sábado, 28 de septiembre de 2019

Necrópolis Megalítica El Soto

Necrópolis Megalítica de la Edad del Cobre situada en una Loma cerca de Bentarique. Las dos tumbas aisladas que la conformaban hoy día están desaparecidas, seguramente por la extracción de las piedras para diversos usos.

Necrópolis Megalítica El Soto.
Cara Barrionuebo, L y Rodriguez López, J.M. "Fronteras culturales y estratégias territoriales durante el III milenio A.C. en el valle medio y bajo del Andarax (Almería)"
Escasos restos o nulos.

Fotos: David Téllez

Ermita Santo Cristo de los Caminantes

Ermita de planta de cajón con arco apuntado en la fachada principal. Cubierta a dos aguas con teja árabe.

Ermita Santo Cristo de los Caminantes.
Ubicada a la salida del pueblo de Alhabia dirección Almería.

Fotos: David Téllez

jueves, 26 de septiembre de 2019

Estatua de la Caridad

La Estatua de la Caridad , conocida como “mujer con los niños” o “madre con sus hijos”, es una obra del escultor almeriense Luis Fernández Cortés y está situada en el parque de las velas, extremo sur de la Avenida de Federico García Lorca, en las cercanías de la antigua Plaza Circular, de la ciudad de Almería, Andalucía, España, construida en 1898.

Fue la primera estatua con la que contó la ciudad. Su coste original ascendió a 5.235 pesetas de la época. Sobre sillares de cantería se apoya una figura de hierro, la Caridad o la madre, que sostiene a un niño en brazos y otro aparece agarrado a su falda, que porta en su mano un pergamino con el texto “año 1891”.

Historia

Fue erigida en recuerdo de las víctimas de las inundaciones sufridas por la ciudad el 11 de septiembre de 1891, unas veinte personas, incluidas cuatro niños. Muestra una mujer abrazada a sus dos hijos. El coste fue sufragado por iniciativa de la Reina Regente María Cristina de Habsburgo-Lorena, durante la minoría de edad del rey Alfonso XIII, quien hizo encauzar la rambla, construir viviendas para los damnificados y el barrio o paseo de la Caridad. En agradecimiento la calle adyacente recibe el nombre de Reina Regente. En esta “Suscripción Nacional” encabezada por la Familia Real participaron activamente miembros del Gobierno, particulares de toda España y muy especialmente la Asociación de la Prensa de Madrid, a cuyas expensas se construyó la escuela y ermita de San Antonio en Los Molinos y el barrio de La Caridad. La recaudación total ascendió a 4.260.000 pesetas.

La idea de erigir esta estatua partió del Diario “La Crónica Meridional”, argumentando el periódico que Almería era:  ”huérfana de ornamentos callejeros”.

Se dio el visto bueno siempre que no se distrajesen fondos excesivos del total recaudado para los damnificados. El proyecto de afianzamiento en la escalinata de la Plaza Circular fue redactado gratuitamente por el arquitecto Enrique López Rull. Inicialmente se instaló mirando hacia el cauce seco de la rambla, de espaldas a la población.

Finalmente se erigiría mirando hacia el centro de la Plaza, frente al Banco de España y la calle Gerona. La primera piedra se colocó el 10 de noviembre de 1897. La estatua se debe a Luis Fernández Cortés, sobre dibujo de Carlos López Redondo, y fue fundida en los Talleres Francisco Oliveros y Compañía, siendo encargado el Maestro fundidor Antonio Ceballos; la fundición concluyó en agosto. La inauguración fue el 11 de septiembre de 1898, siendo alcalde de Almería Guillermo Verdejo Ramírez.

A ambos lados de la base se colocaron dos lápidas metálicas con los siguientes textos, en caracteres bizantinos:

”Reinando Don Alfonso XIII y en su nombre su Augusta Madre Dª María Cristina, se ejecutaron estas obras de desviación y encauzamiento de la Rambla con fondos de la suscripción nacional iniciada magnánimamente por S. M. la Reina Regente. Se dio principio a los trabajos el año 1894 y se terminaron en 1897”.

”Se han llevado a cabo estas obras para defender a Almería de inundaciones análogas a las del 11 de septiembre de 1891, con la decidida protección de los gobiernos presididos por los Excelentísimos Sres. D. Antonio Cánovas del Castillo y D. Práxedes Mateo Sagasta y bajo la dirección de los Comisarios Regios Excmo.. Sres. D. Ventura García Sancho, Marqués de Aguilar de Campoo, y D. Manuel de Eguilor y Llaguno”.



Se han publicado distintas historias de lo acontecido durante las tres horas que duró la fuerte lluvia que cayó sobre la ciudad la mañana del 11 de septiembre de 1891 María –la mujer de la estatua- fue sorprendida por la fuerte tromba de agua y la salida de las distintas ramblas de la ciudad, entre ellas la Rambla de Belén, donde ella vivía junto a la finca donde se sitúa en la actualidad la delegación de Educación, antiguo cortijo del Gobernador. La riada arrastró hasta el mar a su hijo cuando ella cruzó la rambla para llevarle la comida a su padre y los instintos de la madre fue lanzarse para intentar salvar a su hijo
Pasados unos días, María fue devuelta por el mar y apareció fuertemente abrazada a su hijo y no pudieron separarlos por lo que tuvieron que ser enterrados juntos la madre y el hijo, además del pequeño que estaba a punto de nacer. Fue tal el impacto que causó esta imagen en la sociedad de Almería que provocó la iniciativa de agradecer la caridad surgida por estas inundaciones de Almería a través de esta escultura de la madre con sus dos hijos, el que había nacido y se encuentra de pie y el que estaba por nacer y está representado con el niño en los brazos de su madre.

Rescatado por: Jose Angel Pérez

Despoblado Alcubillas Bajas

Las Alcubillas Bajas es una aldea abandonada perteneciente al término municipal de Alboloduy. Hay dos núcleos de población separados entre sí aproximadamente 1 Km, Las Alcubillas Altas, que a día de hoy sí tiene población constante, y las Bajas. Para acceder de una a otra se sigue usando hoy en día, como antaño, la Rambla de las Alcubillas de la que luego parte un camino ascendente hacia la derecha que nos deja en el centro del pueblo. Curiosamente, estos dos núcleos hermanos, aunque con los típicos piques entre alúas y grajos, tienen la particularidad de pertenecer a términos municipales distintos, que además dividen Las Alcubillas Altas en dos: La parte situada al este de la rambla pertenece a Gérgal, mientras la parte oeste a Alboloduy. Las Alcubillas Bajas está completamente integrada en este último.

Se  tiene constancia por primera vez de Las Alcubillas - sin distinción- en el libro de apeo de Alboloduy (1573) en el que se nombra una pequeñísima población conocida como La Cabaha que coincidiría con el emplazamiento de las Alcubillas Altas. Sin embargo la etimología del nombre del pueblo proviene del árabe ““alkúba”,  diminutivo de “alcobba”, que significa “bóveda pequeña” o “bovedilla”, que podría hacer referencia a algún aljibe existente en las inmediaciones, y que la población por tanto podría ser de origen musulmán. En el s. XIX, concretamente en 1860, había más habitantes en las Alcubillas Bajas (44 casas) que en las Altas (29). A finales de este siglo, con la llegada del ferrocarril llegarían también nuevos tiempos de progreso al pueblo, debido a los empleos generados y la mejora de las comunicaciones. 

Las Alcubillas Bajas siempre fue un pueblo que vivía de la agricultura y la ganadería, con cultivos de secano como el trigo y la cebada, olivos, una almazara, muchas cabezas de ganado ovino y caprino, e incluso hubo explotaciones de caballos y vacas que gracias al tren disfrutaron de un gran impulso, porque a veces hacía paradas frente a la población para cargar vagones de ganado. Lo que fue un idilio entre los habitantes de Las Alcubillas Bajas y el ferrocarril, se truncó el 15 de noviembre de 1945, cuando uno de los mayores accidentes ferroviarios de la historia de España, despertó trágicamente de aquel sueño (literalmente) a sus habitantes.

Esta aldea fué un paso de caminos donde transitaban las diligencias de Almería a Granada y viceversa.
Viviendas abandonadas.
Viviendas abandonadas.
Entrada a la aldea.
Viviendas abandonadas.
La mayoría de las viviendas en estado ruinoso.
Viviendas abandonadas.
Ubicada al margen derecho de la rambla.
Una de las calles de la aldea.
Viviendas abandonadas.
Viviendas abandonadas.
Viviendas abandonadas.
Viviendas abandonadas.
Calle principal.
Viviendas abandonadas.
Viviendas abandonadas.
Vista general de la aldea.
Vista general de la aldea.



Fuente : La voz de Almería
Fotos: David Téllez

Minas de oro de Rodalquilar

Las minas de oro de Rodalquilar, ubicadas en el Parque Natural de la Sierra de Cabo de Gata (Parque, 1987) en el municipio de Níjar, están enclavadas en la caldera volcánica del Campo de Níjar, en el cerro del Cinto. 

En la actualidad, este conjunto minero, construido para la obtención de oro mediante el método de cianuración, levantado en la década de los años 50 del siglo XX por la empresa Nacional de Investigaciones Mineras Adaro, está constituido por:

1. Instalaciones mineras y edificios administrativos

a. Balsas de las minas de Abellán situadas al noroeste del conjunto.

b. Planta Denver. Ubicada en la zona norte del poblado minero, aprovechando la infraestructura previa existente y los servicios de abastecimiento de agua, para el tratamiento de cuarzos auríferos mediante el método de cianuración. La planta Denver resalta por la singularidad de la forma con la que los tanques o balsas de decantación y las tolvas aprovechan la pendiente natural del cráter volcánico para las labores de extracción y lavado del material. 

c. Nave de precipitado, afino y fundición. (PAF). Nave de planta rectangular situada junto a la planta Denver de una única altura y cubierta a dos aguas. 

d. Depósitos de lodos. Situados al este del conjunto 

e. Oficinas y cocheras

f. Otras edificaciones como servicios, almacenes, la fragua, el edificio de compresores, la báscula de pesaje de los camiones

2. Poblado minero de Rodalquilar. 

En apoyo a la instalación minera se construyeron viviendas de trabajadores y de directivos y equipamientos como iglesia, club social, cine, economato, escuelas, dispensario, zona de recreo y deporte y cuartel de la Guardia Civil con modernos criterios urbanísticos y de salubridad. Los equipamientos se sitúan en la parte central de las viviendas de directivos y separado por una rambla, el poblado obrero. 
Las instalaciones cerraron en 1966 por agotamiento de los filones auríferos y hoy se integran en las oficinas y servicio del Parque Natural. 

El proceso de extracción del oro en Rodalquilar:

El mineral extraído en las galerías y canteras próximas (cuarzo aurífero) era transportado hasta la tolva de la planta Denver. Mediante cintas transportadoras era conducido hasta las dos torres de trituración, donde el material, mezclado con agua, era molido hasta alcanzar un tamaño de grano fino. A continuación, la papilla resultante pasaba a los tanques espesadores donde perdía parte del agua. 

En la siguiente fase, la pulpa obtenida se hacía pasar por tres tanques agitadores donde se añadía cianuro sódico, para pasar el oro a estado líquido. La mezcla de cianuro y oro pasaba a cuatro tanques lavadores, donde se removía y aireaba para obtener una solución rica en oro. La pulpa estéril se enviaba a la escombrera actualmente sellada. La solución que contenía el oro pasaba al edificio de precipitación donde se mezclaba con polvo de zinc y era sometida a diferentes tratamientos que culminaban con la fundición del oro en los hornos rotatorios dentro de la nave P.A.F. (precipitado, afino y fundición) para la obtención de oro en lingotes.

Datos Históricos

Nota: En el texto, se indica entre paréntesis, junto al nombre propio de una fundición o mina, el promotor y su fecha de construcción o inicio de explotación. Ej. Fundición la Carmelita (Manuel Soler Flores, 1841)

1. LA MINERÍA EN LA PROVINCIA DE ALMERÍA

La extraordinaria riqueza mineral de la provincia ha propiciado una continuada explotación de sus recursos mineros a lo largo del tiempo, intensificándose de manera extraordinaria desde principios del siglo XIX hasta el primer tercio del siglo XX. 

Las actividades mineras en la provincia de Almería pasaron por dos etapas diferenciadas*: 

- Etapa 1 (1820-1890) Minería del Plomo. Localizada en las Alpujarras y la sierra de Gádor o Poniente almeriense.

- Etapa 2 (1890-1930) Minería del Hierro. Sierra Almagrera o Levante almeriense.

La crisis de la minería almeriense comenzará a finales del siglo XIX con el incremento de la capacidad productiva de la sierra de Cartagena-La Unión, Córdoba y Ciudad Real y su final vendrá marcado por la crisis de la siderúrgica de los años 20 del siglo XX, el crack de 1929 y la competencia norteafricana. 

*Otras explotaciones menores como fueron las de zinc, azufre, cobre y oro no alcanzarían tanta repercusión económica y social.

ETAPA 1 (1820-1890) LA MINERÍA DEL PLOMO EN LA ALPUJARRA ALMERIENSE Y LA SIERRA DE GADOR. 

Las explotaciones de plomo se localizaron en las Alpujarras y en la sierra de Gádor. 
Numerosas concesiones de reducido tamaño gestionadas por improvisadas sociedades de gente de la zona explotaron con precarios medios de extracción y transformación (tornos de mano, horno de reverbero español o boliche,...) los yacimientos de la zona. Los trabajadores, campesinos y jornaleros de la provincia de Almería que complementaban sus salarios con el trabajo temporal en las minas, alcanzaron un número realmente significativo. 

La abundancia de mineral por superproducción provocó el desplome de los precios en los mercados internacionales y la ruina de muchas minas europeas. 

El agotamiento de las balsas más accesibles en el año 1836 y la bajada de los precios del mineral provocaron la decadencia de estas explotaciones. 

ETAPA 2 (1890 -1930) LA MINERÍA DE PLOMO DEL LEVANTE ALMERIENSE. SIERRA ALMAGRERA.

El agotamiento en el año 1838 de las minas de la sierra de Gádor coincidió con el descubrimiento del filón de plomo argentífero en el barranco del Jaroso en la Sierra Almagrera. Este descubrimiento supuso para Almería el cenit de un siglo caracterizado esencialmente por las actividades mineras y metalúrgicas. 

En ese momento se sucederán las explotaciones de plomo y de hierro en busca de un rápido beneficio que se despreocupaba por la racionalización de la explotación. 

Las instalaciones minero metalúrgicas del levante almeriense, siendo uno de los puntos neurálgicos de la minería y metalurgia mundiales a mediados del siglo XIX, se caracterizaban por un minifundismo que conllevaba una constante insolvencia financiera, el arrendamiento continuo de la explotación y la precariedad de medios técnicos, especialmente, a la hora de realizar conjuntamente el desagüe de la capa freática.

El proceso especulativo entre las numerosas sociedades mercantiles propietarias de las concesiones y las sociedades explotadoras, así como las múltiples compraventas de acciones generó interminables pleitos. Las ganancias no fueron generalizadas pero las obtenidas por algunas familias formaron las principales fortunas de la Almería del siglo XIX. Esta incipiente burguesía minera muy pronto pasaría a constituirse en burguesía agraria gracias a la disponibilidad de las tierras eclesiásticas y municipales desamortizadas. 

A finales del siglo XIX el aumento de la demanda británica provoca un espectacular y efímero desarrollo de la minería provincial con la construcción de nuevas instalaciones de carga, transporte y arrastre (infraestructuras ferroviarias, cables aéreos y embarcaderos). 





























Fuente: Guía Digital
Fotos: David.T

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