El Cortijo del Lavadero del Potro tenía gran actividad en el siglo XIX y primera mitad del XX, extendiéndose sus tierras a ambos lados del camino, con una barrilería y almacén uvero al otro lado del mismo. Corresponde a un conjunto arquitectónico con 2 espacios diferenciados: la zona de vivienda y almacenes, y la de corrales y supuesta bodega. Es precisamente este último elemento el que más llama la atención dentro del conjunto, al estar cubierto por una bóveda de medio cañón, una estructura inusual en la comarca salvo en lo que se refiere a los aljibes, iglesias o minas.
Conjunto arquitectónico que contempla 2 espacios diferenciados: una gran construcción de planta rectangular de aproximadamente 220 m2 de superficie, de una altura, con cubierta plana y cornisa de cantería (que actualmente corresponde al cortijo) y un conjunto situado al frente del anterior, de desarrollo longitudinal, correspondiente a las actividades económicas agrarias, en su mayor parte corrales y marraneras. Una segunda línea de estancias de servicios se localizan adosadas a la parte trasera del cortijo. Dentro de este último conjunto, presentando el testero al camino que desciende hacia la vía, se encuentra una singular y alargada construcción, con bóveda de medio cañón que, a decir de su propietario podría haber sido una antigua bodega. Este testero presenta una curiosa ventana enrejada con arco segmentado. Una falsa pimienta y un significativo algarrobo situados entre ambos espacios sobresalen de entre las construcciones, aportando una agradable diversidad al paisaje.
Cortijo de gran actividad en el siglo XIX y primera mitad del XX. Sus tierras se extendían a ambos lados del camino con un almacén uvero al otro lado del mismo.
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