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viernes, 18 de diciembre de 2020

El Baco de Chirivel

En El Villar, lugar cercano a la población, se han encontrado piezas suntuosas de origen romano, como columnas de mármol y capiteles dorados, para algunos historiadores aquí se encontraba la mansión del Itinerario romano Ad-Morum. Discurría también la calzada romana Via Augusta que unía Cartagena con Cádiz. En las excavaciones llevadas a cabo en el año 1985, en esta zona de El Villar, se encontró un Dioniso, hermosa escultura que data de mediados del siglo II d. C. Algunos hablan incluso que pudiera representar a Antinoo, favorito del emperador Adriano. Esta escultura se ha constituido en símbolo de Chirivel, al que se le llama por las gentes del lugar "El Chiribello".

 El "Baco/Dionisos de Chirivel"

Señor de los Caballos

La Hispania prerromana es un buen ejemplo de ideología ecuestre en la Antigüedad, desde el siglo VII a.C. 

Hasta época romana. Su aparición va unida a la equitación, que sustituyó al carro de guerra como elemento regio y de elite. Los equites, tras sustituir a los reges orientalizantes como elite gentilicia, adaptaron paulatinamente su estructura guerrera a una censataria, propia de los oppida de los últimos siglos a.C. La iconografía confirma que estas elites basaban su poder en su descendencia de un heros equitans (héroe a caballo), que sería su antepasado mítico y de toda la población, un ejemplo de un 'héroe fundador a caballo' podría ser también los Ases de Urkesken/Ikalisken en los que por un lado se ve un rostro y por el otro un jinete con lanza. Esta ideología, aunque basaba en su propio sistema cultural, evolucionó paralelamente a los cambios socio-ideológicos del mediterráneo durante el I milenio a.C.



Señor de los caballos. Relieve del Despótes Híppôn o “Señor de los caballos”. Villaricos, Almería. Siglos VI-V a.C. Museo Arqueológico de Almería.


sábado, 8 de agosto de 2020

Lucernas Romanas del Cerro de los Aljibes

En el mundo antiguo la lucerna era un utensilio muy valorado para proporcionar luz en la noche. En un primer momento empezaron a  fabricarse a torno y posteriormente utilazando moldes. En el yacimiento tardoromano del Cerro de los Aljibes en Huercal Overa, en el Valle del Almanzora entre el curso del río y la laguna Salobre, aparecieron 8 lucernas en buen estado de conservación. También hallaron una tumba de inhumanación y restos de una muralla. En cuanto a las lucernas decir que están realizadas en cerámica vulgar .Se intuye que en este yacimiento pudo existir un taller local. En ellas reflejan caracteristicas populares donde se pueden ver representadas todo tipo de motivos como animales, vegetales de la vida cotidiana tanto como mitológicos.

jueves, 21 de mayo de 2020

Necrópolis Tardorromana Camino de Santa Rita

La  Necrópolis se situa en la vertiente meridional de Sierra Nevada oriental, situada a unos 400 metros al Sur de Benecid. En total se han documentado 16 tumbas, excavandose sólo la número 2, localizada más al Norte. Se tratan de inhumanaciones individuales realizadas en fosas rectangulares o ligeramente trapezoidales , orientadas al ocaso con cubierta de lajas de piedra (pizarra), con ausencia de ataúdes de madera como muestra la inexistencia de clavos. Su tipología se incluye del tipo Ripoll que las clasifican con los tipos de sepulturas existentes de tradición romana, aunque en este caso se incluyen tapas de lajas de piedra por cubierta.
En su interior , el cadáver se hallaba en posición de cúbito supino, con la cabeza orientada hacia el Oeste y los brazos extendidos.
Para conocer con mejor detalle se eligió excavar la tumba número 2 por su mejor conservación , encontrandose en su interior un niño de unos 4 a 6 años que presentaba una patología de su columna vertebral, donde no acompañaba a la inhumanación ningún ajuar funerario.








viernes, 3 de abril de 2020

Posnilla

La Posnilla es un paraje natural situado en el término municipal de Bentarique.
Es muy conocido por el manantial de la Posnilla, de aguas termales, ya conocido en el siglo XII. El geógrafo al-Idrisí cita la existencia de unas termas romanas en este manantial.






lunes, 30 de marzo de 2020

Alfar Romano de la Rumina

Enclave romano que, dada la persistente especulación constructiva del área donde se sitúa, ha quedado reducido a una pequeña zona que no supera los 100 metros cuadrados, ya que el resto ha sido, poco a poco, construido.
Unas obras de construcción motivaron la excavación de urgencia de 1984 y la primera delimitación de la zona arqueológica. Ante la amenaza de la invasión urbanística, la Delegación de Cultura decide abrir expediente para su declaración como B.I.C. Un año después se paralizaron unas obras que afectaban al yacimiento y se realizó una excavación de urgencia con objeto de realizar la delimitación precisa y definitiva de la zona arqueológica, la cual se incorporó al expediente de declaración de B.I.C. 
Actualmente presenta un lamentable estado por el vertido de basuras y escombros. Una limpieza no controlada podría conllevar un fatal desmonte del terreno. 

Una excavación realizada en el año 2003 confirma los indicios aportados por excavaciones anteriores: la existencia de un alfar,  documentado por la excavación de 6 hornos, dos de los cuales se hallan en un excelente estado de conservación, así como por el hallazgo de parte de las producciones fabricadas en este complejo artesanal.




La Rumina está estrechamente vinculada a la cercana villa de la Rambla de Los Terreros, pequeño asentamiento rural altoimperial que se abasteció de buena parte de su cerámica doméstica con las producciones del alfar, algunas de las cuales tiene similitudes con la cerámica fabrica en otros talleres .
Es posible que otros asentamientos cercanos se abastecerían también de La Rumina, sin embargo las escasas intervenciones arqueológicas realizadas no permite ahondar más en la investigación sobre la distribución de las cerámicas de La Rumina.
Los trabajos en La Rumina ha arrojado nuevos datos que confirman los aportados por la excavación de otros alfares: el funcionamiento en batería de los hornos, la existencia de un área común de trabajo o los vertederos próximos a los hornos.
Otro aspecto a tener en cuenta es la inserción de La Rumina en las principales rutas comerciales que conectaban la Bética con otras provincias del Imperio Romano, confirmado por el hallazgo de dos producciones cerámicas diferentes: recipientes anfóricos, pertenecientes a Dressel 2, y sobre todo de Dressel 7-11 y de las ánforas olearias béticas, Dressel 20, y sigillatas, especialmente producciones itálicas y sudgalicas.

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Fuente: Guía Digital

martes, 11 de febrero de 2020

Sepultura del Gigante

Construcción de grandes sillarejos perteneciente a la época romana, de nombre homónimo a otra del vecino pueblo de Fondón, que muestra la ocupación minera de Sierra de Gádor en época romana

Foto Alpuguía.
La llamada ‘tumba del gigante’,  en la zona de Caparidán rodeada de restos romanos, es una espectacular estructura formada por piedras de varias toneladas.

La leyenda nos transmite que allí vivían dos gigantes, en tiempos inmemoriales, que luchaban tirándose esos grandes bloques de piedra donde ambos quedaron sepultados bajo las mismas. Actualmente, cuando nieva, los ancianos comentan a sus nietos que son los gigantes de antaño quienes se pelean tirándose bolas de hielo.


Balsa de Caparidán.
Tumba del Gigante.
Tumba del Gigante.

miércoles, 20 de noviembre de 2019

Baños de Sierra Alhamilla

Este oasis está ligado a un manantial de aguas termales, estable en cuanto a su caudal y temperatura de 58ºC, que permitió la instalación de un balneario, declarado de utilidad pública por sus virtudes terapéuticas  desde 1838. Pero para poder regar el espacio cultivado, el agua se deja correr y reposar en diversas balsas para que se enfríe.
Los baños se remontan a la época romana e hispanomusulmana, aunque el edificio es obra del obispo Claudio Sanz y Torres (1704-79), quien decidió construir un modesto balneario junto al manantial, con un patio rectangular porticado como distribuidor, y dotado con capilla y dependencias de la hospedería. Simultáneamente se hubo de habilitar un camino carretero desde la vecina Pechina por donde circulaban las tartanas.

Durante la Primera República se clasifican los baños como establecimiento público provincial de beneficiencia, para posteriormente pasar a manos privadas, conociendo un cierto auge con motivo de la actividad minera y del ferrocarril de Sierra Alhamilla desde finales del siglo XIX hasta la clausura de la línea férrea en 1929, pues permitía una rápida comunicación de los pacientes con la vecina capital.

En 1946 se cierra definitivamente el balneario por amenaza de ruina. En 1991 se hace una reforma total para instalar un hotel balneario de 25 habitaciones, que intenta ser respetuoso con la estructura y estética original, y que cuenta con una atractiva planta sótano con unos baños de sabor islámico.

Balneario.
Sala interior de los Baños con su esencia hispanomusulmana.
Sala de Baños.
Inscripción.
Detalle del Patio interior .

martes, 12 de noviembre de 2019

Asentamiento El Pago del Río

Cerro amesetado sobre el Río Andarax, que muestra una doble ocupación cultural de época romana a altomedieval. Es importante por atestiguar la perduración del hábitat en época intermedia. Presenta restos escasos por la poca entidad constructiva de los mismos, por la fuerte erosión y por la dedicación de la zona a cultivos marginales. No obstante, presenta posibilidades de investigación arqueológica. Situado en terreno agrícola y erial.



Fuente : Guíadigital

jueves, 7 de noviembre de 2019

Minas Romanas del Espejuelo

El lapis specularis, también conocido como espejuelo, espejillo, piedra del lobo, espejillo del asno, piedra de la luna, piedra de luz, sapienza o reluz, es el término que utilizaron los romanos para denominar al yeso. Esta variedad mineralógica del yeso, denominado yeso selenítico o selenita, se extraía y explotaba durante los siglos I y II d. C. en Hispania y en otros lugares del Imperio romano como la propia Italia (Bolonia, Sicilia), Chipre, Capadocia y África Proconsularis (actual Túnez).

La distribución geográfica en Hispania se concentraba en la provincia de Cuenca, en la zona de la antigua Segóbriga, y en menor medida también en Toledo y Almería.
El interés en este material radicaba en su transparencia, así como en la facilidad que presenta para poder trabajarlo. Su uso principal era el de acristalar ventanas, acoplando varias planchas o láminas en armazones de madera o cerámica. También se utilizaba, una vez calcinado, para la fabricación de yeso o escayola para realizar, posteriormente, molduras, vaciados y enyesados. En otras ocasiones se mezclaba triturado con la arena del Circo Máximo para que la arena brillase, realzando los espectáculos.

En las minas de Arboleas, concentradas en Limaria, se localiza un coto minero con varias cavidades o minados en el interior subterráneo y numerosas terreras o escombreras asociadas en superficie. En el exterior y en las inmediaciones de las bocas encontramos cerámica Terra Sigilata y común de época Alto-Imperial y restos de lapis specularis cortados y serrados. En el interior hay indicios muy claros de laboreo romano: como son la existencia de lucernarios, labores específicas para la extracción de placas lapis specularis, sistemas de explotación de cámara, pilae y galería o la utilización de punteros de sección cuadrada.




sábado, 7 de septiembre de 2019

Balsas de Salazones Romanas Montecristo

Tanto en el interior como el exterior de la Ermita de San Sebastián,  se hallan importantes restos romanos de las factorías de salazones, pertenecientes al siglo I a.C. Igualmente se documentaron en una intervención arqueológica numerosas lápidas de carácter funerario con inscripciones latinas. El yacimiento  ha sido expuesto al público, protegido por  una cubierta de cristal grueso.


Yacimiento.
Detalle de las Balsas.
Detalle de las Balsas.


Fotos: David Téllez





martes, 9 de julio de 2019

Altos de Reveque

El sitio arqueológico de Altos de Reveque se sitúa en las estribaciones meridionales de la Sierra de Gádor. Con una altitud máxima de 389,5 metros, goza de una visibilidad privilegiada al este, sur y suroeste, que alcanza sobre el mar casi todo el Golfo de Almería y buena parte de la costa del Poniente almeriense, desde el Cabo de Gata hasta las Albuferas de Adra. También domina visualmente el antiguo Campo de Dalías. Hacia el noreste, norte y oeste el yacimiento obtiene una visibilidad más limitada, dirigida hacia las alturas de la Sierra de Gádor. 



El asentamiento consiste en un recinto amurallado con un perímetro de 1057 metros y una superficie de 5,3 hectáreas. Emplea técnicas constructivas similares en toda su extensión y seguramente debió ser planificado y construido de una sola vez.

El interior del recinto está ocupado sólo parcialmente por pocos edificios exentos y distantes entre sí que no componen una aglomeración urbana, si bien parece haber una mayor concentración de edificios al sur, donde la superficie es más llana y permite la edificación con más facilidad. 

El amurallamiento de una gran extensión de terreno, superior a las 5 hectáreas responde posiblemente, a planteamientos tácticos y de defensa. Los objetivos serían los de no dejar sin protección ninguno de los dos altos o colinas paralelas cuya similar altitud, 389,5 m la occidental y 384 m la oriental podría dejar expuesta una fortificación de inferior extensión.


La muralla es continua salvo en dos tramos, uno en el ángulo noroeste del recinto, donde se sitúa un cortijo moderno en ruinas que empleó en su edificación piedras de la muralla destruyendo unos 35 metros de la misma, y otro tramo en el lado sur, precisamente donde el barranco o arroyo que separa las dos colinas se abre al vacío  

La muralla de Altos de Reveque es de una gran complejidad y en los lados norte, oeste y sur está construido mediante la técnica de doble paramento con compartimentos interiores, efectuados mediante muros perpendiculares dispuestos a intervalos regulares (casamatas). Los dos muros paralelos que componen la muralla presentan una anchura igual en todo el trazado: en torno a 1 metro el paramento exterior y sobre 0,50-0,52 metros el interior. 

La técnica constructiva empleada es la mampostería con bloques irregulares de piedra caliza de mediano tamaño. En general se conservan apenas unas pocas hiladas de alzado, aunque en algunos cortos tramos, como en el paño situado entre las torres 3 y 4, se aprecia la conservación de una mayor altura en alzado, hasta aproximadamente 1,40 metros. Dichos alzados permiten conocer cómo los exteriores de la muralla debieron estar bien careados y emplearon ripios para regularizar el aspecto final nivelando las hiladas. 

La mayor parte de los ángulos del recinto amurallado se concibieron para reforzar las defensas flanqueando los paños de muralla para actuar como grandes torres avanzadas o bastiones.
Hay tres bastiones, situados en el ángulo noreste, en el extremo norte, y en el ángulo suroccidental del recinto. Este último, es el más complejo de los tres, debido a que se encuentra en el área de más baja cota de la ladera oeste, la más vulnerable de la fortaleza.






En total se han identificado once torres. La nº 1 se sitúa en la muralla noreste, dentro del bastión 1 para proteger la parte superior de la ladera oriental del recinto. La torre nº 2 flanquea el largo lienzo de la muralla noroeste con el bastión nº 2, sobresale de la muralla en unos 5 metros. con unas dimensiones de unos 6.5 × 5.3 metros. Las torres nº 3, 4, 5 y 6 se emplazan en la muralla oeste, que cubre la ladera más accesible y vulnerable del recinto fortificado, distanciándose entre sí unos 14 metros. Después de la torre nº 6 no se observan indicios de otras torres que pudieron haber existido. Suelen adelantarse unos 4 o 5 metros de la línea de muralla con dimensiones variables en cada caso, que oscilan entre una superficie exterior de 7 × 5 metros en las más grandes, como la torre 5, hasta los 4 × 3 metros de la torre 3. La torre nº 10 flanquea el tramo de la muralla sur entre las torres 9 y 11.  Ésta cierra la muralla sur junto a la salida del arroyo por la muralla y cubre el vecino acceso 2, una galería excavada en la roca cuya salida se sitúa en la base de la muralla sur.

Por lo que respecta a la tipología de la muralla, las murallas de doble paramento con compartimentos interiores en la arquitectura militar fenicia y cartaginesa suelen ser denominadas murallas de casamatas o casernas, o murallas de cajones, dependiendo de la funcionalidad de dichos compartimentos. Las casamatas solían estar vacías y se empleaban como almacenes o estancias de habitación y los cajones estaban permanentemente rellenos de escombros, tierra prensada o arcilla a fin de dotar de solidez a la base de la muralla y resistir los embates de los arietes en caso de asedio. 


En la muralla de los Altos de Reveque los compartimentos interiores se disponen en las murallas norte, oeste y sur y su superficie varía en función de la separación de los muros exterior e interior de aquellas. Aunque en superficie no se han podido documentar todos los tirantes, parece claro que las tres murallas estuvieron originalmente compartimentadas en su completa extensión. Con la información recabada en superficie es difícil saber si los compartimentos interiores estuvieron rellenos de arcilla, pudiendo hablar entonces de una muralla de cajones; si por el contrario estaban vacíos y se destinaron al almacenamiento y la vivienda o si se alternaron ambas. 

Por lo que respecta a el área intramuros, los investigadores han podido reconocer once edificios o grupos de edificaciones. Salvo algunas construcciones que se sitúan próximas a la ladera oeste, los edificios se concentran en las áreas norte y sur del recinto amurallado, donde el terreno está más nivelado y permite una mayor amplitud para la edificación. En el área sur del recinto se concentran dos áreas de habitaciones con plantas más complejas que en el área norte.

En cuanto a los materiales localizados en superficie, corresponden fundamentalmente a fragmentos de ánforas, platos, cuencos, fuentes y algunas cerámicas de cocina. Los fragmentos cerámicos presentan bordes de fractura limpios y no se observan materiales rodados. Espacialmente se concentran en las áreas amuralladas, sobre todo en la ladera oeste, así como en el área de edificios situada al sur.

Las cerámicas presentan dos fábricas, una más cuidada con pastas en tonos marrones en ánforas, platos y cuencos y otra más tosca, en tono anaranjado con desgrasantes de mayor tamaño, con la que se fabricaron fuentes y cerámicas de cocina.  El conjunto cerámico más antiguo es el formado por varios fragmentos de ánforas que pueden datarse como muy tarde hacia mediados o a principios de la segunda mitad del siglo VI a. C. La mayor parte del material cerámico documentado, consistente principalmente en fragmentos de ánforas fenicio-púnicas destinadas al transporte de salazones de pescado. Esto podría marcar la cronología central del uso del recinto fortificado en el siglo V a. C. Este tipo de ánforas se comenzó a fabricar en los alfares de Gadir hacia finales del siglo VI a. C. y continuaron distribuyéndose a lo largo del V a. C.   
La fase final del asentamiento podría estar determinada por un fragmento de ánfora también fenicia  empleada asi mismo para el almacenamiento y transporte de salazones de pescado, cuya cronología se prolonga hasta comienzos del siglo IV a. C.

El conjunto anfórico se completa con un lote de asas de ánforas fenicias cuya adscripción podría hacerse a cualquiera de los tipos anfóricos mencionados.

Entre las cerámicas de cocina y comunes se localizan fragmentos de ollas  y bordes de pasta grosera y restos de combustión en la superficie en algunas ocasiones, grandes cuencos o fuentes.
Otras formas de cerámicas fenicias de mesa han sido documentadas en los Altos de Reveque, tales como un vaso carenado, quizás una copa, de labio curvo que presenta decoración interior con tres bandas de color rojo 

Según los datos cronológicos obtenidos de las  cerámicas, el asentamiento de Altos de Reveque podría fecharse, como muy antiguo, a mediados del siglo VI a. C. y su vida se extendería a lo largo del siglo V, para abandonarse a finales del mismo o, como muy tarde, en los primeros decenios del siglo IV a. C. 


Según los investigadores, este sitio arqueológico podría ser una fundación ex novo promovida desde la ciudad fenicia de Abdera para el control de la explotación de recursos y para el control estratégico del litoral. Los recursos explotados podrían ser fundamentalmente mineros, agrícolas y forestales. A juzgar por su emplazamiento, es posible atribuir a Altos de Reveque una funcionalidad militar y de carácter estratégico, destinada a la defensa de los recursos naturales de la zona, al control territorial y al control del tráfico marítimo costero mediante el establecimiento de un punto fortificado. 



sábado, 1 de junio de 2019

Pozo de las Amoladeras

Conocido también con el nombre de el Pocico o el pozo de Torregarcía, el pozo de las Amoladeras se trata de un pozo situado cerca de la desembocadura de la Rambla de las Amoladeras, en el municipio español de Almería. Es un pozo de origen romano, realizado en mampostería. La característica más notable del mismo es un brocal de 5 m de altura, de los cuales, los dos más inferiores se encuentran revocados,1​ lo que le da un aspecto de chimenea, pudiendo ser confundido por aquellos que no lo conocen con una torre o una antigua chimenea de fundición. Su aspecto se debe a que a lo largo del tiempo el agua ha ido erosionando el lecho de la rambla, haciéndolo cada vez más bajo, a lo que se le añade la extracción humana de tierra para usarla como sustrato para agricultura o para la construcción; de ahí la impresionante altura del brocal. Debido a esto, existen tres bocas a distintos niveles para acceder a la polea que alza el agua del pozo. Aunque suele ser útil a lo largo de todo el año, en años de pocas precipitaciones puede secarse en verano.


Historia.

Cerca del pozo existió una pequeña colonia romana donde se construyeron unas balsas de salazones donde se realizaba el preciadísimo y cotizadísimo garum, datadas en el siglo I a.C.. Este pozo fue construido para proporcionar el agua potable a la colonia. Además, hasta la época franquista existió en las cercanías del pozo un cuartel de la Guardia Civil, cuya guarnición se abastecía también del pozo. Es estuvo extrayendo agua de su interior en mayor o menor medida hasta los años 1990.


Acceso

Por el sendero que discurre entre Retamar y San Miguel de Cabo de Gata, denominado El Pocico-Las Marinas, llegamos a la desembocadura de la Rambla de las Amoladeras, y desde allí podremos divisar, a unos cien metros a la izquierda, una especie de chimenea de piedra, que no es otra cosa que el revestimiento interior del pozo.

 Ubicada cerca de la desembocadura de la Rambla de las Amoladeras.




viernes, 26 de abril de 2019

Cerro de Montecristo

El Cerro de Montecristo es una elevación natural de 40,38 metros de altitud sobre el nivel del mar. Se sitúa al este de la actual población de Adra, cuyas construcciones más orientales limitan el cerro por el sur. La vertiente este del sitio arqueológico está orientada hacia el antiguo curso del río Adra, que fue desviado en el siglo XIX; actualmente se encuentra colmatado y convertido en una vega dedicada a la agricultura.
La fisonomía del cerro está totalmente alterada por los trabajos de desmonte y abancalamiento para el aprovechamiento agrícola. La vertiente sur y sureste se encuentra ocupada por viviendas que destruyeron en buena parte una factoría de salazones romana.

En 1970  y 71 el sitio fue excavado por Fernández Miranda, como resultado de estos trabajos se documentaron estructuras de habitación de época púnica, restos de una factoría de salazón romana. La secuencia cronológica abarcaría desde mediados del siglo IV antes de Cristo en época púnica, hasta época tardoromana.

Yacimiento Cerro de Montecristo.
En 1986 se realizó una excavación arqueológica de urgencia en la ladera este del cerro, en la que se pudieron documentar restos de época fenicia que corresponderían a la antigua Abdera citada en las fuentes clásicas.

En el año 2003 se reaiizó una prospección con radar que puso de relieve la existencia de estructuras urbanas fenicias e industriales romanas en las distintas áreas prospectadas.
El análisis del registro cerámico parece confirmar la presencia de un sector de población autóctona en las fases más antiguas de la colonia, así como un significativo comercio mediterráneo con la presencia de importaciones griegas y cartaginesas en los siglos VIII a VI a.C.

Los análisis de pastas por Difracción de Rayos X han permitido reconocer dos producciones locales de pastas cerámicas con algunas variedades que pervivieron a lo largo de la vida de la ciudad fenicia, lo que permitirá reconocer las exportaciones abderitanas en otras áreas del Mediterráneo.

Los restos arqueológicos encontrados en las excavaciones llevadas a cabo en el Cerro de Montecristo, enclave donde se asentó Abdera, revelan además, un pasado púnico a partir del siglo IV a.C., si bien anteriormente pudo ser colonia griega como sugiere su nombre.
El Cerro de Montecristo está catalogado como Bien de Interés Cultural según la Ley de Patrimonio de Andalucía. 

Los romanos transportaron desde las costas abderitanas a diferentes ciudades del entorno mediterráneo los salazones y el "garum", producto muy apreciado en la cocina romana. Testigos de la importancia y fama de los salazones de Abdera son las monedas acuñadas en su ceca. Los ases y semiases de los años 44-45 a.C. con una cabeza barbada en el anverso y en el reverso un delfín y un atún encontrados con la leyenda fenicia, debajo, ABDRT (Abderath). 






Fuente: Guía Digital
Fotos: David Téllez

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