Este lavadero, además, al aprovechar el agua de salida de los baños termales, era muy positivo en la calidad de vida de las mujeres de Alicún, liberadas de la dureza del lavado con agua fría en pleno invierno, como comúnmente sucedía en el resto de los pueblos.
Al final del canal central del lavadero se ubica el partidor de riego que regula y reparte el agua entre los distintos brazales de los distintos pagos.
Fotos: David Téllez