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martes, 2 de julio de 2019

Castillejo de Canjáyar

En los siglos X y XI y estando ya el Estado islámico constituido, aparecen las primeras noticias sobre la organización territorial de las Alpujarras, dentro de la cual se encuentra Canjáyar. Al-Udri nos informa de una Alpujarra dividida en distritos, ayza (plural de yuz). El yuz era un distrito político administrativo integrado por varias alquerías y un hisn o castillo principal que le daría nombre, siendo al mismo tiempo elemento defensivo de las comunidades rurales y representación del poder central. Dicho geógrafo menciona el yuz de Qansayar.

Su castillo debió de estar situado donde hoy se encuentra la ermita de San Blas, «sobre la plataforma superior del pico que domina el pueblo actual por el oeste, verdadero cerrojo sobre el Valle del Andarax». La posterior construcción de la ermita en el siglo pasado destruyó la casi totalidad de los vestigios. Ha sido estudiado por P. Cressier, que data los restos cerámicos en los siglos XII-XIII.
Estos son los únicos restos que quedan del castillo. 
Poco se sabe de este castillo, citado por varios autores árabes: Al-Udri (S.XI) y Ahmad al-Qastali (S.XIII) aparece como Hisn Qunjayar. Formaba parte de un distrito, amparado por el castillo y que luego formó parte de una entidad mayor o Ta'a (de Lúlar). Fue lugar de la rebelión de los moriscos en el siglo XVI. Tras la invasión árabe en el 711, creemos que la ocupación territorial, al menos en parte de la Alpujarra (coras de Bayyana y Elvira) así parece ser, tuvo como base los lazos étnico-familiares, hecho que además del económico (rentas) tendrá un gran peso en las capitulaciones de la guerra de Granada no sólo entre algunos notables árabes (el caso de Cidi Yahya), sino del propio sultán Boabdil, eligiendo a la hora de ser compensados con tierras, entre otras, aquellas que habían pertenecido a sus antepasados.

El territorio se organizó en torno al sistema defensivo jerarquizado (alcazabas, castillos y fortificaciones). A partir del siglo XI el poblamiento se organiza en torno a un hisn, que además de representar un papel defensivo ostentaban el poder central de la comarca y daría nombre a la misma (yuz). La división nazarí en tahas vino a sustituir a la anterior en aqâlim. Existe una cierta relación entre el yuz y la taha y ambos generalmente ocupan un espacio con cierta homogeneidad en el territorio y perdurarán en el tiempo. En la división de la Alpujarra en tahas, una de las cuales, la de lúchar, con cabecera en Canjáyar, se componía de nueve alquerías o lugares: Alcora, Almócita, Autura, Bolinieva, Beires, Bogaraya, Canjáyar, Nieles, Ohanes y Padules.

El castillo árabe de Canjáyar (hisn), del que apenas quedan restos de muros y cerámica de los siglos XII y XIII, se encontraba en la plataforma del Cerro de San Blas y era un verdadero cerrojo sobre el valle del Andarax. Sabemos que la división árabe en distritos se basaba en castillos equidistantes del territorio que dominan y controlan cursos de agua y comunicaciones. Canjáyar con el Andarax y el camino hacia Laujar, el castillo de Beires y el de Marchena jalonarían el sistema defensivo.

En la división del geógrafo árabe daliense al Udri (siglo X), la relación de distritos coincide con el de fortalezas recogidas en su prospección, lo que confirmaría la teoría anterior. En esta relación aparece Canjáyar (Qansayar) entre Andarax (Laujar), Wadi Bami Umayya (desconocida) y Marchena (Terque).
En Canjáyar enseñó Humanidades lbn Aliatin (segunda mitad del siglo XII y primera del XIII). Viajó por España, África y Asia y escribió biografías de celebridades. En su viaje alpujarreño en 1190 el literato murciano al Tuyibi, después de un alto en Ugíjar, llegó a Canjáyar, al lugar que llamó Al-Giran (Las Cuevas), por el Andarax, llegó a Almería. En la segunda mitad del siglo XIII Ahmad al-Qstali, marchó de Guadix a Ohanes tras al- Yuhanisi, natural de Ohanes y fama de santo; recogió varios topónimos de la zona no publicados. Cita el castillo de Canjáyar (Hisn Qanyayar), sitiado por las tropas de Ibn al-Ramini de Almería al declararse los "canjilones" leales al sultán nazarí Muhammad I. La siguiente división es ya de los siglos XIV al XVI es la realizada fundamentalmente en las Alpujarras por la administración nazarí. Canjáyar formaba parte como cabecera, de la taha de Lúchar, integrada por otros ocho lugares: Almócita, Autura, Beires, Bogaraira, Bolinieva, Nieles, Ohanes y Padules, siendo uno de sus gobernadores Amed Abenjarni Alnayar, antepasado de Cidi Yahya Alnayar, nieto de granadinos y ligado por lazos familiares a la comarca de Canjáyar o taha de Lúchar.

Yahya resultó clave en el éxito de las campañas militares y las operaciones diplomáticas para la conquista del reino de Granada: Heredó de sus padres un gran patrimonio en Lúchar, Marchena y Alboloduy, además de Pechina y el Almanzora (550.000 metros. de renta), más sus heredades en Dalias. Reconocidas por los Reyes Católicos por su alianza en la campaña granadina. Añadía Yahya el señorío sobre Félix, Enix y Vícar. Bautizado en secreto por prudencia estratégica, tomó el nombre cristiano de don Pedro de Granada. Tras las revueltas mudéjares en 1500, se le arrebató la Fortaleza de Marchena y el señorío sobre esta taha y la de Lúchar.

Tras la toma de Granada en 1492, se firman las capitulaciones generosas para los vencidos, e incumplidas por ambas partes más tarde. Al propio sultán granadino en los tratados firmados el 25 de noviembre de 1491 se le concedieron para él y sus sucesores 12 de las tahas de la Alpujarra, entre las que estaba Lúchar, cuya cabecera era como sabemos, Canjáyar.


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