Antigua Cruz Humilladero realizada en piedra y construida en el siglo XIX. Estás cruces solían ponerse en las entradas o salidas de los pueblos o junto a los caminos. Situada a la entrada de Dalías en el antiguo camino que unía la Alta Alpujarra con el Campo de Dalías.
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miércoles, 30 de diciembre de 2020
Aljibe de la Cruz
Antiguo Aljibe situado en el Llano de Don Pedro. Sus dimensiones (2,5 * 6 m) encaja en la tipología de aljibes Alpujarreños .En su interior se pueden apreciar diversos graffitis en diferentes zonas del aljibe algunos casi desaparecidos por el paso del tiempo. Actualmente se encuentra en mal estado de conservación. Posiblemente uno de los aljibes más antiguos del municipio.
viernes, 18 de diciembre de 2020
Estela Funeraria de Baria
Estela de piedra arenisca calcárea, de forma prismática y sección cuadrangular, con remate superior piramidal. Presenta en una de sus caras verticales una inscripción de carácter funerario, distribuida en 4 líneas de texto con 17 signos fenicios grabados, que se traduciría como "tumba de Gerashtart (que significa devoto de Astarté), hijo de Baalpilles".
Es la única estela con inscripción funeraria localizada en la necrópolis de la colonia púnica de Baria (Villaricos, Almería), entre las tumbas de incineración y, seguramente, tenía la función de indicar la ubicación de una sepultura relevante. Los caracteres, fechados por su grafía a finales del siglo V a.C., y el monumento donde aparecen, representan un ejemplo casi único en la Península Ibérica, aunque con buenos paralelos en Cartago, Cerdeña y en otros yacimentos púnicos mediterráneos, en los que este tipo de estela no sólo recordaba al difunto sino que también representaba su "nefesh" o alma.
El Baco de Chirivel
En El Villar, lugar cercano a la población, se han encontrado piezas suntuosas de origen romano, como columnas de mármol y capiteles dorados, para algunos historiadores aquí se encontraba la mansión del Itinerario romano Ad-Morum. Discurría también la calzada romana Via Augusta que unía Cartagena con Cádiz. En las excavaciones llevadas a cabo en el año 1985, en esta zona de El Villar, se encontró un Dioniso, hermosa escultura que data de mediados del siglo II d. C. Algunos hablan incluso que pudiera representar a Antinoo, favorito del emperador Adriano. Esta escultura se ha constituido en símbolo de Chirivel, al que se le llama por las gentes del lugar "El Chiribello".
El "Baco/Dionisos de Chirivel" |
Señor de los Caballos
La Hispania prerromana es un buen ejemplo de ideología ecuestre en la Antigüedad, desde el siglo VII a.C.
Hasta época romana. Su aparición va unida a la equitación, que sustituyó al carro de guerra como elemento regio y de elite. Los equites, tras sustituir a los reges orientalizantes como elite gentilicia, adaptaron paulatinamente su estructura guerrera a una censataria, propia de los oppida de los últimos siglos a.C. La iconografía confirma que estas elites basaban su poder en su descendencia de un heros equitans (héroe a caballo), que sería su antepasado mítico y de toda la población, un ejemplo de un 'héroe fundador a caballo' podría ser también los Ases de Urkesken/Ikalisken en los que por un lado se ve un rostro y por el otro un jinete con lanza. Esta ideología, aunque basaba en su propio sistema cultural, evolucionó paralelamente a los cambios socio-ideológicos del mediterráneo durante el I milenio a.C.
Señor de los caballos. Relieve del Despótes Híppôn o “Señor de los caballos”. Villaricos, Almería. Siglos VI-V a.C. Museo Arqueológico de Almería. |
lunes, 7 de diciembre de 2020
Tetica de Bacares
La Tetica de Bacares es un pico de 2.088 metros situado en la Sierra de los Filabres, en la provincia de Almería, España, siendo una de las cimas más orientales de la Cordillera Penibética en superar los 2.000 msnm. Según el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar de Pascual Madoz, a este enclave también se le ha conocido como cerro de Nímar.
Esta cumbre desempeñó un papel de importancia en la conexión geodésica entre Europa y África, cuando en 1878, el ingeniero y general del Ejército Carlos Ibáñez de Ibero debió permanecer dos meses en la cumbre para establecer la conexión geodésica con Argelia.
Observatorio Calar Alto
Es el observatorio astronómico más grande del continente Europeo. Está situado en Calar Alto, una meseta de 2168 m de altura en la Sierra de Filabres (Almería, España). Desde 2019, su nombre oficial es Centro Astronómico Hispano en Andalucía (CAHA). Hasta 2018, era el Centro Astronómico Hispano-Alemán o Deutsch-Spanisches Astronomisches Zentrum. Fue fundado en 1973 tras un acuerdo entre los gobiernos alemán y español. Hasta 2005 el observatorio pertenecía en exclusiva al Max-Planck-Institut für Astronomie y solo había disponible un 10 % del tiempo de observación para los astrónomos españoles. Sin embargo, en 2005 se firmó un acuerdo por el cual el observatorio estaba operado conjuntamente por el Instituto de Astrofísica de Andalucía - CSIC en Granada y el Max-Planck-Institut für Astronomie en Heidelberg en una proporción del 50% cada uno. Desde 2019, con la salida del socio alemán y la entrada de la Junta de Andalucía en la Agrupación de Interés Económico CAHA, AIE, el observatorio pasa a ser 100% español (50% CSIC, 50% Junta de Andalucía).
TELESCOPIOS
El observatorio tiene 4 telescopios de apertura 0,80 m, 1,23 m, 3,5 m y 2,2 m.
También tiene un telescopio de 1,52 m, pero está operado por el Observatorio Astronómico Nacional de España y un telescopio robótico operado por el Centro de Astrobiología (CAB).
El telescopio de 3,5 m es el mayor telescopio de la Europa continental: tiene montura Ecuatorial.
El lugar de emplazamiento fue propuesto inicialmente en 1970, e inaugurado oficialmente en julio de 1975 con la puesta en marcha del telescopio de 1,23 metros (47 pulgadas) desarrollado por la cooperación alemana y española en astronomía. Posteriormente se instalaron 4 telescopios más.
El telescopio Schmidt fue trasladado a Calar Alto en el año 1976, desde el Observatorio de Bergedorf, donde estaba desde el año 1954.
HITOS EN LA INVESTIGACIÓN
En 1994 el observatorio captó las primeras imágenes de la colisión del cometa Shoemaker-Levy 9 contra el planeta Júpiter, con una cámara infrarroja a través del telescopio de 3,5 metros.
En el observatorio se descubrieron en los años ochenta unos chorros de gas fuertemente concentrado expulsados por estrellas jóvenes a una velocidad de cientos de kilómetros por segundo. Hoy día estos chorros de gas siguen siendo objeto de investigación.
Los científicos observan en la actualidad en Calar Alto el cometa 9P/Tempel 1, de la misión Deep Impact de la NASA; trabajan en la detección de enanas marrones; y estudian los estallidos de la radiación gamma, las supernovas y los planetas extrasolares, entre otras tareas de investigación.
Primeras enanas marrones aisladas, situadas en las Pléyades.
ÚLTIMOS DESCUBRIMIENTOS.
El espectógrafo CARMENES montado en el telescopio de 3,5 m desde 2016 ha descubierto varios exoplanetas.
El último descubrimientro de asteroide realizado por el Observatorio de Calar Alto, fue el asteroide 2009 DS36, el cual fue hallado en la madrugada del 25 de febrero de 2009. Su veloz desplazamiento por el espacio sugería que no debía encontrarse muy lejos de la Tierra, de hecho, la órbita preliminar demuestra que se trata de un objeto cercano a la Tierra (un NEO, Near-Earth Object), el cual es el primer cuerpo de esta clase en ser descubierto desde el Observatorio de Calar Alto. El cuerpo fue hallado mientras pasaba por delante de la constelación de Leo, su descubridor fue el astrónomo Felix Hormuth, perteneciente al Instituto Max Planck de Astronomía (Heidelberg), que actualmente trabaja en el Observatorio de Calar Alto. Tras el hallazgo Hormuth dijo:
"Era bastante rápido, y dejó unos buenos trazos en un conjunto de tres imágenes de larga exposición obtenidas en principio para confirmar algunos descubrimientos de asteroides del cinturón principal efectuados la noche anterior."
En junio de 2019 se hizo público el hallazgo de dos exoplanetas en órbita alrededor de la estrella Teegarden. Se trata de una enana roja con 8 000 millones de años de antigüedad (mucho mayor que el Sol) y de menor intensidad lumínica que nuestro Sol. Este descubrimiento tuvo gran repercusión a nivel mundial debido a que los dos planetas se encuentran en la región habitable de su estrella, por lo que podrían albergar vida inteligente. Además, están entre los planetas de este tipo más cercanos a la Tierra que se han descubierto hasta ahora (a una distancia de 12,5 años luz).
Joaquín Sicilia y Gallego
Médico-cirujano de Abla a mediados del siglo XIX y quizás uno de los abulenses más ilustres de toda nuestra historia. Solicita su ingreso en la Sociedad Médica de Socorros Mutuos el 20 de Octubre de1847. Obtiene su ingreso en dicha Sociedad en Enero de 1848. Era hermano del farmacéutico Juan Sicilia y Gallego, autor de Importancia de la análisis química en la administración de justicia.
En 1855 publicó un estudio sobre la epidemia de cólera que se desató en en España, y que costó la vida de casi 4000 personas únicamente en la provincia de Almería.
En la anterior epidemia de 1834 se recomendaba en poesía como prevenir la enfermedad;
Vivir sin miedo, comer asado.
Verduras pocas, licor escaso;
Tertulias fuera, nada de teatros.
De noche en casa, andar al campo;
Pescado poco, y no salado.
No dormir siesta, o breve rato;
Del lecho alzarse, al sol bien claro.
Usar frecuentes, ácidos sanos;
Frutas jugosas, echar a un lado.
Melones e higos, ni imaginarlos;
El té y la salvia, usar con garbo.
Friegas al cuerpo, en despertando;
Y de franela, camisa encargo.
Heces y orina, lejos del cuarto;
Con buen vinagre recibir vahos.
Con el lavarse, la boca y manos.
De húmedo piso, los pies guardados.
Si el cuerpo suda, no ventilarlo;
Saliva fuera, si excede un tanto.
Fumar en pipa, anís y habanos;
Alcanfor siempre llevar guardado.
El chocolate poco cargado.
En todo tiempo huir de helado.
Especia poca en los guisados;
Pastelería poca y de paso.
Llevar el vientre aligerado;
Ropas de invierno en el verano;
Corteje a Venus el dios Vulcano,
ni una manzana del árbol vedado.
Sana conciencia, mental descanso
y no inquietarse aunque la cena se coma el gato,
o el ahumado salga estofado.
Nombrado médico forense de Madrid en 1862.
Médico forense del distrito de Lavapiés en Madrid en 1882.
Fue médico del Rey.
Blas Antonio Moreno
Blas Antonio Moreno
(Abla, 1715 - Granada, 1774). Escultor y retablista.
Formado en la Granada natal de sus padres, donde se trasladó su familia siendo aún niño, entre 1734 y 1748 se estableció en Jaén, aunque durante este periodo no dejó de mantenerse relacionado con el medio artístico granadino. Su definitivo retorno a la ciudad de la Alhambra debió estar determinado por el creciente número de encargos. Artista polifacético, dirigió la construcción de la cúpula de la iglesia de las Angustias de Granada, diseñada por Alfonso del Castillo, contrató la hechura de las esculturas del retablo mayor de la iglesia del convento de San Antonio de Montefrío y se le atribuyen varios frontales de altar; pero su faceta profesional más conocida es la de retablista. Trabajó en el retablo de la capilla de la Santa Cruz de la Capilla Real, en el mayor de la iglesia de Otura y realizó el retablo mayor de la iglesia de la Abadía del Sacromonte, el de la parroquial de San Matías y concluyó el de la iglesia de las Angustias.
Su actividad en tierras almerienses se centró en La Alpujarra, que hasta 1957 formó parte de la diócesis granadina. En 1769 reconoció, por orden del presidente de la Real Chancillería, el expediente que incluía los diseños de Torcuato Vergara para el tabernáculo, retablos colaterales y púlpito de la iglesia nueva de Berja, y emitió un informe en Granada que sería tenido en cuenta por el tallista Francisco Salmerón para sus reformas, aunque la intervención de la Academia de San Fernando descartó estos proyectos a favor de los diseñados por el arquitecto Ventura Rodríguez. Un lustro más tarde, se comprometió a concluir el retablo mayor de la iglesia de Laujar de Andarax, siguiendo la traza del tallista Manuel Sánchez Escalona, que había fallecido sin terminarlo. Sin embargo, la muerte también debió sorprender a Blas Antonio Moreno, pues, a principios de 1775, el tallista Felipe Escalona, vecino de Ugíjar, que en otras ocasiones es citado como Sánchez Escalona y debe ser familiar del tracista del retablo, se trasladó a Laujar para finalizarlo, por lo que desconocemos si Moreno tuvo oportunidad de intervenir en esta bella máquina, que ha sido restaurada en el año 2005.
Carolina de Yebra y Rittwagen
Si hay que destacar algún monumento en Alhabia ese es el Monumento Homenaje a la Esposa del Farmacéutico Rural de España. Carolina De Yebra y Rittwagen hija política, esposa y madre de farmacéuticos. Nació en la capital Almeriense en una calle cercana al Parque, el 3 de diciembre del 1881 y murió el 3 de mayo del 1959.
Mujer muy bella, fue primera dama en la Corte de Honor de los Juegos Florales celebrados en Almería el 1903, cuyo mantenedor fue Miguel de Unamuno. Contrajo matrimonio con un farmacéutico, que se estableció en Alhabia, José Sánchez Vivas. Quedó viuda y ciega, contratiempo que no le impidió seguir trabajando en su farmacia ,transcendiendo su fama por su dedicación a su hogar, a su familia y a su trabajo.
Se ha simbolizado en ella los desvelos y sacrificios del farmacéutico español y se le ha erigió este un monumento en Alhabia, obra del escultor Santiago de Santiago por iniciativa de su hijo Francisco Sanchez Yebra, Justo enfrente del monumento se encontraba la farmacia del pueblo que fue fundada en el año 1871 por el bisabuelo del actual regente de la misma. Hace unos años la farmacia fue vendida y derruida por su actual dueño.
viernes, 4 de diciembre de 2020
Juan Sicilia y Gallego
La Policía Científica ha cumplido hace poco 100 años de historia, pero los avances en esta materia fueron impulsados por médicos, químicos, físicos y farmacéuticos que en la mayoría de las veces quedaron y quedan en el anonimato. Este es la historia de uno de ellos.
Entre las 12.15 horas del 24 de Septiembre de 1864 y las 19.30 horas del día 29 del mismo mes se celebró en Madrid el primer Congreso Médico Español presidido por D. Tomás Eustaquio Corral y Oña, médico de cámara de la Reina Isabel II.
En dicho Congreso participaron 290 autoridades relacionadas con la medicina, principalmente médicos y farmacéuticos, de los cuales sólo 54 expusieron sus respectivos estudios a los asistentes. Uno de esos 54 era un abulense. Hablamos de D. Juan Sicilia y Gallego, farmacéutico y hermano de D. Joaquín Sicilia y Gallego, el médico del que ya hablamos en otros artículos anteriores.
En la segunda sesión celebrada el 25 de Septiembre, nuestro paisano Juan Sicilia y Gallego expuso su estudio llamado “Algunas observaciones sobre las manchas de sangre” El cual comenzó con estas palabras;
[No el deseo de gloria me impulsa a tomar la palabra en este Congreso, que tanto honra a la Nación donde tiene lugar: causas más justas, motivos más poderosos me impelen, cuales son, el consignar algunos hechos relativos a la investigación químico-legal de las manchas de sangre, tanto en lo concerniente a su distinta naturaleza, como en lo variado de su procedencia. Hechos que conviene consignar hoy detalladamente, cuando tan frecuentes son los casos en que el puñal del homicida es el único y fatal razonamiento de que suelen valerse algunos individuos de la sociedad.]
Juan explica luego que los grandes adelantos en esa parte de la toxicología o química legal había alcanzado un gran nivel gracias a científicos como Teichmann de Gotinga, Casanti, Persoz, Rose, Zollikofer, Orfila, Devergie, Brunne de Viena o Everardhome, y han permitido que en ese momento se pueda saber si las manchas de sangre son de mamífero o vertebrado, o si de mamífero de la especie humana u otro animal cualquiera.
A pesar de ello, nuestro farmacéutico argumenta el motivo de su estudio;
[…a pesar de tan sorprendentes adelantos, dignos de singular mención, me quedaba una duda que por espacio de algún tiempo no dejó de ocupar mi mente, en serias meditaciones. Acudí a delicados y reiterados experimentos, de los que deduje como lógica consecuencia, que cuestiones de tal naturaleza no quedan científicamente resueltas por el solo hecho de conocer que una mancha es de sangre de la especie humana, y no de otra sustancia cualquiera, pues las exigencias legales no pocas veces traspasan tan estrechos límites, lo cual no es extraño si tenemos en cuenta, que una mancha de sangre algunas veces, no reconoce su origen en la solución de continuidad periférica, sino en uno de tantos flujos sanguíneos, que como el nasal, gastrorrágico, metrorrágico o menstrual, son tan naturales como frecuentes en la especie humana: exigencias, que si bien no creo satisfechas, en su totalidad, por el escaso tiempo de que he podido disponer, al menos creo lo están en cuanto hace referencia a las manchas de procedencia menstrual: algunos experimentos hechos sobre este punto, en el laboratorio que tengo la honra de dirigir, y ciertos casos químico-legales que he tenido necesidad de resolver, son los que me autorizan o inducen a creerlo.]
A continuación el Doctor Juan expone que el experimento realizado consistió en separar las manchas mediante un medio mecánico de la tela u objeto donde existían, las tuvo macerando en agua destilada durante veinticuatro horas y transcurridas estas reunió los líquidos resultantes de la maceración, que por su opacidad o suciedad tuvo que filtrar con papel sin cola, consiguiendo que su aspecto fuese más diáfano, aunque no limpio del todo. Parte de este líquido lo evaporó hasta secarlo, conduciendo el fuego con el máximo cuidado para evitar su carbonización con una lámpara de espíritu de vino. Cuando recogió el residuo rojo amarillento, producto de la evaporización, lo colocó en una capsulita de cristal, donde previamente había puesto unas gotas de ácido fosfórico de 1,18 grados de densidad, el doble de la cantidad de polvos que había obtenido de las manchas. Hecha la mezcla de estos y el ácido en la cápsula de cristal, y en las proporciones ya dichas, lo aplica a la llama de la lámpara, cuando observa que en el centro aparecía una masa de consistencia extractiva, de color hepático, plástica, glutinosa y coherente, cuya adherencia perdía por la presión de una varilla de cristal, pero que abandonada a si misma, volvía a recobrarla con rapidez; caracteres peculiares de la sangre humana, según Casanti, y comunes a la solución de continuidad periférica, y a la de procedencia menstrual; pero notó, que la capsulita de cristal se cubrió repentinamente interior y exteriormente de una capa cristalina, áspera, de fácil separación, y que hizo perder al cristal su diafanidad, carácter este exclusivo de las manchas de sangre de flujo metrorrágico o menstrual.
Después de explicar su experimento puso como ejemplo tres casos para los que había sido requerido nuestro Doctor por la Audiencia de Madrid y por petición de algunos Juzgados de Primera Instancia;
[ El primero, es procedente del de Getafe, en que con fecha 8 de Febrero último, se me encargó practicar el análisis químico de unas manchas existentes en varias prendas, correspondientes a la causa que en el mismo se seguía contra la persona de J.R. Teniendo que fijar la naturaleza íntima de tales manchas, me ocurrió poner en práctica el procedimiento que acabo de exponer, y por él me convencí que unas manchas eran de solución de continuidad periférica, y otras de procedencia menstrual, o de un flujo sanguíneo afine a él: porque al tratarlas por el ácido fosfórico de Casanti, unas manchas sanguinolentas solo presentaron los caracteres de plasticidad, homogeneidad, color hepático, consistencia extractiva, conglutinación y coherencia, etc., mientras que otras no solo aparecieron con tales caracteres, sino que a ellos se unió la abundante y hermosa cristalización, característica de la sangre metrorrágica, sobre cuya cristalización he llamado la atención.
El segundo fue, el que con fecha 8 de Julio, también último, se me remitió, del Juzgado de Azpeitia, para que informara de la índole de unas manchas de sangre esculpidas en una escofina, en causa instruida en el mismo por la muerte violenta de las personas M. M. y J. B. Entre estas manchas, si bien a la simple vista se notaba diferencia, no era tan clara que pudiese dar por resuelta la cuestión; por lo que, separadas las del tercio superior y mas agudo de la escofina, bien pronto me convencí que tales manchas eran de naturaleza distinta de las demás esculpidas en ella; pues aquellas aparecieron al tratarlas por el reactivo Casanti, con la cristalización característica, mientras estas solo presentaron su conglutinación, plasticidad, etc., y nada de cristalización.
El tercero y último caso que me ocurrió, es de igual fecha que el anterior, y en él se me ordenaba determinar la naturaleza y procedencia de unas manchas estampadas en varias prendas de vestir, de las que por su variada forma, unas eran de hombre y otras de mujer, procedentes del Juzgado de igual clase de Navalcarnero, en causa que instruía por el horroroso asesinato de un matrimonio: manchas, que no siéndome posible fijar por sus caracteres físicos, lo hice por la reacción química consignada: pues ella me indicó que no solo eran de sangre, sino que entre ellas las había de procedencia menstrual o metrorrágica y de solución de continuidad periférica.]
Juan Sicilia terminará su exposición afirmando que es de notable necesidad el que todos los químicos contribuyan a enriquecer esa parte de la ciencia pues todos los delitos que tienen que ver con violaciones y asesinatos pueden ser resueltos con estos estudios.
Y obrando como un profeta termina diciendo;
[Por lo que confío que continuando en esta clase de investigaciones analíticas, con la cooperación de tantos y tan dignos profesores como a ellas se dedican, llegará un día en que se pueda marcar por reacciones características, no solo la naturaleza íntima de todas las manchas de sangre, de tan variada procedencia, sino la de otras infinitas, que no siendo de naturaleza sanguinolenta, sean más difíciles de determinar y de las que reclaman serios y detenidos trabajos químicos-legales.]
No pasarían muchos años hasta que nuestro paisano dio un paso más en su lucha, fue al leer el discurso en el acto de recibir su investidura como Doctor de la Facultad de Farmacia el 26 de Junio de 1868.
En dicho discurso llamado “Importancia de la análisis química en la administración de Justicia” hace una exposición brillante sobre lo que para él era su lucha y su vida, comienza su discurso con un Salmo en latín;
Et honor regis iudicium diligit. (Y el honor del Rey ama la justicia)
Salmo 98, v.4.
Y luego explica en su preámbulo como desde la antigüedad el crimen y el hombre han andado juntos pero de igual forma la justicia ha evolucionado y debe evolucionar más para emplear todos los avances científicos en detener a los criminales.
Me quedo con una reflexión de nuestro Doctor donde resume el mismo por qué considera que se debe continuar en esa línea;
[Nunca, Excmo. Sr. aparece tan pequeño el hombre ante sus mismos ojos, ni se convence de su propia debilidad y brevedad de su existencia, como al proponerse probar cosas que casi son axiomáticas en su enunciación; pero que a su vez son de trascendental importancia en las sociedades cultas: tal es la de la intervención de la análisis química en la administración de justicia, o llámese importancia de los medios que conducen a no condenar a un inocente, o a no dejar impune a un criminal.]
Juan Sicilia después de exponer en un discurso de 25 folios los avances y todo lo que queda por avanzar terminará educadamente diciendo;
[Bien hubiera querido, Excmo. Sr., presentar un cuadro digno de la importancia de la química analítica y de su poderoso influjo en la administración de justicia; pero si mis dotes insuficientes no han llenado cumplidamente su objeto, súplalo vuestra ilustración; y quépame siquiera el honor de haber llamado vuestra atención sobre una tésis, en que se apoya la justicia, como en esta la fortaleza del reino.]
Seguramente hoy D. Juan estará contento viendo a los niveles a los que ha llegado la ciencia, si pudiese viajar en el tiempo y decirle; -D. Juan no se atormente usted, llegará el momento en el que se encontrará a un criminal simplemente con una muestra de saliva-…seguramente le daría un “patatús”. Jejeje.
Estos apuntes pretenden recordar el trabajo en vida de Juan Sicilia y Gallego, el “boticario” de Abla, de hecho, todos sus descendientes llevaron y llevan ese apodo, Manuel Martínez o “Manolo el boticario” como lo conocemos en el pueblo es su bisnieto.
Toda la informacion aquí presente ha sido extraida del blog : https://alfenia.blogspot.com/2012/12/juan-sicilia-y-gallego-el-csi-de-abla.html.
Excelente trabajo Alfenia.
jueves, 3 de diciembre de 2020
Abul Hazén
Hazén, Abul. Alonso de Bazán. ?, ú. t. s. xv – Abla (Almería), m. S. XVI. Militar.
Miembro de la Casa Real Nazarí, era nieto del sultán Muley Hazén y del príncipe El Zagal (luego sultán Muhamad XII). Desde muy joven colaboró con los Reyes Católicos para la entrega del reino de Granada en el sector de Guadix, manteniendo así su nobleza y privilegios. Sus propiedades se extendían por las villas almerienses de la cabecera alta del río Nacimiento, teniendo ocasión de conocer y tratar en Fiñana a Rodrigo Bazán (abuelo del marqués de Santa Cruz). Participó en el apaciguamiento de los mudéjares, tras su alzamiento en 1499 y, gracias a la amistad con Bazán, el 30 de enero de 1500 acudió a Santa Fe para bautizarse con el nombre de Alonso de Bazán, adoptando el apellido navarro de su amigo y padrino.
Posteriormente ayudó a la conversión de los moriscos, recibiendo el alguacilazgo mayor de Abla.
Casó con María de Bazán Abencerraje, posiblemente hija de otro converso, Álvaro de Bazán, y fue padre de dos hijos: Rodrigo y Diego de Bazán Hazén que, en el alzamiento de los moriscos participaron —con armas y caballo— al lado de las tropas de Felipe II. El primero como general en la defensa de Fiñana, junto a sus hijos; mientras que el segundo no sólo rechazó la corona de los moriscos que le ofrecían los alzados de La Alpujarra sino que luego colaboró en la reducción de los rebeldes. Este último en 1573 fue confirmado en sus privilegios, entre ellos el alguazilazgo mayor de Abla.
Fuente Original: Dbe.rah.es/biografias
miércoles, 2 de diciembre de 2020
Joaquín Tena Sicilia
Descendiente de médicos, fue el quinto hijo de Pedro Tena Avalle, originario de Castuera (Badajoz) y médico de Abla, y Carmen Sicilia Álvarez, hija a su vez de Joaquín Sicilia Gallego, quien también fuera abulense y ejerciera como protomédico, es decir, médico de la Casa Real.
Estudió el bachillerato en Guadix, donde fue discípulo del padre Andrés Manjón, al que admiró. Estudió medicina y ejerció en Madrid, donde dedicó también parte de su tiempo a la atención de niños enfermos, por lo que recibió la Cruz de la Beneficencia y se le recuerda con una placa en el Instituto Antituberculoso.
En 1914, casó en Mataró (provincia de Barcelona) con Antonia Artiga Comas, con la que tuvo seis hijos. El mayor de ellos, Joaquín Tena Artigas, fue director general de Enseñanza Primaria entre 1956 y 1968. Su hermano Antonio Tena Artigas fue Secretario General Técnico del Ministerio de Educación y Ciencia.
En su villa natal, Abla, existe un colegio de educación infantil y primaria que lleva su nombre.
Fue tío abuelo del diplomático español Juan Ignacio Tena Ybarra y del oftalmólogo Pedro Tena Ybarra que fuera director de Instituto Oftalmológico Nacional y secretario de la Sociedad Oftalmológica Hispanoamericana y conocido por haber salvado la vista de Muamar el Gadafi en la década de los 70 del siglo XX.
Fuente Original :Wikipedia
Lucio Alfeno Avitiano
Notable centurión primipilo, alto funcionario romano. Ocupó altos cargos en la administración imperial. Al finalizar su vida activa se retiró al municipio romano de Alba, la actual Abla. Debido a su prestigio social los ciudadanos le rindieron un homenaje a perpetuidad erigiéndole en su honor una inscripción cuyo pedestal se conserva actualmente en la plaza de San Antón, sirviendo de peana a una cruz de hierro. Se trata de un bloque de piedra arenisca de color amarillento y forma de paralepípedo, cuya trascripción epigráfica es la siguiente:
L(ucio) Alfeno Arn(iense) / Avitiano / Ordo rei P(ublicae) / ... de / crevit.
Lázaro Pérez lo traduce como:
“A Lucio Alfeno [Avitiano], los habitantes, de la tribu arniense, del municipio decretaron...”.
También existe constancia de este personaje en otra inscripción romana originaria de esta localidad que erigiera el emperador Lucio Aurelio Vero y que corresponde también a la misma época. Se encontraba en el mausoleo de la localidad y Lázaro Pérez la traduce como:
“Al emperador César Lucrecio Aurelio Vero, Augusto, arménico, pártico máximo, médico, pontífice máximo en su quinta tribunicia potestad y su tercer consulado, se lo dedica Lucio Alfeno Avitiano, centurión primipilo, tribuno de la tercera cohorte de los vigilantes nocturnos, de la doceava cohorte urbana”.
Fuente Original: Iealmerienses.es
martes, 1 de diciembre de 2020
José Ángel Tapia Garrido
Sacerdote e historiador. A los seis años pasó con su familia a vivir en Almería. Sus primeros estudios los realiza en las Escuelas del Ave María del Quemadero y, gracias a la influencia de su primer y entrañable maestro, Miguel Romero Abadie, se apasiona desde muy joven por la investigación histórica. A los trece años ingresó en el Seminario de Almería. Poco después consigue una beca y es propuesto para ir al Colegio Español de Roma, Universidad Gregoriana, pero nadie puede costearle los estudios, así que permanecerá siempre en Almería. La Guerra interrumpe sus estudios y los tres años de contienda los vive en Valencia y Ciudad Real. Después vuelve a Almería, donde trabajó algunos meses como oficinista en la compañía de electricidad Fuerzas Motrices del Valle de Lecrín, hasta su vuelta al Seminario, en el que terminaría el bachillerato y la carrera de Magisterio. En el año 1943 fue ordenado sacerdote en Granada. En este mismo año defendió sus tesis doctoral sobre “El sentido eucarístico del capítulo sexto del Evangelio de San Juan en los teólogos postridentinos (1562-1862)”, en la Facultad de Teología de Cartuja, lo que le familiariza con la metodología de la investigación histórica.
Su primer destino fue el Seminario de Almería, donde desempeñó diversas funciones (prefecto de disciplina, secretario de estudios, administrador, profesor de Latín y capellán del Hospicio). Posteriormente, y por espacio de veinte años, fue cura párroco de Vélez Blanco (1948-1959) y Berja (1959-1968), etapa en la cual escribió la historia de ambas comarcas, que publicó en sus dos primeras monografías.
En 1967 la Real Academia de la Historia le nombró académico correspondiente en la provincia y se traslada a la capital, donde fue capellán del Colegio La Salle. Desde 1970 disfrutó de una beca de la Caja de Ahorros de Almería, que le permitió dedicarse por entero a la investigación de los hechos acaecidos en la provincia, gracias, también, al apoyo obtenido del cardenal Ángel Suquía, que fuera breve obispo de la diócesis (1966-69), al dispensarle de sus obligaciones pastorales impresionado por la publicación de Los obispos de Almería, 66-1966 (Almería, 1968).
En 1971, un año después de la publicación de su libro Almería, piedra a piedra, el Ayuntamiento de la capital le nombró cronista oficial, pasando a residir ya de forma permanente en esta ciudad. En 1982 el Instituto de Estudios Almerienses lo designó socio de honor. En 1986 la Diputación Provincial de Almería le concedió la Medalla de Plata de la Provincia de Almería, en el transcurso del homenaje colectivo que se le rindió con motivo de la celebración del “I Encuentro de Cultura Mediterránea”. Asimismo, en agosto de 1988, el Ayuntamiento de Vélez Blanco, que ya le había nombrado hijo adoptivo con anterioridad, le dedicó una plaza en el centro del pueblo. De igual modo, le fue dedicado el VIII Festival de Música Tradicional de La Alpujarra, celebrado en Berja en agosto de 1989. El último reconocimiento público se lo dispensó el Ayuntamiento de Almería al dedicarle una calle frente a la casa donde residió sus últimos años.
El Padre Tapia fue un escritor prolífico, dejando más de 50.000 fichas. De este trabajo acumulativo da cuenta el hecho de que pudiera dar a la imprenta casi treinta volúmenes de libros en los últimos veinticinco años de su vida. Inició su andadura historiográfica con los artículos periodísticos, una labor extensa y dilata, aunque no demasiado conocida, que nunca abandonó del todo, iniciada en 1930 en el periódico católico La Independencia, regularizada tras su vuelta de Granada. En Yugo escribió las series “Glosario Litúrgico, los domingos, la misa del día” (de 1947 a 1960), “Noticia del Marquesado de los Vélez” (1955), “Prehistoria almeriense” (1956), “Las comarcas almerienses en 1492” y “Las sedes episcopales del Sudeste de España” (1957), “De la Berja antigua” (1958), “Hasta el Mulhacén” (1959), “Don Juan de Austria y Almería” (1960), “La reconquista” (1961, 1963 y 1964), “Guerra de fronteras” (1964), “La Historia y los pueblos de Almería” (1970). Para La Voz de Almería realizó la lógica continuación de series anteriores: “La Semana Naval del Mar de Alborán” (1971), “Almería musulmana y morisca”, “Almería cristiana” (1987), “El centenario de Vera” (1988) y, sobre todo, “Panorama almeriense”, la más extensa (1985-1987).
Las monografías locales que inmediatamente siguieron a esta etapa formativa fueron: Vélez Blanco, la villa señorial de los Fajardo (Madrid, 1959) y, seis años más tarde, Historia de la Baja Alpujarra (1964; 2º ed., por el Ayuntamiento de Adra, 1989; y 3ª ed., por el Instituto de Estudios Almerienses, 2000), con el que obtuvo el premio Excma. Diputación de Almería, otorgado por la Casa de Almería en Barcelona. De esta primera etapa destaca la colaboración con el lingüista suizo Arnald Steiger (1896-1963), familiarizado con la toponimia árabe, al que conoció en Murcia y que prologaría su primer libro, y, en menor medida, el catedrático de Murcia Juan Torres Fontes. En estos primeros libros introdujo nuevos planteamientos al tratar la historia local. En primer término, al valorar el periodo andalusí como una etapa más de la Historia y preocuparse por utilizar traducciones lo más fidedignas posibles de los autores árabes, empleados como fuentes textuales originales. En segundo lugar, al añadir un apéndice final de documentos, respaldaba la importancia informativa de las fuentes originales y contribuía a su valoración como un patrimonio digno de conservarse.
Ya en la capital y comenzada la década de los años setenta, publicó tres de sus grandes obras: Almería piedra a piedra, que conocerá diversas ediciones aumentadas y corregidas hasta convertirse en la “biografía de una ciudad” (1ª ed. Almería, 1970; 2ª ed. 1974; 3ª ed., Málaga, 1992), con 1.400 páginas de intensa historia de una ciudad. Le sigue Breve Historia de Almería (1972), el primer intento, todavía esquemático, por abordar la historia de la provincia en su totalidad; acabando en Almería hombre a hombre (Almería, 1979), basado en los trabajos de Jover, Castro Guisasola y, sobre todo, Martínez de Castro. Es entonces cuando consolida su vocación histórica, al obtener de Caja de Ahorros una beca vitalicia para dedicarse de lleno a su oficio de historiador, lo que le permite abordar su proyecto más amplio: su inacabada Historia General de Almería y su Provincia. Éste fue, sin duda, su más ambicioso y casi descomunal proyecto, del que llegó a ver publicados más de dos tercios de los volúmenes: t. I, La prehistoria; t. II, Las colonizaciones; t. III y IV, dedicados a la Almería Musulmana, en dos volúmenes, I (711-1172) y II (1172-1492) con una 1ª ed., publicada en 1978 y con una 2ª ed. aumentada y corregida en 1986; t. V y VI, Almería musulmana I. Vida y cultura, en dos volúmenes, 1989; t. VII, Almería mudéjar; t. VIII, Los almerienses del siglo XVI, aparecidos también en 1989; y, finalmente, los t. IX a XIV (Almería morisca, Rebelión y guerra de los moriscos, Destrucción de un pueblo, Los almerienses del siglo XVII: las tres comunidades; Repoblación de la Alpujarra Almeriense, 1572-1752, y Repoblación de las tierras de Almería y de Vera, en el mismo periodo, que vieron la luz en 1990).
Mientras tanto abordaba otros temas complementarios. Entre ellos cabe la curiosidad por lo popular, que le llevó a recopilar canciones y versificaciones presentando el libro Canciones y juegos de los niños de Almería, de Florentino Castro Guisasola (Almería, 1973, 2ª ed. 1985, 3ª ed. 2004) o las tradiciones más o menos piadosas de la religiosidad popular, en especial mariana, tratadas en varias publicaciones: La Virgen del Mar vino a su ciudad (Madrid, 1987); La Virgen María en nuestra tierra (Madrid, 1988) o Cincuentenario del templo de San Roque. Almería, 1946-1996 (Almería, 1996). Los trabajos de encargo resueltos con solvencia: Al servicio de Almería y su provincia. Historia del Monte de Piedad y Caja de Ahorros (1900-1975) (Almería, 1975) o los que son resultado de una confluencia de circunstancias e intereses: Los baños de Sierra Alhamilla (Almería, 1980).
Trató los temas más dispares, quizá como ensayo de síntesis e integración en lo que fue el gran proyecto de su vida. De este modo, se preocupó de investigar aspectos relacionados de una manera amplia con la historia económica (por ejemplo, “La agricultura en el Almanzora durante la Baja Edad Media”, en Roel, 3, 1982); la Almería musulmana (con el mismo título publicado en Documentos para el entendimiento islámico- cristiano, 51, 1976; “El último Abduladín”, en Revista Velezana, 5, 1986; o “Crónica breve de la Almería nazarita”, en el Coloquio Almería entre culturas, 1990); el culto mariano y la historia de la iglesia (“Primera iglesia y primeros cristianos de Vélez Rubio”, en Revista Velezana, 2, 1983; o “La devoción de la Virgen de la Cabeza en tierras almerienses”, en Encuentros de Cultura del Mediterráneo, 1986); o la conflictiva situación de la provincia en el siglo XVI (“El señorío de los Fajardo en el Almanzora”, “El cura de Albox cautivo en Argel” y “Don Juan de Austria en el Almanzora”, todas en Roel, 1, 2 y 7-8, 1980, 1981 y 1986-87; “Expulsión de los moriscos de los Vélez”, en Revista Velezana, 8, 1989, etc.), uno de sus temas más queridos, que ya había tratado en otras ocasiones con maestría de buen narrador en un artículo pionero, es: “La costa de los piratas”, en Revista de Historia Militar, XVI, 1972.
Con los datos obtenidos tras confeccionar miles de fichas y artículos periodísticos, Tapia volverá en su última época a abordar la monografía local en libros dedicados a Vera o a Tahal (Historia de la Vera antigua, Almería, 1987; o El estado de Tahal en la Sierra de Filabres, Almería, 1988). Pero la ausencia de un cuerpo documental amplio y accesible, el agotador esfuerzo de poder sintetizar tal cúmulo de datos, la dificultad de resolver la infinitas dudas y contradicciones que asaltan al historiador cuando se comparan los documentos y, sobre todo, el inexcusable conocimiento de la realidad geográfica local, quizá lo disuadió de enfrentarse a otros proyectos de esta índole.
La muerte le dejó sin ultimar la publicación del tomo XV de su monumental Historia General de Almería y su provincia. Tampoco vieron la luz una historia de su villa natal, Abla; un libro de cultura tradicional (“Cantes y coplas en los pueblos almerienses”) y otro que iba a titular “Almería, pueblo a pueblo”, basado en las notas dispersas que había ido recopilando en el transcurso de los años y había venido publicando en la prensa.
Tapia pretendió aportar materiales para la compresión del pasado más como ejercicio de reconocimiento y que de reflexión sobre los problemas. No interpretó los hechos, los recogió lo más fidedignamente posible, yuxtaponiendo a veces explicaciones dispares, cauteloso siempre frente a la “historia sectaria”. De hecho, reivindicó la “soledad del historiador” frente a los hechos. Por ello, no existe un hilo conductor, una hipótesis general o una teoría a defender en sus investigaciones. Se trata simplemente de completar el rompecabezas con los datos.
La unidad de estilo la obtuvo a través de la peculiar personalidad y el mundo referencial del autor (los temas más queridos -la historia de la Iglesia, los moriscos, etc.-, el estilo -irónico, socarrón a veces...- , el método -recopilatorio, narrativo incluso, escéptico y acumulativo otras-), consecuencia de un objetivo difuso e inviable que entonces preparaba: la historia total, por completa, de Almería.
Tapia no fue sólo el referente historiográfico provincial tanto al interior como al exterior por muchos años (prácticamente en la segunda mitad del siglo XX), sino también el interlocutor ante los primeros investigadores extranjeros.
Fuente Original: Dipalme
Federico Castellón Martínez
(Alhabia, 1914 - New York, 1971). |
Pintor y grabador nacido en Almería, desarrolla prácticamente toda su vida en EEUU. Llega a Nueva York junto a su familia en 1921, asistiendo tres años a la escuela de pintura Erasmus High School. Posteriormente aprende en el estudio del pintor mejicano Diego Rivera, quien medió ante el gobierno español para que le concediesen una beca para estudiar en Europa. Su desarrollo posterior le crea una formación autodidacta y recibe, desde el principio, un reconocimiento artístico de primer nivel. Pintor de estilo surrealista muy influenciado por Salvador Dalí, también fue escultor, ilustrador, profesor...
Regresa esporádicamente a España, recibiendo una beca de la República en 1933. En 1934 expuso en Almería, con una tendencia surrealista no bien entendida por el ambiente de la época. Participó en 1935 en la Exposición Internacional de París de los artistas españoles, que incluyeron Pablo Picasso, Juan Gris y Joan Miró. Tras ella, retorna definitivamente a EEUU, donde adoptó la ciudadanía norteamericana en 1943.
En 1936 su obra formó parte de la Exposición presentada por el Museo de Arte Moderno de New York bajo el título “Fantastic Art, Dada and Surrealism” y, en 1944, de la organizada por el Art Institute of Chicago titulada “Abstract and Surrealist American Art”. Desde 1937 se dedicó a las artes gráficas, fundamentalmente litografías y aguafuertes, siendo un perfeccionista en términos de su técnica, del uso de colores sutiles y de las imágenes surrealistas, misteriosas, con figuras alargadas características, asomando siempre entre los sueños y las pesadillas. Entre sus trabajos de la ilustración destacan La mitología del Bullfinch, La historia del polo de Marco, El pequeño príncipe, y la serie De la epopeya del hombre.
Siempre gozó del favor del público y la crítica americana, impartiendo enseñanzas artísticas durante más de 25 años en New York, la Universidad de Columbia (1948-1961), Instituto de Pratt (1951-1961), etc.; siendo miembro de la Academia Nacional de diseño en New York y de la Sociedad de Artistas Gráficos americanos. Entre sus premios destacan el Guggenheim (1941), el de la Biblioteca del Congreso y el reconocimiento de la Academia Nacional. Hoy, sus aguafuertes y litografías más características se incluyen en la mayoría de las colecciones públicas importantes, tales como el Museo del Arte Moderno, la Academia de York, el Museo de Pennsylvania, Museo de Whitney del Arte Americano y del Instituto del Arte de Chicago.
Crea un método que él llamó de «técnica lito-gráfico-elevación », empleado durante los años 60, dónde, mediante diferentes procedimientos, aporta luz a las áreas de la oscuridad, creando así más de una composición de tono y un efecto dentro de esta imagen cargada de símbolos muy atractivos.
Visita su galería en estos enlaces.
Fuente: Dipalme
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