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domingo, 13 de enero de 2019

Villavieja


Fortaleza y despoblado medieval


Corresponde a la antigua Berja y a los restos del municipio romano de Vergi. De éste se conservan además, al pie del cerro, los restos de un anfiteatro, único en la provincia. A todo ello hay que añadir la evidencia de una ocupación de la Edad del Cobre.
La ausencia de excavaciones y el hecho de que la población romana quedara oculta bajo el importante núcleo medieval, impiden hoy tener una idea acertada de las características y evolución del asentamiento romano, del que es seguro que los musulmanes reutilizaran numerosos restos constructivos, razón por la cual resultan en general poco evidentes en las casi siete hectáreas que ocupa Villavieja.

Los datos arqueológicos de que se dispone, aseguran la importancia y riqueza potencial de este sitio arqueológico, al mismo tiempo que informan sobre su evolución general. Restos epigráficos y cerámicas confirman la existencia de un núcleo romano muy antiguo, al menos de los inicios del s. II, que nace del rápido traslado de las poblaciones ibéricas a este nuevo centro, coincidente o ligeramente posterior a la conquista romana. Este hecho indica una pronta romanización de Ia población indígena. En este sentido, el establecimiento de la población romana quizá estuviera en función de dos factores económicos: la explotación de las minas de plomo de Sierra de Gádor y de las amplias posibilidades agrícolas de la zona.

El desarrollo de este núcleo es paralelo a la evolución de las vecinas poblaciones de la costa. Así un cómputo de la abundante terra sigillata recogida en superficie hasta 1980 (Cara, 1982: 147) arroja dos momentos de máxima intensidad de ocupación: el primero esta centrado en el s. II, mientras que el segundo corresponde a la segunda mitad del s. III y sobre todo al s. IV, con abundantes importaciones norteafricanas que pueden llegar hasta el primer cuarto del s. V. Se confirma con ello la importancia del poblamiento paleocristiano de la zona, conocido ya por el magnífico sarcófago encontrado en 1925 en La Jarela (Aicaudique).

Fortaleza.
Fortaleza.
Un mapa de distribución de los restos arqueológicos romanos en el actual término municipal, evidencia la intensidad de la ocupación, así como la variedad de la apropiación económica del medio ejercida, ya que se colonizan incluso algunas áreas que nunca después han tenido otra ocupación humana aunque hayan seguido siendo empleadas económicamente. Si se referencian también los hallazgos dispersos, se contribuye a completar la visión de esta ocupación. La catalogaci6n cronológica provisional de los restos viene a confirmar el aumento de importancia de la vega virgitana tras la crisis del s. III y la posterior despoblación de las ciudades costeras.

Es muy probable que el anfiteatro virgitano sea obra del siglo I, y su escaso desarrollo constructivo estaría en consonancia con Ias dificultades económicas y constructivas que se hubieran contraído con un proyecto mayor. La ausencia de estudios arqueológicos, conocidos y accesibles, que sitúen cronológicamente construcciones afines, semejantes en importancia, dificultan hoy cualquier adscripción cronológica más precisa.

Por lo que al anfiteatro se refiere, de los tres tipos de anfiteatros romanos conocidos (exentos, adosados y semiexcavados), el de Berja adoptó la fórmula más cómoda y económica. Se excavó la "arena" y el "podium", para darle mayor estabilidad y. reducir la obra de edificación. La arena vendría delimitada por un zócalo irregular de piedra natural y tierra, conservando, especialmente al lado de poniente, restos de mortero de cascajo. La pequeña extensión de la arena (43 por 26,8 metros), sitúan a esta construcción entre los anfiteatros más pequeños conocidos a nivel de todo el Imperio. En el costado mejor conservado, es una plataforma irregular que alcanza los casi tres metros sesenta de anchura máxima, mientras que en el lado opuesto apenas se conserva, aunque se le suponen cuatro metros sesenta de anchura. Este escalón puede ser muy bien la base de la "arena" que limitaba con las habitaciones subterráneas. Separando a éste del graderío, aparecen muros longitudinales, claramente elipsoidales, está construido de "opus caementicium", formado por cascajo de piedras y líneas de encofrado cada noventa y cinco centímetros aproximadamente, alcanzando los dos metros cincuenta y cuatro de altura. En el lado Este, el revestimiento casi ha desaparecido, conservándose parte de su perímetro, cortado en piedra del lugar, comúnmente un tipo de conglomerado muy parecido al hormigón. Es en estos muros, donde aparecen dos de las dependencias más interesantes.

Anfiteatro romano.
Se trata de dos habitáculos o cubículos empotrados en las paredes. Son pequeños y adquieren forma rectangular. El primero de ellos, situado a Poniente, tiene un metro cincuenta y siete a un metro setenta y dos centímetros de anchura por dos metros diez de altura y apenas uno sesenta y cinco de fondo. El de Levante, aún conserva restos de jambas de su puerta, de un metro veinticuatro de anchura. La cámara mide un metro sesenta y dos de profundidad por dos treinta y ocho. Ambos se sitúan al lado opuesto del eje menor de simetría del edificio. Es probable que se trate de sendas cámaras o dependencias relacionadas con los palcos opuestos del organizador y presidente de los juegos, o de habitaciones de protección inmediatas a la "arena", formando parte del verdadero "podium".

Planta del anfiteatro de Villavieja.

En los extremos de la construcción se situaban las entradas ,dos rasgos parecen diferenciar decisivamente al anfiteatro virgitano- En primer lugar, sus escasas dimensiones y en segundo término, su forma pues tiende a la elipse alargada, prolongando más de lo habitual su eje mayor. Sobre un cerro amesetado, a unos 3 kilómetros al suroeste de Berja y dominando la barriada de Benejí, se levantan los restos de la imponente Alcazaba de Villavieja como un observatorio privilegiado. Esta Alcazaba es uno de los pocos restos de la Berja islámica, formada por un conjunto de alquerías o barriadas dispersas por la vega.
A pesar de su estratégico emplazamiento, el lugar fue rodeado por una muralla.

Alcazaba.
Restos de la Alcazaba.

En el despoblado también encontraremos varios aljibes en buen estado de conservación.

Aljibe.
Aljibe.
Puerta de entrada al aljibe.
Aljibe.

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