jueves, 22 de octubre de 2020

Era Camino del Castillo

 Era de grandes dimensiones situada a la salida del pueblo.




Fotos: David Téllez

Era del Mirador

 Era mediana situada junto al mirador del pueblo.





Fotos: David Téllez

Lavaderos Castro de Filabres

 Lavaderos Públicos de Castro de Filabres.






Fotos: David Téllez

Calzada Árabe Castro de Filabres

 Restos de calzada árabe situada en Castro de Filabres. Sus orígenes se remontan más atras en el tiempo . Esta calzada posiblemente se remonta a la época Íbero-Púnica, utilizada por los romanos posteriormente y así sucesivamente hasta nuestros días.





Fotos: David Téllez

Era del Castillo de Filabres

 Era de pequeñas dimensiones junto al castillo .




Fotos: David Téllez


Ermita Castro de Filabres

 Ermita de reciente construcción con tejado a dos aguas. Ubicada en el merendero del pueblo.





Fotos: David Téllez

miércoles, 21 de octubre de 2020

Urci

 Urci fue un antiguo asentamiento, originalmente íbero, en el sureste de la península ibérica, mencionado por Pomponio Mela, Plinio el Viejo y Claudio Tolomeo. Los escritos de estos historiadores indican que probablemente la ciudad de Urci estaba ubicada en la actual pedanía de El Chuche (municipio de Benahadux), cerca de la ciudad de Almería

A esta ciudad se le ha atribuido la existencia de la ceca que acuñó moneda con la leyenda Urkesken, cuya traducción es (moneda) de los Urketanos. Sin embargo, tiene escaso sentido tal pretensión, puesto que por su evidente parecido formal con las monedas celtiberas y, en especial, con las de las cecas de Ikalesken (Iniesta) y Kelin (Caudete de las Fuentes), es más lógico atribuir esta ceca a una ciudad celtibera como Urcesa.

Esta Zona Arqueológica comprende el cerro de El Paredón, el cerro de Las Agüicas y un Sector intermedio entre ambos. 

El asentamiento situado en el Cerro del Paredón fue un importante centro romano, a juzgar por el tamaño del hábitat y su estratégica localización dominando la vega del río Andarax. Éste debe identificarse con la ciudad de Urci, citada en las fuentes clásicas.




Restos de edificio.
Restos de edificio.

Hasta la ciudad llegaba una conducción hidráulica de varios kilómetros, conservándose algunos de sus tramos, el más próximo al cerro ha sido incluido en la zona objeto de protección. Destacan los restos de una cisterna, a la que sin duda surtiría una atarjea que descendía desde el Marchal de Araoz. La parte inferior de su ladera Sur se ha visto recientemente afectada por la plantación de naranjos. 


En el Cerro de Las Agüicas se realizaron también algunos cortes durante las excavaciones de los años 70, descubriéndose varias tumbas y restos de otras estructuras constructivas.

Tumba tipo Tholos actualmente desaparecida. Foto de Lorenzo Cara Barrionuebo.
Viviendas.

Foto extraída de : arqueolugares.blogspot.com

Excavación del Cerro de las Agüicas

Fotos extraídas de : arqueolugares.blogspot.com

A pesar de haber sufrido daños por desmonte y por las obras del ferrocarril, en su mayor parte se encuentra casi intacto, ofreciendo unas posibilidades inestimables para la investigación. Debe tenerse en cuenta que éste es uno de los pocos yacimientos de época ibérica plena que se conocen en las zonas próximas a la costa de Almería, identificándose el mismo con la ceca ibérica de Urkesken. La secuencia cultural documentada va desde la Edad del Cobre al periodo Tardorromano.


Sector Intermedio, fue excavado en la segunda mitad de los años setenta y principios de la década de los 80 bajo la dirección de D. Ángel Pérez Casas. Dicha excavación, de la que no hay publicación, puso de manifiesto la existencia de un importante asentamiento ibérico con un rico material arqueológico. Se documentó también una ocupación de época romana. En 1988 se vio afectado por un desmonte realizado para implantación de naranjos, que fue paralizado.

  Más Información

Arqueolugares

Argárica

La Uva del Barco

 Hoy quiero rememorar la gran labor que  se llevó a cabo entre 1807 y 1970. Como no, la gran Uva del Barco.

La uva de Ohanes (también denominada uva de barco, uva de embarque o uva de Almería) es una variedad de uva de mesa, cuyo cultivo ha estado principalmente extendido en la provincia de Almería (Andalucía-España), llegando a ser una de las principales fuentes económicas de esta provincia.

Su explotación industrial comenzó a principios del siglo XIX y es a finales de los años 1970 cuando comienza un progresivo declive acentuado en las dos décadas posteriores.

Esta variedad de uva se caracteriza por formar racimos de gran tamaño, tener los granos cilíndricos, de color amarillo cera y sus excepcionales cualidades de conservación.

Características principales

Los racimos tienen forma alada con dos hombros y raspón grueso y de color verde. Sus granos son cilíndricos y umbilicados (fondo de orza) con unas medidas que están entre los 1,2-1,8 cm de anchura y los 2-2,5 cm de longitud. Estos tienen un color amaríllo cera y su hollejo (piel) con pruína no muy abundante. La pulpa es carnosa, dura y crujiente y contienen normalmente 3 pepitas. La flor tiene cáliz rudimentario y corola color verde claro y rojo en la unión de los 5 pétalos, los cuales está soldado en el ápice formando un capuchón o capotilla, que recubre los órganos de reproducción, entorpeciendo la fecundación natural por lo que es necesaria hacerla de forma artificial mediante una costosa operación denominada por los agricultores como «engalpe» (polinización artificial).

Origen

Esta uva se generó por la hibridación natural de otras variedas como la «uva blanca Jaén» y la «uva de Rágol» también denominada «uva de colgar».

Esta uva, según narra Simón de Roxas Clemente, en una obra publicada en 1807, que trata sobre los cultivos andaluces de entonces, se cultivó por vez primera en la localidad almeriense de Ohanes, extendiéndose su cultivo a la localidad Rágol y posteriormente por todos los terrenos cultivables del valle del Andarax.

Exportación

Su exportación se inició en 1835, la uva era tansportada en barco dentro de barriles de 22 kg. En un principio eran casas malagueñas las que venían a embarrilar y embarcar la uva, que posteriormente fueron suplantadas por otras locales y desarrolló de una importante industria artesanal de la barrilería en las localidades donde se cultivaba.

Su exportación, cobra a partir de 1880 una presencia hegemónica a nivel de mercados, con un importante desarrollo entre los años 1906 y 1916. Un estudio de Francisco Rueda Cassinello, habla de una producción de 60.000 arrobas en 1835, siendo 11 veces superior en 1881 y en 1907 llegó a 2.491.273 barriles. Los principales mercados en esos años eran: Inglaterra, Alemania y Estados Unidos. A éstos se sumaron los países escandinavos como principales consumidores: Noruega, Suecia, Finlandia y Dinamarca. También Portugal, Francia, Canadá, Suiza, Brasil, Argentina, Cuba, Argelia, México, China, Italia, Bélgica, Holanda, Venezuela o India se unieron a la demanda de la producción.

Durante la Guerra Civil (1936-1939) se produjo un cierre de los mercados que continuó durante gran parte de los años 1940 debido a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

Es ya en los años 1950 cuando se produce una notable recuperación de las exportaciones de uva, aunque no llegan a alcanzar las cifras de los primeros años del siglo XX. Los canales de comercialización, comienzan a ser controlados especialmente por exportadores de origen levantino, que compran el producto a pie de parcela. También en estos años se produce un cambio importante en la presentación del fruto, con la progresiva sustitución de los barriles de 22 kg por cajas de 10 kg y cabe destacar el incremento constante de su transporte por carretera, el cual en los años 1960 llegó a ser mayoritario frente al transporte marítimo.

Declive

A finales de los años 1970 cayó irremisiblemente la cotización nacional de este producto. Las «golden grapes» a las que aludían las coloristas etiquetas en barriles y cajas que se introdujeron a nivel mundial, perdiéndose los mercados internacionales ante las variedades italianas e israelitas, cuya producción era más temprana. Desde entonces, las diferentes administracciones han insistido en que era necesaria la reconversión del cultivo. Inicialmente se pretendía que ésta se hiciese sustituyendo el cultivo de la uva de Ohanes por otras variedades de uva, ya que lo que estaba en crisis no era el cultivo de la parra sino esta variedad en particular. Sin embargo ninguna otra variedad de uva llegó a tener éxito.

Este declive se acentúa en los años 1980 y 1990 y las hectáreas en cultivo descienden desde 6000 a menos de 2000 ha.

En la campaña 1987-1988 la Comunidad Económica Europea actual Unión Europea inicia un programa para el abandono definitivo de cultivo de viñedo. Esto supuso que se subvencionara el arranque de parrales, lo cual palió el descalabro económico que suponía en el valle del Andarax el abandono de este cultivo, que ya se venía llevando a cabo sin subvención económica. Este programa duró hasta la campaña 1995-1996 y supuso el arranque de un gran número de parrales.






La Matanza del Cerdo

La matanza del cerdo se realiza durante el periodo invernal  entre los meses de noviembre y febrero, siendo en diciembre y enero los meses de mayor actividad. Se concentra en dichos meses por las bajas temperaturas, que permitirán posteriormente curar los productos obtenidos.

Descripción

 La matanza del cerdo constituye una de las actividades más extendidas por la región andaluza desde primeros de diciembre a febrero, que forma parte de los recursos de auto subsistencia dentro de la economía doméstica. Se pueden sacrificar uno o varios cerdos para proporcionar las chacinas alimenticias de una familia durante el año. La matanza presenta muchas especifidades locales, según la época histórica y zona de celebración.

En concreto, aunque es extensible a otras comarcas, se trata de una costumbre generalizada y transmitida generacionalmente que contiene saberes que se realizan de forma artesanal, independientemente de la introducción de maquinarias, ya que los conocimientos se mantienen sin alteraciones sustanciales con el paso de los años. 

El oficio del matarife es aquella persona encargada de matar y realizar el despiece del cerdo. La particularidad del matarife en la actualidad es la técnica que continua utilizando, a diferencia de cómo se realiza en los mataderos, pues el cerdo se mata con un cuchillo, que se clava en el cuello del cerdo dejando sangrar y aprovechando con ello ésta. A pesar de la figura del matarife, este saber precisa de un trabajo de más personas que agarran el cerdo mientras el matarife hace la incisión al cerdo. El matarife tiene la función principal en el acto de la matanza, pero durante las diferentes fases del trabajo es ayudado por diferentes personas (hombres principalmente). Una vez matado el matarife, siguiendo las pautas de las mujeres, descuartiza el cerdo de una manera u otra dependiendo de cómo se vaya a consumir. 

El matarife actualmente elabora parte del trabajo de la elaboración de los embutidos, rompiendo con un modelo que diferenciaba entre los trabajos masculinos (matanza) y femeninos (embutir y cocinar).

Extensión de la actividad

 La matanza ha sido una acción común principalmente en la zona de interior. Hoy, a parte de los mataderos oficiales, la matanza continua realizándose pero de manera reducida. 

Atado

Entre seis u ocho personas se agarra al cerdo para subirlo encima de la mesa. Para poderlo controlar se le atan a la pata derecha trasera y la izquierda delantera una cuerda, al morro se le introduce una aro de alambre que, anudado a una vara metálica, sirve para presionar y controlar al animal. Entre todos se sube el cerdo a la mesa, donde es agarrado con las cuerdas a las patas de la mesa, mientras una persona agarra la cabeza por la oreja y otras dos inmovilizan las otras dos patas que quedan sueltas, quedando el cerdo inmovilizado, tumbado y acostado de lado.

Muerte

El matarife clava el cuchillo en el cuello del cerdo buscando la yugular, haciendo una obertura de entre cinco y siete centímetros. El cerdo continúa agarrado hasta que deja ir la mayor parte de la sangre y finalmente muere.

La sangre se recoge en un recipiente (cubo, barreño). El matarife la remueve para que no se cuaje ("matarle el nervio a la sangre") y se cubre con un trapo.

Pelado

A continuación se procede a eliminar el pelo de la piel del cerdo. Dicho procedimiento se puede realizar de dos maneras, una vertiendo agua caliente y otra con un soplete de butano. Con la llama de fuego se queman todas las partes del cerdo y, a continuación, con un cuchillo se retira todo el pelo quemado. A la vez, se limpian las pezuñas y el interior de las orejas. Finalmente se limpia todo con un chorro de agua.

Limpieza

Limpiado el cerdo, la primera parte que se extrae es la cabeza que se pondrá en un recipiente con agua.

A continuación se sitúa el cerdo con el lomo en la mesa y las patas para arriba y se hace una incisión hasta que queda abierto por la mitad, quedando la abertura a la altura de las tripas, siendo éstas lo primero que se extrae. Al no ser utilizadas se ponen en un saco para tirarlas, sin embargo si fueran utilizadas para la realización de las morcillas se pondrían en agua y se lavarían. Después de la extracción de las tripas se sacan los pulmones, corazón, hígado y los órganos restantes (asadura). Éstos se ponen en agua hasta su preparación.

Despiece

Se abre el cerdo definitivamente con un hacha, separando la columna vertebral de las costillas. Con un cuchillo (puntilla) se recorta toda la columna hasta la cola y se retira. Se limpia con agua para quitar la sangre  y restos. Se escurre el agua.

En el despiece las primeras partes en cortar son las patas traseras, retirando luego el costillar, el lomo y las patas delanteras. Las diferentes partes que son retiradas son colgadas con un gancho de una vara para que se sequen al aire hasta que sean troceadas. Durante este proceso se retiran partes que se utilizaran posteriormente para el relleno de los embutidos.

Corte

El siguiente proceso es el de trocear y limpiar las diferentes partes. De la cabeza se retiran el morro, las orejas, la lengua y la careta. Al partir las diferentes partes de la carne resultante, dependerá de cómo vayan a ser utilizadas. En este caso el matarife pregunta a las mujeres de la casa cómo lo quieren y procede a su troceado. A la vez, se van separando los restos de la carne que será utilizada para la morcilla, chorizo y salchichón.

Herramientas Utilizadas.

Llenadora. 

Deposito cilíndrico que se sitúa de forma horizontal. En un extremo tiene una salida estrecha en forma de embudo donde se coloca la tripa que se rellena girando una manivela que presiona el interior del cilindro. En el otro extremo tiene un obertura por donde se rellena el cilindro con la masa de morcilla, chorizo o salchichón. 

Picadora. 

Es una trituradora de carne eléctrica.

Cuchillo. 

Mango de plástico o madera con hoja de acero. Existen diferentes tipos de cuchillos dependiendo de su función: cuchillo de matarife (con la hoja de acero de unos cinco seis centímetros de largo por dos de alto), o carnicero (con una hoja de acero de unos veinte centímetros de largo por tres o cuatro de alto). 

Hacha.

 Hoja de acero afilada de forma trapezoidal  con un ojo en el extremo opuesto de la hoja donde se calza una vara de madera.

Argolla. 

Vara metálica que en un extremo tiene un aro de alambre que al estirar del extremo opuesto se encoge.

Productos que se obtienen.

La morcilla se realiza principalmente con la grasa y una pequeña parte de carne macerada con especies y la sangre del cerdo. 

Chorizo. Tiene una proporción de carne mayor que la morcilla y se macera principalmente con pimentón rojo que le da el color. 

Panceta. Parte de la piel del cerdo con grasa que se conserva en sal.

Los huesos, una vez descuartizados, se ponen en sal como forma de conserva. 

Carne fresca. Dependiendo de lo que se decida hacer el cerdo ofrece el lomo, costillar, secreto, pluma, solomillo. Si las patas no se utilizan para curar y hacer jamón se consumen también como carne fresca.

viernes, 16 de octubre de 2020

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