domingo, 20 de junio de 2021

Puente Vaquero de Turre

Un breve resumen de la primera carretera entre Los Gallardos y Turre cuenta la historia de cómo se construyó la AL150 por primera vez en la década de 1920. En 1914, cuando media Europa marcharon hacia la guerra, se tomó la decisión de construir una carretera que uniera Garrucha y Los Gallardos. Hasta entonces, la mayor parte del tráfico se había realizado junto al ferrocarril minero que unía las minas de Bédar y el puerto de Garrucha, pero este no llegaba cerca de ningún núcleo de población, por lo que se abandonó esta ruta. En su lugar, se decidió mejorar una vía existente que pasaba por Turre y los centros de población cercanos, incluidos los tres famosos molinos a lo largo del Río Antas , que molían grano en harina para los pueblos cercanos. La Diputación de Almería prometió 30.000 pts el 12 de agosto de 1914 y se inició la planificación. No todo fue sencillo.


Los propietarios de las tierras por las que pasaba la carretera se negaron inicialmente a permitir que los trabajadores ingresaran a sus tierras hasta que recibieran el dinero de las expropiaciones. Esto significó que los trabajadores fueron enviados a casa (no remunerados) mientras continuaban las negociaciones, aunque se les dio garantías de trabajo que les permitieron negociar créditos con las tiendas locales . Un diario local informó que un portavoz de los trabajadores se quejó “ no nos pagan en metal, sino en vales, que no todos los comercios aceptan; y los que sí nos cobran una cantidad exorbitante por sus bienes. Y si cambiamos los vales por moneda fuerte, nos vemos obligados a utilizar comercios locales que nos cobran una comisión mínima del 10%. Y además, denunciamos que el Director de Obras, don Diego Cervantes García, que debe expedirnos mensualmente nuestros trámites obligatorios, nos cobra una comisión informal de 1pts cada uno para hacerlo. “Obviamente, el viejo Diego tenía una gran estafa, y la prensa negativa no pareció detener el abuso!

El Puente Vaquero está construido con una sorprendente piedra arenisca dorada. Enormes bloques tallados en la ladera de la montaña. Se excavaron canteras específicamente para el puente, cuyos restos aún se pueden ver. La piedra fue excavada en el suelo, moldeada y transportada en carretas de mulas hasta las obras del puente. A pesar de este arduo y peligroso trabajo, parece que se produjeron pocos accidentes; de hecho, el Puente Vaquero es conocido como tal por la sencilla razón de que la única persona que murió en la obra se llamaba Vaquero, y con su muerte bautizó el puente. Patrimonio Arquitectónico de Interés Histórico Artístico..

Reparaciones del puente:

Los cimientos del puente se han reforzado con cantos rodados y escombros de una tonelada.

El famoso puente de Turre estaba en "grave peligro" de colapso después de que sus cimientos fueron socavados. El agua que brotaba sobre la presa debajo del Puente Vaquero había excavado tanta tierra que un ingeniero de carreteras de alto nivel había advertido informalmente al ayuntamiento de Turre que el puente de un siglo podría colapsar sin previo aviso. La Consejería de Medio Ambiente ha admitido que Turre podría haber sido “cortado en cualquier momento” tal fue el daño en los cimientos, pero que el puente “ahora estaba seguro”.

Hoy día el Ayuntamiento, lo ha reforzado en su asiento en el lecho del Rio y ha colocado una plataforma Hormigonada para evitar el deterioro de las bases de sus Pilares, también lo ha dotado de unas escaleras ? quizás para que pueda ser visitado?...



Info : David Jackson.

Fotos : J.Berenguel.

martes, 8 de junio de 2021

Conjunto Hidráulico La Peinada

 El sistema de la Peinada constituye el conjunto hidráulico más complejo del municipio de Huércal de Almería. En aceptables condiciones de conservación, complejo sistema hidráulico creado con el doble fin de extraer agua del subsuelo y remontar la misma hasta cotas más elevadas de la finca. Se encuentra formado por dos grupos de estructuras correspondientes a distintas etapas, entre las que, la construcción del Canal de San Indalecio a finales del siglo XIX, marca el hito histórico diferencial.



 El primer grupo de infraestructuras está formado por dos norias a sangre, un acueducto sobreelevado y los correspondientes canales. La primera noria, situada sobre una plataforma levantada sobre muros de piedra, profundizaba en el subsuelo a fin de extraer el agua y colocarla, además, a una cota superior a la rasante del terreno. Para ello se utilizaba una noria de hierro o “de rosario”, como lo atestigua una de las ruedas todavía conservada en la finca. El agua era vertida en un canal en el que llama la atención el arco apuntado de cantería de la primera compuerta. El canal, de unos 130 m de largo, conduce hasta una balsa circular sobre la que se construye un imponente tambor de mampostería con cubierta plana, reforzado por contrafuertes, que sostendrá la segunda noria. Esta extraía el agua, por el mismo sistema que la anterior, sobre elevándola otros 6 metros más, aproximadamente. Desde la plaza de la noria, el agua extraída, por el continuo caminar en círculo de la pobre bestia, era vertida sobre el canal de un robusto acueducto en cuya embocadura presenta un doble aliviadero cerámico hacia la rampa de acceso. 


Este acueducto, cuya planta experimenta un doble quiebro (como si quisiera huir de ser fagocitada por la autovía, a cuyo domino ha quedado reducida) presenta tres tramos consecuentes de 3, 1 Y 8 arcos de medio punto respectivamente, que descienden en altura a medida que se acercan a la ascendente superficie topográfica hasta alcanzar la cota más alta de riego de la época. Una rampa ubicada en la cara norte del conjunto permite el ascenso de bestias y personas a la plataforma superior. Con la llegada de la motorización, ambas norias son sustituidas por motores, por lo que el andén de las bestias de la noria alta se extiende hasta cerrar casi por completo la parte superior de la estructura, dejando solo el hueco de la conducción de bombeo. Los arcos correspondientes a los tramos primero y segundo se encuentran cegados por una consolidación de finales del siglo XX. 



Con la construcción del Canal de San Indalecio, la finca vive un importante relanzamiento y reordenación. Para ello se traza un gran brazal que circula junto al acueducto, por el norte, taladrando uno de los contrafuertes del tambor de la noria, para llenar una balsa rectangular, hoy semienterrada, desde la que se regaba la parte baja de la finca. 




Fuente: Ayuntamiento de Huercal de Almeria.

Fotos de: Joaquín Berenguel  y del ayuntamiento de Huércal de Almería.

Torre - Fortaleza de Felíx

 La torre monumental, de aspecto castrense, constituye el elemento más interesante del conjunto. Nunca estuvo definida claramente su antigüedad, estimada para algunos como torreón - alminar de la primitiva mezquita, mientras otros datan su construcción a comienzos del siglo XVI . Según el informe histórico - artístico de la Consejería de Cultura (Junta de Andalucía) de 1987 para declararla " Bien Cultural " dice  que " La antigüedad del torreón se desconoce, pero parece tener un origen árabe formando parte del conjunto religioso - militar de la mezquita del siglo XVI , del templo original que sufrió la restructuración de la nave principal a principios del citado siglo".


 En la torre se aprecian dos cuerpos : el principal de mayor altura en forma trapezoidal. En la parte interior de estos muros se conservan (cegadas actualmente por fuera)  las aspilleras  y vanos primitivos para la defensa. El segundo cuerpo de la torre ( campanario actual) , hasta mediados del siglo XX conservó su techo originario plano, rodeado de muro almenado. Ante el progresivo deterioro, se procedió por los años 50 del siglo XX a su reparación , siguiendo un proyecto del arquitecto Langle, inspirado en el clásico mudéjar. La nueva techumbre del torreón se resolvió con tejado a cuatro aguas, presentando cada fachada dos vanos similares en arco de medio punto, de los que solamente están dotados de campanas los dos que dan sobre la plaza en la fachada del poniente.


Fuentes : "Félix : En torno a su vieja historia"

Autor: D. Luis López Navarro,

Conjunto Hidráulico de las Calabazas

 El Conjunto hidráulico de las Calabazas constituye un pequeño museo abierto sobre los cambios tecnológicos vividos en el municipio, con motivo del crecimiento de la necesidad de agua para el cultivo de la uva de mesa. Desde norias de tracción animal, pasando por la llegada del Canal de San Indalecio, hasta la construcción de los primeros pozos eléctricos, son elementos que se hacen visibles en la finca. 



Conjunto de dos sistemas de norias de extracción de agua subterránea. El situado a levante corresponde a una antigua noria de sangre levantada sobre un gran tambor de mampostería, con releje, de unos 10 m de diámetro, que presenta diversas ventanas y puerta al este. En etapa posterior a su construcción el andén de la noria se cubre totalmente con un forjado de bovedillas sobre pilares de hormigón, al cambiarse el sistema de extracción a un motor de corriente eléctrica. Para ello se adosa una caseta-torre de transformador, permaneciendo el pozo en centro de la noria. Se traza entonces una nueva tubería, hoy sobre pilares de hormigón (posiblemente sustituta de otra anterior) que llevará el agua a la balsa circular de unos 18 m de diámetro, situada a 30 m. la cual presenta contrafuertes y coronación de bloques de hormigón. Una pequeña balsilla se aloja entre caseta y tambor. El segundo sistema, situado a unos 170 m al norte del anterior, está formado por una gran plaza de noria, hoy cegada, con restos de uno de los pilares de soporte del dintel, la cual vertía el agua a una balsa de unos 19 m de diámetro y escasa profundidad, situada al lado., no descartándose que la actual configuración de la misma haya sustituido a otra anterior. Posteriormente se construye un pozo con alto brocal troncocónico que, accionado por un motor eléctrico, vertía el agua la misma balsa mediante un tubo elevado. Este pozo, levantado en mampostería, presenta 2 leves escalonamientos, encontrándose abierto lateralmente por un vano de arco escarzano de ladrillo y desagües bajos. Una gran galería abovedada de desagüe, descubierta en unos 100 m, abierta mediante una arqueta rectangular (aparentemente destinada a ser cubierta para explanar la finca) corta el terreno entre ambas norias hasta desembocar en el la rambla de las Calabazas. 



Diversas canalizaciones que salen de noria y balsas se distribuyen por la zona. Gran espacio agrícola llano del pie de sierra de Gádor, hoy abandonado, estructurado mediante sólidos sistemas de riego. En cota inferior se ubica el Cortijo y corrales de Las Calabazas con gran balsa rectangular en la margen izquierda de la rambla, la cual se recoge en registro propio como Balsa del Cortijo las Calabazas. El Conjunto hidráulico Las Calabazas es representativo de los distintos avatares y evolución tecnológica vivida en esta zona con el fin de dar respuesta a las necesidades de agua para el riego de la sucesión de cultivos vivida en la misma durante los siglos XIX y XX. Se inicia a mediados del siglo XIX con el crecimiento del cultivo de la uva de Ohanes para la exportación, excavándose norias para extracción del agua mediante tracción animal. Con la llegada del Canal de San Indalecio, en los años 80, este entorno ve reforzada su capacidad productiva, si bien este cruza la finca en una cota media, siendo perceptible mediante 2 lumbreras. La llegada de la electricidad a principios del siglo XX, favorece la “industrialización” del sistema, sustituyéndose la tracción animal por motores eléctricos, excavándose el pozo del conjunto norte. Finalmente, en la segunda mitad del siglo XX se realizan importantes obras en las instalaciones para mejor aprovechamiento del agua. Espacio singular del antiguo secano, convertido con enorme esfuerzo en un vergel hoy abandonado. En cota inferior corta el terreno el Canal de San Indalecio.







Fuente: Ayuntamiento Huércal de Almería

Fotos: Joaquín Berenguel

lunes, 7 de junio de 2021

Castillo de Overa o Santa Barbara

El Castillo de Overa Santa Barbara es una de las piezas arqueológicas medievales más interesantes de la provincia, compuesto por población, Castillo, Alcázar y Torre, situada en la Pedania de Santa Bárbara, junto a la población, sobre una colina a la izquierda del Río Almanzora. El castillo árabe de Santa Bárbara se construyó en el siglo XIII, y fue más importante que el de Huércal. Su importancia radica en que, por su magnífica posición geográfica, es capaz de comunicarse opticamente con los antiguos castillos de Cantoria, Purchena, Huércal-Overa, Serón y Zurgena, por eso su función era la de guardia y protección contra el avance cristiano. La población que se creó en Santa Barbara como ampliación de la fortaleza fue muy próspera en tiempos de los árabes gracias a que tenían a su disposición las aguas del Río Almanzora. Lo que actualmente queda del castillo son los restos de una alta torre cuadrada alta y las ruinas que se extienden desde la torre principal hasta cien metros hacia el oeste. Entre escombros se encuentran las señales de muros muy gruesos, suelos empedrados, viviendas y aljibes enterradas. Es de propiedad privada.











Bibliografía: Motos Guirao, E., Fortificaciones del Reino nazarí en el sector oriental de su frontera : la zona de los Vélez. III Congreso de Arqueología Medieval. 1998.
Sánchez Sedano, Pilar, "Arquitectura musulmana en la provincia de Almería", Instituto de Estudios Almerienses, 1988,.
Jiménez Esteban, E., Aljibes hispano-musulmanes de Almería. Revista Castillos de España, nº 98 (1989).

Fotos: Joaquín Berenguel

Cortijo la Almazarilla

 El Cortijo La Almazarilla es uno de los más representativos del esplendor agrícola decimonónico del municipio de Huércal. Ubicado en zona histórica de regadío, fue levantado en el último tercio del siglo XIX, habiendo vivido las épocas del esplendor uvero y de la naranja. Cortijo señorial de estilo ecléctico, de apreciables dimensiones, de dos alturas, con planta en “L”, y con cubierta plana. Junto al mismo se levanta una segunda construcción, de una planta, dedicada a almacenes. El edificio principal presenta 4 planos de fachada enmarcados por pilastras decorativas en las esquinas, un zócalo de cantería y una faja superior que da paso a la cornisa. Llaman la atención las semicolumnas toscanas de las esquinas de la planta baja del plano de fachada avanzado. El conjunto consta de dos cuerpos separados por una gruesa moldura, en los que se abren diversos balcones, tanto en la planta superior como en la inferior, encontrándose todos los vanos, recercados por molduras y coronados por arcos segmentados. De las fachadas al sur, la principal se encuentra retranqueada presentando puerta central noble de mayor tamaño. Todos los huecos de esta fachada presentan guardapolvos sobre los arcos y clave resaltada. Los dos balcones de la planta baja, que flanquean la puerta, se encuentran enrejados por reja rehundida en un solo plano, mientras que los correspondientes a la primera planta presentan rejas resaltadas en la parte superior. La fachada avanzada presenta una puerta igualmente flanqueada por dos balcones. Estos 3 vanos carecen, curiosamente, de clave resaltada ni guardapolvos dando una menor categoría a las estancias. Sin embargo, en la primera planta de esta fachada se localiza el balcón noble, con repisa soportada por modillones, barandilla con chaflanes, y decorado como se ha expuesto para la primera fachada. El plano de fachada perpendicular de transición presenta otro balcón más pequeño y de menor enjundia. Finalmente, la fachada de levante presenta dos vanos nobles unidos por un largo balcón corrido soportado por modillones de cantería, protegido por barandilla. En esta fachada se localizan, igualmente, tres ventanas de servicio. Una terraza ocupa toda la cubierta, estando protegida por barandillas ancladas a plintos, y donde destaca el subidero cilíndrico. El cortijo se encontraba en pleno espacio agrícola con un huerto-jardín frontal y antiguos naranjales, ya abandonados, siendo bañado por el noroeste por la acequia madre con sus cañaverales en recesión. Se encuentra protegido del camino por un alto muro de piedra con una cancela de dos hojas, ancladas a los restos de una portada de cantería que ha perdido gran parte de sus bloques. A unos 50 metros al sur aparecen ya las urbanizaciones del reciente crecimiento de la población.






Texto: Ayuntamiento de Huercal de Almeria

Fotos de: Joaquín Berenguel y Ayuntamiento de Huercal de Almeria

Cortijo de Villa Rosa

Villa Rosa fue uno de los más potentes cortijos uveros del Bajo Andarax. Junto con su cortijo de carácter historicista llaman la atención el enorme acueducto y su balsa de riego.

Construcción de planta rectangular de una altura con cubierta plana, levantada sobre un pequeño cerro que fue allanado en la parte superior. Se encuentra parcialmente rodeada por una gran terraza que se encuentra sustentada por muro de mampostería. El acceso principal corta el muro mediante una escalinata, existiendo una segunda en el lateral sur. Las fachadas, de sencilla factura, se encuentran enmarcadas por zócalo bajo, pilastras en esquinas y faja superior con cornisa simple. La principal presenta puerta central con una ventana a cada lado recercadas en ladrillo, con arco segmentado algo apuntado. Por su parte, la fachada lateral norte se abre mediante cuatro vanos, de los cuales los más orientales son puertas y los situados al oeste son ventanas de distintos tamaños. Todos ellos presentan arco de medio punto, encontrándose recercados en ladrillo. Finalmente, la fachada sur que presenta un módulo avanzado, careciendo de ornato en los adintelados vanos. Una segunda construcción dedicada a servicios se levanta en la parte trasera del cortijo, junto con una torre paisajística almenada. En la parte norte se encuentra una enorme balsa de riego servida por un potente acueducto, de los cuales se hace ficha específica como Acueducto y Balsa de Villa Rosa. Al frente, en el margen de la carretera, se conserva la cancela de la cerca exterior, formada por dos pilares con remate, que reciben a las dos hojas de barrotes metálicos. En el dintel aparece en recorte el nombre del cortijo: “Villa Rosa”, entre agradable decoración floral. El espacio agrícola abandonado domina el entorno sur y este, mientras que los antiguos jardines ocupaban el frente del cortijo hasta la cerca de la carretera. Un interesante pinar ocupa la margen izquierda de la rambla de las Calabazas, en la finca. La gran capacidad del sistema de riego de este cortijo demuestran las grandes inversiones que tuvieron que hacer los terratenientes de la comarca a finales del siglo XIX, para poder responder a las expectativas generadas por el crecimiento de la exportación de uva de mesa, en un medio con recursos hídricos muy limitados.












Fuente: Ayuntamiento Huercal de Almeria

Fotos: Joaquín Berenguel

ENTRADAS MÁS VISTAS