domingo, 16 de febrero de 2020

Necrópolis Serrata de Lucainena

Conjunto de estructuras de enterramiento megalíticas localizado en un erial de la Serrata de Lucainena. Se han identificado 8 tumbas dentro de un área que ha sido definida en los planos mediante una figura triangular. Todas las tumbas han sido expoliadas y algunas gravemente deterioradas. Otras, sin embargo, conservan aún una parte importante de su estructura y ofrecen posibilidades para la investigación.

Necrópolis Rambla de los Pilares I

Conjunto de 8 estructuras megalíticas de enterramiento localizadas en un erial a uno y otro lado de la Rambla de Los Pilares, en la zona de la fuente del mismo nombre y dentro de un área definida en los planos mediante una figura trapezoidal. Todas han sido expoliadas y su estado de conservación varía de unos a otros. Algunos conservan el túmulo y se observa una gran variedad tipológica. Comarca del Campo de Tabernas-Sierra de Filabres.

Rambla de los Pilares II

Se trata de una amplia zona en la confluencia de varias ramblas, en la que se sitúa un poblado de la Edad del Bronce. Junto con el material cerámico y sílex, se conoce una cista de enterramiento de grandes dimensiones. Algunos fragmentos cerámicos prolongarían la ocupación hasta época del Bronce Final. Los materiales correspondientes al Bronce Final no parecen superponerse a la ocupación argárica, situándose en una zona que ha sido muy afectada por los procesos erosivos de la rambla. La zona se vió afectada antiguamente por roturaciones agrícolas y plantaciones de árboles. Actualmente es un erial con uso cinegético.

Asentamiento Cerro del Buho

Asentamiento de la Edad del Cobre en un erial que ocupa cima y laderas de un cerro aislado de la margen derecha de la Rambla de Benavides. Junto a abundantes fragmentos cerámicos, se observan algunos tramos de muros en las laderas. Hay indicios de actividad metalúrgica. Se registra también una ocupación en época romana y medieval. El yacimiento se ha visto afectado por la erosión natural, con desprendimiento de bloques de terreno, pero sobre todo por un expolio sistemático. (Conocido también como Cerro del Buho, este yacimiento no se ubica en dicho cerro, sino en otro más pequeño al este).

Necrópolis Llanos de Rueda

Conjunto de 5 estructuras megalíticas de enterramiento localizadas en un erial en el paraje de los LLanos de Rueda y junto a la Rambla de Tabernas, dentro de un área que ha sido definida en los planos mediante una figura triangular. En 1988  fue objeto de una intervención de urgencia para su limpieza y documentación, que puso de manifiesto una variada tipología de las estructuras y un estado de conservación diferente. Los túmulos fueron cubiertos con objeto de conservarlos y ocultarlos, en lo posible, a la vista de  expoliadores. 

Las cinco estructuras representan, atendiendo a sus características formales, un conjunto bastante homogéneo: sepulturas sin corredor, de cámara poligonal y cubierta por un pequeño túmulo de piedras y tierra. El diámetro o anchura máxima de la cámara excavada parcialmente en la roca, oscila en torno a 1 metro, no sobrepasando 1.5 metros. El espacio interno se define por medio de lajas de micasquisto hincadas verticalmente en el suelo . La base de la cámara se soluciona mediante la disposición en el fondo de una gran losa, tal y como se documenta en algunas estructuras. En algún caso se ha documentado una solución de la cubierta mediante aproximación sucesiva de piedras planas superpuestas, con lo que el acceso se realizaría por la parte superior cerrado por una última laja horizontal. Al exterior la estructura de enterramiento queda definida por una pequeña elevación de tierra y piedras planas delimitadas por un anillo de piedras de mayor tamaño: este túmulo no suele sobrepasar  los 6 metros de diámetro.

sábado, 15 de febrero de 2020

Tholos de Puente Moreno

En una loma que cae hacia la Rambla de la Sierra, en la zona de su confluencia con las de Tabernas y Los Molinos, en el paraje de Puente Moreno. Se han localizado  5 estructuras megalíticas de enterramiento tipo tholos situadas en un erial. Dos de ellas están prácticamente destruidas, aunque conservan bien definido el espacio interno de la cámara y algunas lajas hincadas. Una tercera presenta corredor de acceso con lajas perforadas y cámara circular construida con muro de mampostería recubierto al interior con lajas de pizarra. El túmulo conserva en algún punto la altura del arranque de la bóveda. Comarca del Campo de Tabernas-Sierra de los Filabres.

viernes, 14 de febrero de 2020

Terrera Ventura

Este sitio arqueológico se encuentra ubicado en la cuenca de Tabernas, depresión localizada en el pasillo intermontañoso a sotavento de los grandes relieves montañosos de Sierra Nevada y de los Filabres. Estos relieves interceptan la humedad de las masas de aire oceánicas encauzadas por vientos de poniente. Sin embargo, durante el tercer milenio el paisaje era muy distinto al actual. Los análisis arqueozoológicos y antracológicos obtenidos en las excavaciones, han podido reconstruir parcialmente las características climáticas y de vegetación del territorio del poblado. La presencia de restos óseos de ciervo, cabra montesa, jabalí, conejo, gato montés e incluso oso pardo, señalan la existencia de un clima mucho más húmedo y boscoso, donde dominaría el bosque mediterráneo septentrional, con presencia de un diverso substrato arbustivo.



El Desierto de Tabernas, se encuentra definido por amplias llanuras combinadas con cerros de mediana altura. Se localiza a su vez en el corredor Sorbas-Tabernas, zona de paso que comunica las sierras de Cabrera y Alhamilla con la sierra de Filabres. 

El sitio arqueológico se encuentra en una zona de penillanura, terraza fluvial situada entre las ramblas de Tabernas y de Los Molinos y a a unos 12 km de Los Millares. A partir de todos los trabajos realizados en este sitio, se puede concluir que en este espacio se constatan tres fases cronoculturales principales: 

Fase Inicial             (2.850 - 2.550 a.n.e.); 
Fase Intermedia     (2.550 - 2.250 a.n.e.) 
Fase Final               (2.250 - 1.950 a.n.e.). 

Asimismo, como así se indica en las monografías publicadas (GUSI, 2011: 86), se intuye una fase original o fase cero, que se correspondería con la ocupación primigenia, fechable alrededor del 3000 a.n.e., si bien no se pueden asociar a elementos materiales.

Este sitio arqueológico pertenece a lo que se ha venido llamando Cultura de Almería, definida hace ya unas décadas a partir de las investigaciones desarrolladas en el sustrato indígena del Neolítico Final del Sureste peninsular, desde la zona oriental granadina hasta la almeriense-murciana, teniendo como epicentro el poblado de Los Millares (Santa Fé de Mondújar, Almería), pasando por Almizaraque (Cuevas de Almanzora, Almería), El Tarajal (El Barranquete, Almería), Fuente Bermeja (Antas, Almería), o Ciavieja (El Ejido, Almería), entre otros. 

Según F. Gusi, investigador principal de este sitio, Terrera Ventura tiene 4 fases de ocupación, correspondientes a dos horizontes culturales claros.
Premetalúrgico y precampaniforme, y otro, metalúrgico y campaniforme. Para este investigador, el cerrillo de Terrera Ventura constituye un verdadero tell en el sentido estricto de la palabra, ya que los distintos poblados que se asentaron en el lugar se fueron superponiendo unos encima de otros durante el amplio período, por los menos de 700 años, en que se asentaron las distintas fases del yacimiento" (GUSI, 1991: 74). 

Dichas fases quedan definidas por las siguientes características:

 Primer Horizonte

a. Fase 0: se documentan evidencias de una primera ocupación, anterior al calcolítico, de la que no se encontraron evidencias materiales. Se correspondería con un momento de ocupación adscrito al Neolítico Final, alrededor del 3000 a.n.e. Este período primitivo se evidencia en los restos fundacionales de unas estructuras de habitación de planta circular, así como en numerosos y pequeños canales, recortados en el sustrato rocoso, que desembocaban en depósitos circulares.

b. Terrera Ventura I (2850-2550 a.n.e.): se situaría en el proceso de transición entre el Neolítico Final y el Calcolítico Inicial, con estructuras de hábitat de planta rectangular (una de ellas con cabecera semicircular) y también zócalos en piedra de planta semicircular.
El conjunto cerámico está compuesto por vasijas exentas de decoración en su mayor medida, a excepción de algunos fragmentos, los menos, decorados a la almagra o pintados en color rojo. Las formas más habituales se corresponden con platos, cuencos semiesféricos y vasos globulares, que perviven en su mayor parte tipológicamente en fases posteriores. La industria lítica es escasa, siendo la fábrica ósea mucho más abundante, con presencia de punzones, espátulas y retocadores.

c. Terrera Ventura II (2550-2250 a.n.e.): presenta una cultura material similar a la de la fase anterior. Las plantas son de dos tipos, semicirculares y cuadrangulares, con hogares de planta cuadrada.

En cuanto a la cultura material, tipológicamente mantiene sus formas tradicionales. Si bien siguen predominando las piezas lisas, aumenta la producción decorada, tanto a la almagra, como decoraciones externas a partir de motivos puntillados, incisos y pintados. Con una industria lítica prácticamente testimonial, el utillaje óseo sigue conservando los tipos tradicionales, a los que se unen algunas piezas fabricadas sobre placas de hueso y falanges de ovicápridos. Algunas de estas piezas han sido identificadas como representaciones cultuales (GUSI, 2011: 91). 

Segundo horizonte

a. Terrera Ventura III (2250-1959 a.n.e.): en esta fase final de la aldea la cultura material sufre un cambio sustancial, con la implantación de la metalurgia y la presencia del vaso campaniforme, aunque el modelo urbanístico no presenta grandes modificaciones con respecto a las pautas constructivas definidas en las fases anteriores.

En esta fase se produce un fenómeno de diversificación tipológica de los objetos cerámicos, surgiendo los tipos campaniformes más prototípicos. La industria ósea experimenta una mayor calidad de manufactura gracias a las innovaciones técnicas, y aparecen nuevos objetos de carácter cultual, como los famosos ídolos-falange. Con un espacio "habitable", según la combinación de la densidad de estructuras exhumadas en las excavaciones llevadas a cabo junto con la paleotopografía del lugar, de unos 2500 metros cuadrados, se calcula que el poblado tendría una media aproximada de entre 150-200 habitantes (GUSI, 2011: 97).


Datos Históricos

Su descubrimiento se produjo de manera casual, por D. Modesto García Contreras, en el verano de 1929. Recorriendo el entorno de Tabernas y concretamente del cortijo de La Joya, reparó en la presencia de abundantes restos cerámicos en superficie. A su regreso a Almería, dio cuenta de su hallazgo a un investigador local, D. Juan Cuadrado, quien realizó la primera intervención en el lugar.

Previamente a las campañas realizadas entre los años 1972 y 1975, tan solo se documentan dos intervenciones metodológicas, la referida a Juan Cuadrado en 1944, cuyos resultados fueron publicados años más tarde (TOOP y ARRIBAS, 1965) y por Martínez Santa-Olalla, Comisario General de Excavaciones Arqueológicas, entre los años 1947 a 1950, documentación inédita en la actualidad. 

La primera consistió en la realización de un pequeño sondeo en el extremo sur del yacimiento. Las campañas posteriores se realizaron en la zona suroeste del poblado, pero nunca fueron publicadas, salvo una pequeña reseña realizada por Santa-Olalla en el V Congreso Arqueológico del Sureste y I Nacional de Arqueología, celebrado en Almería en 1949. 

Los materiales arqueológicos procedentes de esas excavaciones fueron depositados en los museos de Almería y Arqueológico Nacional de Madrid. Con posterioridad a estas primeras aproximaciones al sitio arqueológico, Terrera Ventura es citado, aunque de forma breve o poco detallada, en algunos trabajos generales, principalmente a través de investigadores foráneos que habían puesto el foco en el desarrollo histórico y la secuencia poblacional peninsular.

La investigadora italiana Laviosa Zambotii (LAVIOSA, 1955) centra su trabajo en la comparativa tipológica de algunas de las piezas aparecidas en el yacimiento con ejemplares mediterráneos, mientras que el prehistoriador galés Savory (SAVORY, 1968) analiza algunos materiales cerámicos y los pone en relación con la fase inicial de la conocida Cultura de Los Millares.

Más tarde, uno de los investigadores referentes por aquella época, el alemán Schüle, incluye al yacimiento de Terrera Ventura dentro de una clasificación en la que se integran algunos de los sitios arqueológicos más significativos de la prehistoria peninsular, como Los Millares, Zambujal, Cerro de la Virgen o Almizaraque (SCHÜLE, 1966). Finalmente, el matrimonio Leisner (LEISNER, 1950) también se aproxima al análisis de Terrera Ventura, pero con el hándicap extendido a todos los investigadores anteriores, puesto que manejó, de forma indirecta y sesgada, datos procedentes de Martínez Santa-Olalla.

Entre 1972 y 1975 se llevan a cabo cinco campañas de excavación, dirigidas por el matrimonio de arqueólogos formado por C. Olaria y F. Gusi, que, son los investigadores que han sintetizado y definido con mayor profundidad el origen y devenir de este sitio arqueológico. En Tabernas, el Neolítico queda representado en el yacimiento Terrera Ventura, poblado situado por encima del cauce de la Rambla de los Molinos, a unos 250 metros de la carretera nacional 340. Según su excavador, encontramos desde un neolítico final hasta un cobre Antiguo y pleno.


Fuente : Guíadigital

Aljibe Nuevo

En el Cerro de Guarda Mayor y cerca del Aljibe Viejo , encontramos otro aljibe de medianas dimensiones  denominado  Aljibe Nuevo. Este aljibe  fue realizado con posterioridad al Aljibe Viejo , consta de varios abrevaderos y el acceso al interior está protegido por una puerta metálica .



Aljibe de las Minillas

Para visitar este aljibe se  debe tomar el camino que asciende desde la zona más alta del núcleo de población para, pasando sobre el área recreativa de La Partala, cruzar el llano en dirección a la Subestación Eléctrica. Para ello atraviesa una extensa zona agrícola semiabandonada, tras lo que asciende sobre el pie de monte Sierra de Gádor. Bordeando la central por el norte se accede a una pista que, en dirección oeste, asciende serpenteante. Tras entrar en la cuenca de la rambla de La Monterilla, dejaremos a nuestra izquierda las antiguas minas de plomo de las Minillas (con sus característicos vaciaderos del material de desecho) y a la derecha un sólido aljibe ganadero. Finalmente llegaremos a la base del imponente cerro del Guarda Mayor, con sus llamativos covarrones. Una terraza situada al frente se encuentra ocupada actualmente por una acotación realizada por cazadores locales.

El Aljibe de las Minillas, es un pequeño aljibe con abrevadero, construido para abastecer agua a esparteros, mineros y sobre todo a los ganaderos .El aljibe esta muy deteriorado y actualmente en desuso.



jueves, 13 de febrero de 2020

Caleras de Pepe

Tres caleras completamente excavadas en el terreno, dispuestas en posición de triángulo, situada a ambos lados del antiguo camino de Gádor, 2 de ellas a poniente y 1 a levante. La nueva carretera ha cortado parcialmente esta última que ha quedado colgada del talud. Las otras dos, que se conservan, están coronadas por un murete sobre la boca para sujetar el talud, siendo el de la sur de piedra seca. Por el contrario, el murete de la norte se encuentra semienfoscado y con viga de hormigón de descarga en la base del muro, lo que denota una consolidación en su última época de funcionamiento. El interior de los hornos-chimenea presenta planta circular, estando revestidos parcialmente por mampostería. Presentan túnel de acceso al mismo, así como pequeñas estancias laterales en la base de los hornos.

Aspectos Históricos

Estas caleras pertenecieron a José Rodríguez Cañizares, Pepe el de la Calera, que dejó la producción en los años 60 del siglo XX. Según cuentan, Pepe vendió los terrenos a Construcciones José Pozo por 3 millones de pesetas y se fue a Barcelona a trabajar. Al poco tiempo esta empresa vendió, por 30 millones, parte de los terrenos a la Compañía Sevillana Electricidad para la construcción de la subestación eléctrica.



Aspectos Destacables

Junto con la gran calera-yesera de la rambla de La Partala, estas son las construcciones de este tipo más elaboradas y mejor conservadas de las muchas viejas caleras existentes en el municipio. Las caleras, por su ubicación, pueden agruparse en dos tipos básicos: aquellas que se construyen en zonas alejadas de la población, y las levantadas cerca de las poblaciones. La ventaja comparativa de las primeras estaba en la cercanía al material básico: la piedra caliza, y a la leña, que actuaba de combustible. Por el contrario la ventaja de las segundas estaba en que estas ofrecían más facilidad para la comercialización y mejor calidad de vida para los trabajadores, los cuales podían vivir en el pueblo. Las caleras de monte solían tener una vida más corta en función del posible agotamiento del mejor material del entorno, siendo de construcción, más precaria. Por el contrario las caleras cercanas a las poblaciones solían estar más elaboradas dada su mayor supervivencia en el tiempo. Las caleras eran pequeñas industrias imprescindibles en la antigua vida de los pueblos. Extraída por calcinación de la piedra caliza, la cal era utilizada para muchas funciones. Las principales eran la elaboración del mortero que ligaba las piedras en la construcción (antes de inventarse el cemento) y el enjalbegado de fachadas e interiores de las casas. Esto desinfectaba las mismas, las refrescaba en verano al repeler el blanco las radiaciones solares y contribuía a generar un paisaje más limpio.

 Fuente: Benahadux.es

ENTRADA MÁS VISTA