Declarado como Bien de Interés Cultural. Restaurado en el año 2006 por los alumnos del Taller de Empleo de Los Vélez .
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lunes, 24 de octubre de 2022
Castillo de la Balsa Vieja o Fuerte del Villar
Asediado por atochas y en graves estado de deterioro, aún se conservan los restos de la vieja fortaleza medieval de la Balsa Vieja en la zona del Villar. El castillo de la Balsa Vieja es un fuerte rectangular destinado posiblemente a albergar tropas de forma temporal. Está situado en un cerro de difícil acceso situado en la parte este de la cortijada del Villar. Quedan restos de las murallas de cantería y de las dos torres que se encontraban en el acceso principal, orientado hacia la fortaleza de Olías. Fue construida en tapial sobre un basamento de piedra. Sus muros miden aprox. 92 metros de perímetro y 480 m2 cuadrados de superficie y flanqueada con dos Torres en la Fachada principal de 4 metros x 4 y sus muros mide casi un metro de ancho.
El asentamiento de Olías podría haberse llamado primitivamente Uliyya o Ulia. Según Jiménez de Gregorio y Asín Palacios, Olías deriva del vocablo árabe “Uliyya” que significa altura. Topónimo, sin lugar a dudas, adecuado para la localización geográfica en cuestión. Estaríamos pues ante Hisn Olya o “La fortaleza de las Alturas”. Sería conveniente restaurar y preservar este patrimonio para las generaciones venideras, así como facilitar su acceso al turista. Todas estas fortificaciones, tan cercanas unas a otras, debieron de estar relacionadas con la ruta que comunicaba las costas mediterráneas con el valle del Guadalquivir. Hace miles de años que el hombre empezó a luchar por la vida en esta tierra. Son tan abundantes los testimonios que nos ha dejado de su paso sobre ella, que todo el valle del Almanzora podría ser considerado como un inmenso museo a cielo abierto. Esta abundancia de materiales, que aflora muchas veces a la superficie, está pidiendo a voces la creación de un museo comarcal que debería acoger tantas muestras dispersas en manos de simples aficionados, cuando no de aprovechados traficantes. Había allí varias hachas de piedra recogidas en la gruta del Saliente y en el Cerro de las Copas, micrófitos de las gredas de Partaloa, restos de cerámica neolítica, ibérica, fenicia, griega, romana y árabe, hallados en el Cerro del Castillo. Había también un vaso agárico del mismo origen, un hacha de bronce, monedas de cobre ibéricas, romanas y árabes, y una hermosa moneda de oro que mostraba en su anverso la estrella de David, lo que hacía bien patente su origen hebreo. Casi todo esto desapareció en una noche. Esperemos que las nuevas generaciones puedan realizar esta empresa antes de que desaparezcan definitivamente los restos arqueológicos aún existentes y el material etnográfico ya perdido en su mayor parte. Oria es un municipio español que pertenece a la provincia de Almería. Los orígenes de Oria se remontan al año 3.000 A.C. Oria cuenta con un rico Patrimonio Cultural. La Basílica de Nuestra Señora de la Mercedes, es uno de los edificios más emblemáticos e impresionantes del municipio. Fue declarada Bien de Interés Cultural, en el año 1999. La Ermita Vieja y La Ermita de San Gregorio, la Alcazaba y Castellón de Olias y en la Pedanía de Los Cerricos se encuentra la Iglesia de San Bartolomé y sus vestigios mas cercanos son el Castillo o Fuerte del Villar y la Torre Atalaya del Villar.
Fotos de: David Tellez y Joaquin Berenguel.
domingo, 23 de octubre de 2022
Baños Árabes de Oria
En el siglo XVI la visión que las fuentes nos dan de Oria es totalmente diferente a la medieval; frente al paisaje desolado descrito anteriormente, se habla ahora de fructíferas arboledas de frutas tempranas, con abundancia de pan, vino y aceite, saludables vientos, dulces aguas y buena cría de seda. Esta tranquilidad se verá truncada por la Revuelta de las Alpujarras en 1567. En el término se encuentran varias fuentes de exquisitas aguas siendo las más abundantes las denominadas Fuente la Polaca y Roca de Oria, las cuales dan movimiento a diferentes molinos harineros. El terreno participa de monte y llano y es bastante productivo. Los caminos son todos de herradura, pero transitan también algunos carruajes. Produce granos de todas clases y ganado lanar y cabrío.
El Baño Arabe es la terma romana que evoluciona desde el hammam hasta convertirse en un fenómeno único que solo se da en la Península Ibérica y que combina los avances arquitectónicos de los romanos con la exquisita decoración árabe. El Hammam árabe evoluciona hasta convertirse en baño árabe manteniendo el frigidarium o piscina de agua fría, el tepidarium o piscina templada y el caldarium o piscina caliente de las termas romanas. Los romanos conocían la teoría de los vasos comunicantes y el trasvase de agua a grandes distancias, lo que les permitía canalizarla y calentarla mediante el sistema de hypocaustum. Los árabes se beneficiaron de ello en España y le aplicaron una exquisita decoración. Seria interesante para la Villa de Oria poner en Valor una RUTA Señalizada de la que llaman la Vega Árabe, en un entorno donde el agua está presente en fuentes y pequeños arroyos y sus antiguos Molinos y acequias trabajadas en la Piedra que refrescan el camino hasta los Baños Árabes completándolos con la Visita por la Basilica y Alcazaba o Castillo.
Fuente:Autor y IGPH.
Fotos de: David Téllez Martínez y Joaquin Berenguel.
Torre de Olías o del Villar
Tras la conquista castellana, los Reyes Católicos cedieron estos territorios en 1492 a don Juan Chacón.
Fuentes: Autor y IPGH
Fotos de: David Téllez Martínez Y Joaquin Berenguel.
jueves, 29 de septiembre de 2022
Los Castillejos de las Hortichuelas
Los Castillejos de las Hortichuelas, es el nombre de un antiguo cortijo, situado en la confluencia de las ramblas de Las Hortichuelas y la de Los Rincones, al pie de la Sierra donde se abre a la llanura costera. El asentamiento, cercano al cortijo, se sitúa en un cerro, última prolongación aislada del sistema montañoso de Sierra de Gádor, caracterizado a nivel petrológico por filitas y cuarcitas con formación local de yesos que afloran a pocos cientos de metros al norte. De escasa altura sobre el terreno circundante (unos 40 m.), y en especial sobre el inmediato sistema fluvial mediterráneo, se encuentra rodeado por materiales sueltos de conos de deyección de piedemonte y aluviales de las dos ramblas que se unen a su pie. La Rambla de las Hortichuelas, más importante, recoge las aguas de la cuenca alrededor de Enix, mientras que las de Los Rincones, que fluye a levante, tiene una cuenca más corta, en 1988 el área fue intensamente reacondicionada y el yacimiento parcialmente destruido. El asentamiento debe corresponder a la alquería de Bayanis, citada por Ibn Qadí, autor que recoge informaciones del almeriense Ibn AlJatima referentes a mediados del s. XIV (Molina, 1989: 158), aunque ignoramos el contexto en el que es mencionada, con posterioridad desaparece cualquier información a la existencia de un lugar habitado en la zona. La población debió trasladarse desde la costa a mediados del Siglo XVI.
Como deducción cronológica a partir del estudio del material cabe destacar la relativamente corta perduración del asentamiento. Los materiales de Los Castillejos presentan una datación centrada en el Siglo XIII. A pesar de lo improbable que puedan avanzar significativamente en el S. XIV, sí se contrastaba supervivencias anteriores, con más claridad en las jarras pintadas, de modo sencillo, al manganeso, el candil de piquera y las marmitas que perfectamente podrían quedar englobadas en la segunda mitad del Siglo XII, al igual que la cerámica estampillada, los restos constructivos sobresalen entre la matriz rocosa del lugar por su escaso relleno arqueológico. Las viviendas domésticas se asentaron directamente sobre el terreno natural, aprovechando los espacios libres de afloramientos. Se extendían por media hectárea. Un cálculo teórico de población a partir de una 30-35 unidades domésticas señala de 150 a 175 habitantes, estas construcciones ocupaban la cima del cerro, adosadas a muros longitudinales, pero lo único que parece restar de ellas son algunos muros aislados, orientados hacia el NW (340-160º).Los muros tienen 50 cm. de grosor. Las huellas de repicado superior parecen mostrar que fueron rebajados intencionalmente. Los fragmentos de tejas encontrados -de arcilla rojiza pero poco numerosos- hace probable que fuera este el modo de cubierta. A pesar de encontrarse incompletamente reconstruido el reticulado residencial, podemos definir la población como un aglomerado concentrado, sin estructura urbana y con probable acceso no perimetral a las viviendas. El hecho de ocupar una pequeña cima, vértice de la confluencia de dos cursos irregulares de agua y tener una pequeña estructura defensiva adjunta, aumentaría su seguridad.
Texto resumen de la publicación de: Lorenzo Cara Barrionuevo y Jorge Cara Rodríguez.
Fotos de: David Téllez Martínez y Joaquín Berenguel.
ENTRADA MÁS VISTA
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El grabado en la Sierra de los Filabres constituye uno de los más singulares y más antiguos grabados paleolíticos de la Península Ibérica....