por cima de las casas volando , y caerse muertos. Y que en el de Bena Haxin no pueden las zorras asir las gallinas con la boca , y las ven muchas veces andar tras de ellas dándoles con las manos , porque no pueden abrir la boca para morderlas , cosa que parecería ridiculosa , si no hubieran certificadolo personas de mucho credito , clerigos y legos ; mas no saben decir la causa porque esto sea, solamente entienden que es por encantamiento que hizo allí un Moro antiguamente."

Fuente: http://beninar.blogspot.com/2009/07/berja-en-1569-el-moro-que-encantaba.html?m=1

lunes, 30 de marzo de 2020

La Mora de Alcudia de Monteagud

Antigua tradición  de Alcudia de Monteagud, de la provincia de Almería.

Tradición que consistía en que antes de salir el sol en San Juan había que lavarse la cara en la fuente del pilar de Alhabia, pues si no, al amanecer aparecía una mora encantada para peinar sus largos cabellos, y si te encontraba allí te hacía prisionero, lanzándote el peine y transmitiéndote su encantamiento. (Las mujeres se lavaban la cara en la fuente para encontrar marido...)



Fuente: Almeriapedia

lunes, 9 de marzo de 2020

Peñón de la Encantá

Cuenta la leyenda que una vez estuvo habitado por una mujer encantada, de largos cabellos de oro y piel blanca, y que en las noches de luna clara salía al encuentro de los caminantes, regantes o pastores, cantando bellas canciones. Esta es parte de la magia que rodea al Peñón de la Encantá, uno de los lugares más significativos de Las Tres Villas, municipio formado por tres localidades (Doña María, Escúllar y Ocaña) en la comarca de Los Filabres-Alhamilla, y que se puede conocer dando un agradable paseo.

El Peñón de la Encantá se encuentra en un lugar privilegiado, en el Parque Nacional de Sierra Nevada, dentro del Paraje de Santillana. De hecho, todo aquel que visite Las Tres Villas debería proponerse hacer este sendero embrujado que sube hasta Santillana, una antigua población hoy abandonada, pero que aún conserva parte de sus edificaciones. 


Fuente: La voz de Almería


martes, 11 de febrero de 2020

Sepultura del Gigante

Construcción de grandes sillarejos perteneciente a la época romana, de nombre homónimo a otra del vecino pueblo de Fondón, que muestra la ocupación minera de Sierra de Gádor en época romana

Foto Alpuguía.
La llamada ‘tumba del gigante’,  en la zona de Caparidán rodeada de restos romanos, es una espectacular estructura formada por piedras de varias toneladas.

La leyenda nos transmite que allí vivían dos gigantes, en tiempos inmemoriales, que luchaban tirándose esos grandes bloques de piedra donde ambos quedaron sepultados bajo las mismas. Actualmente, cuando nieva, los ancianos comentan a sus nietos que son los gigantes de antaño quienes se pelean tirándose bolas de hielo.


Balsa de Caparidán.
Tumba del Gigante.
Tumba del Gigante.

miércoles, 12 de junio de 2019

Arrecife de las Sirenas

El Arrecife de las Sirenas es en realidad el resto de una antigua chimenea volcánica (conducto de unión entre la cámara magmática y el exterior del cráter volcánico) que se vio sometida a un proceso de erosión diferencial.

Panorámica del Arrecife de las Sirenas.

Situado en las cercanías del acantilado del Cabo de Gata, es uno de los lugares más emblemáticos del Parque Natural.

Las formas verticales que se observan son restos de rocas volcánicas de tipo andesítico, que se originaron tras la cristalización del magma en el interior de dicha chimenea, hace más de 12 millones de años en el periodo Terciario.

Probablemente recibe este nombre por la presencia de una colonia de focas monje que los pescadores de la zona llamaban sirenas o lobos marinos.

Este mamífero habitó toda la costa de Cabo de Gata hasta mediados del siglo XX, (actualmente se encuentra en peligro crítico de extinción en todo el Mediterráneo).

Mirador

Vista general del Arrecife de las Sirenas desde el mirador.
Desde este mirador puede verse un paisaje litoral en el que se distingue el Arrecife de las Sirenas y los abruptos acantilados de la zona. Se localiza en las inmediaciones del Faro de Cabo de Gata.

El faro fue construido en la década de 1860, y sus destellos nocturnos, que superan los 200 kilómetros, sirven de referencia para la navegación de la zona.

Punto de Información

Junto al mirador de Las Sirenas y antes del sendero de La Vela Blanca encontramos un punto de información que presta los servicios de recepción, información y aparcamiento, pudiendo adquirirse recuerdos y publicaciones del parque natural.

Vista general del Arrecife de las Sirenas.
Hay varias leyendas relacionadas sobre este lugar.

Leyenda 1

Se cuenta que hace 2.800 años, en el Parque Natural de Cabo de Gata, un pescador veterano de la actividad pesquera, muy famoso y conocido en el pueblo, ya que  tenía una escasa economía por lo que iba al Arrecife de las sirenas todos los días para pescar algunos peces y poder alimentar a toda su familia. El motivo por el cual iba a pescar a aquel lugar era aquella sensación de paz, ya que hacía unos años, murió su madre  y fue allí donde quedó enterrada. Era un hombre humilde, llano, muy querido por el pueblo y con una gran familia compuesta por dos hijas y por su esposa.

Como cualquier día este pobre pescador iba a cumplir con su trabajo, ya que no permitiría  que le faltase alimento a su familia.  Esa misma tarde de invierno salió de su casa con su elemento fundamental,  la caña. Todo transcurría silenciosamente, hasta el momento de un fascinante grito, no era un grito característico que fuera escuchado muy a menudo y de poca duración, pero esto sorprendió al pescador y  dio lugar a que él se alarmara.

Al siguiente día, con la misma rutina, el pescador salió otra vez a realizar su trabajo. Fue el día que marcó la historia en el Arrecife de las Sirenas, ya que ese día el pescador volvió a escuchar esos gritos, pero más cercanos que el día anterior. Después de estar un rato observando el fondo marino, el pescador pudo observar una luz muy brillante a unos cuantos metros de donde se encontraba, durante unos cuantos minutos observando y apreciando las bonitas vistas, de pronto, una bonita y coloreada cola de pez aparece entre la brillante marea. El pescador se quedó sorprendido al ver aquellos bonitos colores que lo dejó impactado. La fresca brisa marina provocó que el pescador viera por completo la figura de aquella hermosa mujer de piel bronceada y de cabellos verdosos, escamas verdes-plateadas, y con una preciosa voz.

La noticia al principio no fue creída por el pueblo, hasta que llegaron otros testimonios. Verdad o no , la leyenda sigue viva.


Leyenda 2 


El tesoro de Cabo de Gata custodiado por las focas monje.

Según una antigua leyenda, cuando Almería era tierra de árabes un sultán escondió un tesoro en una cueva submarina del Cabo de Gata para evitar que fuera robado por los cristianos. Murió antes de dejar indicaciones a su familia de cómo llegar hasta allí, y en la actualidad no hay testimonio de su hallazgo. Es decir, sigue allí.

La supuesta cueva submarina se hallaba a los pies del promontorio de Vela Blanca y estaba protegida por la antigua colonia de focas monje, que habitaban en el Arrecife de las Sirenas cerca de allí. Según se cuenta, las focas emitían sonidos parecidos a los cantos de las sirenas —de ahí el nombre del enclave—, atrayendo así a marineros confundidos que al llegar eran atacados por las guardianas del tesoro. Por suerte o por desgracia, estas focas ya no habitan este lugar por lo que…¿quién se atreve a buscar este tesoro ahora?


El Hombre Lobo de Sorbas

En el año 1890, en las fiestas de la localidad almeriense de Sorbas, un joven llamado Pedro conoció a una hermosa joven llamada María.
Ambos sintieron una fuerte atracción desde la primera vez que se vieron, fue amor a primera vista, así pues pasaron la mayor parte del día hablando, ajenos a la gente que abarrotaban la plaza del pueblo.
Pedro no dejaba de piropear a la muchacha,
— podría estar así toda la vida –, decía.
María halagada, empezó a sentir lo mismo que Pedro.

Cuándo atardeció, los muchachos quedaron en volverse a ver. Pedro le preguntó a María dónde vivía, ella le contestó que su casa se encontraba situada cerca del Barranco de los Lobos, una misteriosa zona, de la que la gente del lugar contaban numerosas historias de sucesos extraños que allí ocurría.
Pedro sintió un poco de miedo, pero para que la chica no se burlara de él, le dijo que no tenía ningún problema en visitarla todos los días después del trabajo.

Los jóvenes empezaron a verse todos los días, cuando Pedro acababa su jornada de trabajo iba al encuentro de María, y se veían en un lugar cerca de la casa de ésta. Pero un día, María dejó de acudir al lugar, Pedro preocupado, no dejaba de preguntarse por el motivo que impedía a María acudir a su cita. Él no dejaba de ir todos los días a la misma hora, pero ella nunca aparecía.
Cierto día, Pedro cansado de esperar, se acercó a la casa de la muchacha para saber lo que estaba pasando. Pedro llegó a la casa, ansioso por saber, pero temeroso por las muchas historias misteriosas que de allí se contaban.
Fue la madre de María quién abrió la puerta.
Pedro le preguntó por ella,
María está muy enferma, no puedes verla, así que márchate y no vuelvas más– le dijo su madre.
Pedro se marchó más preocupado aún. Dos meses más tarde y al no recibir ninguna noticia en todo este tiempo, el muchacho decidió ir a buscarla, esta vez, tenía decidido ver a María a cualquier precio, pues no conseguía quitarse de la cabeza a la muchacha.

Cuándo Pedro contó su intención de visitarla, sus conocidos le desaconsejaron que fuera, todo el mundo decía que el lugar estaba maldito, y por eso le había ocurrido algo malo a María. Pero todos esos comentarios no hacía más que intrigarlo más e incrementar su preocupación por ella.

Llegada la hora, Pedro fue a la casa de María, al llegar, llamó a la puerta, — ¿Quién anda ahí?– Pedro reconoció la voz de la madre de la muchacha, — Soy Pedro, y no me moveré de aquí hasta que vea a María– dijo con un nudo en la garganta.
— te dije que no volvieras, no puedes verla, está muy enferma–, le dijo.
— No me iré hasta que no la vea, dormiré en la puerta toda la noche si hace falta, y mañana cuando salga el sol, me encontrarás aquí aún– Pedro estaba decidido a verla a cualquier precio.
La madre, al verlo tan decidido le dejó pasar, — acompáñame–, y le condujo hasta la habitación de María.

Al verse, los jóvenes se fundieron en un apasionado y fuerte abrazo, Pedro notó que la joven estaba muy enferma, estaba muy delgada y triste. Al preguntarle por la enfermedad que tenía, la joven le contestó que tenía fiebres muy alta, pero que el médico aún no sabía la causa.
— Oh Pedro, pero con solo verte me siento mucho mejor–, le dijo la joven. Y le prometió ir a visitarla todos los días.

Tras despedirse, el joven se dirigió a su casa a lomos de su mula, en medio de la oscuridad de la noche, alumbrado tan solo por un farol.

A mitad de camino, al llegar al famoso puente de “Los Guapos”, el joven vio a lo lejos algo moverse, cuándo se acercó vio que era un pequeño cachorro, se acercó al animal y lo cogió, colocándole en una de sus alforjas. Pedro continuó con su camino.
Apenas hubo andado 20 pasos cuándo un frió viento apagó su farol, dejándolo en la más absoluta oscuridad. Asustado, empezó a escuchar ruidos que parecían de animales alrededor de él.
Pedro presa del pánico intentó huir a lomos de su temblorosa mula, pero ésta permanecía inmóvil ante las órdenes de su dueño. De pronto, Pedro empezó a oír gruñidos, y al darse la vuelta vio, que el cachorro que acababa de recoger se había convertido en un gigante ser, con cuerpo de hombre y cabeza de lobo, con unos ojos terroríficos de color amarillo, que brillaban como si de luz se tratara en medio de la oscuridad.
Pedro huyó despavorido a lomos de su mula, que esta vez, a causa del miedo echó a correr dirección a su casa.
Al llegar, su madre salió a recibirlo a causa del alboroto para ver qué había sucedido. Se acercó en la oscuridad de la noche y le preguntó el motivo por el cual gritaba.
Pedro le contó lo que había ocurrido,
— pensaba que iba a morir, madre, he visto un hombre lobo
Al cruzar la puerta de la entrada de su casa, la luz fue iluminando su cara poco a poco…
— ¡madre santísima! Pedro, hijo mio, ¿que te ha ocurrido?– dijo la madre con la voz entrecortada.
Al observarse Pedro en el espejo se quedó inmóvil, no creía lo que estaba viendo, había envejecido, sus cabellos era blancos, y su rostro antes joven ahora estaba surcado de arrugas. Pedro no daba crédito a lo que estaba viendo.

Pedro murió algunos años después, las personas que lo conocieron, contaron que nunca volvió a ser el mismo, María desapareció y nunca se supo nada más de ella. La casa de María, ahora en ruinas, aún se puede vislumbrar a lo lejos.

Fábula o no, aún se sigue contando la extraña historia de Pedro con la misma inseguridad de hace años, los más viejos del lugar, lo recuerdan con tristeza, o creen recordarlo.
Y si tiramos un poco de la lengua a los lugareños, oiremos otros muchos casos extraños ocurridos por la zona de los Barrancos de los Lobos.


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