El Conjunto hidráulico de las Calabazas constituye un pequeño museo abierto sobre los cambios tecnológicos vividos en el municipio, con motivo del crecimiento de la necesidad de agua para el cultivo de la uva de mesa. Desde norias de tracción animal, pasando por la llegada del Canal de San Indalecio, hasta la construcción de los primeros pozos eléctricos, son elementos que se hacen visibles en la finca.
Conjunto de dos sistemas de norias de extracción de agua subterránea. El situado a levante corresponde a una antigua noria de sangre levantada sobre un gran tambor de mampostería, con releje, de unos 10 m de diámetro, que presenta diversas ventanas y puerta al este. En etapa posterior a su construcción el andén de la noria se cubre totalmente con un forjado de bovedillas sobre pilares de hormigón, al cambiarse el sistema de extracción a un motor de corriente eléctrica. Para ello se adosa una caseta-torre de transformador, permaneciendo el pozo en centro de la noria. Se traza entonces una nueva tubería, hoy sobre pilares de hormigón (posiblemente sustituta de otra anterior) que llevará el agua a la balsa circular de unos 18 m de diámetro, situada a 30 m. la cual presenta contrafuertes y coronación de bloques de hormigón. Una pequeña balsilla se aloja entre caseta y tambor. El segundo sistema, situado a unos 170 m al norte del anterior, está formado por una gran plaza de noria, hoy cegada, con restos de uno de los pilares de soporte del dintel, la cual vertía el agua a una balsa de unos 19 m de diámetro y escasa profundidad, situada al lado., no descartándose que la actual configuración de la misma haya sustituido a otra anterior. Posteriormente se construye un pozo con alto brocal troncocónico que, accionado por un motor eléctrico, vertía el agua la misma balsa mediante un tubo elevado. Este pozo, levantado en mampostería, presenta 2 leves escalonamientos, encontrándose abierto lateralmente por un vano de arco escarzano de ladrillo y desagües bajos. Una gran galería abovedada de desagüe, descubierta en unos 100 m, abierta mediante una arqueta rectangular (aparentemente destinada a ser cubierta para explanar la finca) corta el terreno entre ambas norias hasta desembocar en el la rambla de las Calabazas.
Diversas canalizaciones que salen de noria y balsas se distribuyen por la zona. Gran espacio agrícola llano del pie de sierra de Gádor, hoy abandonado, estructurado mediante sólidos sistemas de riego. En cota inferior se ubica el Cortijo y corrales de Las Calabazas con gran balsa rectangular en la margen izquierda de la rambla, la cual se recoge en registro propio como Balsa del Cortijo las Calabazas. El Conjunto hidráulico Las Calabazas es representativo de los distintos avatares y evolución tecnológica vivida en esta zona con el fin de dar respuesta a las necesidades de agua para el riego de la sucesión de cultivos vivida en la misma durante los siglos XIX y XX. Se inicia a mediados del siglo XIX con el crecimiento del cultivo de la uva de Ohanes para la exportación, excavándose norias para extracción del agua mediante tracción animal. Con la llegada del Canal de San Indalecio, en los años 80, este entorno ve reforzada su capacidad productiva, si bien este cruza la finca en una cota media, siendo perceptible mediante 2 lumbreras. La llegada de la electricidad a principios del siglo XX, favorece la “industrialización” del sistema, sustituyéndose la tracción animal por motores eléctricos, excavándose el pozo del conjunto norte. Finalmente, en la segunda mitad del siglo XX se realizan importantes obras en las instalaciones para mejor aprovechamiento del agua. Espacio singular del antiguo secano, convertido con enorme esfuerzo en un vergel hoy abandonado. En cota inferior corta el terreno el Canal de San Indalecio.