sábado, 27 de julio de 2019

Conceptos y tipos del Megalitismo

CONCEPTO Y TIPOS BÁSICOS DEL MEGALITISMO

A pesar de que en el sentido literal podemos encontrar construcciones megalíticas en todo el mundo, desde Japón a los Gigantes de la Isla de Pascua, se denomina realmente megalitismo al fenómeno cultural localizado en el Mediterráneo occidental y la Europa atlántica, que se produce desde finales del Neolítico hasta la Edad del Bronce, caracterizado por la realización de construcciones arquitectónicas con grandes bloques de piedra escasamente desbastados llamados megalitos y con práctica de inhumación colectiva para sus muertos.

Al hablar del megalitismo tenemos que señalar los dos grandes grupos de construcciones megalíticas, las que no son construcciones funerarias y las que sí lo son. Las construcciones no funerarias se encuentran más restringidas en el espacio a diferencia de las funerarias. Estas estructuras megalíticas no funerarias suelen desarrollarse en momentos avanzados de la prehistoria reciente, pero en algunas ocasiones se pueden encontrar construcciones no funerarias y funerarias en la misma área, dando lugar a estructuras muy complejas. En el caso del Sureste de la Península Ibérica nos interesan sólo las segundas.

Las construcciones megalíticas funerarias en relación con el gran esfuerzo que requiere su construcción, especialmente si los túmulos son de grandes dimensiones, tienen la particularidad de incluir variantes y en la gran mayoría de ellas se practicaba la inhumación colectiva al menos a partir de un determinado momento. Los tipos de construcciones funerarias megalíticas se dividen en tres grandes modelos propuestos por Glyn Daniel: las cámaras funerarias simples (sin corredor) o dólmenes simples (construcción de grandes piedras, en un inicio como tumba individual); las complejas con corredor o los sepulcros de corredor; y los sepulcros megalíticos tipo galerías.  

Las cámaras funerarias simples o dólmenes simples son sepulcros megalíticos, trapezoidales, cuadrangulares o rectangulares, de escasas dimensiones y sin corredor. En el oeste de la provincial de Andalucía (Huelva, Sevilla, Córdoba y Cádiz) están extensamente documentados. En Portugal nos encontramos con los dólmenes poligonales o antas. Mientras que en el este de Andalucía nos encontramos especialmente con las cámaras funerarias circulares, llamadas “rundgräber” según la terminología de G. y V. Leisner (1943).

El segundo modelo consta de las cámaras funerarias complejas o sepulturas de corredor que están divididas interiormente en varios espacios. Normalmente contaban con una o, excepcionalmente, varias cámaras (redondas, cuadradas o poligonales) comunicadas con el exterior mediante un corredor. Tanto en este tipo como en el anterior el conjunto se protegía con el túmulo de tierra, a veces con corazas concéntricas, que daba solidez a la construcción.

Los tholoi son sepulcros de corredor, donde este da acceso a una cámara circular con cubierta de falsa cúpula por aproximación de hiladas (Almagro 1965), aunque en general el término se aplica a todos los sepulcros en los en la técnica constructiva se emplea la mampostería. El corredor puede aparecer segmentado en varios tramos. La planta de los túmulos normalmente es circular u oval. A veces la cubierta puede estar hecha de grandes losas. Por mencionar algunos de los sepulcros de falsa cúpula más famosos de Europa podemos citar el del Romeral (Antequera), Los Millares (Almería), Newgrange (Irlanda), entre otros muchos.

Dentro del tercer modelo de estructuras megalíticas funerarias nos encontramos con el sepulcro de galería,  en el que no se puede distinguir en la planta el corredor de la cámara, y que muestra forma rectilínea de paredes paralelas. Un importante ejemplo meridional de este tipo de tumbas es la Cueva de Menga (Antequera).

Por otro lado, nos encontramos con que las construcciones megalíticas funerarias pueden no estar hechas de grandes piedras, pero si ser consideradas megalíticas sólo por el hecho de que la planta y el alzado reproducen los modelos clásicos. Estas son las cuevas artificiales, construcciones funerarias excavadas en la roca. Ellas tuvieron la misma función de contenedor funerario al igual que las estructuras megalíticas y fueron construidas en la misma época, un ejemplo de ello es la necrópolis Alcaide en Antequera (Marqués et al., 2004).

En una estimación algo corta, se estima que los monumentos megalíticos en Andalucía (c. 87 000 km2) podrían llegar a ser alrededor de 1600 estructuras. Estando la mayor concentración de estos monumentos en el este de la provincia de Almería (c.600) y Granada (c.550) (Aguayo de Hoyos, P. y García Sanjuán, L; http: //www.us.es/dpreyarq/web/almaden11.htm), siendo los tholoi más abundantes en el este de Andalucía y en el sudeste de la Península Ibérica, especialmente en Almería lo que no quiere decir que dominen numéricamente (García Sanjuán y Hurtado Pérez, 2002). Mientras que en el centro de Andalucía de acuerdo con Ferrer Palma (1987) son los tholoi, los sepulcros de galería y las cuevas artificiales los más abundantes.

Dentro de nuestra investigación son las construcciones megalíticas funerarias, de la provincia de Almería, las que forman parte esencial de nuestra trabajo y atención. Destacando las cámaras funerarias o sepulcros megalíticos (dólmenes, palabra bretona que significa “mesa de piedra”) simples o de corredor, configuradas por grandes piedras clavadas verticalmente, llamadas ortostatos que suelen sostener una gran losa horizontal que cubre la cámara. Encontramos en su interior las inhumaciones, donde los cuerpos son depositados sin ser cubiertos de tierra, tratándose de enterramientos múltiples o colectivos en los que se van arrinconando los individuos a medida que se introducen nuevos cadáveres.

MEGALITISMO EN EL SURESTE. VALORACIÓN HISTOGRÁFICA

Almería es considerada uno de los focos más antiguos y representativos del megalitismo de la Península Ibérica. Tiene una evolución continua desde el final de la cultura neolítica (“Cultura de Almería”) hasta la fase calcolítica de Los Millares, caracterizada por los tholoi que, sin embargo, convivirán también en ese periodo con otros tipos de sepulcros.

Las primeras noticias de los megalitos del Sureste de la Península Ibérica surgen en 1868 gracias a Manuel de Góngora y Martínez, quien dio a conocer los conjuntos del Rio de Gor y los de Fonelas, Las Peñas de los Gitanos en Montefrío y el dolmen de Dílar (junto a Granada) (Góngora, 1868). Pero la mayor cantidad de información fue proporcionada por el ingeniero belga Louis Siret (finales S.XIX y comienzos XX), quien llega a Almería gracias a su hermano Enrique Siret.

Hoy día el Sudeste español es una de las zonas más interesantes de la Prehistoria de Europa. En particular la provincia de Almería, definida por Luis Siret como “un inmenso museo prehistórico al aire libre”.

Importante es señalar la periodización de la “Cultura de Almería” que realiza Luis Siret a través de sus hallazgos. Siret encuentra en la provincia de Almería y Granada, unas 530 tumbas, con 5,300 individuos y unos 50 dólmenes con ocupación continuada hasta la edad del Bronce, con unas 1,000 inhumaciones aproximadamente (según sus cuadernos depositados en los fondos del Museo Arqueológico Nacional de Madrid) (Cámalich Massieu, 1999). A base de sus hallazgos, divide al Neolítico en dos etapas, antiguo y reciente.  

El Neolítico antiguo (Fase I), donde ocurre un impulso importante de las influencias orientales (punta de flecha, el pulimento de las hachas y la decoración cerámica) y una pobre producción indígena (talla de silex imperfecta y con presencia de microlitos) consta de dos facies, la cazadora y la agricultora. Se le asignaría por ejemplo a los poblados del Gárcel, Tres Cabezos y los de Huércal (Siret, L. 1892: 385-387). Se podría correlacionar con lo que actualmente se define como Neolítico Tardío. La Fase II: “Cultura de la edad de la Piedra” en Almería es definida como un Neolítico medio con doble facies. La primera facies reflejada por la evolución de los geométricos dominando las formas triangulares. La Segunda facies por la llegada de una nueva etnia que trae consigo nuevos materiales como tipos de silex que no se encontraban en la zona y una alta calidad técnica en las puntas de flecha foliáceas. El origen remoto de esta técnica del trabajo del silex lo sitúa en Egipto. Actualmente se consideraría como Neolítico Final. La Fase II/III es la continuación del Neolítico Final y Siret sigue llamándola “Cultura de la edad de Piedra” en Almería y será seguida en el tiempo por la plena edad del Cobre, representada por Los Millares. Esta fase tiene dos facies: la paleolítica de sustrato y la eneolítica de importación. La llegada del eneolítico para Siret supone la civilización del cobre, la decadencia de la piedra pulimentada y los procedimientos perfeccionados para la utilización del silex.

El Neolítico reciente según L. Siret constituiría su Fase III con presencia de cobre (escaso y no está generalizado su uso) caracterizada por la influencia foránea, a través de un activo comercio marítimo fenicio, con vasos cerámicos imitando los huevos de avestruz y sus decoraciones pintadas, la perfección de la talla del silex, el marfil, cuentas vidriadas, vasos campaniformes, pinturas murales de las sepulturas, la agricultura de irrigación o la emergente metalurgia (Siret, L. 1892: 387-388). Estaríamos ya, según los parámetros actuales en el Calcolítico Pleno.

G. y V. Leisner, basándose en el trabajo de Siret, realizan la periodización de la “Cultura de Almería” a través de la tipología de las tumbas mientras que Siret lo realizó a partir de los poblados. De los estudios realizados por G. y V. Leisner y Siret, obtenemos la siguiente tipología de enterramientos en relación con la periodización (Acosta, P. et al. 1981):

A. Sepulcros de cámara simple circular, no excede sus ejes más de 0.30m.                  

B. Sepulcros de cámara simple oval, sus ejes con diferencia mayor a 0.30m.

C. Sepulcros de cámara simple cuadrangular, no excede los 0.30m.

D. Sepulcro de cámara simple rectangular, diferencia en ejes más de 0.30m.

E. Sepulcros de cámara simple poligonal.

F. Sepulcros de corredor con cámara de tendencia circular.

G. Sepulcros de corredor con cámara de tendencia cuadrangular.

H. Sepulcros de corredor con cámara de tendencia rectangular.

I. Sepulcro de corredor con cámara de tendencia trapezoidal.

J. Sepulcro de corredor con cámara de tendencia poligonal.

K. Sepulcro cuyas plantas o técnicas constructivas no están especificadas.             

Adicionalmente existen también los siguientes subtipos en esta tipología: a) mampostería, b) losas, c) losas y mampostería, d) técnicas constructivas sin especificar.   

La unión de la tipología de las tumbas, su subtipo y la periodización nos dan como resultado un interesante sistema muy útil para poder clasificar las tumbas. A continuación mostraremos ejemplos de este sistema:

Fase I

Aa) Sepulcros de planta simple circular. Mampostería.

Ab) Sepulcros de planta simple circular. Losas.

Ac) Sepulcros de planta simple circular. Losas y mampostería.

Ad) Sepulcros de planta simple circular. Técnicas constructivas sin especificar


Este sistema permite realizar numerosos análisis y poder identificar que las tumbas con plantas simples disminuyen por fases. En Fase I son más frecuentes los elementos pulimentados mientras se encuentra una mayor abundancia de láminas en la Fase II/III. El poblado de El Gárcel estudiado por Siret es considerado Neolítico antiguo, lo que es posible a través de la evidencia de microlítica. En el aspecto constructivo encontramos también que en la Fase I las plantas simples con cámara circular predominan, pasando a cámaras cuadrangulares con diversificación de los corredores en la Fase II, y la frecuencia de estos y cámaras rectangulares en la Fase II/III, aspectos que, pese a críticas anteriores, han sido recientemente revalorizados (Cámara Serrano y Molina González, 2004).

A causa de la falta de precisiones estratigráficas, a los estudios parciales de la cultura material mueble y a uso del fósil-guía debemos señalar que a menudo resulta difícil una atribución clara de los yacimientos y especialmente de los sepulcros dado que el ritual de inhumación colectiva implica su uso continuado. En este sentido la definición de la Cultura de Almería ha resultado problemática, especialmente porque determinados autores no han sido capaces de distinguir el Neolítico Tardío del Final. Otra problema es que algunos investigadores no lo consideran como cultura, ni siguiera en términos cronológicos pensando que son comunidades pobres calcolíticas. En este sentido la solución se puede obtener a través del análisis estratigráfico, proporcionando una cronología sólida a dicho esquema. Así lo mostraron Arribas y Molina (1979), aunque fuera a partir de un yacimiento extraño al Sudeste, Los Castillejos en Las Peñas de los Gitanos (Montefrío, Granada) a partir del cual se estableció la relación entre la Cultura de Almería y la Cultura de las Cuevas (Fernández-Miranda, M. et al., 1993) o en términos más apropiados la relación entre el Neolítico Medio, el Neolítico Tardío y el Neolítico Final.

Después del completo catálogo de Georg y Vera Leisner (Leisner y Leisner 1943), en los años 50, entre 1955 y 1959, los arqueólogos Manuel García Sánchez y J. C. Spahni  realizaron el más completo análisis sobre los sepulcros megalíticos del río Gor (un total de 198 sepulcros megalíticos, más 40 dólmenes que habían desaparecido desde los trabajos de Siret, obteniendo un total de 238 sepulcros para esta zona) (García y Spanhi 1959-60). A partir de entonces los trabajos más completos de catalogación han tenido lugar en el Bajo Andarax (Cara y Rodríguez, 1987), el Pasillo de Tabernas (Alcaraz et al., 1994) y el Alto Almanzora (Román et al., 2000).

Durante el IV milenio BC en la comarca de Alto Almanzora encontramos yacimientos de altura (a más de 1,000 m.s.n.m), ubicados en serratas que dominan un amplio territorio con una visibilidad abierta en todas direcciones. En el conjunto Purchena y en general en el Alto Almanzora destaca la asociación de asentamientos y necrópolis en áreas cercanas (ejemplos: La Ruína, Llano de los Churuletes), no conociéndose dispersiones similares a las del área occidental. Las tumbas se localizan en mesetas limitadas por ramblas como sucede en las tumbas de Purchena (occidental) que presentan diámetros superiores a los 3 m con fechas del III y II milenio. Las tumbas del sector oriental del valle son de menor tamaño que las más occidentales, y así Loma del Cucador 9 no superan los 2m de diámetro. Actualmente se está intentando datar estos sepulcros a partir de los restos superficiales cerámicos usando la técnica de Termoluminiscencia (Román Díaz et al., 2003).

La particularidad mayor de este grupo de necrópolis es la abundancia de ídolos desde los cruciformes en fase II de Loma de la Atalaya 12 (Purchena) o en Loma de la Torre 4 (Cantoria) a falanges como los de Buena Arena 1 y 2 (Purchena) e ídolos-placa como en Jautón 4 (Purchena), siempre en la fase II-III (Cámara Serrano y Molina González, 2004).

En el bajo Almanzora, Almizaraque pudo cumplir el papel de centro nuclear de un amplio territorio hasta los momentos finales de la edad del cobre, cuando la reestructuración del poder debió de conducir a una fragmentación del territorio relacionada con el auge de las aristocracias de centros periféricos como Las Pilas (Mojácar), en el valle del Aguas, proceso que culminaría con el nuevo sistema político argárico al iniciarse la edad del Bronce (Molina González y Cámara Serrano, 2002). Este  yacimiento fue excavado por Siret en dos etapas, de 1903-1906 trabajó las zonas del Oeste y el Sur del yacimiento descubriendo 30 casas, varios silos abiertos en la roca y ídolos oculados sobre huesos. En la segunda etapa, de 1932-1933 excavó varias zanjas con direcciones N-S y W-E, desde el centro del cerro (Galván Martínez, 1995).

La necrópolis la Encantada se encuentra junto a este yacimiento y también fue descubierta por Luis Siret que en 1907 comienza las excavaciones. Se mencionan tres tumbas tipo tholos. La número I es la más cercana al poblado y mejor conservada. En el centro de la cámara se encontró un hoyo de una columna de madera, bastantes cuentas esteatita, caleíta y mármol hoy desaparecidas. La Encantada II (en notas de Flores, “dolmen #2”), totalmente destruida, presentaba cámara circular, hacia Poniente mientras que en la Encantada III, casi desaparecida, se sitúa hacia Levante, más cerca del “tell” del poblado (Almagro, Mª. J. 1965).

En cualquier caso antes de acometer un resumen de nuestra propia catalogación bibliográfica conviene trazar un panorama más pormenorizado de las investigaciones recientes en la zona más cercana a la que hemos utilizado como muestra, el Campo de Níjar, es decir desde el noroeste de la provincia de Almería hasta el Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar.

EL ALTO ANDARAX-NACIMIENTO: LAS TRES VILLAS

En el entorno de Fiñana, al noroeste de la provincia de Almería ciertas obras públicas, autovía y campos eólicos, han obligado a actuar sobre un extenso grupos de megalitos descubiertos por F. M. Alcaraz Hernández y en gran parte inéditos (Ramos Millán et al., 2002).

Los megalitos investigados en Las Tres Villas pertenecen a una extensa necrópolis, que fue denominada necrópolis del Cerro de las Veredas. Generalmente se trata de megalitos de pequeñas dimensiones, con plantas cuadrangulares, rectangulares y trapezoidales. Entre ellos se encuentran Benítez, Encina y el Cortijo. Benítez tiene una cámara funeraria prácticamente construida en el túmulo, ya que sólo la base de la misma esta excavada levemente en el techo de la roca. Ha sido afectado por el expolio, lo que no ha permitido determinar con precisión la planta de su cámara, siendo posiblemente cuadrangular o poligonal. La Encina tiene una pequeña cámara trapezoidal semiexcavada en la roca y semiconstruida en un túmulo muy erosionado, encontrándose totalmente expoliada, ya que sólo ha proporcionado entre sus ajuares algunos fragmentos óseos y cerámicos. El Cortijo es comparable a los anteriores en términos generales, mostrando cámara poligonal  totalmente excavada en la roca arcillosa.

Junto a este conjunto mayoritario de megalitos sencillos, aparece una población menor de estructuras megalíticas mayores, con destacadas particularidades constructivas, de túmulos visibles, cámaras cuadrangulares y circulares, puertas perforadas, posibles corredores de acceso y grandes ortostatos. A este reducido grupo de sepulturas mayores y complejas pertenecen los tres túmulos megalíticos de Boca Escúllar (Escúllar 1, 2 y 3).

Si bien las estructuras megalíticas simples son bien conocidas en otros contextos (Bajo Andarax, Tabernas), estos tres grandes túmulos (Escúllar 1, 2 y 3) son monumentos funerarios excepcionales de este fenómeno cultural del megalitismo, y como denuncian los ajuares materiales, coetáneos de los tholoi millarenses y a megalitos de importantes dimensiones (por ejemplo en el término municipal de Alhama) conocidos en el Bajo Andarax. Como en otros contextos geográficos vecinos, estos monumentos funerarios se sitúan en torno a las grandes vías de comunicación natural que son las fluviales, jalonándolas  a partir de su disposición en colinas y cerros de gran visibilidad que bordean la cuenca del Río Nacimiento y sus ramblas subsidiarias, como la Rambla de Escúllar. La cronología y secuencia evolutiva de estas sepulturas megalíticas, a falta de excavaciones modernas, se basa aún en las adscripciones de las primeras investigaciones. Según lo anterior, los megalitos simples serían más antiguos y con una cronología neolítica. Los megalitos mayores y complejos pertenecerían a la última época de este poblamiento, el mundo calcolítico de la segunda mitad del tercer milenio a. C. en cronología convencional (Huéchar-Alhama), donde como en esta necrópolis del Cerro de las Veredas, también están presentes rasgos típicamente millarenses.

BAJO ANDARAX: LOS MILLARES

El poblado de Los Millares se encuentra en el municipio de Santa Fe de Modular, a 17 Km de Almería. Es uno de los yacimientos más importantes del inicio de la edad de los metales en el sureste, y da nombre a la Cultura de Los Millares, que se extendió por todo el Sudeste.

El poblado que cubre prácticamente todo el desarrollo calcolítico (3200-2150 A.C.) se localiza en una meseta en forma de espolón entre el río Andarax y la rambla de Huéchar. Está situado estratégicamente próximo a las minas de cobre de la sierra de Gador (Molina González, 1988; Molina González y Cámara Serrano, 2002). Sin embargo se ha dicho que el papel de la metalurgia en el desarrollo social fue de un elemento que no impulsó pero que pudo favorecer el mantenimiento del poder de determinar grupos sociales o incluso de ciertos poblados a través de la exhibición y circulación de elementos de prestigio y de la adquisición, a partir de ellos, de otros medios de producción (Molina González y Cámara Serrano, 2002).

El poblado de Los Millares fue descubierto en 1891, durante la construcción de una vía férrea, y fue excavado por primera vez por Louis Siret (Siret, 1913). Tras un largo periodo de abandono y expolio, en los años 50 los profesores Almagro y Arribas reanudan las excavaciones (Almagro y Arribas, 1963). Posteriormente en 1978 se iniciaron nuevas excavaciones hasta la actualidad, las investigaciones están dentro del “Proyecto Millares” dirigidas por el Departamento de Prehistoria de la Universidad de Granada (Molina González, 1988).

L. Siret menciona 100 tumbas en la necrópolis, pero sólo sitúa 80 en el plano publicado  ninguna de las cuales es señalada con la numeración dada por P. Flores (Nos 1-75). Este último es quien las excava y documenta, enviándole esta información a L. Siret (Chapman, 1981). En 1943, G. y V. Leisner publican la información de 75 tumbas, de las que tenían documentación y objetos de ajuar.

Durante mucho tiempo no se pudo correlacionar ninguna de las tumbas sobre el terreno, con la excepción de la nº 17, la única en el interior de la muralla del poblado y la nº 40, la mayor de la necrópolis (Almagro y Arribas 1963). De las 75 tumbas, dos eran cámaras circulares simples (nº 33 y nº 51 “Rundgräber ohne Gang”; según descripción de los Leisner), dos eran cuevas o se excavaron parcialmente bajo salientes rocosos (nº 39 y nº 66), una era una cista de piedra (nº 29), cinco eran “megalithische Gräber”(nos 8, 26-28 y 63) y 63 eran descritas como “kuppelgräber” (nos 1-7, 9-25, 30-32, 34, 37-38, 40-50, 52-62, 64-65, 67-75). Un enterramiento en cista (nº 35) y un sepulcro de corredor de ortostatos (nº 36) completaban el conjunto. Otra de los problemas con la que se encontraron G. y V. Leisner es que se menciona el barranco del Viaducto, pero posiblemente fuera el nombre antiguo del barranco de Pantaleo (Chapman, 1981).

En 1963, Almagro y Arribas logran correlacionar un número mayor de sepulturas gracias a un croquis inédito de Siret que no fue utilizado ni visto por los Leisner (Almagro y Arribas, 1963). Chapman en su tesis doctoral se dedicó a recopilar los detalles del estudio de Almagro y Arribas pudiendo correlacionar 31 tumbas con las publicadas por los Leisner y 4 más de manera provisional, dando 35 tumbas; el 61.4% respecto a las 56 del plano, el 46.6% respecto a las 75 publicadas por los Leisner y el 35% al respecto al centenar de Siret.

Nosotros, en nuestra investigación, al realizar las lecturas de los documentos nos encontramos con diversas contradicciones y errores de imprenta. Por ejemplo, en el área del ajuar, donde la publicación de Almagro y Arribas (1963) realiza una detallada descripción de las piezas encontradas en Los Millares basándose en  los dibujos publicados por G. y V. Leisner, nos encontramos con algunas contradicciones, por ejemplo en la sepultura VII (numeración de Almagro y Arribas) ó 7 (numeración de G. y V. Leisner) se le da el nº 43 a dos piezas distintas, en este caso gracias a las descripciones y los dibujos de G. y V. Leisner se pueden diferenciar, uno sería nº 43 (punzón de hueso en tres fragmentos) y el otro nº 42 (fragmento puñal hueso con mango).

En el escrito de G. y V. Leisner (1943) también nos encontramos contradicciones y errores de imprenta por ejemplo, en el Grupo 16 formado por Los Millares, nos encontramos con que Los Millares 25 está repetido en dos ocasiones, pero esta tumba correspondería a la “taf.18, grab.6” mientras “taf.21, grab.2 correspondería Los Millares 24.

Otras particularidades son que los Millares X y XI se encontraban contiguas sobre un mismo túmulo. Entre los restos humanos aunque en general sólo se encuentran restos adultos en la cámara, en los Millares XXI según Almagro y Arribas se encontraron huesos adultos en el nicho de la cámara y no sólo restos infantiles.

BAJO-MEDIO ANDARAX: PASILLO DE TABERNAS

El Pasillo de Tabernas se sitúa cerca del poblado de Los Millares. La zona esta geográficamente considerada como una vía natural de comunicación entre las costas del levante almeriense y las llanuras del interior. Cuenta con  diversos poblados del Neolítico reciente y el calcolítico especialmente en los valles principales junto a pequeñas necrópolis y grandes necrópolis dispersas en los valles que descienden de los Filabres (más de 200 estructuras de enterramiento).

Aunque muchos sepulcros fueron excavados por L. Siret (1890-1906), y su material fue llevado en 1937 al Museo Arqueológico Nacional, la mayor parte de los datos hoy disponibles procede de las prospecciones llevadas a cabo en el marco del Proyecto Millares dirigido por F. Molina González y A. Arribas Palau.

Se han documentando en las prospecciones tumbas megalíticas simples, cámaras cuadrangulares o rectangulares sin corredor, construidas con grandes ortostatos de micasquisto o pizarra predominantemente por lo que no se trata de estructuras portantes estando excavada la cámara siempre en la roca. En general se sitúan en lugares elevados con buena visibilidad.

Un segundo grupo de sepulcros con mayor complejidad constructiva, incluyendo cámaras circulares con corredor, está asociado a los poblados calcolíticos del Pasillo y se sitúan en  pequeñas elevaciones (Alcaraz Hernández et al., 1994).

J.A. Cámara Serrano y F. Molina González (2004) obtuvieron una diferenciación, a través de índices de pendientes y altura, entre las tumbas que nos ayuda a comprender la dispersión megalítica en el sureste. Refieren 3 grandes tipos, subdivididos cada uno en otras agrupaciones.

(1) Alta visibilidad y dominio sobre el entorno. Tipo Ia; tumbas alineadas en las cuerdas montañosas de las partes altas de sierras medias (Velefique, Sierra Bermeja) y bajas (Pueblo). Generalmente tumbas poligonales. Tres subtipos: Ia1 mayor distancia a la tumba más próxima, en el caso de Sierra Bermeja. Ia2- distancia a los asentamientos, baja (ej. Rambla de Velefique). Ia3- alta, Serrata del Pueblo. Tipo Ib- pendiente más bajas, dominan las tumbas rectangulares, exceptuando la circular del subtipo Ib2, la única tumba de valle (Cerro de las Yeguas, Al-TA-095).

(2) Tumbas de sierras bajas y medias. Poligonales en su mayoría. Tumbas de interconexión visual.

(3) Tumbas de menor control visual. Poligonales y circulares. Todas las tumbas rectangulares. Pese a la interconexión visual comentada en otras ocasiones, las tumbas de valle no muestra un dominio sobre el entorno particular, como se en los casos de Los Rubialillos y Los Peñones.


En definitiva Se pueden distinguir las necrópolis dispersas de alta-media montaña para marcar las rutas de desplazamientos, dispersas de media-baja montaña o de interconexión y concentradas de valle, destinadas a destacar la cohesión social y la desigualdad. Se trata de emplazamientos que marcan los desplazamientos de las cuerdas (partes altas de las cumbres), las dorsales (para remontar una sierra de lado a lado), los collados (para comunicar dos valles entre montañas), los vados (para atravesar cursos de agua) y los cruces entre diversas rutas.

Entre el primer tipo de necrópolis destaca la de Terrera-Ventura o Rubialillos situada en el centro del valle junto al poblado de Terrera Ventura y que cuenta con 5 tholoi, a escala inferior de la necrópolis de Los Millares. Fue excavada en 1950 por Cuadrado Ruiz (Topp & Arribas 1965), en 1961 por Martínez Santa Olalla (sin publicar) y en 1973-74 por Gusi Jener.

CAMPO DE NÍJAR

Luis Siret y su capataz Pedro Flores encontraron mucha necrópolis de gran importancia en la región del Campo de Níjar como las necrópolis prehistóricas de las Peñicas y el Tejar. G. y V. Leisner realizaron la recopilación de algunos de estos materiales y documentaron estos enterramientos calcolíticos, publicándose en su obra monumental (Leisner y Leisner 1943). El descubrimiento de la necrópolis del Barranquete a finales de los años 60 motivó una primera intervención arqueológica a cargó de M. Fernández Miranda, quién puso al descubierto su importancia excavando varias tumbas de falsa cúpula. Entre 1969-1972 Mª J. Almagro Gorbea continuó estudiando una serie de tumbas megalíticas pertenecientes a la misma necrópolis, que dieron lugar a varias publicaciones (Almagro Gorbea, 1973a, 1973b). Años más tarde esta misma investigadora realizó varios sondeos arqueológicos en el poblado prehistórico de El Tarajal (36°50’ N 1°29’E), que según la autora no pasaba los 170 m2 de superficie, situado muy cerca de esta necrópolis y destruido en aquellos años (Almagro Gorbea, 1976). No será hasta la década de los años 80 cuando comiencen los primeros proyectos de prospección arqueológica a cargo de J. Ramos en el Campo de Níjar, desde Sierra Alhamilla hasta La Serrata. El estudio comprendía desde la prehistoria hasta la época romana (Ramos 1986, 1987, 1990), completado por los del equipo de F. Carrión (Carrión et al., 1993; Haro 2004).  

Los asentamientos calcolíticos están situados sobre cerros de escasa altura que dominan el paisaje atravesados por varias terrazas fluviales donde pudo desarrollarse la agricultura. Las excavaciones de El Tarajal establecieron la única secuencia estratigráfica disponible en la comarca (Almagro, 1976) que va desde el Cobre Pleno hasta un Bronce inicial. Las fechas calibradas nos indican un cal. 2895 A.C. como fecha inicial y un cal. 2294 A.C. para los últimos momentos (Nocete, 2001: 37).

El grupo inmediato de tumbas de El Barranquete (Campo de Níjar) (Almagro, 1976a, 1973b) ocupa una situación estratégica controlando el mayor paso hacia la zona suroriental del Cabo de Gata (Haro Navarro 2004). Esta necrópolis comparte una etapa muy similar a la de Millares (Cobre pleno), pero se diferencia en que es una necrópolis más reducida.

La necrópolis el Barranquete fue descubierta en 1968 por el arqueólogo suizo Charles Bonnet y estudiada por Almagro. Sus 11 tumbas son del tipo tholos, aunque hay indicios de la posible existencia de otros sepulcros (Cámara Serrano y Molina González, 2004). Las plantas pertenecen al tipo A señalado por Acosta y Cruz-Auñon (1981); circular con el diámetro ligeramente ovalado, oscilando las medidas entre los 10-15m de diámetro.

El Barranquete es una de las pocas necrópolis donde se han realizado estudios antropológicos de los individuos encontrados. En este análisis antropológico se utilizaron las técnicas de Martín, R. (1958) (Jahrbuch der Anthropologie in systematischer Darstellung, Stuttgart. Re-edit. K: Saller. G. Fischer Verlag edit.) para las medidas; la estimación de la edad se basó en el esquema de Vallois modificado por Olivier, Georges (Pratique Anthropologique. Vigot Freres, editeurs. Paris-VI-1960) y por Brocca, Paul (Instructions cranoiologiques et craniometriques Mem. de la Soc. d’ Anthrop. de Paris. T-2. 1875). Para la consolidación  de algunos ejemplares se utilizó material plástico.

Las sepulturas constaban de enterramientos colectivos, practicando el rito de la inhumación, y según el análisis antropológico realizado por Miguel Botella (Almagro 1973) se encontraron 107 individuos. Tratándose de un 59.8% de adultos y un 14.2% juvenil (mayor pico de mortalidad). Siendo rara la longevidad y no estando representada la mortalidad infantil. Los esqueletos se encontraron en posición encogida o posición fetal, con excepción de 1 individuo en la sepultura 4 y otro en la sepultura 11 que se encuentran estirados (del argar). En las sepulturas 2, 3, 4, 5, 8, 9 y 11 los individuos muestran los cráneos descansando sobre un espacio especial delimitado por varias piedras en donde encajan las cabezas. Junto a cada muerto, en casi todos los casos, se encontraba por lo menos un recipiente de cerámica.

Algunos de los resultados del análisis antropológico de las tumbas son los siguientes. En El Barranquete 4 se encontraron 14 individuos en la cámara (tipo 2 Broca, terminología usada por Miguel Botella); una calvaria (cráneo) de un varón de 65 años, un fragmento de cráneo de un varón adulto, un fragmento de cráneo y una mandíbula posiblemente de un individuo masculino de alrededor de unos 30 años, 2 fragmentos de un cráneos de un adulto masculino; un fragmento de un cráneo de un individuo maduro, un fragmento de un cráneo de un niño en la 2da infancia, un fragmento de un cráneo de un adulto, un temporal de un individuo infantil (II), un fragmento de un cráneo de un adulto mayor de 30 años, un fragmento de un cráneo y una mandíbula de un individuo maduro.

ANÁLISIS DE LA NECRÓPOLIS DEL BARRANQUETE

Luego de numerosas revisiones bibliográficas y un arduo trabajo de investigación hemos logrado obtener las fichas, recogidas en el Volumen II de nuestro Proyecto de Investigación, objetivo principal de este trabajo de investigación, del que ofrecemos aquí un modelo aplicado a la necrópolis citada en último lugar (fig. 1). Paara lograr una mejor visión de la información contenida se colocan abreviaturas en vez de palabras enteras en algunos de sus apartados.

Queremos destacar que existen espacios en blanco en las diferentes fichas de las Tablas, los cuales están para ser posteriormente rellenados con nuevos hallazgos que ulteriores estudios e investigaciones puedan aportar en un futuro.

En relación con la necrópolis del Barranquete realizamos un polígono señalando no sólo sus sepulturas, utilizando de base el mapa de la publicación de Almagro Gorbea (1973), sino también el área de posible dispersión, y luego utilizando el “Programa Mulhacén” obtuvimos las coordenadas UTM de cada tumba dentro del mapa topográfico de Andalucía a escala 1:10000 (fig. 2 y 3).

En nuestro análisis solo realizamos una breve aproximación a la enorme gama de posibilidades que tienen las estadísticas para mostrarnos tendencias, como hizo Carmen de la Peña y Montes de Oca (1986) en su publicación. Debido a los pocos detalles sobre el ajuar que tenemos del Barranquete, no obtuvimos extraordinario resultados al menos de momento. Por supuesto es sabido que cuanto mayores detalles mejores y más fiables serán los resultados. Por consiguiente pensamos que sería de utilidad realizar posteriormente un análisis como el realizado por B. Blance (1971) en su publicación donde se muestra las asociaciones de cada material.

Primeramente realizamos una gráfica donde se muestra la frecuencia de asociación entre los ajuares, encontrando que existe mayor frecuencia de objetos de hueso trabajado (tabla 1, fig. 4).

VALORACIÓN Y PERSPECTIVAS

En base a todas las lecturas que pudimos realizar y sus análisis, pensamos que sería de un gran aporte la revisión del material hallado (en las distintas necrópolis excavadas), no sólo para conocer su estado actual sino también para observar si existía más material del publicado. Por esta razón se realizaron las visitas a distintos museos, corroborando su estado actual y observando si se encontraban en exhibición.

Nuestra visita al Museo Arqueológico Nacional en Madrid nos permitió conocer de primera mano la condición de conservación de algunas piezas y la cantidad de material que se encuentra en exhibición procedente de las necrópolis megalíticas de Almería. Muchas de las piezas son de las excavaciones de Siret y su capataz, Pedro Flores.

En adición, realizamos una visita al nuevo Museo de Almería, que está recién renovado. En exhibición se encuentran las piezas encontradas en las excavaciones realizadas por Almagro y Arribas (1953-1957) y también parte del material de las más recientes excavaciones en Los Millares. También se encuentran  materiales arqueológicos de otras importantes necrópolis y poblados anejos del Sudeste como piezas de cerámica de Almizaraque, Los Millares y Terrera Ventura, cuencos con decoración de estilo campaniforme en Los Millares y el Chuche, ídolos cruciformes de Loma de Atalaya 12 y Loma de Almanzora 15, un ídolo con atributos femeninos de cerámica de Terrera Ventura y ajuar de cobre de Los Millares y del Barranquete; entre otras piezas.

El poner en valor un patrimonio cultural como lo es una necrópolis megalítica no sólo permite su recuperación y conservación sino que fija a la población, en la que está inmerso, creándole riqueza y empleo. Este intento de puesta en valor en el Sudeste lo podemos ver en el parque temático integral sobre el megalitismo en Gorafe (Castellano Gámez, M. et al., 1999) y en Los Millares.

Para finalizar es nuestro deseo que se continúen las investigaciones, por tal razón esperamos que lo expuesto en este trabajo de investigación sea de utilidad no solo para realizar análisis y nuevas investigaciones sino también para despertar el interés de la investigación en general.


https://www.ugr.es/~arqueologyterritorio/Artics3/Artic3_2.htm

viernes, 26 de julio de 2019

Embalse de Benínar

El pantano de Benínar está situado en la provincia de Almería  y está alimentado por las aguas del río Grande de Adra que desciende de Sierra Nevada . Su nombre se debe a que se construyó sobre el pueblo de Benínar, que ha quedado bajo sus aguas. 

Pueblo de Beninar.
Los edificios del pueblo fueron destruidos, incluida su iglesia -antigua mezquita-, y sus habitantes se vieron forzados a emigrar. Aunque su construcción no terminó hasta 1983, las Cortes Franquistas aprobaron este embalse hacia 1958.

Cartel informativo.
Cartel informativo.
Con una capacidad de 68,2 hm³, es el segundo mayor embalse de la provincia tras el de Cuevas de Almanzora. El río Adra aporta un total medio de 45 hm³ de agua al año.​ También aportan agua, aunque en menor cantidad, las numerosas ramblas que confluyen en él. Recibe el agua de 521 km² de las provincias de Almería y Granada.

El embalse de Benínar comenzó a construirse en los años 1970 y se concluyó en 1983.
 Toma su nombre del pueblo de Benínar, que quedó bajo las aguas
A pesar de su tamaño, la capacidad de este pantano está limitada por el hecho de que no todo el suelo del vaso fue impermeabilizado, por lo que su capacidad práctica es de 15 hm³, filtrándose al subsuelo todo el sobrante. Este motivo ha provocado que se haya sugerido incluso, su demolición.​
Para limitar la cantidad de sólidos transportados y por tanto, el riesgo provocado por ellos, el embalse de Benínar se encuentra protegido por tres pequeñas presas: La presa de Turón, la presa de Darrical y la presa de Yator.
Entre agosto y septiembre de 2013 la zona del pantano de Benínar fue utilizada como escenario para el rodaje de una película india, llamada Ramaya Vasthawya. Se rodó una escena musical en la que participaron los protagonistas y varios bailarines.



Fotos: David Téllez

Iglesia de las Salinas

Las explotaciones salineras de La Almadraba de Monteleva, existentes desde época romana, fueron enajenadas en 1872 por el estado. En 1882 fueron adquiridas por una compañía francesa; más tarde las compraría Isabel Oliver y de Cueto para pasar luego a sus herederos, la familia Acosta con el nombre de Salineras de Acosta.

La nueva gestión de Isabel Oliver y los Acosta trajo consigo importantes beneficios que redundaron en el equipamiento urbano para los trabajadores salineros, construyéndose así la iglesia en 1907 para el culto religioso católico de los trabajadores de las salinas. Destaca por su estilo sóbrio y ecléctico, cánones que dominaban en la arquitectura de la época.

El 25 de diciembre de 2004 se ofició misa por última vez, no siendo definitivo su cierre. En fechas recientes, siempre con permisos especiales del Obispado, se han celebrado ceremonias religiosas, como bodas y bautizos.


Construida en 1907 para el culto religioso católico de los trabajadores de las Salinas.

Plano de la Iglesia.

A diferencia de las viviendas de los salineros, el templo se levantó sobre una plataforma para evitar la entrada de agua y arena, elevación que le confiere cierto aíre de superioridad simbólica. Bajo la nave, se alojaran distintas estancias dedicadas a servicios, entre ellas un palomar. La iglesia está rodeada por un muro rectangular hecho de mampostería.

La fachada principal mira al sureste, mirando al barrio obrero, la Sierra de Gata y el faro, se encuentra, por tanto, de espalda a los núcleos de población más próximos (San Miguel de Cabo de Gata y Almería capital). Con esta peculiaridad parece pretender cerrar un espacio más privado para los trabajadores de las salinas.

La fachada principal se abre a una escalinata flanqueada de dos pilastras rematadas con molduras y un pórtico tetrastilo in antis orientado al sureste, formado por columnas de fuste liso y capitel plano, levantadas sobre plinto. Sobre el mismo se sitúa el balcón del pórtico, con un vano enmarcado en arco de medio punto y decorado con una cruz entre grutescos.

La única nave es de planta rectangular, inusualmente alta y estrecha. Tiene dos niveles de altura. En el muro correspondiente al lado del Evangelio se construyó el campanario. En su interior encontramos dos módulos conforman un solo espacio con bóveda de cañón y cubierta plana en terraza. El interior cuenta con coro y sacristía y está decorado con falsas columnas y cenefa labrada en piedra.

El campanario es de base cuadrada. Tiene su techo que acaba en forma piramidal. Estaba coronado por una cruz de hierro, desaparecida en diciembre de 2009. Consta de seis niveles con forma de cubo y está adosado a la derecha de la nave del templo. Sus cuatro fachadas fueron decoradas de forma irregular, si bien la decoración de sus paredes repite los mismos motivos.

En la parte trasera, es decir, el lado suroeste del recinto encontramos un cementerio con nichos. En general, se puede describir su aspecto como italianizante, cosa inusual en un ámbito rural y marinero.

Campanario de base cuadrada.

 

Sarcófago Paleocristiano de Alcaudique

En 1925 ,el pago de Jarela fue testigo del descubrimiento fortuito de un sarcófago paleocristiano  fechado a inicios del siglo IV y conservado hoy en el Museo Arqueológico Nacional. Se encontraba delante de la puerta de un cortijo a muy poca profundidad ( unos 30 cm). Contenía los restos humanos muy desechos de un adolescente, y estaba cubierto con tres losas de perfil irregular de la zona ,dos de tosca y uno de laja que presenta a modo de hoyitos hemisferios.Mide 2,06 metros de longitud por 53 cm. de altura y 56 de anchura.

Representa en un friso corrido típico de la época, diversas escenas del Nuevo Testamento. De izquierda derecha se muestra la curación de Lázaro, cobijado en un templo, y después  la entrada de Jesús en Jerusalén sobre una Borriquilla junto a la higuera en la que está subido Zaqueo. Le sigue un orante, representación del nuevo fiel , franqueado por sendos personajes. A continuación figura la negación de Pedro, rodeado de tres apóstoles. Por último, Pedro y Pablo son conducidos ante el emperador,  escena Apócrifa que hay que relacionar con una tradición primitiva. Las figuras mostraban restos de pigmentación en rojo oscuro o morado. Algún experto lo fecha entre 315 a 335 y procedente de un taller radicado en Roma.

Frontal del sarcófago de La Jarela, Alcaudique.

Mélida pensaba que se cobijaría bajo el arcosolio ( arco que alberga un sepulcro abierto en la pared)  de una capilla o cripta, semejante a la de Daimún ejidense, donde serviría de mesa en la consagración de la misa. En toda la excavación que se hizo para sacarlo no se descubrió vestigio arqueológico algúno. J. Martínez de Castro creía que no era este del lugar original de su colocación pues antes  había servido de abrevadero, cuestión desmentida por otro al interpretar los indicios de manera diferente. Sin duda hay un fuerte contraste, más aparente que real entre la riqueza de la pieza y la simplicidad del enterramiento, siempre anterior a finales del s.XI , época en la que el celo islamista, sin duda hubiera mutilado los relieves al considerarlos  impíos. En zonas de cultivo tradicional, un conjunto cimiterial tardorromano proporcionaría  pocos datos sin efectuar trabajos de desmonte que descubrieran las tumbas. No debe sorprendernos, por tanto,que  estamos solo en apariencia ante un hallazgo aislado y descontextualizado.

En primer lugar nos encontramos ante la temprana consolidación del cristianismo en la comarca a favor de su cercanía al mar. Sabemos, en efecto, que el origen e la nueva religión hay que buscarlo entre los comerciantes orientales y las comunidades griegas y judías, como las establecidas en los puertos de Adra y Murgi. Tras algunas persecuciones, y a partir del edicto de tolerancia de Galieno ( año 260 ), el cristianismo pudo consolidarse sin problemas.

En segundo término, y a nivel más general, muestra que la difusión de imágenes paganas se reduce drásticamente al exclusivo ámbito doméstico hasta desaparecer totalmente en el último cuarto del siglo IV, cuando el cristianismo se afianza en las capas dirigentes de ciudades secundaria.

jueves, 25 de julio de 2019

Cista Argárica de Gádor

La primera noticia del hallazgo se debe al Juez de Gádor, quien el 26 de Noviembre de 1971 notificaba al Museo de Almería acerca de las excavaciones efectuadas por unos menores de la localidad en la denominada Rambla del Ciscarejo, quienes encontraron restos óseos dentro de una cista.

La Cista se encontró en  la zona baja de la ladera del Castillejo, en la finca propiedad, de D. Antonio Guerrero García y que se halla a unos 23 m. del cauce de la rambla del mismo nombre y a unos 300 m, de la carretera Nacional 324 , donde todavía se conservaba intacta la oquedad en la que había estado la cista. La cavidad presentaba un fondo aplanado en el que había varias piedras irregulares de gran tamaño. De igual modo a uno de los lados de la misma, aparecían piedras que posiblemente formaban un sistema de contrafuerte exterior.

La sepultura contenía dos individuos, uno masculino y otro juvenil del sexo femenino, en un estado de conservación muy deficiente. El ejemplar femenino, del que sólo se ha podido estudiar la bóveda y parte de la mandíbula, presenta rasgos característicos del grupo racial dinárico-armenoide, si bien esta atribución se hace con las necesarias reservas derivadas de su estado de conservación; 

La Cista argárica está compuesta por seis laja de pizarra de perfil cuadrangular irregular, nombradas de la A a la F para su descripcion individualizada. 

Laja A: borde superior 51,9 cm; borde inferior 52,5 cm; bordes laterales 58 cm; grosor: 3,7 cm; en el lado superior, presenta un rebaje central de 3,1 cm.

Laja B: borde superior 51cm; borde inferior 52,5 cm; bordes laterales 58,5 cm; grosor: 1,3 cm.; en el lado superior, presenta un rebaje de 3,5 cm de longitud por 4,7 de anchura.

Laja C: borde superior 137 cm; borde inferior 110,5 cm; borde laterales 58.5 cm; grosor máximo: 5,5 - 3,6 cm.

Laja D:borde superior 91 cm; borde inferior 115 cm; bordes laterales 58.5 cm; grosor máximo: 4,4 cm; grosor mínimo: 3,4 cm.

Laja E: constituye la base de la cista. Longitud máxima 134 cm; anchura máxima 87 cm; grosor máximo: 7 cm.

Laja F: forma parte de la cubierta -fragmentada e incompleta-; longitud máxima 155 cm; anchura máxima 85 cm; grosor máximo 5 cm.

En base a la tipología del ajuar hallado en su interior -un pequeño puñal de cobre, de tipo antiguo, y varios fragmentos cerámicos-, podría situarle en un momento temprano de la Cultura de El Argar.

Cista expuesta en el Museo de Almería.

miércoles, 24 de julio de 2019

Cueva de Ambrosio

Yacimiento considerado como uno de los más importantes para el estudio del Paleolítico Superior de la Península Ibérica. Se trata de un gran abrigo rocoso en una pared vertical de más de 100 metros de altura, formada por calizas del Burdigaliense Superior-Langhiense Inferior. La boca mide 39 metros de amplitud, penetra 17 m hacia el interior y alcanza una altura de 18 m, es de forma triangular y está orientado al Sur-Suroeste. Situado encima de un cortado sobre el arroyo del Moral, en zona de erial. Su situación geográfica es de gran importancia, dada su posición intermedia entre el Levante y Andalucía, presentando además la ventaja de estar situada en una encrucijada de vías de penetración o pasos naturales, como son los llanos que unen Caravaca con la Puebla de Don Fabrique y la rambla de Chirivel, que desde Puerto Lumbreras llega hasta la depresión de Guadix-Baza. 

Cueva de Ambrosio.
Sus excavaciones comenzaron en las primeras décadas de este siglo, siendo excavada por primera vez en 1911 por el Abate H. Breuil y F. de Motos. Además de estas actuaciones puntuales, se han realizado otras investigaciones arqueológicas en este lugar por E. Ripoll Perelló entre 1958-1964 y S. Ripoll López a partir de 1983. Actualmente se encuentra en proceso de excavación. Presenta una secuencia cultural de Paleolítico, Epipaleolítico y Neolítico. En este yacimiento, durante las campañas de 1992 y 1994, se han encontrado un conjunto de representaciones artísticas parietales pintadas y grabadas del Paleolítico Superior.
Entre los grabados del Panel I se ha descifrado una excelente silueta de caballo, una representación de ave, unos prótomos de bóvido y de caballo, así como otros trazos todavía no interpretativos. En la parte inferior del panel existen pinturas, poco visibles a causa de una colada calcítica y de momento no es posible interpretar ninguna representación figurativa.

En el Panel II se han identificado un espléndido caballo pintado en ocre rojo, otros dos caballos grabados, un prótomo de caballo pintado en negro y gran cantidad de líneas incisas en trazo múltiple, así como otros restos pictóricos por identificar.


La excepcionalidad del hallazgo reside en el hecho de poder interrelacionar perfectamente estas muestras de arte con los niveles arqueológicos claramente definidos desde el punto de vista cultural y cronoestratigráfico del mismo yacimiento. En este yacimiento, en el cual el equipo del profesor Sergio Ripoll López viene trabajando desde hace algo más de diez años, se ha documentado una de las secuencias más completas e importantes del Solutrense del Mediterráneo Español, dentro del cual se han podido constatar tres niveles de ocupación correspondientes al Solutrense Medio, Solutrense Superior y Solutrense Superior Evolucionado.


Este abrigo no sería un lugar de habitación permanente, sino un sitio al que se acudía a renovar el utillaje lítico en determinados momentos, según parecen confirmar las investigaciones que se están llevando a cabo. Es de remarcar que en la Cueva de Ambrosio ya se había encontrado una representación figurativa: prótomos de caballo, realizada sobre un compresor-retocador de caliza atribuible a un momento evolucionado del Solutrense. A pesar de su gran interés y dado su aislamiento geográfico, a pesar de estar vallada, durante largo tiempo ha estado desprotegida y expuesta a excavaciones clandestinas que han ocasionado graves pérdidas. Está protegida por un antiguo cerramiento y actualmente se está proyectando por parte de la Consejería de Cultura una reforma del cerramiento-vallado, con objeto de que éste se integre mejor en el entorno paisajístico. Todas las representaciones descubiertas hasta el momento se sitúan sobre una superficie rocosa más o menos lisa y ligeramente concrecionada. La parte inferior está recubierta por una colada calcítica debida a una fase húmeda posterior a la ejecución de las figuras. Es comúnmente conocido que la viveza de color, sobre todo de los óxidos de hierro, hematites y ocres, depende del grado de humedad de las paredes. La frescura de la pintura del équido del panel II de la Cueva Ambrosio estaba en su grado óptimo, gracias a la hidrometría favorable. En esta zona -la más baja del abrigo- cuando llueve, se produce un goteo continuado. La existencia por otra parte de un nivel de arenas estériles depositado encima de un nivel de ocupación, que actúa como una capa impermeable dado el alto contenido de materia orgánica, provoca que aquellas arenas conserven mucho la humedad, lo que sin duda ha favorecido el excelente estado de conservación de esta figura. 
La UNESCO  en la declaración como patrimonio mundial de la humanidad del arte rupestre de la cuenca mediterránea en la Península Ibérica, dice que éste, es el grupo más grande de sitios de arte rupestre en Europa, y proporciona una imagen excepcional de la vida humana en una fase crítica del desarrollo humano, que se representa de forma vívida y gráfica en pinturas que son únicas en estilo y temática. Este sitio está incluido en la declaración como patrimonio mundial .

Datos Históricos .

La investigación de este yacimiento comienza a principios de siglo, cuando Federico de Motos, gracias a sus contactos con el Marqués de Cerralbo y el profesor Hernández Pacheco, entra en contacto con Breuil. De hecho, la primera noticia que se tiene de Cueva Ambrosio aparece en una carta de fecha de diciembre de 1911 que dirige F. de Motos al abate Breuil. En la correspondencia entre ambos personajes no se vuelve a citar la Cueva Ambrosio hasta 1913. Sin embargo, en 1912, el abate publica en el "Congrés International dÁnthropologie et Arqcéologie Préhistoriques" celebrado en Ginebra, su obra "Les subdivisions du Paléolighique Supérieur et leur signification". En esta publicación, Breuil presenta una punta de muesca típica de Cueva Ambrosio. En la primavera de 1913, Breuil y Motos realizan una excavación, al parecer en la zona oeste hacia el interior del abrigo donde los estratos paleolíticos estaban bastante altos. Por otra parte, las noticias sobre si Luis Siret excavó en Cueva de Ambrosio son bastante contradictorias. En su obra inédita "L"Espagne Préhistorique" no menciona la excavación de Cueva Ambrosio; sin embargo, en una nota encontrada en unas cajas con materiales procedentes de las excavaciones de L. Siret en Almería, habla de la Cueva del Tesoro. En 1944, el profesor Martínez Santa-Olalla, Director del "Seminario de Historia Primitiva del Hombre", estudió la posibilidad de emprender una serie de trabajos en esta cueva, encargando dichos trabajos al profesor Jiménez Navarro, que en ese mismo año y acompañado por el Comisario Provincial de Excavaciones de Almería, don Juan Cuadrado Ruiz empezó las excavaciones en la zona oeste del abrigo. Estas excavaciones en los años 1944 y 1945 sacaron a la luz la existencia de un importante estrato Epipaleolítico. Jiménez Navarro no volvió a excavar en Cueva Ambrosio, pero no hay que olvidar la importancia de esta excavación en la historiografía de esta cueva. Tras un paréntesis de 13 años y debido a la insistencia de Breuil, se reanudan las investigaciones en la cueva. Así, en 1958, el Servicio de Investigaciones Arqueológicas de la Diputación Provincial de Barcelona, a través de su director el profesor Luis Pericot, y con la ayuda económica de la Wenner-Green Foundation for Antrhopological Research de Nueva York, encargó al profesor Ripoll el inicio de una serie de campañas en el yacimiento. A partir de esta fecha, se van sucediendo campañas de excavación desde el año 1960 hasta 1964 bajo la dirección de Ripoll. Fruto de una de estas campañas, en febrero de 1961, y dado el interés que tenían los materiales localizados, se montó una exposición en el Museo Arqueológico de Barcelona para darlos a conocer al público. En 1975, el profesor M. Botella llevó a cabo una pequeña excavación para comprobar si quedaba algún nivel intacto, observando que el yacimiento se encontraba destruido por la acción de los clandestinos. Luego la cueva quedó a merced de los clandestinos, quienes en 1978 volaron con dinamita unos bloques para intentar localizar niveles intactos. Por último, a partir de 1982, se inicia una nueva fase de excavaciones bajo la dirección de Sergio Ripoll. Entre las campañas de 1982 y 1994 se localizan un conjunto de representaciones artísticas parietales, tanto grabadas como pintadas, pertenecientes al Paleolítico Superior. Fundamentalmente se trata de representaciones de équidos, cuya importancia reside en el hecho de poder interrelacionarlos con los niveles arqueológicos claramente definidos desde el punto de vista cultural y cronoestratigráfico (ca. 16000 B. P., Solutrense Superior Evolucionado) del propio yacimiento.


lunes, 22 de julio de 2019

Refugios Antiaéreos de Adra

Desde el 18 de julio de 1936, comienzo de la guerra civil, hasta finales de marzo de 1939, Adra permaneció en la zona controlada por el Frente Popular. Inicialmente fue zona de retaguardia, alejada de los frentes, pero no ajena al devenir de los actos bélicos.

La caída de Málaga, el 8 de febrero de 1937, y de la mayor parte de la costa granadina, situó la línea del frente a tan sólo 38 kilómetros de nuestra población. Un día antes de la ocupación de la capital malacitana, Adra sufrió un bombardeo aéreo que provocó numerosas muertes. Este trágico acontecimiento dio lugar a la construcción de numerosos refugios antiaéreos por todo el núcleo urbano.
Promovidos por las autoridades locales, la realización de refugios públicos contó con el asesoramiento de técnicos militares. Se creó un Comité Local de Defensa Pasiva, que, entre otras funciones, recaudaba fondos entre los vecinos para la financiación de las obras. Los trabajos se prolongaron. El 2 de julio de 1938, las organizaciones de trabajadores del ramo de la construcción solicitaron al Consejo Municipal que se aceleraran las obras que se venían realizando para dar cobijo y protección a la población civil, con las que también se pretendía subir la moral de ésta.

Este refugio, el situado bajo la Plaza Vieja, consiste en una galería, excavada en la roca de pizarra, con planta en forma de U, dos bocas de entrada y 96 m. de largo por 1,5-2 m. de ancho y alto. Como medida defensiva, la galería, más estrecha y baja en los primeros metros, hace un doble recodo para evitar que, en caso de explosión a la entrada, la onda expansiva y la metralla alcancen a los refugiados en su interior.















Aunque los testimonios son contradictorios acerca de un segundo bombardeo, lo cierto es que las alarmas aéreas eran muy frecuentes. La población dejó de acudir finalmente a los refugios por temor a que el hacinamiento y la falta de higiene en ellos provocaran infecciones y contagios.


Fotos: David Téllez

Balsa Salobre

Balsica Salobre, es un manantial de aguas sulfurosas, que llena una pequeña balsa de unos 3 metros cúbicos, a los que acuden los vecinos para beneficiarse de las propiedades minero medicinales de sus aguas.



Ubicación


Fotos: David Téllez

viernes, 12 de julio de 2019

Mezquita Mayor

En la Iglesia de San Juan, los restos originarios que se conservan de la antigua Mezquita Mayor son el muro de la quibla y el mihrab.  La quibla ocupa cuatro tramos de la iglesia antepuesto por los pilares que se edificaron en el siglo XVII y que configuraron el actual templo. Tiene un grosor de 90 cm. El material utilizado para su construcción es la piedra arenisca alternando con formatos alargados de soga y tizón, unidos por parejas y en ocasiones en grupos de tres.

El Mihrab  se dispone en el centro de la quibla organizando su fachada  en torno a un arco de medio punto con dovelas cajeadas decoradas con placas de estuco. A 1,65 metros del pavimento arranca el arco cuya forma primitiva era de herradura. Muestra en su intradós un perfil de nacela actuando como modillón. El arco presenta un abombamiento debido a la situación relativamente baja del centro de la circunferencia que da origen a la parte principal del contorno del arco. La fachada del arco forma casi un rectángulo cerrado, diferenciándose del muro de la quibla mediante el aparejo. La clave y las dovelas aparecen rehundidas. 

 Mihrab.

La planta del nicho tiene más profundidad que anchura, un cuadrilátero casi cuadrado y ligeramente romboidal. A 1,65 m. del suelo hay un friso de arquería de siete lados, cuyos lados son aproximadamente del mismo ancho, resultando en planta un octógono. La cubierta presenta una cúpula de gallones con ocho lóbulos que arrancan a una altura aproximada de 3,20 m. del suelo, siendo su altura máxima de 4,8 m. El pavimento del mihrab se dispone de forma irregular en aparejo de espina de pescado. La irregularidad de este pavimento nos hace suponer que se realiza en una etapa posterior a la islámica.


Datos Históricos

El maremoto producido el día 22 de Septiembre de 1522 destruye la ciudad. De la antigua Mezquita Mayor queda en pie el muro de sillería de la quibla, con el mihrab. Al parecer, la fecha de construcción habría que situarla en torno al siglo X, ya que fue en esta época cuando Abd al-Rahaman III lleva a cabo el amurallamiento de una zona comprendida entre la Alcazaba y el mar, que daría lugar al nacimiento de la ciudad y a la edificación de una mezquita alhama. 

En 1523 Fray Diego Fernández de Villalán encarga levantar la Catedral actual, colocándose la primera piedra en Octubre de 1524, acabándose en 1562. Mientras estas obras se llevan a cabo, este obispo mandó construir en el muro de la quibla que había quedado en pie una nueva iglesia para celebrar los cultos al tiempo que se construía la Catedral. El Obispo Carrionero aprovechó esta iglesia para instalar en ella la parroquia de San Juan, utilizando los materiales de la antigua mezquita.

El actual edificio de la iglesia se realiza a principios del siglo XVII por el Obispo Portocarrero, quien coloca su escudo en la portada. En 1641 se hacen reparaciones nuevamente. El despoblamiento de la parroquia era grande en 1686. Debido a esto el Obispo Fray Andrés de la Moneda la suprimió, siendo la iglesia adaptada a oratorio. A comienzos del siglo XX, sirvió de cementerio de pobres y de cárcel. En 1930 fue descubierto el mihrab, siendo excavado en 1934 por Torres Balbás, quien saca a la luz los cimientos de las naves de la Mezquita Mayor almeriense hasta la zona del Cuartel de la Misericordia.


Mihrab


Mihrab (en árabe, محراب) es como se designa un nicho u hornacina. Consta de un pequeño espacio interno precedido por un arco (normalmente de herradura) o a veces, como en la Mezquita de Córdoba, una pequeña habitación, que en las mezquitas   indica el lugar hacia donde hay que mirar cuando se reza. El mihrab está ubicado en el muro de la quibla el cual está orientado normalmente hacia la ciudad de La Meca. Se le considera el Sancta sanctorum de la mezquita.

Utilización actual

Hoy día, el mihrab, que varía en tamaño, suele estar ricamente decorado y se diseña a menudo para dar la impresión de una puerta con arcos o un pasaje a La Meca.

En las mezquitas de Al-Andalus el mihrab no solía orientarse hacia el este, como en el resto del mundo islámico, sino hacia el sur o el sudeste. Así ocurre por ejemplo en la mezquita de Córdoba, habiéndose sugerido diversas hipótesis a esta orientación.

Alquibla

En el idioma árabe (القبلة al-qībla) alquibla denomina genéricamente una dirección y, en el contexto religioso, aquella dirección hacia la que se orientan los orantes al rezar en la religión que sea, y que puede tener otras implicaciones rituales (en la disposición de tumbas, etc.). En el islam, alquibla o quibla define la dirección de la Kaaba (en La Meca) y a la que el imán y los orantes deben dirigirse cada vez que realizan sus rezos. En las mezquitas existe un lugar que indica la orientación de la alquibla y que se denomina mihrab.

Historia de la quibla islámica

Al principio, Mahoma ordenó que la oración se realizara en la misma dirección de los judíos, en dirección a Jerusalén, orientación conocida como al-qibla al-qadima (القبلة القديمة) = la antigua quibla, pero cuando los judíos se negaron a aceptarlo como profeta, la sustituyó por la Kaaba de La Meca.

Cálculo de la quibla en el islam

La determinación de la quibla se realiza en la actualidad mediante tablas. En la antigüedad existían diversos astrónomos árabes que se especializaron en el trazado de la alquibla en los cuadrantes, como Abū Ḥanīfa Dīnawarī (de Dinawar 895), que escribió un libro sólo sobre ese tema. No obstante, existen otros autores monográficos como Ahmed el-Leit, conocido como Rahib al-Qibla, es decir, el maestro de alquibla, procedente de Córdoba, en 907.

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