EL denominado Crimen del cortijo El Fraile fue el tema en que se basó el poeta granadino Federico García Lorca para escribir su famosa obra Bodas de Sangre. El amor y la traición, la tradición y el instinto, el honor y la muerte se conjugaron aquella noche sin luna.
El crimen del Cortijo El Fraile fue una simple historia de amor imposible en aquellos años que tristemente se convirtió en tragedia. Una mujer que vivía en este cortijo fue obligada a casarse en un matrimonio de conveniencia, pero el mismo día de la boda se fugó con su auténtico amor. Para lavar el honor de la familia, un hermano del novio despechado esperó a la pareja en un cruce de caminos y asesinó al amante.
El crimen del Cortijo El Fraile fue una simple historia de amor imposible en aquellos años que tristemente se convirtió en tragedia. Una mujer que vivía en este cortijo fue obligada a casarse en un matrimonio de conveniencia, pero el mismo día de la boda se fugó con su auténtico amor. Para lavar el honor de la familia, un hermano del novio despechado esperó a la pareja en un cruce de caminos y asesinó al amante.
Cortijo del Fraile. |
La madrugada del 22 al 23 de julio de 1928 , unas horas antes de que se celebrase en la iglesia de Fernán Pérez la anunciada boda de Francisca Cañadas Morales, de 27 años de edad con Casimiro Pérez Pinos de 30, la novia en un acto de amor y pasión rompió el cerco familiar y se escapó con su primo Paco Montes, de 24 años de quien realmente estaba enamorada. El amante vivía en la cortijada de los Montes, en la zona de Los Pipaces.
La familia mientras tanto ajena a los pensamientos de los enamorados se afanaba en ultimar los detalles del convite que se celebraría en el cortijo El Fraile. Paco Montes, que sería la víctima de la tragedia, llegó al cortijo para sumarse a los actos mientras en su cabeza le machacaba insistentemente la idea de tener que perder definitivamente a su prima de quien está plenamente enamorado.
En medio del trasiego de idas y venidas de familiares, ambos primos se encontraron a la entrada del cortijo. Fugazmente se miran a los ojos, hablan algo en voz baja y de repente acuerdan poner en marcha un plan para fugarse los dos.
Francisca Cañadas y su primo Paco Montes, aprovechando un descuido, mientras los familiares y algunos amigos van sacando sillas y mesas hasta el patio, salen del cortijo por una puerta trasera y a lomos de un mulo emprenden la huida por el camino de Níjar con la intención de llegar hasta Almería.
De pronto en medio de la noche, a la altura del paraje de Haza de Capellanía, los amantes atisban unos bultos moviéndose entre las sombras del camino. De improviso, Francisco Montes atacado por la espalda cae violentamente al suelo. Quien lo derriba y ataca es José Pérez Pinos su cuñado, mientras otra persona agarra a Francisca Cañadas fuertemente por el vestido. Era su hermana Carmen que en unión del marido se dirigían hacia el cortijo El Fraile y se habían dado cuenta de la fuga de la pareja por lo que decidieron impedirle la huida.
En el fragor de la lucha suenan tres disparos. En el suelo junto a un pequeño balate del camino queda muerto Paco Montes mientras a pocos metros la amante desmayada, esta fuera de sí víctima del tremendo soponcio al comprobar la muerte de su amado.
Fríamente los asesinos se dirigen al cortijo. Allí han empezado a echar de menos a Francisca Cañadas. Unas horas mas tarde, un primo de ella de regreso a su casa, a unos tres kilómetros del cortijo encontró el cadáver de su hermano. Vuelve al cortijo y comunica lo ocurrido. Salta la alarma y a partir de ahí todo se sucede vertiginosamente. La novia viuda enmudece y afirma en todo momento que no sabe nada. Llega la Guardia Civil y empieza a preguntar a todos los habitantes del cortijo. Unas horas mas tarde Francisca Cañadas, su padre y su novio oficial Casimiro Pérez son detenidos por la Benemérita que los traslada hasta el cuartel de Níjar para continuar los interrogatorios. Iniciada la investigación ante juez López Jiménez, las declaraciones contradictorias de los implicados ponen en alerta al magistrado que tres días después, el 25 de julio se convierte en la fecha clave para la solución del crimen después de un careo al que el juez somete a ambas hermanas. Horas más tarde el careo lo mantiene con José Pérez Pinos el hermano del novio despechado, a quien se le fue debilitando su coartada para finalmente derrotarse y confesar ante el juez la autoría del crimen. El revolver utilizado para el asesinato se lo había entregado a un amigo suyo para que lo guardase.
La novia se encerró en vida a purgar su culpa. El novio plantado volvió a casarse y pretendió olvidar amparado en una vida normal. El cortijo pertenecía a los Acosta, dueños de buena parte de las tierras que rodean al núcleo urbano de San José, en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar.
Fuente: diariodealmería.es