lunes, 7 de junio de 2021

Acueductos de El Cancón

Los acueductos de El Cancón conforman una curiosa pareja de puentes levantados sobre el barranco, de tres arcos de medio punto pareados, que combinan distintos aparejos como son la mampostería, el ladrillo y la cantería en una sola obra, fruto de las vicisitudes que atravesó el Canal de San Indalecio, del que forman parte. Conjunto de dos acueductos paralelos y solidarios entre sí, levantados en mampostería, con tres vanos de arco de medio punto cada uno. El situado a poniente, que sobresale en altura al gemelo, presenta dovelas y base de canal en piedra de cantería. En la actualidad da servicio tan solo en su parte sur, estando abierto por una compuerta en el centro que actúa como aliviadero al barranco. El situado a levante, de mayor desarrollo vertical por presentar el arranque de las pilas en un escalón inferior, presenta rosca de ladrillo en el vano central y dovelas de cantería en los laterales. Espacio de transición entre el ámbito agrario y la zona industrial de la carretera nacional, en este caso ocupado por una fábrica de productos químicos. El acueducto oeste, de mayores dimensiones, forma parte del Canal de San Indalecio, una importante obra de ingeniería realizada a partir de 1875, para poner en regadío grandes terrenos “innovados” de la margen derecha del río Andarax, dentro del proceso de crecimiento de la exportación de uva de embarque en la provincia de Almería. El acueducto oeste, de mayores dimensiones, forma parte del Canal de San Indalecio, una importante obra de ingeniería realizada a partir de 1875, para poner en regadío grandes terrenos “innovados” de la margen derecha del río Andarax, dentro del proceso de crecimiento de la exportación de uva de embarque en la provincia de Almería. El acueducto del lado este es de construcción más reciente, formando parte del Canal de Santa Joaquina, el cual, partiendo del partidor del Boliche de Benahadux discurre paralelo al Cauce de San Indalecio para, tras regar la finca de José Palenzuela terminar en la balsa de Briseis, situada unas decenas de metros al sur.

Una alteración del perfil del canal obligó a la construcción de un nuevo acueducto ligeramente más alto que el anterior, dando lugar a la actual pareja solidaria.







Fuente.- Ayuntamiento Huercal Almeria

Fotos de: Joaquín Berenguel

domingo, 11 de abril de 2021

García de Villarroel

 García de Villarroel.  (Guadix, 1530 - Almería, 1585). Militar.

      Pertenecía a una rama de la casa de los Benavides, al igual que los condes de Santisteban y marqueses de Jabalquinto. Sus padres, vecinos de Guadix, fueron Martín de Benavides, tercer señor de Albuñán, y Elvira de Villarroel y Quiñones, hija del Adelantado de Cazorla, García de Villarroel, de quien recibió el nombre y apellido.

      En 1563 llegó a Almería como gobernador militar de la ciudad y su partido, y capitán de las dos compañías asentadas en la ciudad, una de infantería (90 soldados) y otra de caballería (40 lanzas o escuderos), con salario de 125.000 maravedíes al año. Sucedía en el cargo a su suegro y tío, Juan de Villarroel, descendiente del Adelantado de Cazorla y veedor general de la Armada, quien le había cedido las compañías como parte de la dote (10.000 ducados) de su hija Beatriz de Villarroel, fallecida tempranamente a finales de 1564, y que estaban valoradas en 8.000 ducados. El matrimonio tuvo un hijo llamado Juan de Benavides Villarroel, que casó con Juana de Benavides Bazán, hija de Juan de Benavides, señor de Jabalquinto.

      García de Villarroel tuvo una destacada actuación militar, sirviendo en la desastrosa batalla de Mostagán (1558), donde fue cautivado y rescatado por 1.000 ducados y, especialmente, en la dirección militar de la ciudad de Almería y su partido, siendo protagonista de primer orden en la Guerra contra los moriscos. Como máximo responsable militar de Almería, su misión básica fue la defensa de la ciudad, a la que sorprendió la sublevación morisca muy desguarnecida. Además, la ciudad era uno de los objetivos principales de los moriscos sublevados, pues podía convertirse en cabeza de puente entre el Reino de Granada y el mundo turco-berberisco del norte de África.

      Su actuación bélica propiamente dicha se produjo durante el año de 1569. La primera acción se inició muy pronto: en la madrugada del 2-I-1569 destruyó un grupo de moriscos asentados en el cerro de El Chuche (Benahadux), donde pereció el propio cabecilla morisco Brahem el Cacis. Pocos días después (19-I), tuvo lugar la batalla de Felix, dirigida por el marqués de los Vélez, Luis Fajardo, con su ejército de milicias murcianas; la acción de Villarroel no pasó de ser una desafortunada anécdota, pues quiso adelantarse al propio Marqués, pensando que “podría robarles (a los moriscos) antes que el marqués llegase”, según relata el cronista Mármol Carvajal, pero se encontró una fuerte resistencia y tuvo que buscar refugio en el campo del Marqués, retirándose a Almería. Durante los días 1 y 2 de febrero, y bajo la dirección de Francisco de Córdoba, que había llegado a Almería para dirigir su defensa, intervino en el asalto a Inox (al oeste de Níjar), lugar donde se había refugiado un gran número de moriscos que pretendían embarcarse hacia el norte de África. Mármol Carvajal titula expresivamente este asalto como el “negocio de Inox”, pues el botín de Guerra ascendió, según él, a 500.000 ducados, cifra no lejana a la realidad, porque se capturaron 2.450 esclavos (básicamente mujeres y niños) y una enorme cantidad de bienes (joyas, ganado, seda,...). La última operación militar de cierta importancia que protagonizó Villarroel, junto con su hermano mayor Cristóbal de Benavides, que había acudido a Almería al mando de una compañía de 300 soldados de Baza, fue la cabalgada de Huécija, llevada a cabo el 25-VII-1569, festividad de Santiago Apóstol, donde se esclavizaron 54 mujeres y muchachos.

     En 1570, cuando la Guerra estaba terminando, sus operaciones se redujeron a algunas cabalgadas menores: dos a Cabo a Gata, una a Dalías y otra a la taha de Marchena. Tras la Guerra, intervino militarmente en la reducción de los moriscos, repartió, junto con el auditor Navas de Puebla, a niños moriscos con carta de soldada a personas de Almería, y se encargó de todo lo referido al embarque de los moriscos por el puerto almeriense con destino a Sevilla (1-XI-1570). Como capitán, Villarroel fue uno de los mayores beneficiados en la adquisición de esclavos moriscos de guerra, empleándolos en trueque con comerciantes para su propio aprovisionamiento y el de sus tropas: en una sola operación saldó las deudas contraídas con el mercader Pedro de Moguer con la entrega de una partida de 24 esclavos por valor de 324.852 maravedíes.

      Cronistas y documentos retratan a García con una personalidad férrea, de mano dura, aplicando la tortura, partidario de la rápida acción armada, conflictivo (se enfrentó con el cabildo municipal y con Francisco de Córdoba), intolerante y antimorisco. Un “halcón”, en palabras de Nicolás Cabrillana. Su táctica militar fue esencialmente la rápida cabalgada en busca de botín y de destrucción total del enemigo, empresa en la que colaboró todo tipo de población civil, artesanos, regidores o clérigos. Pero fue efectivo en la salvaguardia de la ciudad y, sobre todo, de sus hombres. Él mismo confesaba que durante la Guerra había confiscado, para servicio de sus tropas más de 15.000 ducados, tanto a moriscos como a cristianos viejos e instituciones. Tras 22 años al mando de la defensa de Almería, fallecido por gota (26-IV- 1585), siendo sustituido (1-XI-1586) por el capitán Íñigo de Guevara y de la Torre.

Aunque nació en Guadix este hombre jugo un papel importante sobre todo en la Rebelión de los Moriscos en nuestra provincia. Merece ser recordado por sus batallas en la que intervino como la, Batalla de Felix, Asalto a Inox, Cabalgadas de Huécija, Cabo de Gata, Dalías y taha de Marchena entre otras.


Fuente : Dipalme.Org

martes, 30 de marzo de 2021

Yacimiento las Cumbres

 Yacimiento calcolítico posiblemente relacionado con la Cultura de los Millares, donde se observan en superficie vestigios de varios túmulos  perfectamente alineados  tipo tholos. El yacimiento fue descubierto por el equipo de Argárica en Marzo de 2021  y posteriormente  fue puesto en conocimiento a las autoridades competentes. Este yacimiento amplia el conjunto de yacimientos posiblemente relacionados entre sí como el de los Callejones 1 y Callejones 2.







Fotos: David Téllez

domingo, 28 de marzo de 2021

Horno de cal de Tortosa

 Horno de cal de planta cuadrada en buen estado de conservación. Junto a él se encuentra un pequeño almacén adosado.










Fotos: David Téllez

Yacimiento el LLano

 Yacimiento en la localidad de Gádor.  Justo debajo del mismo se encuentran 5 Cuevas - Silos  Medievales documentadas por Lorenzo Cara Barrionuevo. A la espera de más información. 










Fotos de: David Téllez

domingo, 28 de febrero de 2021

Mezquita de Velefique

Los restos conservados de la mezquita medieval de Velefique corresponden al alminar, que se encuentra embutido en el centro del muro del cementerio actual. Se trata de una torre cuadrada con escalera de caracol interior y núcleo central interior, con una altura de unos 8 metros. P. Cressier, en su informe sobre su última campaña de prospección (1989), describe las características del monumento y corrige la interpretación que daba M.P. Sánchez Sedano. El resto de la mezquita está hoy ocupada por el cementerio. P. Cressier, en el mencionado informe, avanza algunas hipótesis sobre las dimensiones y estructura del conjunto. Se trata de un monumento único, con un gran interés científico y valor cultural. 











Fotos de: David Téllez

miércoles, 24 de febrero de 2021

Cenotafio de la Garrofa

 El 14 de agosto de 1936 hubo un fusilamiento en el lugar, a mano de milicianos del Frente Popular. Un total de 28 personas de entre 20 y 62 años de edad fueron asesinadas. Sus cuerpos fueron luego arrastrados por lanchas mar adentro, ya que tal acto no contaba con la autorización del gobernador Peinado Vallejo, tras lo que emergieron de nuevo junto a la desembocadura del Río Andarax. Hoy existe una gran cruz de cemento en un promontorio del lugar a modo de monumento de recuerdo a las víctimas, donde a día de hoy es objeto de polémica al celebrarse homenajes de corte fascista. 



domingo, 24 de enero de 2021

Pingurucho

 Monumento dedicado a los Mártires de la Libertad, también conocido como Pingurucho.

El 6 de Agosto de 1924, un grupo de liberales conocidos como los Coloraos y provenientes de Gibraltar, llegaron a las costas de Almería para rebelarse contra el absolutismo de Fernando VII y poder establecer así la Constitución de 1812.  

Anteriormente a este hecho, se produjo otro intento de restauración liderado por una pequeña expedición de 65 voluntarios con el  coronel Francisco Valdés a la cabeza.  Zarparon desde Gibraltar con destino a Almería, pero un fuerte viento de levante impidió el viaje y tuvieron que retroceder hasta Tarifa, donde fueron apresados tras asaltar el Presidio de Santa Catalina, y posteriormente fusilados.


Volviendo al comienzo, estos liberales conocidos como los Coloraos, por sus uniformes de color rojo de la Marina Real británica, fueron fusilados 18 días después cerca de la plaza de toros y enterrados en una fosa común. 

Originalmente, se construyó un pequeño mausoleo en el cementerio de San José, pero durante la revolución de 1868 se acordó la construcción de un monumento más significativo que recordara el evento. Así, el 22 de octubre del mismo año, se empezó a construir en la Puerta de Purchena una columna de piedra, similar pero diferente a la que hoy conocemos. Se inauguró oficialmente dos años más tarde. Debido a unas reformas en la citada plaza de la ciudad, el monumento fue desplazado a la Plaza de la Constitución en 1898.

Hacia mayo de 1943 se preveía la visita del general Francisco Franco a la ciudad de Almería, a pronunciar su discurso en España amanece. El por entonces alcalde de la ciudad, Vicente Navarro Gay, decidió destruirlo para evitar que el Caudillo diera su discurso frente a un monolito liberal y constitucionalista.

En 1984 se comenzó la reconstrucción del monumento, cuyo coste ascendió a 48 millones de pesetas, siendo inaugurado el 24 de agosto de 1988. Alberga una altura de 17,30 metros de altura y un peso de 179.000 kilos de mármol blanco de Macael.

Hoy día forma parte del patrimonio almeriense siendo un símbolo de libertad. 


viernes, 8 de enero de 2021

José María Rubio Peralta

 José María Rubio Peralta ,  (Dalías, 1846 - Aranjuez, Madrid, 1924). Eclesiástico. 

  Religioso y santo. Fue el mayor de 13 hermanos, hijos del matrimonio de Francisco Rubio Maldonado y Mercedes Peralta y Góngora, pertenecientes ambos a familias arraigadas en la localidad. De su vida en Dalías destacó por lo estudioso que era y su afición a la Oración.

      En 1875, tras aprobar el examen de ingreso en Berja, se matriculó en el Instituto; un año más tarde decidió, a sugerencia de un tío suyo que era canónigo, ingresar en el Seminario de Almería, donde estudió un año de Humanidades y otro de Filosofía, destacando por su buen humor. A la muerte de su tío (1879) se trasladó a Granada para continuar los estudios eclesiásticos. En esta ciudad le apadrinó y protegió su profesor, el canónigo Joaquín Torres Asensio, del que dependerá 21 años, hasta la muerte de éste. Al trasladarse Joaquín a Madrid, José María marchó con él y en el Seminario diocesano de Madrid terminó sus estudios, ordenándose sacerdote el 24-IX-1887. Un mes más tarde cantó su primera misa en la colegiata de San Isidro y lo hizo en el altar en el que San Luis Gonzaga sintió su vocación a la Compañía de Jesús. De inmediato se le nombró coadjutor de la parroquia de Chinchón durante nueve meses, donde comenzó su trabajo con los más pobres y necesitados, a la vez que empezó a tener fama de santo. De Chinchón pasó a Estremera, cerca de Guadalajara, como párroco, y continuó adquiriendo gran fama como hombre bueno, que se caracteriza por una vida de intensa oración y ayuda a pobres y enfermos, dando cuanto tenía a los demás. Antes de que amaneciera, corría el joven sacerdote a la iglesia parroquial para orar y dedicaba largas horas a la catequesis. Débil de carácter y muy generoso, apenas se preocupaba de los asuntos económicos. Se dejó convencer por su protector, en contra de su voluntad, para presentarse a oposiciones de canónigo de Madrid y suspendió, pero se quedó en la capital de España como profesor de latín del Seminario. En 1897 obtuvo el grado de doctor en Derecho Canónico en Toledo, grado que se guardó en el bolsillo sin mostrarlo nunca a nadie, sino para el ejercicio de su oficio de notario en la Vicaría de Madrid. En esta época confió en secreto a sus amigos su deseo de ser jesuita, que no pudo realizar por deferencia a Joaquín. Cayó enfermo, lo que le obligó a dejar la docencia y fue destinado como capellán de las religiosas Bernardas, en la iglesia del Sacramento, hoy sede de la Vicaría Castrense. Comenzó a trabajar con los más pobres en los barrios populares de Madrid, con obreras, impartiendo catequesis y enseñando oración, colaborando con las religiosas reparadoras e, incluso, buscó trabajo a los traperos.

      En 1906 murió su protector, Joaquín Torres, y, tras su muerte, se sintió libre para realizar su sueño de ingresar en la Compañía de Jesús, incorporándose al noviciado de Granada. No se había hecho jesuita antes por respeto a su protector, que se oponía. Concluido el noviciado, estudió durante un año Teología y tuvo una experiencia pastoral en Sevilla. Tras la tercera probación en Manresa, sus superiores le destinaron a Madrid, a la Casa Profesal, donde pasará el resto de su vida. Su extraordinaria actividad apostólica, desde la residencia de la calle de la Flor, le hizo enseguida ser buscado y admirado por todo el mundo, a pesar de su sencillez, su aire un poco retraído y de carecer de las cualidades humanas de sus brillantes compañeros, que no acertaban a explicarse el éxito de José María Rubio. Humanamente hablando, su elocuencia era un desastre, pero sus sermones cautivaban a la gente. Sus actividades se multiplicaban: Guardia de Honor, Apostolado de la Oración, Marías de los Sagrarios, escuelas, misiones, confesionario, consultas, monasterios, predicación, publicaciones y mil actividades. Su lugar preferido de apostolado serían las calles y suburbios de Madrid; sus predilectos, los más pobres; y su método, contar también con la eficacia humana. Incorporado definitivamente a la Compañía con sus últimos votos (2-II-1917), no obtuvo el grado de profeso de cuatro votos de los jesuitas, sino el de coadjutor espiritual. No hizo valer que era doctor en Derecho Canónico, ni habló nunca de esta humillación, debido a que no había hecho el examen ad gradum que exigía la orden para pertenecer al grupo selecto de los profesos de cuatro votos.

      Siendo él encargado de la dirección de la Guardia de Honor, cuyo fin era propagar el culto y devoción al Sagrado Corazón de Jesús, disfrutó de su máximo logro: que en mayo de 1919 el rey Alfonso XII consagrara el Sagrado Corazón en el cerro de los Ángeles. Toda su vida se basó en este sencillo lema: “Hacer lo que Dios quiere y querer lo que Dios hace”. El confesionario y el púlpito fueron los pivotes sobre los que giró todo su trabajo apostólico. Adquirió gran fama como predicador y aún más como confesor, teniendo una grandísima aceptación entre los fieles que formaban largas colas ante su confesionario. Su oratoria era sencilla y natural, limpia y digna, pero siempre impregnada de fervores que trasmitía a sus oyentes. Por su incansable y duro bregar en las tareas apostólicas mereció el sobrenombre de Apóstol de Madrid, como lo calificó el obispo Leopoldo Eijo Garay y con el que popularmente se le conocía. Era una persona sencilla y profunda al mismo tiempo, de temperamento retraído, serio y hasta tímido. En 1904 peregrinó a Tierra Santa, un viaje de profunda emoción religiosa.

      En la capital de España su fama de hombre santo que gozaba de dones místicos no dejó de crecer, pero su principal labor siguió ejerciéndola en los barrios más pobres, principalmente en la Ventilla, donde los movimientos revolucionarios encendían ya a la clase obrera. Fundó escuelas, predicó la palabra de Dios y formó cristianos comprometidos con los más necesitados. Fue consejero de Luz Casanova, fundadora de las Apostólicas de Jesús. Esta profusa vida y sus labores terminarían por deteriorar su salud, agotándolo físicamente. A finales de abril de 1929 fue trasladado enfermo al noviciado de Aranjuez, muriendo el 2 de mayo.

      Tras la muerte, en 1944, se le atribuye oficialmente el primer milagro. En 1953 su cuerpo es trasladado desde el cementerio de Aranjuez a Madrid, a la iglesia de los jesuitas de la calle Serrano. En 1945 se inició el proceso que a la postre llevaría a su santificación. Por decreto (12-I-1984) de Juan Pablo II, en reconocimiento a la heroicidad de sus virtudes, le declaró Venerable y, el 6-X-1985, le proclamó Beato. Finalmente, en mayo de 2003, el Papa lo santificó en Madrid, siendo el primer santo de Almería. Con motivo de la canonización, la Diputación de Almería le concedió, a título póstumo, la medalla de oro de la provincia. En su pueblo natal, Dalías, la alcaldesa le ofrecía la medalla de oro y brillantes de la localidad y le otorgaba el título de Daliense Universal en 1985.

      Es digno de destacar la devoción que existe por San José María, en Dalías, fruto de la cual ha surgido la Venerable Hermandad Sacramental del Padre Rubio, cuyo objetivo primero y principal es la difusión de su vida y obra. En la iglesia parroquial de la localidad existe una capilla dedicada al santo y un oratorio en su casa natal.





Fuente: Dipalme.Org

martes, 5 de enero de 2021

Cubato Ferroviario de Santa Fe de Mondújar

 Una buena parte de la Historia mas reciente fue el desarrollo del Ferrocarril. En algunas estaciones ferroviarias podemos observar unos grandes depósitos construidos con diferentes materiales y que hoy día son elementos de  Decoración en algunas Estaciones de Almeria y Provincia. Me refiero a los Cubatos o Depósitos de Agua y Aguadas, elementos imprescindibles para la explotación ferroviaria en el pasado. 

Una Aguada o Grúa de agua es una infraestructura ferroviaria utilizada para alimentar grandes cantidades de agua a los depósitos de las Locomotoras de Vapor o a los Vagones Ténder de una Locomotora . Como las Locomotoras de Vapor consumían grandes cantidades de agua, las Aguadas se convirtieron en un elemento fundamental en las Estaciones, situándolas generalmente al final de los andenes.






ENTRADAS MÁS VISTAS