Quema de la Zorra.
Orígenes
La quema de la zorra constituye una de las tradiciones más extendidas de la Alpujarra. Algunos autores como Caro Baroja, relacionan este ritual con la conmemoración de la caza de alimañas que merodeaban por los alrededores del pueblo, con un marcado sentido de autodefensa. Otros autores sin embargo asocian este ritual con la magia.
La zorra es un muñeco relleno de cohetes "rateros", recubierto de papel de embalaje de color marrón. Dependiendo de las localidades el ritual cambiaba en cuanto a su propio contenido, así por ejemplo, en la localidad de Soportújar cada año se celebraba el "entierro de la zorra" de forma singular.
En otras localidades de la Alpujarra almeriense la zorra se pasea por las calles, acompañada por los vecinos y la banda de música hasta llegar a la plaza. En este lugar un miembro del ayuntamiento recita los parlamentos burlescos del "sermón de la zorra" o el conocido "reparto de la zorra". Una vez finalizado el sermón se quema la zorra recorriendo esta una de las calles principales de la localidad.
Una de las figuras que aparecían en este festejo eran los diablillos. Estos se disfrazaban con trajes con cintas de colores y se dedicaban a perseguir a la gente con vejigas de cerdo infladas y palos de cartón, persiguiendo a la gente para que entregase un donativo como pequeña ayuda a financiar las fiestas de su localidad.
Preparativos
La celebración de este ritual como ejemplo Íllar, está relacionado directamente con las fiestas patronales en honor a Santa Ana y San Joaquín.
Con antelación el ayuntamiento encarga al pirotécnico de Bentarique la elaboración de la zorra para las fiestas. Este artesano se encarga de elaborar el muñeco de la zorra y forrarlo de todo el material pirotécnico (petardos, cohetes, etc.).
Desarrollo
Al terminar la procesión de los patrones Santa Ana y San Joaquín, tiene lugar la famosa quema de la zorra, uno de los momentos más esperados por niños y jóvenes.
Sobre las diez u once de la noche, la banda de música acompañada de numerosos vecinos, se aproximan a las cercanías del almacén del ayuntamiento para esperar la salida de la zorra. El acompañamiento esta marcado por el júbilo de los participantes que bailan al son de la banda de música.
La comitiva acompaña a la zorra hasta llegar a la pequeña plazoleta situada en la fachada principal del ayuntamiento. En este momento la banda de música para de tocar para dar paso al famoso "reparto de la zorra", acto que marca el carácter burlesco del ritual. En este momento, se simula el reparto de las diferentes partes del cuerpo del animal entre diversas personas y grupos de la localidad.
En este sermón un miembro del ayuntamiento se encarga de figurar el reparto de todos los miembros de la zorra: el corazón, el pellejo, un jamón, el armazón, la asadura, el riñón, el esternón, los ojos, las garras, el costillar, el pelo, las uñas, etc.
Al final del pregón se grita: ¡Viva la zorra! ¡Fuego a la zorra!. Es en este momento cuando los asistentes corren para dirigirse hacia uno de los extremos de la calle por los que pasara la zorra. La quema de la zorra dura escasos minutos, sin embargo la sensación de riesgo entre los participantes es extrema, ya que es transportada a gran velocidad de un extremo a otro de la calle disparando los petardos en todas las direcciones hasta que finalmente se quema toda la pólvora.
Transformaciones
Debido a la introducción de nuevas medidas de seguridad como método de precaución de accidentes, se ha reducido el tiempo del recorrido de la zorra y la carga de pólvora. Antiguamente la estructura de la zorra se construía con cañas, actualmente esta se hace con una armadura de varas de hierro, la cual se utiliza año tras año debido a su gran resistencia.
Organizadores
La comisión de fiestas, organización formada a través del ayuntamiento, es la encargada de preaparar todo lo que rodea a la elaboración y quema de la zorra.
¡Vivan las Fiestas, que viene la Zorra!