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miércoles, 15 de enero de 2025

Ángel Ortiz de Villajos

 Ortiz de Villajos Cano, Ángel (Adra, 1898 - Guadarrama, Madrid, 1952). Músico.

      Músico-compositor. Formación musical temprana gracias a la decisiva preparación que recibió de su madre. Con 5 años compuso un vals sencillo y a los 7 dio su primer recital de violín. A los 18 años llega a Madrid con un compromiso fundamental: prepararse para el ingreso en la Escuela de Ingenieros de Caminos, siguiendo con ello una tradición familiar de arquitectos e ingenieros. Con su flamante título de bachiller y su violín bajo el brazo, se incorpora inmediatamente al mundo musical de Madrid: se matricula en el Conservatorio de Música para estudiar con los profesores Tomás Bretón (composición), Conrado del Campo (armonía) y Antonio Fernández (violín); actúa como violinista y da recitales en distintos salones de la alta sociedad madrileña, a los que tiene acceso y de los cuales se encuentran reseñas en los ecos de sociedad de algunos periódicos de la época.

      Hombre inquieto, dotado de una gran simpatía natural (la sal andaluza que le acompañó hasta el final de su vida), ingresó rápidamente, no en la Escuela de Caminos, sino en los círculos y tertulias artísticas que tanto abundaban en el Madrid de aquellos días. Se pone en contacto con poetas y letristas que, más adelante, iban a ser sus colaboradores literarios: Alfonso Jofre de Villegas, Álvaro Retana, Mariano Bolaños y otros.

      A. Retana, en su Historia de la canción española dice que, al estrenar Ángel Villajos en el teatro Olimpia, de la madrileña plaza de Lavapiés, una revista frívola, protagonizada por la estrella “Preciosilla” (Manolita Tejedor), renunciaba definitivamente a la ingeniería. La revista se titulaba La mansión de los dioses, y a ella se fue Villajos “buscando diosas que le cantaran sus producciones”. Alcanzó la revista 98 representaciones. En 1921 hizo oposiciones al cuerpo de Telégrafos, siendo destinado a Málaga, pero pronto lo trasladan a Madrid y allí abre academias para dar a conocer sus canciones. Ofreció numerosos recitales de violín y fue acompañado por el pianista Cubiles. La producción musical del maestro Villajos se realiza por dos caminos: canción andaluza o canción española y los cuplés y charlestones. Tras los éxitos de sus revistas se entregó definitivamente al mundo de la composición.

      En 1925 contrae matrimonio con una joven andaluza, Carmen Valero, y tiene 3 hijos: Carmen, Ángel y Pilar. En este año de su matrimonio es cuando le viene la fama y, a partir de aquí, se le conoce como el Maestro Villajos. En 1926 inicia sus colaboraciones en el nuevo arte cinematográfico y compone doce poemas musicales para la película Amapola, cuyo tema argumental tiene por escenario la ciudad de Granada: Las Cuevas del Sacromonte. La Cachucha. De este año es también el danzón Allá en la Habana. En 1927 compone pasodobles como Su majestad el mantón, además de los chotis titulados Castigador y Calle de Maipú. En 1928 Pastora Imperio estrenó el pasodoble Cuna cañí, uno de los éxitos mundiales de Villajos. Después lo cantaría Lola Flores e Isabel Pantoja en Yo soy ésa.

      En el mundo musical español Villajos fue uno de los introductores de los ritmos foráneos y frívolos del «charlestón», debido a la amistad que profesaba al médico Federico Utrera, persona afable y amante del baile, quien, habiendo viajado por América, dio a conocer a Villajos un nuevo ritmo de moda que causaba auténtica exaltación entre los jóvenes. En realidad, lo que el joven médico abderitano había evocado y transmitido a su amigo compositor eran los ritmos musicales y los movimientos del "charlestón" que estaban en boga por el continente americano. Villajos se inspiró en el testimonio de su amigo Utrera y compuso su primer charlestón: Lency. Lo estrenó con gran éxito en 1926.

      A partir de esta fecha Villajos compuso más de treinta charlestones entre los que figuran los títulos más populares: Madre cómprame un negro (1928), que hacía alusión a los negros que venían a España para enseñar a bailar el charlestón; Al Uruguay (1929), que se refiere a la llegada a España del Dr. Asuero, que curaba enfermedades tocando el nervio trigémino de la nariz; Ven con la cafetera (1929), charlestón que saca a relucir la moda de la tos poniéndola en solfa; Anda chinito (1930), con alusión a los chinos que se veían por Madrid; Yo quiero un auto (1932), en él se explota el tema del automóvil y se vuelve una referencia tópica con ambiente de niñas y niños de familia bien. Tanto españoles como extranjeros quedaron entusiasmados por aquellos ritmos afro-americanos.

      Los años treinta son la época de oro del compositor abderitano: triunfa con la canción andaluza y los pasodobles. En un auténtico renacimiento del género, Canta guitarra, pasodoble lleno de alegría y de elegancia, de sentimiento castizo español, se convirtió en uno de los mayores éxitos internacionales logrados en su carrera artística. Su popularidad hizo que incluso lo cantaran los soldados en el frente durante la Guerra Civil. La letra es de Mariano Bolaños y Alfonso Jofre de Villegas. Obtuvo un triunfo nacional e internacional con El niño de las monjas, sobre todo en Argentina, donde es ya una especie de himno popular. De este mismo año es Al son de mi pasodoble, otro éxito del compositor abderitano. Villajos acentúa el sentimiento de la canción andaluza y dota sus melodías de una ardorosa espiritualidad. En 1931 siguió componiendo, considerándole como el precursor de la canción andaluza. En 1934 conceden el Premio de Honor del Concurso de Canciones Regionales, celebrado en el Teatro Coliseo de Madrid, a su composición Amores lagarteranos. Villajos lo interpretó al piano y lo cantó su hija Carmen (7 años). A partir de esta fecha compuso varias obras: pasodobles, tangos, fox-trot, javas, el vals ¡Qué guapa estás María! (1940), Leyenda mora, la farruca Magnetismo, Fantasía onubense (para guitarra), el pasodoble Hechizo cordobés, Alma moruna.

      La característica esencial de su obra musical es el andalucismo, el sentimiento andaluz, que fundamenta la mayor parte de su éxito. Su música, de gran elegancia melódica, con ese sabor típico de Andalucía y su amor a la tierra que le vio nacer, ha traspasado las fronteras y sigue recibiendo el favor del público por una producción fecunda que constituye un patrimonio cultural de un pueblo y un país. En la S.G.A.E. se cuentan 1.133 obras suyas. Ángel Ortiz de Villajos perteneció a la Sociedad como consejero y, anteriormente, a la Sociedad de Autores de Variedades. También fue miembro del Círculo de Bellas Artes.

      En 1943 Estrellita Castro estrenó en el Teatro Calderón de Madrid su último gran éxito: La luna enamorá, canción andaluza por bulerías, llena de poesía. Esta canción la han cantado distintos artistas: Los Bocheros, Angelillo, que la estrenó en Argentina, Elsa Baeza y, actualmente, El Consorcio. Varias composiciones del Maestro Villajos han sido llevadas al cine: Charlestón; Niñas, al salón; Y después del cuplé; Santander, la ciudad en llamas; Las cuatro bodas de Marisol; Los nietos de D. Venancio; La luna enamorada...

      En 1947 Villajos fue destinado a la estación de telégrafos de Guadarrama como jefe de negociado de 1ª clase y, el mismo día que cumplía 54 años, moría. Sus restos descansan ya en la tierra que le vio nacer y que ha dado su nombre a una calle y una plaza de Adra, figurando su nombre también en una calle almeriense.


Brotons Bernal

Mª. Carmen

Fuente: iealmerienses


Juan Lirola Gómez

Juan Lirola Gómez (Adra, Almería, Andalucía) 1829 -Almería 1894), fue un político español que llegó a ser alcalde de Almería.

Juan Lirola es en gran parte artífice político del despegue económico y de infraestructuras que la ciudad de Almería vivió a finales del siglo XIX, al amparo del auge en la industria minera y de la exportación de la uva.

Vinculado desde siempre al cultivo de la uva de mesa, a principios de 1860 se instala en la capital almeriense y empieza a trabajar con la empresa Spencer y Roda, una de las más importantes de la época en la provincia, dedicada a la exportación de uva, esparto y mineral.

Miembro del Partido Liberal y amigo del también político almeriense Carlos Navarro Rodrigo, fue alcalde de Almería en tres ocasiones, entre 1881 y 1888. En su trabajo político destacó la renovación y ensanche burgués del centro urbano de la ciudad (obras entre las que cabe citar la apertura de nuevas calles o la ampliación del entonces Paseo del Príncipe desde la altura de la calle Lachambre hasta la Plaza Circular), la introducción de los acerados de Portland y la creación de las primeras redes de agua potable desde Alhadra, inexistentes aún en la ciudad.

Promovió también la feria y fiestas patronales (celebradas desde entonces durante la segunda quincena de agosto, en honor a la Virgen del Mar) y consiguió que el Ministerio de Fomento dispusiera la creación de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos.

Tuvo también un papel enormemente destacado en el fomento de las infraestructuras de transporte de la capital, participando en la comisión que defendió ante el Gobierno la construcción del ferrocarril Linares-Almería y como presidente en la junta de obras que remodeló el puerto comercial.

Por fin, fue fundador y primer presidente de la Cámara de Comercio de Almería, que comenzó a funcionar a finales de 1886.

Fuente: Wikipedia

José Fernández Campos

Fernández Campos, "Richoly", José (Adra, 1920 - Almería, 1995). Concertista y profesor de guitarra.

      Segundo de los hijos habidos en el matrimonio de Salvador y Gádor, pronto hubo de marchar con su familia a la vecina Berja, dónde su padre se hizo cargo de una carnicería. Éste estaba considerado como el mejor guitarrista y bandurrista de toda La Alpujarra y de él heredó su pasión por el instrumento de las seis cuerdas. Socialista militante, al producirse el alzamiento rebelde de 1936, el joven Richoly se incorporó a las filas de la República interviniendo, entre otros frentes, en la batalla del Ebro. Concluida la incivil guerra fue acusado de “rebelión militar” y condenado a muerte por un tribunal militar. Pena capital conmutada por la de cadena perpetua, sufriendo a cambio años de prisión en penales de Santander y Oviedo. De aquellas fechas se cuenta que adquirió una mayor formación musical debido a las enseñanzas de un sacerdote y del director de la cárcel de Santander.

      A su regreso a Almería, tras una breve estancia en su Adra natal, se incorporó a la Obra Sindical de Educación y Descanso gracias a los buenos oficios del “camarada” López Lupiáñez, responsable de sus cuadros artísticos y valedor providencial en tan difícil coyuntura personal. El Teatro Apolo le valió de domicilio antes de ingresar como funcionario en el negociado de Rentas y Urbanismo del Ayuntamiento de la capital.

      Desde el inicio de los cincuenta de la pasada centuria, Richoly desarrolló una positiva actividad al frente de los coros y danzas de Sección Femenina y de Educación y Descanso en funciones de director, primer guitarrista y arreglista de temas para ser bailados. De entonces son sus versiones del Fandanguillo de Almería, Si vas pa la mar, Farruca y Guajira (a Richoly pertenece la melodía del Fandanguillo de Gaspar Vivas que difunde el reloj del Ayuntamiento). Las giras por España y escenarios de América, Europa y África se suceden al tiempo que da lecciones de guitarra (sus alumnos se cuentan por cientos) en su academia-tienda de la calle Hernán Cortés, colegios y centros de enseñanza; creando a la par diversas rondallas de pulso y púa. O, a título de anécdota, iniciando en los secretos de la “sonanta” a actrices y actores (Brigitte Bardot, Ringo Starr, Sean Connery, Anthony Quinn o Yul Brinner) que acuden a rodar a Almería al calor de su esplendorosa industria cinematográfica.

      El espaldarazo social le vino de manos de Celia Viñas: en abril de 1951 la añorada profesora de Literatura presentó su primer concierto solista en la Biblioteca Pública Francisco Villaespesa, en el que interpretó obras de Sors, Albéniz, Granados y Tárrega. A éstos sumaría, en recitales siguientes, partituras de Bach, Monty o Schuman. En 1973 creó la Agrupación y Quinteto Manuel de Falla y, al año siguiente, -en unión de los hermanos Francisco Luis y Jesús Miranda- el Trío Richoly, una de sus iniciativas más gratificantes; posiblemente su época dorada tras los inicios flamencos más humildes. Con el Trío grabó dos LP de gran calidad: Primero (1982) y Música para tres guitarras (1986). Su última aportación discográfica sería dirigiendo (1989) el álbum Música Popular de Almería, editado por la Diputación Provincial.

      Una enfermedad neurodegenerativa minó su salud y le apartó de los diferentes frentes guitarrísticos en que se hallaba embarcado. Actividad en la cual honradez y generosidad fueron tan reconocidas como su liderazgo y maestría. La Federación Provincial de Peñas Flamencas le impuso su Medalla de Oro; la Diputación Provincial le nombró Almeriense del Año y el Ayuntamiento le rindió homenaje por partida triple: otorgándole el Escudo de Oro, rotulando una calle de la ciudad a su nombre y colocando (octubre de 2005) su busto en bronce en la plaza de la Administración Vieja.


Sevillano Miralles

Antonio


Fuente: Iealmerienses



José Tovar y Tovar

Tovar y Tovar, José (Adra, 1800 - Almería, 1858). Político.

      Político liberal. José Tovar y Tovar nació en Adra el 12 de junio de 1802. Posiblemente su bautismo castrense obedece a su ascendencia militar, descendiente de Luis de Tovar, capitán de la fortaleza de Adra que murió en la defensa de la villa durante el Asalto Turco de 1620. Su residencia en Adra la combina con largas temporadas en Alhabia, donde su tío José Antonio Tovar Fernández ejercía como cura y vicario. En esta ciudad contrajo matrimonio, el 6 de abril de 1822, con María de los Dolores García Alonso, de 29 años de edad, cuando José Tovar no había cumplido aún los 20 años.

      Su apuesta decidida por el liberalismo y por las sucesivas intentonas de restaurar la Constitución de 1812 marcaron su vida política y su postura social. La primera actividad política de este liberal doceañista se remonta a 1821, meses antes de su boda, en pleno Trienio Liberal. Ese año es elegido como uno de los electores de Almería para contribuir con su voto a la elección de diputados provinciales. En ese momento Tovar es un liberal moderado que participa representando a Almería en las elecciones de diputados a Cortes que se celebran en Granada el 2 de diciembre de 1821.

      Tras la victoria de los ejércitos absolutistas y la suspensión de la Constitución de 1812, José Tovar vive en 1824 en Alhabia siendo uno de los mayores propietarios. A pesar de su buena situación personal y familiar, decide jugarse su fortuna y su propia estabilidad participando de lleno en la primera intentona liberal contra el gobierno de Fernando VII, conocida como la “Insurrección de Los Coloraos”. Tovar contacta con los exiliados liberales que se habían refugiado en Gibraltar y prepara desde la Taha de Marchena una fuerza militar terrestre, de apoyo a una invasión por mar. El asalto a Almería fracasa por la escasa colaboración y, desde la ciudad, hace que la expedición se retire. En la huida la fuerza rebelde se divide. Los que optan por la retirada en barco son todos apresados y fusilados el 24 de agosto. El resto de la fuerza de tierra se dispersó, sufriendo una encarnizada persecución por parte de las fuerzas absolutistas. José Tovar se retira a Alhabia, su pueblo de residencia, junto con 90 seguidores. Sus amigos liberales ocultan la verdadera filiación política de Tovar y acuerdan que éste entre a trabajar como secretario del ayuntamiento de la localidad.

      Pero la tranquilidad dura hasta el final del verano, cuando se presenta el comandante Ballesteros en la comarca con una columna de 200 hombres, acompañado de otros 200 realistas de Alhama la Seca. Esta fuerza recorre todos los pueblos apresando a todos los que fuesen acusados por algún vecino, de haber tomado parte en la intentona liberal. La mayoría de los liberales escondidos o que disimulaban sus simpatías son hechos prisioneros. Tovar consigue escapar escondiéndose en el monte para vivir durante cuatro años acosado por las partidas absolutistas. En 1828, el extremismo absolutista se modera algo. Tovar decide aprovechar la coyuntura y se entrega buscando un juicio. Al final es absuelto, a cambio de pagar una gran suma de dinero por su libertad y por la de un total de 700 encausados, originándole casi la ruina económica. Además, Tovar quedaba inhabilitado de manera absoluta de poder obtener empleo alguno y de representar cargo político alguno.

      El golpe de suerte que Tovar necesita se produce con la muerte de Fernando VII, en septiembre de 1833, y la necesidad de apoyo liberal que tiene la regente, María Cristina. Esta situación será aprovechada por los liberales más exaltados, que tratan por todos los medios buscar el momento propicio para la vuelta a la Constitución de 1812 o de otra constitución que garantizase libertades similares. Durante el verano de 1835, las medidas restrictivas y dubitativas de la reina María Cristina desesperan a los liberales. Ello provoca que durante el mes de agosto de ese año se inicien en Andalucía una serie de pronunciamientos liberales que pretenden forzar al Gobierno a restablecer la Constitución de Cádiz como norma fundamental de convivencia. Con el apoyo de la Milicia Nacional se organiza en cada una de las provincias una Junta Gubernativa. Estas juntas acaban independizándose del poder central, deciden no reconocer el Estatuto Real y exigen la vuelta de la Constitución de 1812. En el caso de Almería, la Junta Gubernativa Provincial pretende aprovechar la coyuntura para completar el proceso de independencia de la provincia de Granada y lograr una autonomía plena. Esta Junta Provincial nombra, además, los dos representantes que asistirían a la reunión de la Junta Central de las Andalucías, formada por los representantes de cada una de las juntas provinciales. Fueron elegidos José Salamanca y José Tovar y Tovar, que en ese momento ocupaba el cargo de oficial primero del Gobierno Civil de Almería.

      La Junta Central puso en marcha un ejército de 16.000 hombres que se dirige a La Mancha para hacer frente al ejército del Gobierno de Madrid. No hubo enfrentamiento, ya que las fuerzas gubernativas se pasan al ejército de la Junta. Tras este éxito negociador aparente, la Junta Central se disuelve el 19 de octubre de 1835 en Andujar, siendo José Tovar uno de los miembros firmantes. Entre 1836 y 1837 la Constitución de Cádiz vuelve a estar vigente hasta la promulgación de una nueva constitución en 1837. Las elecciones a Cortes Constituyentes se celebran a primeros de octubre, resultando elegido como diputado José Tovar, como uno de los cinco representantes de la circunscripción de Almería. Tovar formó parte del Congreso en las Cortes Constituyentes de 1836, que dieron comienzo el 17 de octubre de ese año y finalizaron el 4 de noviembre de 1837, con la aprobación de la nueva constitución. La legislatura concluye el 4 de noviembre de 1837 y con ella el escaño de Tovar en el Congreso de los Diputados. A partir de este momento se abre un periodo de victorias de los liberales moderados sobre los progresistas, que se prolongará hasta mediados de 1840. Tovar participa en las elecciones de 1838 y 1839 en su condición de diputado provincial, sin conseguir escaño al congreso. El 11 de enero de 1840, José Tovar era diputado provincial y aceptó el cargo de primer teniente de alcalde del Ayuntamiento presidido por Ramón Algarra.

      El 2 de diciembre de 1840, una vez que las aguas de la política han vuelto a su cauce y la situación se ha tranquilizado, José Tovar se convierte en Jefe de la empresa de guardacostas y de la sal, en representación de su antiguo amigo y compañero de Junta Central de Andalucía, José Salamanca, tomando en arrendamiento las salinas y aduanas de la provincia. Salamanca había conseguido en 1839 el monopolio de la sal durante cinco años, cosa que le dio grandes beneficios. En 1841 se presenta a las elecciones, pero no obtiene los votos necesarios para ser nombrado senador, quedando en el quinto lugar de los más votados. En ese momento y a partir del 19 de febrero, José Tovar es alcalde 2º del Ayuntamiento almeriense, cesando en este puesto el 1 de enero de 1842. Durante su mandato realiza una exposición al Regente Espartero pidiendo una condecoración “a favor de los que concurrieron a la desgraciada empresa que en 1824 acometieron un corto número de valientes patriotas con el objeto de restaurar la libertad nacional, para cuyo efecto acompaña un modelo y que se le autorice para esculpir la cruz que propone en el frontispicio del mausoleo en que reposan las cenizas que los que perecieron víctimas de aquel arrojo, haciéndose extensiva dicha gracia a todos los que tomaron parte en el mencionado hecho y a los que le protegieron, con tal de que no hubiesen desmerecido por su conducta posterior”. En agosto Espartero accede a la petición del Ayuntamiento almeriense promovida por Tovar, concediendo una cruz de distinción para los que se hallan en los casos expresados, autorizando a la misma para esculpir aquella en el sitio que designa.

      El 27 de mayo de 1843 José Tovar concurre al Cabildo abierto como empleado. El 10 de octubre de ese año vuelve a ser diputado provincial llamado por Joaquín de Vilches y, el 22 de octubre, presenta un notable informe sobre la división de la provincia en distritos electorales. El abderitano permanecerá como diputado provincial hasta diciembre de 1843. Participa este verano en la defensa de Granada contra el asedio de las tropas del Regente General Espartero y al lado de las fuerzas sublevadas de los generales Prim, Serrano y Concha. Como subteniente de la Compañía de Granaderos del Batallón de la Milicia Nacional se pone al mando de una columna de voluntarios que sale desde Almería y logra poner fin al asedio de Espartero. La intervención de la Milicia Nacional al mando de Tovar hace que la provincia de Almería se gane el respeto y la admiración de la nación en la defensa de las libertades. En septiembre, el Gobierno concede a Almería el título de “Decidida por la Libertad”, por el auxilio de Tovar a las fuerzas que en Granada estaban situadas, por las tropas de Espartero. Esta popularidad momentánea le valdrá a Tovar ser llamado a la Diputación por Vílchez en el otoño de 1843. A comienzos de octubre Almería está gobernada por una Junta Provincial en la que participan Tovar, Llanos y Jover, entre otros, con el apoyo y control de la Milicia nacional. Pero el Gobierno provisional que ha vencido a Espartero envía tropas al mando de Diego de los Ríos, que desarman a la Milicia nacional y provoca la fuga de muchos de los miembros de la Junta Revolucionaria. Durante los años en los que se aplica en Almería el proceso de Desamortización de los Bienes Eclesiásticos, aprobada por el ministro Mendizábal como medida para hacer frente a la supresión de los diezmos, desde 1838 a 1849, encontramos a José Tovar como uno de los mayores compradores de fincas agrícolas afectadas por esta medida.

      El 1 de enero de 1852 José Tovar aparece como regidor del Ayuntamiento de Almería, como uno de los regidores antiguos. 1853 es un año muy importante para la familia Tovar García. Dolores Tovar García, hija de José Tovar y Dolores García, nacida en Alhabia en 1825, contrae matrimonio con Francisco Jover y Berruezo (1828-1878), alcalde de Almería y diputado de las Cortes Constituyentes de 1869. La boda se celebra en Alhabia el 20 de febrero de 1853. En 1854 Tovar es vocal de la Junta Revolucionaria Almeriense, de la que su hermano, el abogado de la Unión Liberal, Justo Tovar, era secretario. Las vidas de Espartero y Tovar vuelven a cruzarse. Entre 1854 y 1856 España es gobernada por la Unión Liberal durante el Bienio Progresista. Coincidiendo con esta nueva activación de la vida política de los liberales, la familia Tovar está representada en el Ayuntamiento de Adra por José Antonio Tovar Pérez. José Tovar Tovar falleció en 1858. Su hijo Juan de Tovar García fue juez de paz en 1856 y concejal del Ayuntamiento de Almería el 1 de enero de 1861.


López Romero

Antonio


Fuente: Iealmerienses


Rafael Sierra Valenzuela

 Sierra Valenzuela, Rafael (Adra, 1847 - Alija del Infantado, León, 1929). Político.

      Alto funcionario de la Administración. El hermano menor del poeta y escritor Enrique Sierra Valenzuela inició la carrera administrativa en julio de 1869 trabajando en el Gobierno Civil de Sevilla. Tras un breve paso por los de Palma de Mallorca y Almería en calidad de oficial, es nombrado en mayo de 1881 subgobernador de Marchena (Sevilla), pasando dos años más tarde a Murcia como secretario del Gobierno Civil. En ese puesto trabaja en La Coruña y Málaga. En 1888, cuando era interventor de Hacienda de Navarra, el ministro de Ultramar lo nombra gobernador civil de las provincias filipinas de Tayabas y Camarines del Sur, puestos que ocupó hasta febrero de 1891. En 1893 es nombrado gobernador civil de la provincia filipina de La Laguna, en el que cesa a finales de septiembre de ese año, debido a una grave enfermedad tropical. Tras tres años de residencia en Madrid como jefe de negociado del Ministerio de la Gobernación, es nombrado, a partir de 1900, sucesivamente, delegado especial de la Junta de Obras del Puerto de Sevilla, gobernador civil de Huesca, delegado de Hacienda en Ávila, Cuenca y Orense. Su carrera administrativa concluyó en 1911, tras haber sido nombrado en 1907 delegado del Gobierno en la Junta de Obras del puerto de Ceuta.

      Al margen de su vida profesional, Rafael Sierra Valenzuela estaba en posesión de la Gran Cruz de la Orden Civil de Beneficencia con distintivo negro y blanco, por haber salvado en diciembre de 1876 a tres personas de perecer por el derrumbe de una casa, en unas graves inundaciones que afectaron al barrio sevillano de Triana. Excelente fotógrafo “amateur”, como solía llamarse a sí mismo, realizó muchas instantáneas de personajes relevantes de la época como Práxedes Mateo Sagasta, líder del Partido Liberal y jefe de gobierno en la etapa de la Restauración.


López Romero

Antonio


Fuente: iealmerienses


Leopoldo Segado Aquino

 Segado Aquino, Leopoldo (Adra, 1860 - Adra, 1923). Músico e historiador.


      Músico e historiador. Miembro de una de las familias abderitanas más importantes, era hijo de Francisco Segado Medina (Adra, 1825-1909), alcalde constitucional de Adra en 1865 y 1891 y administrador del marqués de Caicedo y de la empresa azucarera “Castell e Hijos”, mientras que por línea materna era nieto de Francisco de Paula Aquino Amat, comerciante con negocios en la fabricación de plomos y diputado provincial por la circunscripción en 1838. Leopoldo Segado estudió en el Real Conservatorio de Valencia, donde también fue profesor de piano, y Cuenca Benet lo considera discípulo del afamado músico de origen catalán Óscar Camps y Soler, que durante su estancia en Adra fue director de la Banda Municipal y organista de la iglesia, y a quien sustituyó en esta última plaza tras su marcha a Manila, en mayo de 1879. Antes de cumplir su primer año en este puesto, se retiró por haberle tocado la suerte de soldado y no haberse redimido. En 1883 fue nombrado de nuevo organista de la iglesia y presentó un proyecto para la creación de una banda musical de 37 miembros. Escribió música religiosa para armonium, órgano y piano, y fue maestro de Matilde Cano Rodríguez (Adra, 1870-1836), madre del compositor abderitano Ángel Ortiz de Villajos.

      Alternó su faceta profesional con el estudio de la Arqueología y la Historia local, afición que compartió con su primo Ramón Blasco Segado. Corresponsal de la Real Diputación Arqueológica y Geográfica de Almería, en 1916 remitió a la Real Academia de la Historia información sobre diversas inscripciones abderitanas, alguna de las cuales halló en unas excavaciones que practicó en el Cerro de Montecristo en 1897. Un año después, envió una larga memoria sobre la historia antigua de Adra, a Fidel Fita (Arenys de Mar, 1835-Madrid, 1918), en el que aportaba nuevos datos sobre las inscripciones romanas y proponía al académico la publicación en el Boletín de la Real Academia de la Historia de su informe inédito titulado “Monumentos abderitanos”. Tampoco se llevaron a la imprenta una serie de manuscritos, conservados de forma incompleta en una colección particular abderitana, que recogen aspectos diversos de la historia local y comarcal desde la Antigüedad hasta el siglo XIX.


Sánchez Real

Javier


Cuenca Benet, Francisco (1927).

Rodríguez Segado, Víctor Eugenio (2006).

Gutiérrez Latorre, Francisco (1993).


Fuente: Dipalme


Fernando Roda González

 Roda González, Fernando. Adra (Almería), 24.XII.1824 – Almería, II.1903. Político, empresario y banquero.

Hijo de Antonio Roda Guillén, notario, y María de la Aurora González, ambos naturales de Turón (Granada). La familia Roda González, que tenía otros dos hijos, José y Loreto, se trasladó a Almería en 1850. Fernando estudió el bachiller en el colegio Santo Tomás; realizó los estudios de Filosofía y empezó los de Derecho, pero tuvo que interrumpirlos por una desgracia familiar que le obligó a volver a Almería en 1841. En 1852, se casó con Francisca Spencer Sánchez, hija del comerciante inglés Joseph Dufell Spencer Fenton. De este matrimonio nacieron cuatro hijos: Francisco, Fernanda, María y Tomás. En 1864, construyó su casa en el Malecón, donde compartirá vivienda con su hermano José, casado con la hermana de su mujer, Carmen.

En 1852 se fundó la sociedad mercantil Spencer y Roda, convirtiéndose en una de las más importantes firmas comerciales de la provincia, formada por Fernando Roda, su hermano José y su cuñado José Spencer Sánchez. Se dedicaban a todo tipo de actividades: exportación de uva de mesa y esparto, extracción de mineral de plomo, participación en fundiciones y fletamentos. Una de las representaciones más destacadas que ostentó Spencer y Roda fue la de los Rothschild para los minerales de plomo de la Sierra de Gádor. Las relaciones con la banca Rothschild los llevó a fundar su propia Casa de Banca. Sus relaciones económicas con Gran Bretaña, unido al origen inglés de algunos de los miembros de la familia, facilitaron que la representación consular británica en Almería fuera desempeñada por esta firma.

Fernando Roda también fue cónsul de Rusia en Almería, representante de la compañía arrendataria de tabacos desde los años 80 hasta su muerte, consejero del Banco de España (1884) y miembro de la 1ª Junta de Agricultura, Industria y Comercio (1869). Estuvo detrás de la mayoría de las iniciativas desplegadas en Almería para mejorar las infraestructuras públicas. En 1871, fue vocal de la comisión que fue a Madrid para gestionar la llegada del ferrocarril a la provincia. En la Junta de Obras del Puerto ocupó los cargos de presidente (1876), desde este puesto impulsó las obras del muelle de Levante y andén de Costa. En 1889, desempeñó el cargo de secretario de la Junta de Obras del puesto. Su participación política fue también notable: diputado provincial por Berja (1856, 1866, 1871 y 1873) y por Adra (del 30 de mayo de 1874 a enero de 1875), rechazó la oferta de presentarse a diputado a Cortes. Su tendencia política estaba al lado del Partido Liberal en su facción constitucional, al que se afilió en 1875. En 1879, fue diputado provincial por R.O. y, volvió a ser diputado provincial, esta vez con carácter interino, en 1885. Murió víctima de una broncopulmonía.


Fuente: Real Academia de la Historia

José Cuenca Cuenca

 Cuenca Cuenca, José (Adra, 1865 - Adra, 1924). Militar y escritor.

      Estudió bachillerato en el Colegio Santiago de Granada. Ingresó, más tarde, en la Academia de Artillería de Segovia. En 1889 es ascendido a teniente de artillería y destinado a Barcelona. En agosto de 1891 se incorpora al 13º Batallón de Málaga. Después de una breve comisión de servicio en Ceuta, en 1893, es destinado nuevamente a Málaga. En octubre de ese año embarca hacia Melilla para defender la ciudad de los continuos ataques de las cábilas del Rif. Destinado al fuerte de San Lorenzo, desempeñó el cargo de comandante de artillería. Poco después recibe la Cruz Roja de 1ª Clase del Mérito Militar, en recompensa por los servicios prestados en África. A finales de octubre de 1896 es destinado al Ejército de Cuba. En la isla se incorpora a su Compañía con sede en San Francisco de Paula. El año 1897 lo inicia en Puentes Grandes, hasta mediados de enero que regresa a La Habana con su Compañía. En Cuba es ascendido en abril a capitán de artillería y destinado al 13º Batallón de Plaza. Allí continúa hasta el 9 de junio, fecha en que regresa a España.

      En febrero de 1902 es destinado a la fábrica de pólvora y explosivos de Granada, situada en El Fargue. En marzo de 1904 le es concedida la Cruz de 1ª Clase del Mérito Militar con distintivo blanco, “en recompensa a los extraordinarios servicios prestados en esta fábrica en la parte referente a la pólvora sin humo”. Unos meses más tarde, el Rey Alfonso XIII visita la fábrica, una de las más modernas del país en ese momento. En 1910, en este mismo destino, recibe otra importante distinción: la Cruz de San Hermenegildo. En 1911 es trasladado desde Granada a la fábrica de munición de Trubia en Asturias, para encargarse de la Jefatura de la Segunda Sección de Talleres, lugar en el que trabaja hasta finales de agosto de 1912. En ese momento es destinado como profesor en plantilla y Jefe de Estudios del Colegio de Huérfanos de Santa Bárbara y San Fernando, situado en la localidad madrileña de Carabanchel Alto, al que se incorpora al inicio de curso académico 1912-1913. En julio de 1914 siguió en este destino, con el grado de comandante mayor del Colegio, desempeñando además el cargo de director hasta finales de 1917. En 1919 se le concede el empleo de teniente coronel de artillería y es destinado nuevamente a la fábrica de Trubia, a la cual no llega a incorporarse por haberle sido concedido el pase a situación de reserva, aquejado de una grave enfermedad.

      Como escritor colaboró en Madrid, Barcelona, Granada y Málaga con varias revistas y medios de comunicación como Idearium, Barcelona Cómica y La Saeta. Su vena poética es definida por Francisco Cuenca Benet como “poeta lírico exquisito. Sus composiciones están inspiradas en Campoamor”.


López Romero

Antonio


Fuente: iealmerienses

Enrique Sierra Valenzuela

 Sierra Valenzuela, Enrique (Adra, 1845 - Adra, 1880). Escritor.

      Abogado y escritor. Hijo del notario y político abderitano Ramón Sierra Caro, éste lo envía en 1866 a Madrid, donde le sorprende el alzamiento de los sargentos del cuartel de la Montaña y donde, en 1867, ve aparecer sus artículos costumbristas en El Cascabel, de Carlos Frontaura. Vuelto a Adra, ayuda a su padre en la notaría y en su finca El Cercado. En 1870 publica en Madrid Colección de poesías, que dedica a Campoamor. Tras un tardío y breve bachillerato en el instituto almeriense, estudia Derecho en la ciudad de la Alhambra. Participa en las actividades del Liceo y en la revista El Liceo, de Granada. En 1873 se licencia con premio extraordinario y, en septiembre de 1874, se doctora con una tesis sobre el duelo (Duelos, rieptos y desafíos. Ensayo filosófico-jurídico sobre el duelo, 1878), tras lo cual es nombrado sustituto de la cátedra de Derecho Civil. Al no conseguir unas oposiciones a la cátedra de Derecho Mercantil, decide instalarse en la Corte. En el Ateneo se ve con Julio Burell, Antonio Ledesma Hernández o José España Lledó. Ingresa en la Sociedad Matritense de Amigos del País y colabora en el periódico La Mañana. En los Juegos Florales madrileños de 1878, que celebran la boda de Alfonso XII, obtiene un accésit por su poema “La Fe” y, ese mismo año, su firma aparece en la Corona fúnebre, dedicada a la muerte de la joven reina María Mercedes. En la Revista de España publica un ensayo sobre el duelo y un estudio sobre Los trovadores de Víctor Balaguer, que parece decidido a arropar su carrera literaria. Traduce La mort de Nerón, una de las Tragèdies del catalán y, en 1879, lee en la tertulia de Balaguer su drama El lazo roto. Invitado por Moreno Nieto, da en el Ateneo madrileño un recital poético al que asisten Balaguer, Echegaray, Núñez de Arce y Sánchez Moguel. Es abogado consultor del filipino Jacobo Zóbel de Zangróniz, que proyecta desecar las marismas de Lebrija, Trebujena y San Lúcar de Barrameda, sirviéndose de una sociedad anónima de la que son accionistas banqueros, millonarios y políticos como Cánovas, Sagasta o Echegaray. Cuando van a estrenarse sus dramas Abén Aboo y El lazo roto, fallece prematuramente el 27-X-1880.


López Cruces, Antonio José (1987).

Martínez Martínez, Manuel (2003).


Fuente: iealmerienses


Antonio Cuenca Cuenca

Cuenca Cuenca, Antonio (Adra, 1867 - Adra, 1928). Abogado, empresario político, articulista y escritor.


      Cursó bachillerato en el Colegio de Santiago de Granada. En esta ciudad inició sus estudios de Derecho, siendo compañero de Natalio Rivas, con quien tuvo una gran amistad, para concluirlos en Madrid. Desempeñó diversos cargos públicos como director del Hospital Provincial de Almería (1901) y alcalde de Adra entre 1914 y 1917. En este último puesto, dada su amistad con el político de Albuñol (Granada), Natalio Rivas, Cuenca tuvo un papel de suma importancia en la consecución de la construcción del puerto de Adra.

      Como empresario, dedicado al comercio marítimo y los fletes, puso en marcha desde Adra una línea de vapores a los principales puertos europeos para facilitar la exportación de uva y  otros productos de la sierra de Gádor. Colaboró en periódicos de Almería y Granada, dándose a conocer con sus “Cartas de un cortijero”, en La Crónica Meridional. Estos artículos “son un modelo de sutil ironía y singular gracejo, escritas en el lenguaje peculiar y pintoresco de los labriegos alpujarreños”, afirma su primo hermano Francisco Cuenca Benet, cuando se refiere a este autor en la reseña que hace de su vida y obra en Biblioteca de Autores Andaluces (1921). Publicó La Guerra (1916) a manera de discurso. Su fama de orador la puso a prueba con el discurso que pronunció con motivo del nombramiento de Natalio Rivas como hijo adoptivo de Adra, durante las fiestas de septiembre de 1911, y la concesión de la principal arteria abderitana que lleva su nombre.


López Romero
Antonio

Fuente: iealmerienses

martes, 14 de enero de 2025

Enrique Segado Medina

 Segado Medina, Enrique (Adra, 1838 - Almería, 1895). Militar.

      Inicia su carrera en 1857, con 19 años, incorporándose como cadete de infantería al batallón de cazadores de Ciudad Rodrigo, con sede en Barcelona. En 1859, tras el inicio de la Primera Guerra de África, es destinado al Regimiento de Infantería del Rey nº 1. Desde ese momento y hasta el final del conflicto del año siguiente, participa en diversas acciones de combate, resultando herido. Acabada la guerra y ya en España, es destinado a Málaga y, en 1869, interviene neutralizando las revueltas ocurridas en esa ciudad, obteniendo por ello el ascenso a capitán de infantería. Posteriormente, en 1872, asciende a comandante, por las operaciones desarrolladas en Extremadura en persecución de partidas carlistas. Intervino en la Segunda Guerra Carlista y participó en la batalla de Montejurra (Navarra) en 1873. Al año siguiente, continuaba prestando servicio en Navarra, participando en la toma del pueblo de La Guardia, a las órdenes del teniente general Domingo Moriones, y en la conquista de las ciudades de San Martín y Somorrostro. Por éstas y otras acciones militares en Navarra y el País Vasco, que evitaron la toma de Bilbao por las tropas carlistas, fue agraciado con la Cruz Roja del Mérito Militar de Primera Clase, a propuesta del Gobierno de la Primera República. Se distinguió en los combates habidos en San Marcos y Oroquieta, que facilitaron el asedio carlista a la ciudad de Irún, resultando herido. El general Gutiérrez de la Concha le ascendió en el campo de batalla a comandante, graduación que pudo confirmar en enero de 1875. Este nuevo año asciende al grado de teniente coronel por su comportamiento en las batallas de Lácar y Lorea. Al finalizar la contienda carlista, es destinado a diversos puestos, ascendiendo a coronel en 1891. En enero de ese mismo año es destinado a Almería como gobernador militar interino de la provincia, ciudad en la que fallece.


López Romero

Antonio


Fuente: Iealmerienses

Emilio López López

 López López, Emilio "Playerito de Adra" (Adra, 1940 - Adra, 2019). Matador de toros.

A primeras horas de la mañana del viernes 7 de marzo de 2019 fallecía de forma súbita en Adra -se especuló como consecuencia de un ictus - el matador de toros de esta localidad Emilio López López, un personaje curioso y luchador infatigable que logró finalmente alcanzar su sueño dorado la tarde del 9 de octubre de 2002 cuando en Adra, su pueblo natal, Emilio López se doctoró como matador de toros. Aquí, en esta localidad nació el 3 de mayo de 1940.

Con apenas 18 años, en la Feria de Almería del año 1958, obtuvo cierto éxito como novillero y en aquellas novilladas de la oportunidad se hizo acreedor de la Oreja de Plata. Un año después, en el mes de agosto de 1959, obtiene un notable éxito en un fenomenal mano a mano con el paisano Luis Ruiz Uclés “Chicuelo de Almería”.

De sus cualidades artísticas no hay mucho que ahondar, ni de su limitada ortodoxia rotunda en el arte de Cúchares tampoco, aunque si lo haremos desde la perspectiva más humana, modesta y honrada de este hombre bueno, en el mejor sentido de la palabra.

Una vez que mató el gusanillo de los toros dio varias veces la vuelta al mundo embarcado en un buque de alto tonelaje. Su fama era indiscutible, era quien mejor pesca los calamares de toda la provincia de Almería y ha sido el único torero de España que en la plaza de toros de Berja mató un novillo de rodillas.

La fecha del doctorado -que le nominaba como matador de toros- fue el 9 de octubre de 2002 y Emilio López “Playerito de Adra” ya había cumplido los sesenta y tres años.

Esa tarde en su pueblo natal y en la plaza portátil “Sacramento” hizo el paseíllo vestido de grana y oro junto al granadino, “Pepe Berenjeno” de 70 años de edad y se convertía en el segundo matador de toros más veterano de España. El padrino de la ceremonia fue Rafael Camino y el testigo del evento, el matador almeriense Jose Gabriel Olivencia, lidiándose reses de la ganadería de Peralta. Su toro de alternativa se llamaba “Pretencioso” y el veterano diestro abderitano cortó una oreja.

En su honor, el músico José Castro compuso el pasodoble “Playerito de Adra” que interpretó la asociación musical de Adra “Ortiz de Villajos” que dirige el maestro Francisco Tendero.


Pérez José Ángel


Fuente: Dipalme.org

Francisco Cuenca Benet

 Cuenca Benet, Francisco (Adra, 1872 - La Habana, 1943). Periodista, abogado y escritor.

      Estudió bachillerato en Barcelona en el Colegio Carreras de San Gervasio y comenzó la carrera de Derecho en la Universidad de Granada, cursando cuatro años. Pronto se dedicó activamente al periodismo, iniciándose con tan sólo 19 años como corresponsal de La Crónica Meridional, en Adra, con motivo de unas graves inundaciones. Fue redactor jefe del periódico barcelonés El Diario Mercantil. Fundó, junto con Carlos Osorio y Gallardo, Limendoux, Zamacois, Luján y con los dibujantes Xaudaró y Navarrete la revista ilustrada El Gato Negro. Colaboró en publicaciones como Las Noticias, El Liberal y El Noticiero Universal. Con Antonio Casasús inicia la publicación del Anuario de la Exportación, Industria y Comercio, creando una editorial con el mismo nombre. Colabora con la editorial “La Vida Literaria” y traduce del francés para ésta diversas obras de Lafargue y Créville, en los años 1905 y 1906. De esta época son obras como La Princesa Oghéroff (Barcelona, 1905), Ariadna (Barcelona, 1905), La Condesa Rumiasine (Barcelona, 1905), Linda propiedad en venta (Barcelona, 1905), Las ovejas del abate (Barcelona 1906) y La pista falsa (Barcelona, 1906).

      Regresa a Almería hacia 1909 y publica una Contribución al estudio de los presupuestos municipales (1910). Como periodista colabora con publicaciones como El Popular, diario republicano fundado el 10- I-1910 y La Crónica Meridional y, en diciembre de 1991, funda y dirige El Estratégico, con el objetivo de promocionar la idea de un ferrocarril por la costa que uniese Almería y Málaga. Hacia 1913 o 1914 emigra a Cuba, donde continúa con su actividad de escritor y periodista. Publica Hampa Habanera (Nueva Orleans, 1914), Aranceles de aduanas de Cuba (La Habana, 1915) Nuevos aranceles de aduanas de Cuba (La Habana, 1927) y El tratado de comercio entre Cuba y España (La Habana, 1928). Su mayor contribución a la literatura es la Biblioteca de Divulgación de la Cultura Andaluza, compuesta por un total de ocho volúmenes. En 1935 fue nombrado canciller de España en Cuba como premio a su intensa actividad en el Centro Andaluz de La Habana. Cuando falleció en la capital cubana, a los 71 años, era miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras de la Habana y de la Nacional de Historia de Cuba.


López Romero

Antonio


Fuente: Iealmerienses


Manuel Rivera Ruiz

Rivera Ruiz, Manuel (Adra, 1912 - Málaga, 1990). Cantaor flamenco.

      Hijo de un humilde jornalero, no constan antecedentes familiares en el ámbito flamenco, al menos en el plano profesional. A muy temprana edad se trasladó con sus padres a Almería, afincándose en el barrio de las Mellizas (La Chanca), tal como figura en el padrón municipal. Ya en la capital, ejerció de aprendiz en muy distintas ocupaciones, entre ellas, un almacén de barrilería de uva cercano al Hospital Provincial. Pasado el tiempo, a Manolo de la Ribera la afición española le reconoció sus cualidades canoras durante la muy larga vigencia en que imperó la denominada Ópera flamenca.

      Testimonios más o menos creíbles cuentan que a los dieciséis años marchó a La Línea y Algeciras a probar fortuna con un grupo de maletillas aspirantes a toreros (su otra gran pasión); y que allí entró en contacto con los ambientes flamencos del Campo de Gibraltar. En 1928 -anunciado como Niño de la Alcazaba- alternó con Angelillo el Jerezano y Macandé de Cádiz en un modesto café cantante de Ceuta. Concluido el servicio militar en Madrid, regresó a Almería, debutando profesionalmente en el Teatro Cervantes (30- VI-1935) en el marco de un festival benéfico y ya con el sobrenombre de Niño de la Ribera. La prensa de la época adelantaba que era “un conocido y jaleado aficionado local”. En noviembre marchó nuevamente a Madrid contratado por el Circo Price, acompañado de Miguel Fernández El Tomate -iniciador de una fructífera saga guitarrística-, "tocaor" con el que formó una sólida pareja artística en sus inicios. Finalizada la contienda bélica, participó como atracción estelar a la conclusión del propagandístico documental cinematográfico “1940. La fiesta de la Liberación en Almería”, proyectado el primer año de la posguerra en el Teatro Cervantes.

      Seguidamente, el abderitano iniciaría una carrera profesional prolongada hasta su fallecimiento en Málaga, en muy precaria situación económica, asilado en un establecimiento de la Beneficencia Pública. Atrás quedaron sus repetidas tournés por plazas de toros, teatros y terrazas de verano de España, encabezando compañía propia o, en su defecto, enrolado a las órdenes de máximas figuras del arte flamenco: Pepe Marchena, Juan Valderrama, Angelillo, Canalejas, Vallejo, Porrina de Badajoz, etc. Encartelado con Fosforito, Camarón de la Isla, José Menese y Paco de Lucía, colaboró con el Ayuntamiento de Melilla -donde residió con asiduidad, al igual que en Málaga- en la organización del Iº Festival Flamenco de Melilla, en honor de la figura dominante del momento, el maestro de maestros Pepe Marchena.

      Autor de buena parte de las letras incorporadas a su repertorio, grabó con prestigiosos sellos discográficos: RCA, Ariola, Odeón y Columbia, haciéndose acompañar de guitarristas de la talla de un Ramón Montoya, Niño Ricardo, Melchor de Marchena o Manolo de Badajoz. Puente entre la antigua y moderna generación, justo es valorar su personalísima recreación del fandango, además de puntuales aportaciones a los estilos autóctonos, de los que nos legó una profusa obra: fandangos de Almería, arrieras del Campo de Dalías, pregones festeros de Balerma, tarantas de Pedro el Morato y del Cabogatero, mineras de Sierra Almagrera y tarantos del Tío Enrique. Así lo entendió el flamencólogo Anselmo González Climent, dedicándole a nuestro biografiado un elogioso capítulo en su libro Pepe Marchena y la ópera flamenca (Madrid, 1975).

      Colaborador en La Voz de Almería con artículos tan castizos y costumbristas como faltos de rigor histórico, emprendedor e inquieto, de imaginación febril y abanderado de ideas imposibles, lo cierto es que Manolo de la Ribera llevó a Almería por bandera en cuantos escenarios fue anunciado, rescatando, a mayor agradecimiento, coplas prácticamente desaparecidas del cancionero local. Sin embargo, su trayectoria humana y profesional no ha sido justamente reconocida y valorada en el contexto del flamenco que le tocó protagonizar. Ingratitud y olvido que Adra y la capital de la provincia que le vio nacer deberían restituir y rescatar de la desmemoria colectiva.

Sevillano Miralles

Antonio

Fuente: Dipalme.org

Miguel Trell y Chacón

 Trell y Chacón, Miguel. Adra (Almería), 29.IX.1823 – Berja (Almería), 1908. Parlamentario y militar.

Nació en el seno de una familia de la burguesía profesional almeriense. Era hijo de Pedro Ángel de Trell y Remedios Chacón y del Campo. En 1837 ingresó en el Colegio General Militar y, una vez concluida la I Guerra Carlista, los pequeños grupos de guerrilleros que prevalecían en la zona no constituían una grave amenaza, pero obligaban a tener destinado un número importante de efectivos militares. Entre 1841-1843, Miguel Trell estuvo destinado en la zona de Navarra, Pamplona y el País Vasco. En 1843 pidió su incorporación al mando de Ramón María Narváez y tomó partida en la batalla de Torrejón de Ardoz. Como es sabido, en aquellos días el espadón de Loja rehusó ser regente y propuso declarar a Isabel II mayor de edad con tan sólo trece años, convirtiéndose en la figura central de la historia de España hasta 1868. En compensación por los servicios prestados, Miguel Trell fue ascendido al grado de capitán y se trasladó a Galicia. Permaneció en este destino hasta 1850, cuando recibió el traslado a la Capitanía General de Andalucía. En el verano de 1859 hubo varios altercados en Melilla. Esta ofensa, no más grave que otras anteriores, fue aprovechada por O’Donnell para pedir a las Cortes que aprobara la declaración de guerra a Marruecos. Miguel Trell se trasladó a la zona en conflicto. Por la labor realizada fue condecorado con la cruz de San Fernando. Cuando se produjo el levantamiento de Loja el 3 de julio de 1861, Miguel Trell y el mariscal de campo Luis Serrano fueron los encargados de solucionar el conflicto social que durante varios días se extendió por los pueblos de Granada.

Durante el Sexenio Democrático estuvo destinado en la Capitanía General de las Provincias Vascongadas.

En los últimos años de su vida profesional se vinculó a la política. De adscripción fusionista, dada su amistad con el político Arsenio Martínez Campos, concurrió a las elecciones generales de 20 de agosto de 1881. Ocupó escaño por el pueblo almeriense de Berja en el Congreso de los Diputados. Con el paso de Martínez Campos al Partido Conservador, Miguel Trell le acompañó; con esta formación fue elegido senador por la provincia de Castellón entre 1886 y 1891.

Su retiro de la vida militar coincidió también con su dedicación como empresario agrícola al cultivo de la vid y a la elaboración de vino embotellado. La marca “Vinos de Salobra”, en honor al pago agrícola de donde procedían las vides, obtuvo un gran reconocimiento por su calidad, como demuestra la distinción concedida en la Exposición Universal de París en 1878. La plaga de filoxera del año 1890 obligó a Miguel Trell a abandonar esta actividad.

Falleció, ya en 1908, en la localidad almeriense de Berja.

Fuente: Real Academia de la Historia

Ramón Blasco Segado

  Blasco Segado, Ramón (Adra, 1864 - Granada, 1899). Periodista y poeta.

Estudió en Granada, pero a finales de 1884 ya se encontraba colaborando en la prensa local, donde había llegado como administrativo de la Junta de Obras del Puerto. Perteneció a la Real Sociedad Económica de Amigos del País y participa de manera habitual en veladas poéticas organizadas en el Teatro Apolo, junto a escritores como Antonio Rubio y Plácido Langle. Sus inicios en el periodismo se producen hacia 1880: en colaboración con Fermín Gil, dirigió la revista Almería Bufa, de tinte cómico-lírico; más tarde, la Revista Industrial y Minera (1884). Como periodista cultivó la información científica y arqueológica, el artículo costumbrista y de crítica social, la información económica centrada, sobre todo en el sector minero y la colaboración literaria a través de la poesía.

       Redactor del periódico La Restauración; en 1891 comenzó a colaborar asiduamente en La Crónica Meridional en una nueva sección de colaboración literaria denominada “De Martes a Martes”, en la que publicó durante cuatro años un sin fin de poemas. Entre noviembre y diciembre de ese año publica un folletín titulado “Adra. Apuntes para su historia”. Su gran afición fue la arqueología, colaborando en varias excavaciones (Turaniana, Almería) y publicando un serial de artículos en La Crónica Meridional (1892) bajo el título de “Notas Arqueológicas”. Hasta finales de 1894 Blasco Segado fue tomando protagonismo en el diario almeriense hasta convertirse en el redactor jefe y en el protagonista del editorial y los principales contenidos de portada. Simultaneó esta actividad con otras de índole literario a través de publicaciones como el semanario La Caricatura (1894) y realizando diversas composiciones poéticas. Según Cuenca Benet, dejó inédita una Historia de Adra.

Fuente: iealmerienses

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