Lavadero Público de Líjar.
Fuente: Guía Digital.
El castillo de Líjar es una construcción del siglo XXI. Como en todas las construcciones de carácter defensivo el material utilizado es la piedra. Se trata de un edificio en forma de castillo, ubicado en la zona más alta del pueblo.
Si bien es cierto que ni en el Libro de Apeos y Repartimiento, ni en el catastro del Marqués de la Ensenada aparecen datos fehacientes de la existencia de un Castillo en Líjar, evidencias claras como la calle Castillo o la calle Torrecica son más que suficientes para su conjetura. Además su excepcional emplazamiento, al borde de un precipicio, cuya altura puede rebasar los 100 metros, con un corte totalmente perpendicular y dominando todo el anchuroso valle, su posición elevada en lo alto de un cerro, supone en sí mismo un elemento defensivo clave.
Partiendo de su posible existencia, la idea que origina la construcción de este castillo no fue otra que la de dinamizar la actividad en el municipio, diversificando los sectores económicos de Líjar, a través de la reconstrucción, la puesta en valor del entorno y la creación de una oficina de turismo y sala de exposiciones en el interior de éste, además de contar con un mirador desde el cual se puede divisar todo el pueblo, su vega y gran parte de la sierra.
Fuente: turismoalmanzora
La Guerra contra Francia (1883-1983)
Entre julio de 1870 y enero de 1871 tuvo lugar una guerra entre Francia y Prusia, y el triunfo de los prusianos sirvió para que terminaran de configurar la unificación alemana. La derrota fue de gran importancia para Francia, que contabilizó 140.000 galos muertos. El monarca español Alfonso XII realizó un viaje en septiembre de 1883 a Francia, Alemania, Austria y Bélgica.
En Berlín, un banquete de gala con Bismarck, ensalzó la causa prusiana y dio a entender que Alemania contaría con el apoyo de España en el caso de una nueva guerra contra Francia. También fue elegido como coronel honorario de la guarnición de ulanos en Alsacia, que era un territorio alemán reivindicado por Francia. A su regreso pasó por París con su uniforme prusiano y fue recibido por la plana mayor del gobierno francés además de por un buen número de ciudadanos franceses. El monarca sufrió una lluvia de insultos, abucheos y le fueron lanzados alguna que otra piedra y otros objetos de los ciudadanos. A su regreso a Madrid, el monarca fue recibido con una gran multitud de españoles que le lanzaba vítores en señal de apoyo.
Ante tal afrenta sufrida en Francia el Ayuntamiento de Líjar promulgó el siguiente bando:
Sesión Ordinaria de 14 de octubre de 1883
Srs. Del Ayuntamiento Miguel García Saez. Juan Martínez. Daniel Molina. Nazario Saez. Juan Diaz. Raimundo Lopez. Francisco Martínez. Antonio Martínez. Andrés Martínez. Francisco García. En la villa de Líjar a catorce de octubre de mil ochocientos ochenta y tres, reunidos los Srs. Del Ayuntamiento que al final suscriben, en Sala Capitular y Sesión Ordinaria bajo la presencia del Sr. Alcalde D. Miguel García Saez.
Abierta la sesión se dio lectura de la acta de la anterior y se aprobó por unanimidad.
Se dio cuenta de cuantas ordenes se han recibido en la semana y se acordó su cumplimiento por quien corresponda.Por el Presidente se hizo saber al Ayuntamiento, que al pasar por la Ciudad de París, el Rey D. Alfonso de regreso de su viaje el día veinte y nueve de septiembre último, fue insultado, apedreado y cobardemente ofendido por turbas miserables, pertenecientes a la Nación Francesa.
Que el más insignificante Pueblo de la Sierra de los Filabres, debe de protestar en contra de semejante atentado, y hacer presente, recordar y publicar, que solamente una mujer vieja y achacosa, pero hija de España, degolló por si sola treinta franceses que se albergaron, cuando la invasión del año ocho en su casa. Que este ejemplo solo, es muy bastante para que sepan los habitantes del Territorio Frances, que el pueblo de Líjar, que se compone únicamente de trescientos vecinos y seiscientos hombres útiles, está dispuesto a declararle guerra a toda la Francia, computando por cada diez mil franceses un habitante de esta villa. Pues es necesario que sepa el Territorio Francés, que España ostenta en su escudo, la insignia de más valor que puede ostentar la primera nación del Mundo. Tiene en la nada menos que un León. Cuenta la Historia Española, un Sagunto, un San marcial, Bailén, Zaragoza, Otumba, Lepanto y un Pavía, que ninguna Historia de las que se conocen hasta el día puede presentar ejemplos tan terribles.
Que un Carlos Primero de España, supo hacer prisionero a un Rey Francés, y cuando lo guardaba en Castilla, con cuantas consideraciones se albergan únicamente en pechos Españoles, supo el solo atravesar, la Francia aterrorizando con su figura el Mundo. Que también hubo un Felipe Segundo, que en su reinado supo abarcar de uno a otro confín de la Tierra y que ahora, cuando el Pueblo de España, no cuenta ni con un Gonzalo de Córdoba, ni con un D. Juan Chacón, ni con un Conde de Gabia, ni un Dureña Ponce, hay todavía vergüenza y valor para hacer desaparecer del mapa de los Continentes a la Cobarde Nación Francesa.
El Ayuntamiento tomando en consideración lo expuesto por el Alcalde, acuerda unánimemente declararle Guerra a la Nación Francesa, dirigiendo comunicado en forma debida directamente al Presidente de la República Francesa, anunciando previamente al Gobierno de España esta Resolución.
No teniendo ninguna otra cosa que acordar, se levantó la Sesión, estampando la presente acta, que firman los Srs que sabían y los que no signan, de que yo el Secretario Certifico.
Fragmento del documento de la declaración de guerra de Líjar a Francia. |
En la villa de Líjar, provincia de Almería, siendo las doce horas del día treinta de Octubre de mil novecientos ochenta y tres.
Reunidos en la plaza pública de esta villa, por una parte los representantes de la Nación Francesa, en las personas del cónsul y vicecónsul de Málaga y Almería, y por otra la Corporación Municipal del Ayuntamiento de Líjar, presidido por su Alcalde D. Diego Sánchez Cortés, siendo testigos de excepción autoridades civiles y militares de la provincia.
La escasa información que hay respecto a este yacimiento brilla por su ausencia. La poca información que he podido recopilar nos dice que en el término municipal de Líjar, se encuentra la llamada "Piedras de las Herraduras" en las que el hombre primitivo dejó grabados mensajes indescifrables. Un petroglifo más que podemos encontrar en la provincia de Almería.