jueves, 13 de junio de 2019

Molino del collado de los Genoveses

El Campillo de Genoveses (Níjar).

La erosión de la Sierra de Gata a lo largo del tiempo, debido en parte a la acción del barranco de Poyatos y la ramblas de los Frailes y San José, ha creado depósitos sedimentados que conforman el valle del Campillo de Genoveses. Este valle se extiende hasta el mar formando la Ensenada de Genoveses y se encuentra delimitado al norte por el Cerro del Ave María y al sur por la sierra del Barronal.

En esta zona se puede observar el aprovechamiento del terreno para los cultivos de cereales (trigo en la época en la que funcionaban los molinos de viento en la zona y cebada en la actualidad), por lo que existen numerosos cortijos, aljibes y molinos de viento.

Es un molino tipo mediterráneo, del siglo XIX, restaurado y se sitúa en un alto abierto a los vientos.

Molino del collado de los Genoveses o San José.
La molienda del grano en Almería era realizada por estos “gigantes” del viento que aprovechaban las frecuentes corrientes de viento del campo de Níjar.
 En este entorno virgen de gran valor en España, encontramos una abundante belleza natural y también gran cantidad de Molinos de Viento, los cuales despiertan el interés no solo de historiadores y etnólogos, sino también de turistas y visitantes, ya que existe un verdadero patrimonio de tanques, aljibes, norias y molinos.
Su funcionamiento se inició en el siglo XIX y su funcionalidad fue disminuyendo a lo largo del siglo XX, siendo en los años 70 cuando dejaron de funcionar, cerrándose los últimos molinos de viento en Almería y convirtiéndose en elementos fundamentales del paisaje del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar.
Carteles informativos.

Playa de los Genoveses

Playa de San José, a unos 3 km del centro de esta barriada y ubicada en el paraje del Campillo del Genovés un valle sin apenas construcciones y sin carreteras asfaltadas que conserva la belleza en su estado más puro. Es una de las más conocidas y apreciadas de la costa de Almería. Esta es reconocida por ser una playa virgen de dunas de arena fina y dorada. Ha sido frecuente su aparición en las listas de popularidad realizadas en los últimos años por distintos medios, como el que publica anualmente la web de Antena 3, en el que llegó a alcanzar el primer puesto como mejor playa de Andalucía en 2015.

Historia

El origen del nombre proviene de la invasión de un ejército de doscientas naves genoveses, combinado cristiano que apoyaba a Alfonso VII liderado por la República de Génova en su lucha contra los musulmanes, que desembarcó en la zona en 1147 en el marco de aquella campaña esperando dos meses hasta que se produjo el ataque. Desde entonces, la bandera de la capital (Almería) es la misma que la del estado genovés. Más tarde en 1571, se agrupó el ejército de la Armada Española, compuesta de más de trescientos barcos y treinta mil hombres, que próximamente combatirían en La Batalla de Lepanto.

Cine

En las dunas de esta playa se han rodado numerosas obras de cine y televisión, como The Rat Patrol o El viento y el león, incluso sin irnos muy lejos qué habría sido de Peter O’Toole, que encarnó a Lawrence de Arabia, ,además de programas como El Campamento.

Acceso

Normalmente para acceder a esta playa y a la ensenada de Mónsul se accede con coche propio o a pie por los senderos de las montañas, pero durante la temporada alta de julio y agosto cuando en estas calas los aparcamientos se colapsan, se cierran unas barreras y se pone en marcha un autobús cada 30 minutos para acceder a estas por el coste de 1,50 € o en vehículo propio por 5 €. En cualquier caso, el acceso para peatones y ciclistas es libre y gratuito. El sendero recorre la playa de norte a sur, desde el cerro Ave María hasta el Morrón de los Genoveses, dos cimas accesibles desde donde pueden contemplarse hermosas vistas de la costa.

Nudismo

Es habitual encontrar bañistas naturistas que practican el nudismo en la playa, aunque no esté considerada oficialmente una playa nudista, se trata de un espacio donde conviven armoniosamente diferentes maneras de vivir el lazo de unión con la naturaleza. Los bañistas naturistas suelen concentrarse en la zona norte de la playa y al principio de la zona sur. Por el centro de la playa habitualmente se suelen encontrar personas con ropa.

Fauna


Aquí abundan la víbora hocicuda, culebras, el lagarto ocelado, el eslizón tridáctilo y el sapo corredor en cuanto a anfibios y reptiles. En cuanto a los mamíferos, el erizo moruno, las musarañas, zorros, conejos y liebres. Además de el lirón careto, el topillo, el tejón, el murciélago, el jabalí. Una gran cantidad de insectos forman parte de este fauna. También veremos aquí a la lagartija colirroja, las salamanquesas, lagartos y ranas y la culebra de herradura. Además los insectos sirven de alimento a el camaleón común también llamado camaleón mediterráneo. Por último la inmensa fauna marina propia del Parque Natural. La mayor concentración de peces la encontraremos en las praderas de posidonia que se encuentran a una milla, aproximadamente, de la orilla y a cierta profundidad, por lo que necesitaríamos equipo específico para llegar .

Flora


En las pequeñas dunas crece vegetación típica del parque, como son chumberas y pitas o agaves de alto pitaco. En la parte norte de la playa hay un pequeño bosquecillo donde refugiarse del sol veraniego. En las dunas también destaca una vegetación típica compuesta principalmente por el barrón, y en las zonas más centrales (que son más propensas a las inundaciones) abundan plantas adaptadas a medios salinos (halófitas).

Playa de los Genoveses.
Composición: Arena fina dorada.
Entorno.
 Normalmente la playa es de aguas tranquilas con oleaje moderado ocasional.
Vértice geodésico .
Desde el mirador donde se encuentra el borde geodésico podemos contemplar vistas como esta.
Las pitas son abundantes en todo el Parque Natural.


miércoles, 12 de junio de 2019

Arrecife de las Sirenas

El Arrecife de las Sirenas es en realidad el resto de una antigua chimenea volcánica (conducto de unión entre la cámara magmática y el exterior del cráter volcánico) que se vio sometida a un proceso de erosión diferencial.

Panorámica del Arrecife de las Sirenas.

Situado en las cercanías del acantilado del Cabo de Gata, es uno de los lugares más emblemáticos del Parque Natural.

Las formas verticales que se observan son restos de rocas volcánicas de tipo andesítico, que se originaron tras la cristalización del magma en el interior de dicha chimenea, hace más de 12 millones de años en el periodo Terciario.

Probablemente recibe este nombre por la presencia de una colonia de focas monje que los pescadores de la zona llamaban sirenas o lobos marinos.

Este mamífero habitó toda la costa de Cabo de Gata hasta mediados del siglo XX, (actualmente se encuentra en peligro crítico de extinción en todo el Mediterráneo).

Mirador

Vista general del Arrecife de las Sirenas desde el mirador.
Desde este mirador puede verse un paisaje litoral en el que se distingue el Arrecife de las Sirenas y los abruptos acantilados de la zona. Se localiza en las inmediaciones del Faro de Cabo de Gata.

El faro fue construido en la década de 1860, y sus destellos nocturnos, que superan los 200 kilómetros, sirven de referencia para la navegación de la zona.

Punto de Información

Junto al mirador de Las Sirenas y antes del sendero de La Vela Blanca encontramos un punto de información que presta los servicios de recepción, información y aparcamiento, pudiendo adquirirse recuerdos y publicaciones del parque natural.

Vista general del Arrecife de las Sirenas.
Hay varias leyendas relacionadas sobre este lugar.

Leyenda 1

Se cuenta que hace 2.800 años, en el Parque Natural de Cabo de Gata, un pescador veterano de la actividad pesquera, muy famoso y conocido en el pueblo, ya que  tenía una escasa economía por lo que iba al Arrecife de las sirenas todos los días para pescar algunos peces y poder alimentar a toda su familia. El motivo por el cual iba a pescar a aquel lugar era aquella sensación de paz, ya que hacía unos años, murió su madre  y fue allí donde quedó enterrada. Era un hombre humilde, llano, muy querido por el pueblo y con una gran familia compuesta por dos hijas y por su esposa.

Como cualquier día este pobre pescador iba a cumplir con su trabajo, ya que no permitiría  que le faltase alimento a su familia.  Esa misma tarde de invierno salió de su casa con su elemento fundamental,  la caña. Todo transcurría silenciosamente, hasta el momento de un fascinante grito, no era un grito característico que fuera escuchado muy a menudo y de poca duración, pero esto sorprendió al pescador y  dio lugar a que él se alarmara.

Al siguiente día, con la misma rutina, el pescador salió otra vez a realizar su trabajo. Fue el día que marcó la historia en el Arrecife de las Sirenas, ya que ese día el pescador volvió a escuchar esos gritos, pero más cercanos que el día anterior. Después de estar un rato observando el fondo marino, el pescador pudo observar una luz muy brillante a unos cuantos metros de donde se encontraba, durante unos cuantos minutos observando y apreciando las bonitas vistas, de pronto, una bonita y coloreada cola de pez aparece entre la brillante marea. El pescador se quedó sorprendido al ver aquellos bonitos colores que lo dejó impactado. La fresca brisa marina provocó que el pescador viera por completo la figura de aquella hermosa mujer de piel bronceada y de cabellos verdosos, escamas verdes-plateadas, y con una preciosa voz.

La noticia al principio no fue creída por el pueblo, hasta que llegaron otros testimonios. Verdad o no , la leyenda sigue viva.


Leyenda 2 


El tesoro de Cabo de Gata custodiado por las focas monje.

Según una antigua leyenda, cuando Almería era tierra de árabes un sultán escondió un tesoro en una cueva submarina del Cabo de Gata para evitar que fuera robado por los cristianos. Murió antes de dejar indicaciones a su familia de cómo llegar hasta allí, y en la actualidad no hay testimonio de su hallazgo. Es decir, sigue allí.

La supuesta cueva submarina se hallaba a los pies del promontorio de Vela Blanca y estaba protegida por la antigua colonia de focas monje, que habitaban en el Arrecife de las Sirenas cerca de allí. Según se cuenta, las focas emitían sonidos parecidos a los cantos de las sirenas —de ahí el nombre del enclave—, atrayendo así a marineros confundidos que al llegar eran atacados por las guardianas del tesoro. Por suerte o por desgracia, estas focas ya no habitan este lugar por lo que…¿quién se atreve a buscar este tesoro ahora?

El Hombre Lobo de Sorbas

En el año 1890, en las fiestas de la localidad almeriense de Sorbas, un joven llamado Pedro conoció a una hermosa joven llamada María.
Ambos sintieron una fuerte atracción desde la primera vez que se vieron, fue amor a primera vista, así pues pasaron la mayor parte del día hablando, ajenos a la gente que abarrotaban la plaza del pueblo.
Pedro no dejaba de piropear a la muchacha,
— podría estar así toda la vida –, decía.
María halagada, empezó a sentir lo mismo que Pedro.

Cuándo atardeció, los muchachos quedaron en volverse a ver. Pedro le preguntó a María dónde vivía, ella le contestó que su casa se encontraba situada cerca del Barranco de los Lobos, una misteriosa zona, de la que la gente del lugar contaban numerosas historias de sucesos extraños que allí ocurría.
Pedro sintió un poco de miedo, pero para que la chica no se burlara de él, le dijo que no tenía ningún problema en visitarla todos los días después del trabajo.

Los jóvenes empezaron a verse todos los días, cuando Pedro acababa su jornada de trabajo iba al encuentro de María, y se veían en un lugar cerca de la casa de ésta. Pero un día, María dejó de acudir al lugar, Pedro preocupado, no dejaba de preguntarse por el motivo que impedía a María acudir a su cita. Él no dejaba de ir todos los días a la misma hora, pero ella nunca aparecía.
Cierto día, Pedro cansado de esperar, se acercó a la casa de la muchacha para saber lo que estaba pasando. Pedro llegó a la casa, ansioso por saber, pero temeroso por las muchas historias misteriosas que de allí se contaban.
Fue la madre de María quién abrió la puerta.
Pedro le preguntó por ella,
María está muy enferma, no puedes verla, así que márchate y no vuelvas más– le dijo su madre.
Pedro se marchó más preocupado aún. Dos meses más tarde y al no recibir ninguna noticia en todo este tiempo, el muchacho decidió ir a buscarla, esta vez, tenía decidido ver a María a cualquier precio, pues no conseguía quitarse de la cabeza a la muchacha.

Cuándo Pedro contó su intención de visitarla, sus conocidos le desaconsejaron que fuera, todo el mundo decía que el lugar estaba maldito, y por eso le había ocurrido algo malo a María. Pero todos esos comentarios no hacía más que intrigarlo más e incrementar su preocupación por ella.

Llegada la hora, Pedro fue a la casa de María, al llegar, llamó a la puerta, — ¿Quién anda ahí?– Pedro reconoció la voz de la madre de la muchacha, — Soy Pedro, y no me moveré de aquí hasta que vea a María– dijo con un nudo en la garganta.
— te dije que no volvieras, no puedes verla, está muy enferma–, le dijo.
— No me iré hasta que no la vea, dormiré en la puerta toda la noche si hace falta, y mañana cuando salga el sol, me encontrarás aquí aún– Pedro estaba decidido a verla a cualquier precio.
La madre, al verlo tan decidido le dejó pasar, — acompáñame–, y le condujo hasta la habitación de María.

Al verse, los jóvenes se fundieron en un apasionado y fuerte abrazo, Pedro notó que la joven estaba muy enferma, estaba muy delgada y triste. Al preguntarle por la enfermedad que tenía, la joven le contestó que tenía fiebres muy alta, pero que el médico aún no sabía la causa.
— Oh Pedro, pero con solo verte me siento mucho mejor–, le dijo la joven. Y le prometió ir a visitarla todos los días.

Tras despedirse, el joven se dirigió a su casa a lomos de su mula, en medio de la oscuridad de la noche, alumbrado tan solo por un farol.

A mitad de camino, al llegar al famoso puente de “Los Guapos”, el joven vio a lo lejos algo moverse, cuándo se acercó vio que era un pequeño cachorro, se acercó al animal y lo cogió, colocándole en una de sus alforjas. Pedro continuó con su camino.
Apenas hubo andado 20 pasos cuándo un frió viento apagó su farol, dejándolo en la más absoluta oscuridad. Asustado, empezó a escuchar ruidos que parecían de animales alrededor de él.
Pedro presa del pánico intentó huir a lomos de su temblorosa mula, pero ésta permanecía inmóvil ante las órdenes de su dueño. De pronto, Pedro empezó a oír gruñidos, y al darse la vuelta vio, que el cachorro que acababa de recoger se había convertido en un gigante ser, con cuerpo de hombre y cabeza de lobo, con unos ojos terroríficos de color amarillo, que brillaban como si de luz se tratara en medio de la oscuridad.
Pedro huyó despavorido a lomos de su mula, que esta vez, a causa del miedo echó a correr dirección a su casa.
Al llegar, su madre salió a recibirlo a causa del alboroto para ver qué había sucedido. Se acercó en la oscuridad de la noche y le preguntó el motivo por el cual gritaba.
Pedro le contó lo que había ocurrido,
— pensaba que iba a morir, madre, he visto un hombre lobo
Al cruzar la puerta de la entrada de su casa, la luz fue iluminando su cara poco a poco…
— ¡madre santísima! Pedro, hijo mio, ¿que te ha ocurrido?– dijo la madre con la voz entrecortada.
Al observarse Pedro en el espejo se quedó inmóvil, no creía lo que estaba viendo, había envejecido, sus cabellos era blancos, y su rostro antes joven ahora estaba surcado de arrugas. Pedro no daba crédito a lo que estaba viendo.

Pedro murió algunos años después, las personas que lo conocieron, contaron que nunca volvió a ser el mismo, María desapareció y nunca se supo nada más de ella. La casa de María, ahora en ruinas, aún se puede vislumbrar a lo lejos.

Fábula o no, aún se sigue contando la extraña historia de Pedro con la misma inseguridad de hace años, los más viejos del lugar, lo recuerdan con tristeza, o creen recordarlo.
Y si tiramos un poco de la lengua a los lugareños, oiremos otros muchos casos extraños ocurridos por la zona de los Barrancos de los Lobos.


Lavaderos de Padules

(Siglo XX). El primer elemento de esta cadena hidráulica es la Fuente de Padules, principal abastecimiento de agua de la población, a la que acudían tradicionalmente las mujeres con sus cántaros y los hombres con las bestias y sus aguaderas, para así aportar el preciado líquido a las casas o abrevar a los animales, hasta que en 1961 se realiza la red de suministro red municipal.
Más abajo se ubica el lavadero, abierto al paisaje mediante una arquería y recientemente restuarado. El escalón inferior inmediato corresponde a la balsa de acumulación, que recoge y regula el agua con destino al riego. Esta balsa conserva el paramento exterior primitivo de mampostería con sus contrafuertes.

Fuente de Padules

Cartel informativo.

Restaurado
Pilones.
Interior del  lavadero.
Alberca.
Fuente del lavadero.

El Crimen de Gádor

Junio de 1910. El pequeño Bernardo es asesinado. Fue elegido con la falsa creencia de que con su sangre se curaría la tuberculosis de Francisco Ortega el Moruno, un padre de familia de 55 años que enfermo buscaba una cura milagrosa a esa enfermedad. Un ritual de sanación que se les fue de las manos a todos.

Se trata de un crimen atroz, muy salvaje

El pequeño Bernardo fue introducido en un saco y seguidamente se le hizo un corte en la axila, con lo cual comenzó a desangrarse. En ese momento, El Moruno bebió esa sangre mezclada con un poco de azúcar. Luego, Bernardo fue llevado a una pequeña cueva donde el barbero y curandero Francisco Leona le aplastó el cráneo con una piedra. Le extrajo grasa y el epiplón para hacer una compresa para colocar sobre el pecho de El Moruno. El cuerpo fue ocultado en una gruta tapado con hieras y piedras.

Quienes fueron los protagonistas de este macabro hecho

El enfermo era Francisco Ortega el Moruno. El hombre de los remedios era el curandero y barbero Francisco Leona Romero que había sido recomendado por la curandera Agustina Rodríguez. Al parecer, Leona ya tenía antecedentes criminales y, a cambio de 3.000 reales, indicó que la tuberculosis se curaría bebiendo sangre de un niño y untar el pecho con las mantecas aún calientes. Luego está Julio Hernández .El tonto y la victima, Bernardo.

La elección de la víctima se produce al azar

Leona y Julio Hernández el Tonto, hijo de la curandera Agustina, se ofrecieron a encontrar a un niño. En la tarde del 28 de junio de 1910, secuestraron a Bernardo González Parra, de siete años y natural de Rioja. Metiendo al niño en un saco, los criminales lo trasladaron hasta un cortijo aislado en Araoz que Agustina tenía preparado.

El Tonto desenmascara al asesino

Tras cometer el atroz crimen, se dispusieron a repartirse los 3.000 reales que El Moruno había pagado por encontrar a un niño y extraerle la sangre y las mantecas para curar su enfermedad. Sin embargo, el curandero Leona intentó estafar a su cómplice Julio el Tonto pero no lo consiguió. Dándose cuenta de las intenciones de Leona y para vengarse de él, Julio le contó a la Guardia Civil que había visto el cuerpo de un niño cuando perseguía a unos pollos de perdiz.

Hallazgo del cuerpo de Bernardo

Cuando las fuerzas de la Guardia Civil llegaron al lugar indicado y encontraron el cuerpo, éste estaba boca abajo con el cráneo completamente destrozado y prácticamente destrozado. En el pueblo no tuvieron dudas que de Leona estaba detrás de aquel asesinato. Al final, Leona culpó a Julio El Tonto y este a su vez a Leona. Al final confesaron lo que había ocurrido.

Las condenas

El curandero Leona fue condenado a garrote vil, pero murió en la cárcel. El Moreno y Agustina, la curandera, fueron ejecutados. José, uno de los hijos de Agustina, fue condenado a 17 años de cárcel. La mujer de éste, Elena, fue absuelta. Y Julio el Tonto finalmente fue condenado a muerte también, pero resultó indultado por ser considerado demente.

Este crimen dejó para la historia la expresión el hombre del saco
                                                                        

Así es, desde ese momento cuando se quería meter el miedo en el cuerpo a los niños se le decía ten cuidado que viene el hombre del saco. Mucha gente utilizaba la expresión sin saber que venia de aquel hecho ocurrido en Gádor, donde la victima fue secuestrada metida en un saco. Todos los días se aprenden cosas nuevas.
                

lunes, 3 de junio de 2019

Eras de los Carmona

Antiguas eras en desuso y actualmente la de mayores dimensiones , restaurada . Forma parte del mirador de la Torre del Reloj.

Era 1 .
Era 1 .
Era 1 .
Era 2 .
Era 2 .
Era 2 .
Era 2 .
Era 3.
Era 3.
Era 3.
Era 3.

Fotos: David Téllez

Bombardeo en la Ciudad de Almería

El bombardeo de la ciudad de Almería por una flota alemana durante la Guerra Civil Española es un nefasto episodio bastante menos conocido que el bombardeo de Guernica, y aunque por desgracia el bombardeo de la ciudad vasca causó muchas más víctimas, la diferencia no fue tan grande en su importancia y repercusión internacional.
Este episodio conmocionó a la opinión pública mundial en la primavera de 1937 y que provocó una crisis diplomática internacional. En este bombardeo apenas es conocido murieron una treintena de almerienses, en su mayoría obreros, que fueron sorprendidos de madrugada con una lluvia de artillería naval que superó los 200 obuses lanzados a la ciudad durante tres cuartos de hora. También hubo 150 heridos y unos 200 edificios destruidos. Dicen quienes lo vivieron que en la ciudad se hizo la noche tres días seguido por el intenso humo.
El 29 de Mayo de 1937, el acorazado alemán Deutschland fue atacado por dos aviones republicanos en aguas de Ibiza. Murieron 24 marineros y otros 72 fueron heridos. El gobierno republicano alegó que el buque alemán disparó primero contra los aviones españoles, que contestaron el ataque.
Al ser informado sobre el suceso y la muerte de tantos alemanes, Hitler montó en cólera y el ministro alemán de Asuntos Exteriores necesitó seis horas para tratar de calmarle. Debido a la excitación, Hitler ordenó el bombardeo de Valencia (sede del gobierno) como contrapartida por este ataque. Tras ser aconsejado por sus asesores militares, decidió el bombardeo de Almería, al ser una ciudad sin defensas militares de importancia así como para evitar un gran eco internacional. Por otro lado, Almería se encontraba dentro de la zona de control marítimo alemán.
En la madrugada del 31 de mayo, los alemanes se tomaron la venganza. El acorazado de bolsillo Admiral Scheer apareció junto a cuatro destructores alemanes: el Albatros, Leopard, Seeadler y Lluchs. A las 7:29 de la mañana del día 31 de mayo de 1937, abrieron fuego contra las baterías de costa, las instalaciones portuarias y cualquier barco que se encontrase en el puerto. La escuadra alemana realizó en total unos 200 disparos, antes de retirarse ante la creciente actividad de las baterías costeras republicanas. Finalmente, se saldó con 19 muertos, 55 heridos y 35 edificios destruidos.
En cuanto el ataque fue conocido por la opinión pública internacional se desataron numerosas condenas, aunque ninguna acción seria por parte de los gobiernos de las democracias occidentales (Gran Bretaña, Francia y EE.UU.). Gran Bretaña, a través de su embajador en Berlín (sir Neville Henderson), trató de apaciguar a los alemanes de que no hicieran el favor a los rojos de convertir la situación internacional española en una guerra mundial.
El Consejo de ministros de la República se reunió en Valencia, donde Prieto (Ministro de Defensa Nacional) propuso que la República bombardeara a la flota alemana en el Mediterráneo.
Sin duda, aquello podía provocar una guerra mundial, reconoció, pero el riesgo valía la pena. Negrín respondió, cautelosamente, que habría que consultar con el Presidente de la República, Azaña, consultando también los ministros comunistas con Moscú. En este sentido, los dirigentes soviéticos se mostraron totalmente contrarios a un conflicto con Alemania, de la misma manera que se mostró Azaña: Hemos de evitar que el Deutschland se convierta en nuestro Maine....
Debido a la negativa de la mayoría del gobierno a responder el ataque alemán por las impredecibles consecuencias que ello acarreaba, el Incidente del Deutschland fue olvidado. Por otro lado, Alemania resolvió retirarse de las patrullas navales hasta que recibiera garantías contra la repetición de estos incidentes, como también haría Italia en su apoyo.
En el año 2008 se estrena el documental "Bombas y olvidos. Almería 1937", donde se relatan estos hechos y se da voz a los testigos supervivientes del bombardeo nazi sobre la ciudad andaluza. El documental ha sido realizado por Manuel Berlanga. Todo estos hechos han sido estudiados por Sofía Rodríguez López y Óscar Rodríguez Barreira. Este bombardeo es mucho menos conocido que el de Guernika, de ahí que se hable de "bombas y olvido".


La Guerra Civil 80 años después



sábado, 1 de junio de 2019

Torre del Perdigal

Torre del Perdigal.
Aunque datada por la mayoría de las fuentes en el siglo XVI, según otras se habría levantado en el siglo XIII, en tiempos, por tanto, de Al-Ándalus, siendo así la más antigua de las torres pertenecientes a la red de defensa marítima construida para la protección de la costa almeriense a lo largo de la Edad Media y hasta el siglo XVIII.

Ubicación y protección

Se encuentra en la playa homónima, a escasos metros de la orilla y entre un bosque de tarajes, en el punto más profundo del golfo de Almería.

Fue declarada Bien de Interés Cultural en el BOE 29/06/1985. Está protegida por el Decreto de 22 de abril de 1949, expedido por el Ministerio de Educación Nacional sobre protección de los castillos españoles. La torre del Perdigal se encuentra en buen estado de conservación, aunque transformada, y está protegida por la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 expedido por el Ministerio de Educación Nacional y por la ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español (BOE número 155 de 29 de junio de 1985).2​ Es además Bien de Interés Cultural incluido en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. La Junta de Andalucía otorgó un reconocimiento especial a los castillos de la Comunidad Autónoma de Andalucía en 1993.



Puerta de entrada al interior de la torre.
Interior de la torre.
Ubicada en la playa homónima a la espaldas del aeropuerto.

Pozo de las Amoladeras

Conocido también con el nombre de el Pocico o el pozo de Torregarcía, el pozo de las Amoladeras se trata de un pozo situado cerca de la desembocadura de la Rambla de las Amoladeras, en el municipio español de Almería. Es un pozo de origen romano, realizado en mampostería. La característica más notable del mismo es un brocal de 5 m de altura, de los cuales, los dos más inferiores se encuentran revocados,1​ lo que le da un aspecto de chimenea, pudiendo ser confundido por aquellos que no lo conocen con una torre o una antigua chimenea de fundición. Su aspecto se debe a que a lo largo del tiempo el agua ha ido erosionando el lecho de la rambla, haciéndolo cada vez más bajo, a lo que se le añade la extracción humana de tierra para usarla como sustrato para agricultura o para la construcción; de ahí la impresionante altura del brocal. Debido a esto, existen tres bocas a distintos niveles para acceder a la polea que alza el agua del pozo. Aunque suele ser útil a lo largo de todo el año, en años de pocas precipitaciones puede secarse en verano.


Historia.

Cerca del pozo existió una pequeña colonia romana donde se construyeron unas balsas de salazones donde se realizaba el preciadísimo y cotizadísimo garum, datadas en el siglo I a.C.. Este pozo fue construido para proporcionar el agua potable a la colonia. Además, hasta la época franquista existió en las cercanías del pozo un cuartel de la Guardia Civil, cuya guarnición se abastecía también del pozo. Es estuvo extrayendo agua de su interior en mayor o menor medida hasta los años 1990.


Acceso

Por el sendero que discurre entre Retamar y San Miguel de Cabo de Gata, denominado El Pocico-Las Marinas, llegamos a la desembocadura de la Rambla de las Amoladeras, y desde allí podremos divisar, a unos cien metros a la izquierda, una especie de chimenea de piedra, que no es otra cosa que el revestimiento interior del pozo.

 Ubicada cerca de la desembocadura de la Rambla de las Amoladeras.



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