Villa Rosa fue uno de los más potentes cortijos uveros del Bajo Andarax. Junto con su cortijo de carácter historicista llaman la atención el enorme acueducto y su balsa de riego.
Construcción de planta rectangular de una altura con cubierta plana, levantada sobre un pequeño cerro que fue allanado en la parte superior. Se encuentra parcialmente rodeada por una gran terraza que se encuentra sustentada por muro de mampostería. El acceso principal corta el muro mediante una escalinata, existiendo una segunda en el lateral sur. Las fachadas, de sencilla factura, se encuentran enmarcadas por zócalo bajo, pilastras en esquinas y faja superior con cornisa simple. La principal presenta puerta central con una ventana a cada lado recercadas en ladrillo, con arco segmentado algo apuntado. Por su parte, la fachada lateral norte se abre mediante cuatro vanos, de los cuales los más orientales son puertas y los situados al oeste son ventanas de distintos tamaños. Todos ellos presentan arco de medio punto, encontrándose recercados en ladrillo. Finalmente, la fachada sur que presenta un módulo avanzado, careciendo de ornato en los adintelados vanos. Una segunda construcción dedicada a servicios se levanta en la parte trasera del cortijo, junto con una torre paisajística almenada. En la parte norte se encuentra una enorme balsa de riego servida por un potente acueducto, de los cuales se hace ficha específica como Acueducto y Balsa de Villa Rosa. Al frente, en el margen de la carretera, se conserva la cancela de la cerca exterior, formada por dos pilares con remate, que reciben a las dos hojas de barrotes metálicos. En el dintel aparece en recorte el nombre del cortijo: “Villa Rosa”, entre agradable decoración floral. El espacio agrícola abandonado domina el entorno sur y este, mientras que los antiguos jardines ocupaban el frente del cortijo hasta la cerca de la carretera. Un interesante pinar ocupa la margen izquierda de la rambla de las Calabazas, en la finca. La gran capacidad del sistema de riego de este cortijo demuestran las grandes inversiones que tuvieron que hacer los terratenientes de la comarca a finales del siglo XIX, para poder responder a las expectativas generadas por el crecimiento de la exportación de uva de mesa, en un medio con recursos hídricos muy limitados.
Fuente: Ayuntamiento Huercal de Almeria
Fotos: Joaquín Berenguel