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miércoles, 27 de julio de 2022

Huércal la Vieja

El Recinto Amurallado de Huércal la Vieja
Fue construido por los musulmanes sobre un asentamiento de época romana.
La villa de Huércal-Overa, perteneciente a la Mancomunidad de Municipios del Levante Almeriense, estuvo encuadrada en el centro de la región cultural de la Bastetania, en el cruce de caminos que forman el corredor del Mediterráneo y la cuenca del Bajo Almanzora. Tuvo desde época prehistórica, desde la metalúrgica época argárica, la misión de poner en contacto a los hombres del inclemente sureste peninsular con los labriegos de las fértiles vegas grana-dinas. Además, la riqueza minera de sus cordilleras circundantes provocó que fenicios, griegos y cartagineses se asentaran en el litoral. Y que los últimos, que llegaron a controlar la explotación y comercialización de los minerales, utilizaran nuestra comarca como plataforma para proyectar su ansiada hegemonía en la orilla norte mediterránea, en conflicto con Roma. La cercanía a puntos costeros de la importancia de Cartago Nova (Cartagena) o Baria (Villa-ricos) hizo que esta tierra se convirtiera en parte del tablero donde se dirimía el futuro del Mediterráneo y de la Península Ibérica: la Segunda Guerra Púnica (218-201 a. C.). Cartagineses y romanos ensangrentaron su suelo y aquí, entre la realidad y la leyenda, se asentó desde tiempo inmemorial la tradición que sitúa la muerte del general romano Cneo Cornelio Escipión, tras ser derrotado en la Batalla de Ilorci (211 a. C.), en la cumbre del Cabezo de la Jara (Cueva de Escipión). Después de la definitiva victoria romana, el solar que con el tiempo formaría el término de Huércal-Overa, pasa a depender de la Provincia Tarraconense en su mayor parte, que desde el norte llega hasta el río Almanzora, quedando lo que resta en la Bética. Desde este momento, el Almanzora se convertirá en frontera entre entidades sólidamente delimitadas: bizantinos y visigodos, visigodos y musulmanes, musulmanes y cristianos. Las tensiones lógicas producidas por este emplazamiento darán lugar a un territorio fuertemente fortificado. Se desarrollará entonces una sociedad de hombres libres, belicosos, emprendedores, es decir, una sociedad típicamente de frontera. Son señaladas reliquias de esta etapa la fortaleza de Huércal la Vieja, de origen remoto; la Casa-Fuerte de Overa (Santa Bárbara), y el Castillo de Huércal, con su gran Torre, principal vestigio y símbolo de la villa mil veces reproducido y fotografiado. A partir de su conquista cristiana de 1488, Huércal, que sólo había sido una encastillada guarnición militar islámica, y Overa, su centro abastecedor más cercano, se unirán para siempre en una sola entidad, bajo jurisdicción de Lorca. Fueron los lorquinos los que más se distinguieron entre los cristianos en las luchas fronterizas, obteniendo de los Reyes Católicos el dominio sobre las dos villas en detrimento de Vera. Los veratenses, por su parte, anhelaron desde el primer momento el disfrute de la vega huercalense, el Campo de Huércal, territorio privilegiado para la agricultura y la ganadería. Manifestaban que siempre había pertenecido a su taha (distrito), aunque admitían la propiedad lorquina de los dos núcleos importantes. El largo pleito entre Lorca y Vera por la posesión del Campo de Huércal comenzó en 1511 y posteriormente se dilató en las disputas legales entre estos y una Huércal-Overa ya independiente. Pero la desaparición del Reino musulmán de Granada no trajo la tranquilidad. La zona fue a partir de entonces un hervidero de revueltas moriscas, azuzadas por las incursiones de los piratas berberiscos, que aprovechaban la vía natural del Río Almanzora para sus saqueos. En 1568 se produce la Rebelión de las Alpujarras, encabezada por Aben Humeya, que levanta a los pueblos de la comarca. Entonces Huércal y Overa se despueblan al convertirse su suelo en campo de batalla de la guerra entre los alzados y las tropas del rey, capitaneadas sucesivamente por el marqués de Mondéjar, el marqués de los Vélez y don Juan de Austria. La definitiva expulsión de los moriscos (1572) y el freno a las incursiones norteafricanas provocó que los repobladores se pudieran asentar definitivamente en el valle, donde se encontraban las fuentes de agua (Balsas de Arriba y Abajo, y Fuente del Caño). La paz trajo consigo la expansión demográfica y con ella el desarrollo agrícola y comercial. Esta nueva situación llevó a los huercalenses a defender, con tesón y energía, la integridad territorial de su jurisdicción de las apetencias de Vera y Lorca. Los sufridos huercalenses comprendieron que la mejor forma de mantener sus fueros y privilegios era conseguir la independencia del concejo lorquino. Fue el 3 de marzo de 1668 cuando Huércal y Overa, con la denominación común de Huércal-Overa y mediante escrito de compra a la Real Hacienda, que pagaron los propios vecinos de su patrimonio, se emanciparon de Lorca y se convirtieron en villa con jurisdicción civil y criminal.
Es de acceso libre.
Protección.- El Patrimonio Histórico Español está protegido por la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español (B.O.E. núm. 155, de 29 de junio de 1985). Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.























Texto.- Ayuntamiento y Autores
Fotos de: David Téllez y Joaquín Berenguel.


martes, 30 de marzo de 2021

Yacimiento las Cumbres

 Yacimiento calcolítico posiblemente relacionado con la Cultura de los Millares, donde se observan en superficie vestigios de varios túmulos  perfectamente alineados  tipo tholos. El yacimiento fue descubierto por el equipo de Argárica en Marzo de 2021  y posteriormente  fue puesto en conocimiento a las autoridades competentes. Este yacimiento amplia el conjunto de yacimientos posiblemente relacionados entre sí como el de los Callejones 1 y Callejones 2.







Fotos: David Téllez

domingo, 28 de marzo de 2021

Yacimiento el LLano

 Yacimiento en la localidad de Gádor.  Justo debajo del mismo se encuentran 5 Cuevas - Silos  Medievales documentadas por Lorenzo Cara Barrionuevo. A la espera de más información. 










Fotos de: David Téllez


domingo, 15 de noviembre de 2020

Fuente Amarguilla - Cortijo Nuevo

En este trabajo se exponen las principales aportaciones del estudio del yacimiento Fuente Amarguilla-Cortijo Nuevo situado en Almería. En las excavaciones realizadas en 1977 y 1997 se documentaron restos arqueológicos singulares que hasta ahora han permanecido inéditos. Este artículo presenta una síntesis del estudio de los conjuntos materiales y docu-mentación gráfica del yacimiento. Se plantea la existencia de un espacio funcional dedicado al almacenamiento y procesado de productos alimenticios, posiblemente cereal. El análisis realizado sobre los restos arqueológicos evidencia la ausencia de referentes cercanos. La interpretación de su funcionalidad y la recuperación de la entidad arqueológica del yaci-miento se ha realizado con el apoyo de una serie de analíticas que respaldan las hipótesis presentadas. Los análisis de C14 sitúan al yacimiento en momentos finales de la cultura argárica y posteriores








sábado, 8 de agosto de 2020

Lucernas Romanas del Cerro de los Aljibes

En el mundo antiguo la lucerna era un utensilio muy valorado para proporcionar luz en la noche. En un primer momento empezaron a  fabricarse a torno y posteriormente utilazando moldes. En el yacimiento tardoromano del Cerro de los Aljibes en Huercal Overa, en el Valle del Almanzora entre el curso del río y la laguna Salobre, aparecieron 8 lucernas en buen estado de conservación. También hallaron una tumba de inhumanación y restos de una muralla. En cuanto a las lucernas decir que están realizadas en cerámica vulgar .Se intuye que en este yacimiento pudo existir un taller local. En ellas reflejan caracteristicas populares donde se pueden ver representadas todo tipo de motivos como animales, vegetales de la vida cotidiana tanto como mitológicos.

lunes, 30 de marzo de 2020

Cerro del Nacimiento

El yacimiento del Cerro del Nacimiento está localizado dentro del término municipal de Macael, concretamente a 1,5 kilómetros al noroeste de la población, en las estribaciones septentrionales de la Sierra de los Filabres. Sobre la base del material cerámico se ha datado la fase principal de ocupación en la Edad del Bronce Pleno, aunque algunos materiales apuntan a una ocupación anterior, durante la Edad del Cobre. 

Su patrón de asentamiento y, en especial, el urbanístico, obedece al modelo de implantación de esta cultura, así las construcciones que organizan el espacio se distribuyen según el principio general de disposición más o menos paralela a la orientación de las curvas de nivel. Los restos del asentamiento se localizan sobre un cerro de naturaleza dolomítica de forma triangular y sobre un espolón rocoso que se eleva en la falda norte del cerro Ocará, al otro lado del Barranco Alegre. Por tanto, se trata de un yacimiento arqueológico estructurado en dos zonas diferenciadas espacialmente, aunque todas las evidencias indican que la ocupación en ambas es contemporánea, y con una evolución común. Además, se ha localizado una fuente a los pies de este cerro, al nivel del cauce del barranco, que debió de abastecer a los pobladores del asentamiento.


El núcleo principal y más extenso del yacimiento, posee una forma más o menos triangular, por su adaptación al terreno, definida por tres sistemas de muros que marcan el límite exterior del espacio ocupado. Su funcionalidad es tanto defensiva como de configuración espacial, ya que a partir de ellos se crea una plataforma sobre las que construyen tanto las unidades de habitación como las zonas de paso. Es posible, a través de la observación de los restos estructurales, deducir que la organización espacial se estructuraba a partir de terrazas artificiales. Los dos sistemas de muros más largos confluyen en la parte más estrecha del cerro, donde se abre la puerta, quedando así cerradas por este cinturón las tres laderas con un solo punto de acceso. Los muros no llegan a encontrarse, sino que discurren paralelos durante algunos metros, formando un pasillo. La puerta ha sufrido modificaciones, en cuanto a anchura, estrechándose a lo largo del tiempo, sin duda para garantizar las posibilidades de control.


De las tres laderas del Cerro, la occidental y la oriental parece que se han organizado de forma integrada, localizándose en la parte superior de ambas un complejo estructural que reviste la cresta rocosa, delimitándose un espacio en el que, aprovechando las características topográficas de cerro, se organiza el hábitat, al tiempo que se aseguraba la estabilidad de las unidades de habitación más altas al apoyarse sus partes traseras en la roca. En la ladera oriental se definen dos grandes terrazas separadas por un gran lienzo de muro, a partir del cual se distribuyen las unidades de habitación en hileras comunicadas por una calle o zona de paso. Algunos de los muros de esta zona se disponen en sentido oblicuo a las curvas de nivel, posiblemente para facilitar la comunicación entre las terrazas mediante rampas de acceso. 

Aunque no se pudo identificar ninguna unidad de habitación en estos espacios, si hay que indicar que en la terraza superior se localizó una tumba en cista, de las varias conocidas en el yacimiento. 

La ladera meridional se encuentra separada de las anteriores por la cima. Se define como un sector geomorfológicamente muy escarpado en donde la ocupación es muy dificultosa, por lo que resulta sorprendente constatar cómo las construcciones en este sector bajan hasta casi el nivel del cauce, cerrando contra las paredes verticales del cerro, impidiendo así cualquier posibilidad de acceso. 

Finalmente, hay que resaltar la intervención antrópica en el Cerro del Nacimiento para su adecuación como asentamiento. Así se han documentado algunas modificaciones artificiales en las paredes rocosas para acentuar su inaccesibilidad, lo que pone de manifiesto la plena articulación del espacio habitado como un todo cerrado y perfectamente delimitado con una única puerta de acceso. A ello habría que añadir la posible existencia de un foso, ya que así fue interpretado el corte artificial de las paredes de la pequeña vaguada que separa este núcleo principal de un pequeño cerro observado al Norte. Sin embargo, esto solo se trataría de una hipótesis, ya que hasta ahora no se ha documentado ningún otro ejemplo de foso de la Edad del Bronce en el sureste de nuestra Península. 

El segundo sector del yacimiento, o hábitat secundario, es de menor extensión y ha sido interpretado por su localización estratégica como un enclave que completaría la defensa de todo el asentamiento.

Datos Históricos

El Cerro del Nacimiento es uno de los escasos asentamientos argáricos conocidos en el valle medio del río Almanzora, al localizarse dentro de un área despoblada en el que se conoce como "territorio argárico", donde sólo se localiza otro sitio arqueológico, El Picacho en Oria. Además, es uno de los pocos asentamientos argáricos cuyo emplazamiento está distribuido sobre dos unidades topográficas diferenciadas, en función de las necesidades defensivas y posiblemente para un mejor control del territorio.

Los estudios realizados tanto en el cerro como en su entorno inmediato, han llevado a sus investigadores a plantear el empleo durante la Edad del Bronce de la irrigación de campos de cultivo en la terraza por medio de pequeñas conducciones que aprovechan la gravedad para el transporte y distribución del agua a lo largo de los valles de los arroyos. Sin embargo, no existen evidencias materiales que confirmen estas hipótesis.

En cuanto a la actividad metalúrgica en el yacimiento, se han localizado algunas escorias como plomo al pie de la ladera Este del núcleo principal del yacimiento. También se han localizado, a no gran distancia del asentamiento, pequeñas vetas de mineral de cobre, y algo más próxima aparece una mina de oligisto. Los materiales arqueológicos sitúan la ocupación principal del yacimiento en la Edad del Bronce Pleno, en época argárica; aunque algunos materiales apuntan a una ocupación anterior más antigua, de comienzos de la Edad del Cobre.            



Fuente: Guía Digital  

El Baladrar

Se trata de dos yacimientos localizados en la misma zona. La ocupación de la Edad del Cobre se documenta fundamentalmente en la margen izquierda de la Rambla del Blanco. El asentamiento medieval era de mayor extensión a juzgar por la dispersión de los restos. Éstos aparecen en un área que incluye el yacimiento del Cobre y se extiende a un lado y a otro de la rambla. La zona arqueológica está amenazada por un proyecto de construcción de urbanización en el lugar. Situado en terreno agrícola y erial. 







Fuente: Guía Digital
Fotos : Revista del Levante Almeriense

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