A la entrada de Rioja, justo donde la vega del río Andarax comienza a abrirse entre los naranjales, se alza un monolito de piedra que mira al horizonte. Es el Monumento a la Comarca del Bajo Andarax, también conocido como “Origen de Civilizaciones”.
No es solo una escultura: es una declaración de identidad. Un símbolo que recuerda que estas tierras, bañadas por el Andarax, han sido hogar de pueblos y culturas desde hace miles de años. Íberos, romanos, árabes… todos dejaron aquí su huella, y el monumento quiere rendir homenaje a esa historia compartida.
Fue inaugurado durante una de las celebraciones del Día de la Comarca del Bajo Andarax, cuando los siete municipios que la integran —Benahadux, Gádor, Huércal de Almería, Pechina, Rioja, Santa Fe de Mondújar y Viator— se reúnen para celebrar lo que los une: el río, la tierra y una historia común que viene de lejos.
El monolito, sencillo y elegante, parece brotar del suelo como si siempre hubiera estado allí, una piedra que simboliza la continuidad entre el pasado y el presente. Desde su base se puede ver el valle, el río serpenteando y los campos de cítricos que hoy siguen dando vida a la comarca.
Quien se detiene unos minutos frente a él puede sentir lo que representa: una tierra que ha visto nacer civilizaciones, crecer pueblos y evolucionar generaciones enteras, siempre alrededor del agua del Andarax.





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