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miércoles, 24 de junio de 2020

Castillo del Peñón de Inox

Reducto defensivo utilizado en la rebelión morisca. Dado lo antiguo del conocimiento de su existencia, ha sido sometido a una intensa recogida de materiales y actuaciones clandestinas que lo han dejado prácticamente estéril en superficie. No obstante, se aprecia la existencia de amplios rellenos arqueológicos cuyo estudio podría suponer un complemento esencial para el conocimiento histórico de este momento. El lugar y sus ruinas ocupan un espacio importante en la memoria colectiva de los habitantes de la comarca. Hay noticias de hallazgos de materiales correspondientes a períodos prehistóricos, pero que no han podido ser comprobados. Poco queda de esta fortaleza roquera  y lo que quedase encuentra en un mal estado de conservación. 




viernes, 19 de junio de 2020

Torre del Esparto

Los pocos restos que quedan de la Torre del Esparto se encuentran en un cerrillo a 94 m de altura situado sobre la Punta del Esparto, entre los Escullos y la Torre de Cala Higuera. Es posible que ya en 1501 estuviese arruinada esta torre porque en la provisión para guarda de costa del Reino de Granada, de dicho año, no se habla de ella. Se sabe que la torre existía al encontrarse el topónimo cercano de Hoya de la Torre. Seguramente los restos son de una torre de la época nazarí, de figura prismática, que se arruinaría con anterioridad a la llegada de los Reyes Católicos. De ella sólo quedan un montón de piedras con restos de mortero de cal. Sobre estos restos alguien colocó un puesto de caza utilizando las piedras sueltas, por lo que no es fácil identificarla.



Fuente: Cabodegata. net
Foto: Revista del Levante Almeriense n°7

miércoles, 29 de abril de 2020

La Ciudad Subterránea de Níjar


No es fácil acceder a las calles que existen bajo la Villa de Níjar. El respeto a una misteriosa leyenda y el olvido del tiempo hacen complicado que los habitantes cuenten lo que saben sobre el tema. En Febrero de 2013, el grupo LDPNews conversó con algunos vecinos de Níjar que contaron qué hay de cierto en la leyenda de la ciudad escondida: Francisco Montoya García y Juan Antonio Montoya Osorio. Según Francisco Montoya García y Juan Antonio Montoya Osorio el origen de los túneles está en la época árabe. Debajo de la Atalaya, la torre defensiva de la que ya habló LDP News, comenzaba una galería que tenía como fin la huida en caso de ataque. Como se podía acceder a los principales edificios del pueblo, enseguida se avisaba a todos los habitantes. Incluso un túnel llevaba hasta las afueras del pueblo, a una zona conocida como el Hualix que actualmente está al lado del acceso a la Autovía del Mediterráneo. También los túneles servían como estrategia de ataque a los musulmanes. Cuando avistaban a los enemigos desde la Atalaya se metían por los túneles y salían bajo la actual Cruz de los caídos. Entonces podían caer por sorpresa sobre sus enemigos. Según las fuentes de LDP News, el uso de los túneles se acabó con los musulmanes. Las sucesivas urbanizaciones de Níjar y la creación de pozos negros, tuberías y alcantarillas hacen ya inaccesibles la mayoría de ellos. Sin embargo, se dice, que desde la sacristía de la Iglesia de Níjar es posible entrar a una parte del antiguo trazado de galerías. Tras una puerta olvidada, se accede a un sótano lleno de estanterías con libros que, según cuentan, tienen archivos secretos que podrían aclarar todo lo misterioso que aún conlleva la ciudad subterránea de la Villa de Níjar. 

Rescatado por JOSE ANGEL PEREZ

miércoles, 22 de abril de 2020

El Crimen del Cortijo del Fraile

EL denominado Crimen del cortijo El Fraile fue el tema en que se basó el poeta granadino Federico García Lorca para escribir su famosa obra Bodas de Sangre. El amor y la traición, la tradición y el instinto, el honor y la muerte se conjugaron aquella noche sin luna.

El crimen del Cortijo El Fraile fue una simple historia de amor imposible en aquellos años que tristemente se convirtió en tragedia. Una mujer que vivía en este cortijo fue obligada a casarse en un matrimonio de conveniencia, pero el mismo día de la boda se fugó con su auténtico amor. Para lavar el honor de la familia, un hermano del novio despechado esperó a la pareja en un cruce de caminos y asesinó al amante.

Cortijo del Fraile.

La madrugada del 22 al 23 de julio de 1928 , unas horas antes de que se celebrase en la iglesia de Fernán Pérez la anunciada boda de Francisca Cañadas Morales, de 27 años de edad con Casimiro Pérez Pinos de 30, la novia en un acto de amor y pasión rompió el cerco familiar y se escapó con su primo Paco Montes, de 24 años de quien realmente estaba enamorada. El amante vivía en la cortijada de los Montes, en la zona de Los Pipaces.

La familia mientras tanto ajena a los pensamientos de los enamorados se afanaba en ultimar los detalles del convite que se celebraría en el cortijo El Fraile. Paco Montes, que sería la víctima de la tragedia, llegó al cortijo para sumarse a los actos mientras en su cabeza le machacaba insistentemente la idea de tener que perder definitivamente a su prima de quien está plenamente enamorado.

En medio del trasiego de idas y venidas de familiares, ambos primos se encontraron a la entrada del cortijo. Fugazmente se miran a los ojos, hablan algo en voz baja y de repente acuerdan poner en marcha un plan para fugarse los dos.

Francisca Cañadas y su primo Paco Montes, aprovechando un descuido, mientras los familiares y algunos amigos van sacando sillas y mesas hasta el patio, salen del cortijo por una puerta trasera y a lomos de un mulo emprenden la huida por el camino de Níjar con la intención de llegar hasta Almería.

De pronto en medio de la noche, a la altura del paraje de Haza de Capellanía, los amantes atisban unos bultos moviéndose entre las sombras del camino. De improviso, Francisco Montes atacado por la espalda cae violentamente al suelo. Quien lo derriba y ataca es José Pérez Pinos su cuñado, mientras otra persona agarra a Francisca Cañadas fuertemente por el vestido. Era su hermana Carmen que en unión del marido se dirigían hacia el cortijo El Fraile y se habían dado cuenta de la fuga de la pareja por lo que decidieron impedirle la huida.

En el fragor de la lucha suenan tres disparos. En el suelo junto a un pequeño balate del camino queda muerto Paco Montes mientras a pocos metros la amante desmayada, esta fuera de sí víctima del tremendo soponcio al comprobar la muerte de su amado.

Fríamente los asesinos se dirigen al cortijo. Allí han empezado a echar de menos a Francisca Cañadas. Unas horas mas tarde, un primo de ella de regreso a su casa, a unos tres kilómetros del cortijo encontró el cadáver de su hermano. Vuelve al cortijo y comunica lo ocurrido. Salta la alarma y a partir de ahí todo se sucede vertiginosamente. La novia viuda enmudece y afirma en todo momento que no sabe nada. Llega la Guardia Civil y empieza a preguntar a todos los habitantes del cortijo. Unas horas mas tarde Francisca Cañadas, su padre y su novio oficial Casimiro Pérez son detenidos por la Benemérita que los traslada hasta el cuartel de Níjar para continuar los interrogatorios. Iniciada la investigación ante juez López Jiménez, las declaraciones contradictorias de los implicados ponen en alerta al magistrado que tres días después, el 25 de julio se convierte en la fecha clave para la solución del crimen después de un careo al que el juez somete a ambas hermanas. Horas más tarde el careo lo mantiene con José Pérez Pinos el hermano del novio despechado, a quien se le fue debilitando su coartada para finalmente derrotarse y confesar ante el juez la autoría del crimen. El revolver utilizado para el asesinato se lo había entregado a un amigo suyo para que lo guardase.

La novia se encerró en vida a purgar su culpa. El novio plantado volvió a casarse y pretendió olvidar amparado en una vida normal. El cortijo pertenecía a los Acosta, dueños de buena parte de las tierras que rodean al núcleo urbano de San José, en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar.

Fuente: diariodealmería.es

miércoles, 5 de febrero de 2020

Torre Atalaya de Níjar

Esta Atalaya-castillo citado ampliamente en las fuentes y en la biografía provincial. Su carácter hispano-musulmán es indiscutible, aunque existen indicios que demuestran un poblamiento prehistórico previo. No se ha detectado actividad de clandestinos. Tiene un alto interés, acrecentado por su ubicación en el casco urbano, prácticamente dentro del mismo.


Situada en la parte septentrional del pueblo, el edificio está constituido por una torre aislada de planta circular y volumen troncocónico de 6,7 metros de altura. Compuesto de mampostería, posee una única dependencia situada a 3,70 metros de altura y a la que se accede a través de un hueco de la cara Norte, elemento que se repite asimismo en la cara Sur. La cubierta, de mampostería y semiesférica, presenta un pequeño pretil por todo el perímetro, existiendo también una chimenea en la cara Este.


Está datada en el s. XIII y fue posiblemente restaurada a mediados del s. XIV. Cuenta con una única dependencia situada a 4,20 m de altura a la que se accedía mediante escala de mano por un hueco situado en la fachada norte que, originalmente, estaba cubierta con cúpula semiesférica. 



Fotos de  Emilio López

sábado, 21 de diciembre de 2019

Castillo de Huebro

El Castillo de Huebro es una pequeña fortaleza o castillo roquero ubicada término municipal de Níjar, a unos 750 m de la poblacion. El Castillo se asienta sobre terrazas a muy distintos niveles, conservando una gran línea de muralla de mas de 50 m. de longitud que alcanza los 4 m. de altura, levantada sobre la roca virgen mediante hiladas de piedra trabadas con mortero de cal. Es peculiar la existencia de una aberturas de distintos tamaños y formas en la cerca, cada tramo de unos 20 m., cuya función sería la de permitir el rápido desagüe de las aguas de lluvia, procedentes de los torrentes que, aquí confluyen. Adosadas a la muralla hacia el interior, se detectan restos de viviendas, algunas con riquísimo materias arqueológico. Lo que puede ser una gran torre de entrada al recinto principal se eleva en tapiar elaborado con cajones de 2,20 m. de longitud, 80 cm. de alto y 1,20 m. de ancho, sobre una hilada de piedra de pizarra que, a su vez, se apoya en una base de mampostería irregular que se adapta a los afloramientos de la roca. Las estructuras mejor conservadas y mas llamativas son el aljibe, junto con la red de canalización que lleva el agua de lluvia desde las construcciones superiores al mismo. El aljibe, parcialmente escavado en las rocas, tiene dos vasos unidos que están cubiertos por bóvedas levemente apuntadas, apoyadas en arcos fajones que descansan en muros de mortero de cal encofrado. El aspecto actual muestra que las distintas dependencias han ido desapareciendo conforme se han ido vaciando las terrazas donde se asentaban; el mas alto de los torreones ha quedado prácticamente colgado de la peña. La muralla visible ha sido conservada por su utilización como balate que sostiene las tierras de cultivo de la cota mas baja, cercanas a la puerta de entrada del castillo. La zona de aljibes hoy se utiliza como corral de ganado. Se encuentra en estado pesimo y sin proteccion ninguna..


ALJIBE









ATALAYAS





 OTROS RESTOS 











PARTE ALTA DEL CASTILLO













Está catalogado como Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento con el código 40660015. Se encuentra bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 de 25 de junio (BOE número 155 de 29 de junio de 1985) sobre el Patrimonio Histórico Español.

Fuente :Archivo Central de la Consejería de Cultura. FERNÁNDEZ BACA, Román , SUÁREZ MÁRQUEZ, Ángela, Inventario de yacimientos arqueológicos de la Provincia de Almería. Castillo de Huebro, 1987.
Delegación Territorial de Cultura, Turismo y Deporte de Almería. Revisión de la Carta Arqueológica de Níjar. Castillo de Huebro, 1998.
Área de Gestión de la Información. María Isabel Alba Dorado; Luis José García Pulido; Jonathan Ruiz Jaramillo, Revisión, cualificación y actualización de la información sobre arquitectura defensiva de la comunidad autónoma andaluza. 

Fotos : David Téllez

sábado, 14 de diciembre de 2019

Castillo de San Francisco de Paula

Pese a que el decreto del 22 de abril de 1949 puso bajo la protección del estado todos los castillos españoles, cualesquiera que fuera su situación de ruina, dos importantes fortalezas del litoral de Cabo de Gata fueron alteradas para diferentes usos.

  • El actual faro de Cabo de Gata se levantó sobre la batería del Castillo de San Francisco de Paula complementándose con otras instalaciones en el siglo XX.
  • El actual cuartel de la Guardia Civil de San José se levantó sobre el fuerte de San José del siglo XVIII.

El faro de Cabo de Gata fue construido en 1863. Se levantó en el patio central del Castillo de San francisco de Paula, edificado en 1737 ( primera mitad del siglo XVIII ), durante el reinado de Felipe V, para la defensa de la costa del Reino de Granada. De este castillo el único vestigio que queda es el muro de la base. Los ingenieros de su construcción fueron  Felipe y Pablo de Crame. 
Fue destruido durante la Guerra de la Independencia. 

La fortificación constaba de una plataforma circular situada en un peñón acantilado que permite controlar la navegación de la zona con sus cuatro piezas de artillería, cerrada por la gola mediante hornabeque en el que se encontraban los cuarteles, almacenes, capilla y una entrada monumental a la que se tenía acceso mediante un puente levadizo sobre un foso.


Plano histórico del Castillo de San Francisco de Paula
Plano histórico del Fuerte de San José
Plano histórico del Fuerte de San José





Torre de Cala Higuera

La Torre de Cala Higuera se encuentra en la Punta de los Frailes, en el término municipal almeriense de Níjar. El peligro siempre venía del mar. Piratas y corsarios berberiscos, monfies, turcos, y posteriormente las acciones navales de guerra de los ingleses y holandeses, amenazaron constantemente estas latitudes. Durante siglos, la costa de Almería se convirtió en un lugar muy peligroso, despoblado e inseguro.


Fue en el siglo XVIII cuando Carlos III a través de la promulgación del Reglamento de Defensa de Reino de Granada instauró un eficaz sistema defensivo del litoral basado en la vigilancia y defensa mediante un despliegue de un total de 113 fortificaciones, entre torres, castillos, baterías y casas fuerte, de las cuales 35 correspondían a la costa almeriense. La Torre de Cala Higuera del siglo XVI forma parte de ese sistema defensivo dominando los fondeaderos de San José y los Genoveses desde su emplazamiento.



Las torres-atalayas suelen tener planta cuadrada o circular, están realizadas en mampostería y presentan sus dos tercios macizos, mientras que en el superior se sitúa una estancia a la que se accede por medio de una ventana-puerta.

Si se sitúa desde el punto de observación de cualquier torre-atalaya, comprobará que están situadas en lugares estratégicos de modo que desde una atalaya se divisa la siguiente y la anterior. Cuando se advertía peligro, las torres se comunicaban entre sí a través del fuego y el humo; así se daba la voz de alarma a los castillos y casas fuerte, garantizando la seguridad del territorio.

La Torre de Cala Higuera o de los Frailes es también conocida en la documentación como de la Loma Pelada, sin confundirla con el cuartel de mismo título de que aún quedan restos.



La estructura de la Torre de Cala Higuera es muy sencilla. Se trata de un volumen troncocónico, construido en mampostería y ladrillo. Comprende una cámara situada en la parte alta y una terraza. Sobre ella, el hueco de entrada, situado a gran altura, es adintelado y recercado de ladrillo, percibiéndose otro a nivel más bajo en el lado derecho.Hoy en día está en un estado de ruina. La cúpula de la torre se ha derrumbado y las partes más altas están sufriendo un deterioro notable.


Fuente:  Andalucíarustica.com

viernes, 13 de diciembre de 2019

Castillo de San Pedro

La fortaleza costera de San Pedro, ubicada en la playa del mismo nombre, entre las poblaciones de las Negras y Aguamarga (término municipal de Níjar) comenzó por ser una torre artillada construida a finales del siglo XVI, y debido a diversas intervenciones acabó transformada en un castillo.

Cala San Pedro.
Los muros están realizados en mampostería con sillares en los ángulos y revestimiento de cantería. La puerta da acceso a un patio que salva el desnivel de la pendiente y se remata por un grueso bocel. Sobre él se aprecian restos de almenas, y en el ángulo la repisa ultra semicircular de una garita. A la izquierda del patio se levanta una estructura compuesta por una planta y terraza. La masa de la torre, ligeramente troncocónica, posee una estancia baja y una terraza, destacando entre sus vanos adintelados uno que en la parte posterior se rodea de una incisión y otro más estrecho del que sólo quedan las ménsulas.  



Desde su construcción sufrió ataques permanentes por parte de dotaciones de moriscos que continuamente pretendían incursiones en las costas del Cabo de Gata, además de desperfectos tras el terremoto del 31 de diciembre de 1658, por lo que hubo de ser restaurada. En 1695, se procedió a la realización de obras de ampliación de la torre de San Pedro, construyéndose una plataforma artillada adosada a la torre original, que sería sometida nuevamente a una posterior ampliación, a mediados del siglo XVIII.



En 1735, el ingeniero Felipe Crame firmó los planos de un diseño para la ampliación de la torre de San Pedro, que dentro del dispositivo de defensa del Cabo de Gata, quedaría incluida en un castillo que triplicaba la superficie de la torre original. El castillo de San Pedro se convertiría en la segunda en importancia del sistema defensivo litoral, 10 piezas de artillería, que quedaban por debajo solo del fuerte de San José que contaba con 14. 

Según la "Relación del estado de todos los puertos fortificados de los ocho Partidos de la costa del Reino de Granada, dividido en Mandos, desde Calatarage, que da principio en el Reino de Andalucía, hasta San Juan de los Terreros, que confina con el de Murcia", elaborada por el mariscal de campo Antonio María Bucareli, "estaba dotado de alcaide, guarda almacén y doce soldados.  Tenía dos cañones de a cuatro, los dos útiles y tres de a seis inútiles. Además, pertenecía a don Joseph de Almansa, vecino de Almería". 

El castillo está protegido por la declaración genérica del decreto de abril de 1949, refrendada más tarde por la ley 16/1985. Actualmente está bajo el reconocimiento especial que la Junta de Andalucía otorgo a todos los castillos de la Comunidad, quedando declarado Bien de Interés Cultural.

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