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miércoles, 30 de septiembre de 2020

Don Eugenio Sánchez Quero


Hablar de la historia de Benínar en la primera mitad del siglo XX, es hablar de la familia Sánchez Quero. De Juan, que fue el médico que curó a nuestros abuelos; de José, que llegó a ser el canónigo de la Catedral de Granada; de Facundo, que llevó las riendas del Ayuntamiento muchos años; de Eugenio, que llevó al límite su juramento hipocrático.

Hijos de Juan Sánchez Sánchez y Francisca Quero (natural de Berja) que, teniendo medios, supieron dar un futuro a sus hijos.

¿Quién no recuerda la estatua de Eugenio en mitad de la plaza? Primero con cancela de hierro forjado y después sin ella. Hecha gracias a la suscripción popular de unos paisanos agradecidos que, cuando se enteraron de su muerte corrieron río arriba hasta Ugíjar para recoger sus restos y bajarlos a hombros a su pueblo natal para enterrarlo junto a ellos.

Debo agradecer la inestimable colaboración de Juan Sánchez y de José María Alonso, quienes me han proporcionado la mayor parte de la documentación que vais a leer.

Veamos a los hermanos Sánchez Quero.

Juan Sánchez Quero

Nació en 1874. Estudió bachiller en Granada, en el Instituto de Segunda Enseñanza. En 1893 se tituló con las calificaciones de sobresaliente en el primer ejercicio y de aprobado en el segundo. Para solicitar el título tuvo que pagar diez pesetas, una pequeña fortuna por esa época. En 1900, a la edad de 26 años se licenció en Medicina y Cirugía por la Facultad de Medicina en la Universidad de Granada.

Durante años el pueblo de Benínar había estado desesperadamente buscando un médico, se publicaron varios anuncios en la Gaceta de Madrid. Se ofrecía un sueldo de 750 pesetas (pagadas por trimestres vencidos) por la asistencia a las familias pobres y, dando libertad al médico para contratar las igualas a las familias pudientes. Esta plaza finalmente fue ocupada. En 1900 el médico que había se llamaba Ricardo Magaña Romero de 46 años.

Juan ejerció en Murtas unos años y al quedar libre la de Benínar se fue a su pueblo, ocupándola hasta enero de 1936 que fue cuando falleció.


José Sánchez Quero

Estudió en el Seminario de Granada obteniendo el grado de doctor en Sagrada Teología. Fue profesor en el Seminario y Capellán de Religiosas. En 1902 obtuvo por oposición la canonjía de la Catedral de Granada, cargo que ocupó el 10 de julio de ese año hasta su muerte. Está enterrado en la Catedral.


Facundo Sánchez Quero

Secretario del Ayuntamiento y del Juzgado de Paz de Benínar hasta el 13 de junio de 1946, año en el que solicitó la excedencia voluntaria.



Eugenio Sánchez Quero

Nació en Benínar en 1887 y murió el 22 de octubre de 1918 en Ugíjar de gripe a la edad de 30 años.

Es el beninero más querido e ilustre. Han pasado 91 años desde su muerte y es recordado con cariño por sus paisanos. Estudió Bachiller en Granada obteniendo la calificación de sobresaliente en el primer ejercicio y aprobado en el segundo. Después se licenció en Medicina y Cirugía en la Facultad de Medicina de Granada. Durante la carrera, de 1910 a 1913 trabajó como alumno interno en la Cátedra de Clínica Quirúrgica bajo la direccion del catedrático Víctor Escribano.

Su expediente académico es espectacular, sacó 6 notables y 22 sobresalientes, con 16 premios como mejor alumno de la asignatura y estaba considerado como el segundo mejor de su promoción. En 1913 apoyado por la Facultad de Medicina solicitó una beca en París para investigar sobre el tema “Los adelantos actuales de la ortopedia y cirugía del sistema nervioso” que, seguramente rechazaría al ofrecérsele una plaza de médico en el hospital de Ugíjar.

Una vez acabada la carrera hizo la tesis que, versaba sobre “La cura radical de la hernia inguinal y la elección de procedimiento”. Fue leída y aprobada en la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Madrid el 27 de octubre de 1913. El presidente de su tribunal fue el catedrático y premio Nobel de Medicina Santiago Ramón y Cajal, dándole la calificación de sobresaliente.

Como figura humana lo dio todo.  Cuando iba a su pueblo visitaba a todos sus vecinos, iba casa por casa haciendo lo que mejor sabía, practicar la medicina y, nunca cobró ni un real por ello. Al acabar la carrera fue a trabajar al Hospital de Ugíjar que, fue creado por las familias pudientes del pueblo para su uso exclusivo. Eugenio al llegar a la primera persona que curó fue a una gitana enferma, esto creó malestar en unos pero, se ganó el cariño del pueblo.

Siempre me preguntaré qué hubiera pasado si la gripe del 18 no se hubiese cruzado en su camino. El olvido es el cáncer de la historia, olvidar nuestro pasado sería como despojarnos de una parte de nuestra identidad. Ayúdanos a recordarlo.

En la lápida de Eugenio, en el cementerio de Benínar, reza su epitafio: “Breves fueron sus días, más con su caridad y su ciencia, consagrado a los enfermos, llenó la carrera de muchos años”.


Enlace a fuente original





lunes, 17 de febrero de 2020

Almazara Romana de Berja

La antigua Vergi ha recuperado parte de su patrimonio arqueológico. Se trata de una «contrapesa» de gran tamaño, integrada en una almazara romana y descubierta durante las obras de construcción de un invernadero en el paraje Rigualte de Berja. Una llamada anónima alertó de su hallazgo a la policía autonómica andaluza, que catalogó la pieza y la cedió a un vecino para su custodia temporal. La piedra fue sustraída de la finca de este virgitano por el entonces propietario de los terrenos donde fue hallada, «autor confeso» del hurto. Parte de la estructura fue demolida y no se descarta hallar más restos en las inmediaciones.

Los expolios de restos arqueológicos están a la orden del día. Recientemente la Unidad de Policía Adscrita a la Comunidad Autónoma de Andalucía en Almería ha esclarecido dos casos de los que, de momento, no puede facilitar más información. Detrás de estos hechos delictivos, hay un negocio importante que utiliza los mercados ambulantes y las plataformas digitales para su venta.

Son varios los funcionarios especializados en este tipo de casos que operan en la provincia de Almería. Pertenecen al grupo de Medio Ambiente y Defensa del Patrimonio. Una competencia, esta última, exclusiva de este cuerpo. Entre sus funciones, además de recuperar bienes arqueológicos de manos privadas, destaca la obligación de vigilar el cumplimiento de la normativa vigente, controlar expolios y hurtos, evitar el uso ilegal de detectores y dar cuenta a la administración competente de los yacimientos no catalogados.


Según ha puesto de relieve el subinspector Freniche, el ciudadano de a pie está obligado a comunicar el hallazgo de una pieza de valor histórico, arqueológico y artístico «de forma inmediata o en un plazo de 24 horas». Puede hacerlo a a través de la delegación provincial de la Consejería de Cultura, de los ayuntamientos o de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. «También es importante no moverla», ha puntualizado.

Restos Demolidos

Francisco Fernández así lo hizo. Tras el descubrimiento de los restos en el paraje Rigualte, lo advirtió a los propietarios del terreno y lo comunicó formalmente. Los movimientos de tierra realizados para construir un invernadero dejaron al descubierto una antigua almazara romana de grandes dimensiones. «Aunque se pudieron rescatar algunos de los restos hallados, Fernández lamenta que algunos se demolieron. «Demolieron la zona de la molienda y entre dos y tres balsas de decantación de aceite. Por lo que se veía en superficie, debió ser una almazara de uso industrial», ha comentado.

Por el contrario, los agentes sí consiguieron rescatar otros restos arqueológicos, que fueron catalogados correctamente y trasladados al Museo Arqueológico de Almería. «Había restos de cristal romano, cubos y bocas de ánforas, de un hacha pulimentada de la Prehistoria y de piedras de molino de la Edad de Bronce. Lo más importante que se encontró fueron restos de un planto de 'sigillata' del siglo I, una cerámica de lujo usada en la época romana», ha detallado. Estos y otros restos, como la «contrapesa» romana que algunos quisieron usar como «elemento de decoración», se han recuperado gracias a su sentido de la responsabilidad.


El Ayuntamiento quiere la pieza

El Ayuntamiento custodia actualmente la «contrapesa» de la antigua almazara romana descubierta en el paraje Rigualte. La pieza arqueológica se ubica en «dependencias municipales», a la espera de que la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía determine su destino.

Llegado el momento, el Consistorio solicitará formalmente su deseo de quedarse con ella para su musealización. «Es un testimonio magnífico de la importancia de la Vergi romana y acredita el cultivo del olivo y su transformación en aceite de oliva, que era exportado hasta la metrópoli de Roma», ha comentado al respecto el historiador Antonio Campos, técnico del área de Cultura del Ayuntamientos de Berja. «Por desgracia la estructura de la almazara fue demolida, pero no se descarta que en las inmediaciones pueda haber restos de construcciones anejas a estas instalaciones», ha matizado.



El Robo

Según ha podido conocer IDEAL, los hechos se remontan a octubre de 2018, cuando se descubren restos de una antigua almazara romana en el paraje Rigualte. Francisco Fernández, vecino de Berja aficionado a la arqueología, advirtió a los propietarios de la finca de que se trataba de un bien patrimonial y de la necesidad de notificarlo a la policía. Hasta el lugar se desplazaron los agentes del grupo de Medio Ambiente y Protección del Patrimonio de la Unidad de Policía Adscrita a la Comunidad Autónoma de Andalucía en Almería. Acompañados por un arqueólogo, los agentes confirmaron la importancia histórica de los restos hallados y los trasladaron al Museo Arqueológico de Almería, previa catalogación y notificación a la Consejería de Cultura.

Por su excesivo peso, alrededor de una tonelada, la policía optó por guardar temporalmente la «contrapesa» en la propiedad de Francisco Fernández, que custodió la pieza hasta el pasado mes de junio, cuando fue sustraída por el dueño de la finda donde fue hallada. «Se dedujo que para su traslado se utilizó un camión o maquinaria pesada debido al peso y envergadura de la misma (entre 400 y 500 kg)», han apuntado fuentes policiales.

Investigación

Fernández denunció lo ocurrido de inmediato y la policía autonómica andaluza consiguió dar con el paradero del sospechoso. Los agentes entrevistaron a agricultores y propietarios de parcelas próximas, se personarse en la empresa donde trabaja el presunto autor y localizaron la piedra «en una parcela próxima» gracias a las indicaciones de algunos empleados.

«Identificado el propietario, éste manifestó que fue el responsable del traslado de la pieza arqueológica y su deseo de devolverla», continúan las mismas fuentes. Se le acusa de un presunto delito de hurto con hacerse con una pieza arqueológica valorada en 850 euros, según un informe del Departamento de Protección del Patrimonio Histórico. Se enfrenta a una pena de presión de uno a tres años. Las diligencias fueron remitidas en su día a los Juzgados de Instrucción de Berja.


Fuente: Ideal.es

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