Mostrando entradas con la etiqueta Sucesos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Sucesos. Mostrar todas las entradas

lunes, 6 de diciembre de 2021

El Tren de la Muerte que Franco Ocultó

Se cumplen 70 años de una de las peores tragedias ferroviarias de España.


Era noche cerrada en la estación de Gérgal, en las faldas de la sierra de los Filabres, en Almería, cuando el silbato rompió la calma. Pasaban 59 minutos de la medianoche y el jefe de estación había solicitado vía franca al de Fuente Santa. Poco después ordenaba la salida del tren correo 1.802. La cornetilla del jefe del convoy anunció su conformidad y la máquina, una locomotora 240 de Renfe conocida como el Mastodonte, comenzó a chirriar por el esfuerzo: arrastraba siete unidades, 162 toneladas de peso. José Lúcar Molina, el responsable esa madrugada en Gérgal, que al parecer llegaba de la matanza de un cerdo y que según uno de los testigos solía beber, no tardó en darse cuenta de un error fatal. En sentido contrario avanzaba el uvero, el tren de mercancías 6.831 con 15 vagones y 221 toneladas.

El subjefe de estación arrambló con las 265 pesetas y 74 céntimos que había en la caja y se fugó. Ya intuía lo que iba a pasar. Unos pocos minutos más tarde, en torno a las 1.15 horas del 15 de noviembre de 1945 el próximo domingo se cumplen 70 años, en el tren correo que avanzaba hacia Fuente Santa, en una amplia curva situada a dos kilómetros de Gérgal, el soldado José Medina, el fogonero de la locomotora, advirtió el mercancías a diez metros de distancia. Solo tuvo tiempo de gritar «¡Que nos matamos!». Al instante, entrando en la trinchera Zamora la trinchera es un paso de las vías rodeado de tierra y, a diferencia de un túnel, está descubierto se produjo una brutal colisión.

Por un lado, un convoy con cerca de 300 pasajeros; por otro, un mercancías atiborrado con cientos de toneles de uva, boquerones, sardinas y minerales. El golpe fue muy violento, pero no lo peor. Una serie de fatalidades se combinaron y el número de víctimas se disparó. Dos vagones se quedaron en posición vertical por el choque, con tan mala suerte que contactaron con los cables de la catenaria. Se produjo una descarga de 5.400 voltios y algunos viajeros, electrocutados, murieron en su asiento.

La desgracia no concluyó ahí. Al parecer, desde la central eléctrica pensaron que los fusibles saltaban por un error o porque el mercancías necesitaba toda la potencia para subir por la fuerte pendiente de 21 kilómetros entre Santa Fe y Gérgal. Esto era algo habitual en el trasiego ferroviario del transporte del hierro extraído de las minas de Alquife y la sierra de los Filabres con dirección al puerto de Almería, así que volvían a dar la corriente.

Las sacudidas se repetían y al derramarse el aceite de estraperlo que viajaba escondido en un vagón, se produjo un gran incendio en el que murieron calcinados numerosos pasajeros. Los vecinos de Las Alcubillas Altas, una aldea próxima al punto kilométrico 211,200 de la línea Linares-Almería, se despertaron sobresaltados al escuchar el estruendo. Cargados de mantas, café, coñac y aguardiente se acercaron con candiles para auxiliar a los heridos, en una gélida noche que contrastaba con el calor que emitían las llamas. Los pasajeros que resultaron ilesos fueron caminando hasta la estación de Gérgal para informar del suceso y pedir ayuda.

A las dos de la madrugada reaccionó la Policía Armada y a las cuatro comenzaron a salir los trenes de socorro desde Granada, Almería y Guadix. Esa tardanza también costó varias vidas. Se desconocía la causa del siniestro y al principio no se descartaba que fuera un sabotaje de los maquis. Hacía seis años que había concluido la Guerra Civil, pero aún quedaban por la sierra algunos de estos guerrilleros, también conocidos como los disertaos o los huidos.

«Por la noche no dormí»

Las líneas ferroviarias todavía contaban con militares armados. Uno de los que viajaba en el tren 1802 era Horencio Zarco. El capitán de infantería iba acompañado de su mujer y sus cuatro hijos: Aurelia (15 años), Antonio (12), Miguel (7) y Joaquín (1). El segundo y el pequeño murieron en el accidente y fueron enterrados, como la mayoría de las víctimas, en Gérgal. Años después, incapaz de superar el mazazo, la madre de los niños pidió que sus restos fueran trasladados hasta Almería para poder visitarlos a diario.

Muchas vidas quedaron marcadas para siempre y hoy, pasados 70 años, a los descendientes de los supervivientes y a los contados protagonistas que siguen con vida aún les cuesta hablar de aquel terrible accidente. Joaquín Valverde, de 85 años, ha preferido olvidar. «Ha pasado mucho tiempo y ya solo recuerdo los féretros al lado de las vías».

Herminia Machado, en cambio, apenas tenía 9 años, pero insiste en que aquel «horror» jamás podrá sepultarlo. «Recuerdo que en la estación de Guadix, entonces tan importante o más que la de Almería, se dejó la mínima luz en señal de luto. Aquella noche no dormí y al día siguiente fui testigo del horror. Lo que quedaba de los electrocutados y calcinados lo metían todo en una caja. Ahí murió mucha gente, mucha...».

Las hemerotecas apenas reflejan la catástrofe. Datos falseados por el franquismo y noticias arrinconadas en lugares menores. Solo el Yugo, altavoz del Régimen, se atrevía a informar con amplitud sobre el suceso. Pero el número de víctimas no tenía nada que ver con la realidad. Santiago Pérez López, subdelegado del Gobierno en Granada y doctor en Historia, ha realizado un cálculo que permite aventurar que fallecieron más de un centenar de pasajeros.

«Bailan las cifras, pero los muertos son muchos más de los que se reconocen», asegura el político. La memoria de Renfe fijaba el balance anual todas las víctimas de 1945 en 41 muertos y 593 heridos. Una burla macabra. Pero Santiago Pérez, apoyándose en el informe pericial, concluye que de los cerca de 300 pasajeros, 146 resultaron ilesos y otros 39 heridos. Eso totaliza 185 supervivientes. O dicho de otra forma: más de cien muertos. Se contabilizaron 22 cadáveres, 11 esqueletos carbonizados y 6 cráneos semicarbonizados. Los otros 93 se dieron por desaparecidos, pero es probable que quedasen reducidos a cenizas en aquel incendio colosal.

La vía no quedó expedita hasta las 19.40 horas del 17 de noviembre, casi tres días después. Y durante un mes los vecinos de Alcubillas, contratados por Renfe, siguieron recogiendo restos de las víctimas alrededor de los raíles. Muchos fueron enterrados en un pequeño mausoleo, casi una fosa común, levantado cerca de la trinchera, pero el tiempo y la desidia de los dirigentes dejaron aquel recuerdo el único que había de uno de los accidentes ferroviarios más graves de la historia de España completamente abandonado.

El 24 de noviembre de aquel año, un maqui encontró un cuerpo sin vida en el paraje de la Loma de los Garcías. José Lúcar había salido escopetado aquella noche infausta al sospechar que su despiste, totalmente injustificado, iba a resultar letal. Cruzó a su casa, al otro lado de las vías, se despidió de su mujer y su hija, y cogió un revólver. A uno o dos kilómetros de allí, víctima de los remordimientos, se pegó un tiro.

La noticia, un suceso que hoy abriría el Telediario durante semanas, se disolvió rápidamente. De las esquinas de los periódicos a la nada. Santiago Pérez intenta encontrarle una explicación a aquel golpe de la censura. «No sale en la prensa porque ellos (el Régimen) temen que cunda el pánico porque podía ser un sabotaje de los maquis. Además hubo falta de información porque el caso pasó a un juez militar y se impidió su acceso a los periodistas. Cuando se descubre que no es un sabotaje, empieza a filtrarse algún dato». Aquel secretismo ha atravesado dos siglos y, aún hoy, gente como el profesor de Historia Manuel Cortés, de Guadix, sigue encontrando trabas para ahondar en la historia de su tierra, de su gente.


Acceso a Noticia y Fuente Principal


martes, 21 de septiembre de 2021

Puente Ferroviario Curvo Rambla de Escúllar

 El puente sobre la rambla de Escúllar está situado en el kilómetro 192/800 de la línea férrea Linares-Almería, entre las estaciones de Abla y Doña María-Ocaña. La compañía SUR encomendó la contrata del proyecto y construcción de la línea a la empresa francesa Fives-Lille, que se comprometió a terminarla antes del 1 de enero de 1894. Por otro lado, encomendó la supervisión general de la construcción al prestigioso ingeniero de caminos español Rogelio de Inchaurrandieta, que en lo sucesivo actuaría como director técnico. Fue construido entre 1894-1895. Su longitud total es de 191,55 metros, y está dividido en 6 tramos de 31,20 metros cada uno, con vigas "de alma llena". Como la mayoría de los puentes metálicos de la línea, fue reformado durante la década de los setenta, de trazado curvo, responde a la tipología de puente con armadura de tablero superior de estructura metálica triangulada tipo Warren o sistema Eiffel sobre soportes de sillería. Se encuentra dividido en 6 tramos de 31,20 metros a través de 5 pilares rectos ovalados. Fue reformado en la década de los setenta del siglo XX. 



En los tramos curvos del viaducto del Andarax y en el recto de la rambla de Gérgal se utilizaron vigas de celosía tipo Linville, según un modelo estandarizado de Fives Lille ya probado con éxito por la compañía en varios grandes puentes construidos con anterioridad, como el de Rulln sobre el Danubio o de Belgrado sobre el Sava20. Para los viaductos de Huéchar y Escúllar, y en los tramos rectos del Andarax, se optó por vigas con una configuración de inspiración “eiffeliana”, a base de vigas trianguladas en cruz de San Andrés y tablero inferior. Las obras de fábrica de los viaductos se hicieron siempre con sillería soberbiamente aparejada. Las pilas presentan diferencias según los casos, pudiendo diferenciarse entre las que presentan aristas vivas (Andarax, Gérgal) y las de terminación en semicírculo (Huéchar y Escúllar). En cuanto a los estribos, se reducen al mínimo, anunciándose en el de Gérgal la solución de estribos a base de arquerías de medio punto que sería después ampliamente utilizada en los grandes viaductos de la segunda sección 

En 1902 fue protagonista de un accidente como muestran las fotos de época.










Protegido como Inmueble nº 30 del Anexo de la Resolución de 7 de enero de 2004, de la Dirección General de Bienes Culturales, por la que se resuelve inscribir colectivamente con carácter genérico en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz cuarenta y cuatro Bienes Inmuebles pertenecientes al Patrimonio Industrial relacionados con la minería de los siglos XIX y XX en la provincia de Almería (BOJA nº 29 de 12/02/2004).


Fuente: Patrimonio y Turismo Industrial en Andalucía Oriental y autor.

Enlace a Publicación Original: Joaquín Berenguel

jueves, 5 de noviembre de 2020

La Inundación de Ayer

Almería sufrió el 11 de septiembre de 1891 una terrible inundación que dejó cuantiosos daños materiales y víctimas mortales. Por desgracia no fue la única que sufrió, sino un total de 25  en el siglo XIX. 

 Fortuna, tranquilidad, vida; ¡todo, todo se ha perdido en un momento! Era preciso haberlo visto para llegar a comprenderlo. El cielo completamente negro; las nubes despidiendo agua en abundancia verdaderamente aterradora; las calles cubiertas totalmente de agua y flotando como ligeros barquichuelos, colchones, puertas, camas, piedras, sillas… En las casas inundadas, la desesperación y la miseria; en las vías públicas el frío de la muerte y por todas partes ese ruido sordo, majestuoso e imponente del chocar de las olas en una noche de borrasca. ¡Qué horror!.




Mujer protegiendo a un par de niños. Estatua erguida en el último tramo de la Rambla de Almería, construida en 1898 en recuerdo a las víctimas de las inundaciones sufridas por la ciudad el 11 de septiembre de 1891. Conocida como la Estatua de la Caridad


Riada de Santa Teresa

La Riada de Santa Teresa fue la inundación que tuvo lugar el 15 de Octubre de 1879 en la cuenca del río Segura, Murcia, Almería y Alicante. Pero centrémonos en Almería.

La crónica Meridional nos dice que a las 5 de la tarde descargo sobre la ciudad y su término una furiosa tormenta. Las Ramblas de Belén y Obispo salieron de bote en bote y también el río. A las tres y media de la madrugada vuelve a repetirse la tempestad, lloviendo por espacio de una hora con tan extraordinaria violencia que es milagroso que no hayan ocurrido mayores desastres.

La tormenta se cebó con Almería y sobre todo con las localidades de: Huércal Overa, Cuevas de Almanzora, Adra, Vélez Rubio y el Valle del Andarax. Por suerte fueron pocos los fallecidos, aunque no se podría decir lo mismo de los daños materiales.

También nos dice que el agua casi rebasaba los muros de la fábrica del Esparto. Imaginensé que altura llevaría el agua viendo la foto adjunta.

Fábrica del Esparto


Crónica Meridional.




domingo, 1 de noviembre de 2020

Inundación de 1888

Dios Salve a Almería.

La inundación de 1888 se cebó con Almería sobre todo en la comarca metropolitana , provocando numerosos daños a  las vías de ferrocarril Instaladas en los Baños de de Sierra Alhamilla. Como bien indica la Crónica Meridional, traviesas, railes incluso nueve vagones descarrilaron, lanzándolos a gran distancia. Sin duda un día trágico para la provincia sobre todo a lo que respecta, daños materiales.



Descarga Pdf

Descarga Pdf


viernes, 23 de octubre de 2020

Caso Almería

 El caso Almería fue el nombre que recibió el proceso en el que se juzgó a varios miembros de la Guardia Civil por la tortura y el asesinato de tres jóvenes en Roquetas de Mar, el 10 de mayo de 1981.

Antecedentes


A comienzos de la década de 1980, la democracia española española distaba mucho de estar consolidada. El fallido golpe de estado del 23 de febrero evidenció el descontento existente entre algunos altos mandos militares​ (ruido de sables) respecto a la situación de crisis económica y política que asolaba al país, junto con los numerosos atentados ejecutados por la banda terrorista ETA contra miembros de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y la Guardia Civil.

En este sentido, el 7 de mayo de 1981, el grupo terrorista ETA atentó en Madrid contra el teniente general Joaquín de Valenzuela, que en aquel momento era el jefe de la Casa Militar del Rey Juan Carlos I. El ataque se realizó utilizando la llamada «técnica argelina»:​ los dos terroristas seguían en motocicleta al Dodge Dart del Ejército de Tierra en el que viajaba el general. Cuando el vehículo se detuvo en un semáforo, a la altura del número cinco de la calle Conde de Peñalver, la moto se situó a su lado y el acompañante colocó sobre el techo del coche una bolsa que explosionó segundos después mientras ambos terroristas huían.

Como consecuencia de la explosión fallecieron el teniente coronel Guillermo Tevar Seco,​ el suboficial de la Guardia Real Antonio Nogueras García​ y el soldado conductor Manuel Rodríguez Taboada, miembro también de la Guardia Real.​ El general Valenzuela sufrió graves heridas, pero salvó la vida (falleció en 1967​); asimismo resultaron heridos veinte viandantes.

La Detención

En este contexto, el día 8 de mayo de 1981, Juan Mañas Morales, Luis Montero García y Luis Cobo Mier se trasladaban a la localidad almeriense de Pechina, pueblo natal de Juan Mañas, a la celebración de la primera comunión de su hermano Francisco.​ Al pasar por Manzanares el Real sufrieron una avería en su coche y se desplazaron en tren hasta Alcázar de San Juan para dirigirse después a Puertollano, donde alquilaron otro vehículo, un Ford Fiesta de color verde, para poder llegar a su destino.​ Se especula que el dueño de la empresa de alquiler se sintió extrañado por la prisa que tenían los tres viajeros y comunicó sus sospechas a la Guardia Civil por si pudieran ser los terroristas que habían cometido el atentado en Madrid días antes y cuyos retratos robot aparecían en prensa y televisión.

El sábado 9 de mayo llegaron a su destino y al día siguiente se desplazaron a Roquetas de Mar para visitar a otro hermano de Juan Mañas. En esa localidad fueron detenidos a punta de pistola por la Guardia Civil con la intención de trasladarlos a la Comandancia de Almería.​ Al día siguiente aparecieron sus cadáveres, calcinados y con múltiples impactos de bala, dentro del Ford Fiesta, cerca de Gérgal.

La versión oficial de la Guardia Civil indicaba que los detenidos se trasladaban a Madrid dentro de su propio vehículo, conducido por un guardia y vigilados por otro en el asiento del copiloto. Que a la altura del kilómetro 8,350 de la carretera de Gérgal los tres detenidos agredieron al conductor del vehículo, el cual saltó del coche como también hizo el otro guardia. El mando de la comitiva, el teniente coronel Carlos Castillo Quero, que circulaba detrás en otro coche, detuvo la caravana y ordenó disparar al Ford Fiesta que cayó por un terraplén envuelto en llamas sin que ninguno de los once guardias civiles que escoltaban el traslado pudiese hacer nada para sofocarlas.

El Proceso

El juicio por la muerte de los tres jóvenes se inició el 14 de junio de 1982 en la Audiencia Provincial de Almería. El fiscal calificó los hechos como constitutivos de delito de homicidio y pidió en su escrito de conclusiones la pena de 42 años de prisión para el teniente coronel Carlos Castillo Quero y 27 años de prisión para los otros dos acusados.

La sentencia que puso fin al proceso se dictó en julio de 1982.​ Declaró probado que el teniente Castillo y sus hombres torturaron hasta la muerte a los tres detenidos en un cuartel abandonado llamado Casafuerte y que posteriormente, y con el fin de intentar eliminar evidencias, despeñaron su vehículo por un terraplén, le dispararon numerosas veces y le prendieron fuego.

El teniente coronel de la Guardia Civil Carlos Castillo Quero fue condenado a veinticuatro años de prisión mayor como autor de tres delitos de homicidio. El teniente Manuel Gómez Torres y el guardia Manuel Fernández Llamas fueron condenados por los mismos delitos a quince y doce años de prisión respectivamente, con la atenuante de obediencia debida. Al mismo tiempo, la sentencia impuso a los condenados la obligación del pago de una indemnización de cuatro millones de pesetas a las familias de cada una de las víctimas.





sábado, 30 de mayo de 2020

Desastres en la Provincia de Almería en el SIglo XIX


INUNDACIONES EN LA PROVINCIA DE ALMERÍA DURANTE EL SIGLO XIX

AÑO
LUGAR
CARACTERÍSTICAS- DAÑOS
1814
ALMERÍA
AVENIDA DE LA RAMBLA
1824
ADRA
AVENIDA DEL RÍO.  ALCAZABA AFECTADA
1823
ADRA
TEMPORALES, RIADAS
1829
ALMERÍA
VEGA AFECTADA
1830
ALMERÍA , ADRA
AFECTADAS LAS VEGAS. SE PERDONA LA CONTRIBUCIÓN DURANTE 10 AÑOS
1836
CUEVAS
NEVADA
1843
DALÍAS
TORMENTA
1851
ADRA
AVENIDA DEL RÍO. BUEYES ARRASTRADOS
1853
ADRA
TEMPORAL EN EL MAR
1854
H.OVERA
TORMENTA DE PEDRISCO
1856
ADRA
DESBORDAMIENTO DEL RÍO
1860
ALMERÍA
TEMPORAL EN EL MAR. AFECTADAS LAS MURALLAS DE LA CHANCA
1861
ADRA
DESBORDAMIENTO DEL RÍO. FORMACIÓN DE PANTANETAS INSALUBRES
1866
ADRA
TEMPORAL.  RUINAS EN COSECHAS
1871
ANDARAX, CUEVAS, ALMANZORA, ALMERÍA
RIADAS Y DESBORDAMIENTOS. PERDÓN DE CONTRIBUCIONES
1879
RIADAS. LLUVIAS. INUNDACIONES
1881
ADRA
AVENIDA DEL RÍO. SE ROMPEN LAS DEFENSAS CONSTRUIDAS EN 1879
1882
ADRA
VEGA DESTROZADA POR EL RÍO
1884
CUEVAS
SUBIDA DEL RÍO. POBLACIÓN AISLADA
1888
RIADAS. DERRUMBE CASAS.  PUENTE DESTROZADO
1891
RIADAS. CASAS DERRUIDAS
1895
ADRA
HURACAN DESTROZA CASAS Y BARCOS
1896
H. OVERA, PULPÍ
TEMPORAL ARRANCA ÁRBOLES
1898
ADRA, CUEVAS
TORMENTAS
1904
H.OVERA
LLUVIAS TORRENCIALES



SEQUÍAS EN LA PROVINCIA DE ALMERÍA DURANTE EL SIGLO XIX

AÑO
LUGAR
CARACTERÍSTICAS - DAÑOS
1825-1829
ALMERÍA

1845- 1850
H.OVERA, V.RUBIO
HAMBRE. EMIGRACIÓN
1849
ADRA, DALÍAS
SE PIERDE 1/3 DE LA COSECHA
1851
ALMERÍA
HAMBRE
1854-1855
ALMERÍA

1859-1861
H.OVERA
EMIGRACIÓN
1875-1879
ALMERÍA, ADRA, BERJA, CANJAYAR, CUEVAS, H.OVERA,PURCHENA, SORBAS, VERA, V.RUBIO
HAMBRE. EMIGRACIÓN
1889
ADRA, H.OVERA


EPIDEMIAS EN LA PROVINCIA DE ALMERÍA DURANTE EL SIGLO XIX
FECHA
EPIDEMIA
LUGAR
AFECTADOS
1812
FIEBRE AMARILLA
VERA, VÉLEZ RUBIO

1819
FIEBRE AMARILLA
ROQUETAS, VÍCAR

1829
SARAMPIÓN
ROQUETAS, DALÍAS
400 MUERTOS
1834
CÓLERA
VÉLEZ RUBIO,
ADRA,
DALÍAS,
ALMERÍA, ROQUETAS, H. OVERA
400 MUERTOS
561 MUERTOS
600 MUERTOS
1835
FIEBRES TIFOIDEAS
ADRA

1844
VIRUELA
SARAMPIÓN
DALÍAS
ROQUETAS, VÍCAR
350 MUERTOS
1850
FIEBRES TIFOIDEAS
DALÍAS
22 MUERTOS
1854
CÓLERA
ALMERÍA, H. OVERA

1855
CÓLERA
DALÍAS
H. OVERA
VÉLEZ RUBIO, ADRA, CANJÁYAR, NACIMIENTO, VÍCAR, ALMERÍA,
ROQUETAS
400 MUERTOS
105 MUERTOS
VARIOS MUERTOS

MUERE 3% POBLACIÓN
1858
FIEBRES TIFOIDEAS
DALÍAS
22 MUERTOS
1860
CÓLERA
CÓLERA
CÓLERA
CÓLERA, VIRUELA
ADRA
VÍCAR
ALMERÍA
H. OVERA
AFECTADA 1/3 POBLACIÓN


84 MUERTOS
1862
CALENTURAS
ADRA
500 AFECTADOS, 4 MUERTOS
1865
CÓLERA
VÍCAR

1866
VIRUELA, SARAMPIÓN
ROQUETAS

1868
FIEBRES TIFOIDEAS
ROQUETAS

1869
TIFUS
H. OVERA

1870
TERCIANAS
VÍCAR

1880
CÓLERA
ALMERÍA

1884
CÓLERA
DALÍAS

1885
CÓLERA
VÉLEZ RUBIO
PECHINA
VIATOR
H. OVERA
ADRA, ALMERÍA
300 VÍCTIMAS
99 VÍCTIMAS
56 VÍCTIMAS
1891
VIRUELA
H. OVERA

1897
VIRUELA
H. OVERA

1903
FIEBRES TIFOIDEAS
ALMERÍA




PLAGAS EN LA PROVINCIA DE ALMERÍA DURANTE EL SIGLO XIX

AÑO
LUGAR
PLAGA
1815
ALMERÍA
LANGOSTA
1833
H. OVERA
PAULINA (TRIGO)
1845
ROQUETAS
LANGOSTA
1846
ADRA, ROQUETAS, VÍCAR, ALMERÍA
LANGOSTA
1854
H. OVERA
FILOXERA. OIDIUN
1855
H. OVERA
LANGOSTA
1858
ALMERÍA PROVINCIA
LANGOSTA
1867
ROQUETAS
LANGOSTA
1869
ROQUETAS
LANGOSTA
1876
H.OVERA
LANGOSTA
1889
H.OVERA
LANGOSTA
1902
ALMERÍA PROVINCIA
LANGOSTA



TERREMOTOS EN LA PROVINCIA DE ALMERÍA DURANTE EL SIGLO XIX

FECHA
LUGAR
11-03-1803
ALMERÍA
1804
ALMERÍA, BERJA, ROQUETAS, DALÍAS, ADRA, ALCOLEA, CANJÁYAR
22-07-1822
ALMERÍA
13-10-1851
ALMERÍA
13-01-1854
FIÑANA
23-10-1857
ALMERÍA
23-10-1858
ALMERÍA
22-09-1860
ALMERÍA
15-10-1861
ALMERÍA, ADRA
17-10-1861
ALMERÍA, ADRA
1863
H. OVERA, ADRA, CUEVAS
10-01-1864
H.OVERA
12-01-1864
H.OVERA, VERA
1865
CUEVAS
19-12-1883
ALMERÍA
15-07-1884
ALMERÍA, CUEVAS
02-12-1885
ALMERÍA
31-12-1886
ALMERÍA
11-08-1888
VERA
21-03-1893
CUEVAS, H.OVERA
12-06-1894
NACIMIENTO
18-06-1894
H.OVERA
01-09-1894
H.OVERA
1910
ADRA
1912
OCAÑA
05-03-1932
VÍCAR



ENTRADAS MÁS VISTAS