miércoles, 20 de noviembre de 2019

Baños de Sierra Alhamilla

Este oasis está ligado a un manantial de aguas termales, estable en cuanto a su caudal y temperatura de 58ºC, que permitió la instalación de un balneario, declarado de utilidad pública por sus virtudes terapéuticas  desde 1838. Pero para poder regar el espacio cultivado, el agua se deja correr y reposar en diversas balsas para que se enfríe.
Los baños se remontan a la época romana e hispanomusulmana, aunque el edificio es obra del obispo Claudio Sanz y Torres (1704-79), quien decidió construir un modesto balneario junto al manantial, con un patio rectangular porticado como distribuidor, y dotado con capilla y dependencias de la hospedería. Simultáneamente se hubo de habilitar un camino carretero desde la vecina Pechina por donde circulaban las tartanas.

Durante la Primera República se clasifican los baños como establecimiento público provincial de beneficiencia, para posteriormente pasar a manos privadas, conociendo un cierto auge con motivo de la actividad minera y del ferrocarril de Sierra Alhamilla desde finales del siglo XIX hasta la clausura de la línea férrea en 1929, pues permitía una rápida comunicación de los pacientes con la vecina capital.

En 1946 se cierra definitivamente el balneario por amenaza de ruina. En 1991 se hace una reforma total para instalar un hotel balneario de 25 habitaciones, que intenta ser respetuoso con la estructura y estética original, y que cuenta con una atractiva planta sótano con unos baños de sabor islámico.

Balneario.
Sala interior de los Baños con su esencia hispanomusulmana.
Sala de Baños.
Inscripción.
Detalle del Patio interior .

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