Durante el siglo XI, el aumento de la población de Almería obligó a extender el área murada por la zona situada a levante.
Este hecho se resolvió a través de una nueva muralla que arrancaba aproximadamente del punto medio de la Alcazaba y descendía por "la Hoya" dividiéndola en dos, bajando desde el Baluarte del Espolón de la Alcazaba y atravesando la depresión hasta unirse al extremo del Cerro de San Cristóbal. Esta muralla lineal entre los dos cerros, denominada "de la Hoya" o "de Jayrán", fue construida entre los años 1012 y 1028, reforzada a lo largo de su recorrido con torres cuadradas.
Ya en la cima del Cerro de San Cristóbal, la muralla se reforzaba con una serie de torres de sillarejo y de planta redonda, de cronología incierta, que se relaciona con la conquista de la ciudad de Almería en la época de Alfonso VII. Así, el cerro, conocido como Yabal Laham, posee un sistema defensivo compuesto por varias torres de sillarejo y de planta ultra circular, que se van adosando unas a otras protegiendo la cortina de la Hoya, destacando en ella la puerta de acceso a la Almudaina, con una fachada septentrional de construcción ciclópea con una gran piedra como dintel y que da acceso a la EEZA.
Para la restauración de los torreones derruidos tras la contienda del siglo XII, se reutilizaron bolaños que se encontraban por el suelo y se han encontrado cruces de posible origen templario grabadas en la argamasa utilizada.
Murallas de Jayrán. |
Puerta de la Almudaina. |
Fotos: David Téllez
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