sábado, 17 de agosto de 2019

Fiesta de las Migas

Algunas poblaciones de la provincia de Almería que celebran las fiestas en honor a San Sebastián mantienen entre sus actos festivos el tradicional reparto de roscos bendecidos entre los asistentes. En la localidad de Gádor esta tradición se transformó peculiarmente: el desplazamiento al campo para la celebración de la Fiesta de las Migas en el paraje de la Zorracana se formuló como una nueva ruptura con lo cotidiano aprovechando la festividad religiosa.
Este tradicional comensalismo, que cuenta aproximadamente con una década de celebración, tuvo su origen en unas migas comunales organizadas por el ayuntamiento. Sin embargo los propios vecinos y el mismo ayuntamiento tomaron la iniciativa de que cada año los grupos de vecinos y familiares elaboraran sus propias migas en su sartén con la harina que el ayuntamiento les facilitase.
La mañana del domingo de las Fiestas de San Sebastián varios trabajadores del ayuntamiento llegan al lugar del evento cargados con paquetes de sémola de harina. Frente a la plaza antigua de toros de Gádor colocan una pequeña barra para repartir la harina entre todos los asistentes. Varios grupos de familiares y amigos se van acercando al paraje de la Zorracana también conocido como Mirador del Andarax, otros recogen la madera que el ayuntamiento facilita  y coloca en el centro del paraje,  y  algunos bajan hacia la plaza de toros para recoger la harina.
Normalmente son los hombres los que preparan la hoguera en la que se elaborarán las migas, mientras que las mujeres las cocinarán. Las mujeres que anteriormente han preparado los utensilios necesarios para la elaboración de las migas van sacando para su consumo algunos de los platos que previamente han elaborado en sus hogares. 
Las migas comienzan a elaborarse en torno a las 13:00 h., una vez estén listas las ascuas. En un perol se echa el aceite y una vez  caliente, se agrega un litro de agua por un kilo de sémola de trigo. Con una espátula se va removiendo el contenido hasta que las migas "queden sueltas". También se suele freír tocineta, chorizo y pimientos verdes para acompañar las migas.
Una vez se han elaborado las migas, todos los miembros se sientan a la mesa para comer. Aunque también es tradicional que mientras se van elaborando las migas se degusten los platos que se han preparado previamente.
La idiosincrasia de la Fiesta de las Migas en Gádor reside en su carácter comunal, traduciéndose en la participación de los vecinos del pueblo que se estructuran en distintos núcleos o reuniones en las cuales, la mesa, se manifiesta como el eje vertebrador. Las relaciones sociales se fomentan con el intercambio de invitaciones entre distintos grupos que a su vez mantienen algún vínculo. 
Hoy día el consumo de migas, asociado antiguamente a una economía de subsistencia, se integra en muchos acontecimientos festivos. La revalorización del pasado gastronómico se presenta ahora en la identidad colectiva como la añoranza de la cocina del pasado, en la que todo se cocinaba a "fuego lento" y los alimentos eran de gran calidad.

Los Humarrachos

En la localidad de Berja, el 31 de marzo, víspera de la onomástica de San Tesifón, se celebra en su honor la fiesta conocida como "Los humarrachos". Se trata de una celebración en la que los vecinos de los distintos barrios del municipio elaboran sus propias hogueras con motivo de una antigua ofrenda que se realizó hacia San Tesifón, obispo que residió en la diócesis de Vergi (Berja),  en la barriada de Castala. 

La leyenda cuenta que con motivo de una plaga de grajos que azotaba a la población en 1596, se decidió realizar una ofrenda a San Tesifón, de tal manera que decidieron rezar un rosario y ayunar la víspera de la fiesta. La ofrenda produjo la desaparición de tal plaga y los vecinos de Berja a modo de agradecimiento decidieron prender hogueras anualmente en la víspera de San Tesifón.

Tradicionalmente, son los propios vecinos de los barrios o anejos del municipio de Berja los que elaboran su propio humarracho.  Para la preparación de las hogueras hay que reunir ramas y rastrojos del campo de los alrededores  y acumularlos  en una pila. Habitualmente, son los hombres  los que llevan a cabo dicha labor y las mujeres se encargan del acopio de mesas para la colocación de los distintos alimentos que tradicionalmente se consumen durante la noche. En los últimos años el ayuntamiento participa activamente en la fiesta, elaborando una lista de participantes para establecer una hoja de ruta de hogueras y  también regalarles habas frescas, vino y tocino, que son los productos emblemáticos de la celebración.

El encendido de los humarrachos se inicia conforme va atardeciendo, ya que no existe un horario exacto que estipule en qué momento deben de ser encendidos. Normalmente algunos hombres o jóvenes se encargan de prender la hoguera que estará probablemente ardiendo durante gran parte de la noche. La expectación y júbilo entre los participantes se hace notar conforme la hoguera va aumentado su fulgor. Junto a los humarrachos se colocan varias mesas en las que se ofrece a los asistentes habas frescas, tocino y frutos secos, todo ello regado con vino del lugar.  

Jueves Lardero

El Jueves Lardero se celebra en la localidad de Gádor el jueves anterior al miércoles de ceniza. Este ritual festivo consiste en una jornada gastronómica campestre y de convivencia entre familiares y amigos, en donde el "hornazo"  se convierte en el alimento más emblemático de esta celebración. También en otros pueblos de la comarca del Bajo Andarax tiene lugar este ritual festivo, aunque con algunas diferencias entre ellos:  en Gádor o Benahadux es tradicional consumir el hornazo, mientras que en otros pueblos esta práctica ha desaparecido.

El significado del adjetivo lardero, proviene de la palabra lardo (grasa de animal) algo que se relacionaba directamente con el abuso del consumo de carne que se hacía durante esta festividad y que supondría una despedida de excesos culinarios ante la llegada de la Cuaresma, con su ayunos y abstinencias.


El Paraje natural de las Chimeneícas o Rambla Herrerías es el espacio donde se celebra el Jueves Lardero por los gadorenses. Se trata pues de un lugar singular de inigualable belleza natural al cual se puede acceder por diferentes vías desde la localidad de Gádor. La tradición era ir caminando a través de la rambla hasta llegar a dicho paraje. Antaño, el Jueves Lardero se celebraba también en el ¿Cruce de Alhama¿. Este era el lugar donde solían acudir los más jóvenes para poder entablar relaciones con las mozas. Las cuadrillas de la zona solían interpretar sus piezas para animar la fiesta, mientras que los mozos aprovechaban para sacar a bailar a las chicas que les gustaban.

Paraje de las Chimeneicas. 
Algunos pueblos almerienses donde también se celebra el Jueves Lardero son: Benahadux (La Partala), Pechina (Las Moreras), Rioja (Los Algarroberos), Gádor (Las Chimeneicas), Santa Fe de Mondújar (Cerro Picacho), Alhabia (Pozo Mandallo).

Los preparativos para este día se centran en la elaboración de los alimentos y preparación de los útiles y mobiliario necesarios. Las mujeres son normalmente las encargadas de preparar toda la comida, mientras que los hombres se encargan de preparar las mesas y otros muebles necesarios para pasar cómodamente la jornada. El día y la noche anterior a la fiesta, en las panaderías locales se trabaja intensamente para la elaboración de todos los hornazos que los vecinos han encargado previamente para consumirlos a lo largo del Jueves Lardero.

Hornazos, un bollo de pan de aceite con un huevo duro colocado en el centro del mismo. Y tal y como marca la tradición, el día exige que las familias porten tantos bollos como familiares y amigos vayan juntos a la fiesta. 

viernes, 16 de agosto de 2019

Camino Real

Las Alcubillas han sido a lo largo de sus muchos siglos de historia un lugar de paso, y por tanto, ha estado bien comunicado. Por su territorio pasaba el camino que unía Almería con Guadix conocido como Camino Real que debió ser ya utilizado por los romanos y por los árabes.

Este camino se cita en el Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de Andalucía de Pascual Madoz realizado entre 1845-1850, en el que se puede leer:  "Caminos" . Hay uno carretero que conduce desde Almeria á Granada, entrando por el E. y térm. de Sta. Fé de Mondujar, en el part. que describimos; se dirige por la rambla de Gergal a la venta de la Dorada que está en la misma rambla, y dejando esta a la der. pasa por la Alcubilla del térm. de Alboloduy, en donde existe otra venta que toma el nombre de la Cortijada; continúa en direccion á O. por el Campillo Hondo de Alboloduy, pasa por una cuesta titulada de la Reina y toca en Doña Maria y la venta del mismo nombre; desde este punto se dirige por el r. de Ocaña y rambla de Abla hasta la venta que dicen de Arroyo, continúa por la rambla de Fiñana, y dejando este pueblo á la izq. sigue hasta la venta llamada Venta Nueva, por cuyo punto entra en el part. jud. de Guadix: su estado es muy malo no solo por la falta de composiciones, sino que tambien porque teniendo que cruzar por las ramblas de Gergal, Abla y Fiñana y r. de Ocaña, se entorpece y dificulta su tránsito en las grandes avenidas. Existe tambien otro camino de herradura que entra en el part. por la parte oriental y por Alhabia, y continúa por Alsodux, Santa Cruz, Alboloduy y Nacimiento, hasta unirse con el carretero en Doña Maria; en los inviernos es muy penoso por tener los pasageros que vadear el rio, mas en verano da gusto andar dicho camino por lo pintoresco y ameno del pais, pues se hallan continuamente alamedas ademas de estar plantados de muchos frutales los campos de uno y otro lado del r. : los demas caminos trasversales que son de herradura, igualmente que el anterior, se hallan todos en malisimo estado, á lo que contribuye mucho lo quebrado del terreno."

Durante la dominación romana de la Península Ibérica (siglos II a. C. hasta V d. C.) a la que llamaron Hispania y dividieron en provincias, se construyeron las vías romanas o calzadas que facilitaron la comunicación entre pueblos y ciudades, a la vez que la romanización. Con la caída del Imperio Romano los visigodos siguieron utilizando estos caminos (siglos V al VIII) y con la invasión árabe en el año 711, les sucederían en el uso y disfrute de estas obras de ingeniería. Los árabes permanecieron casi ocho siglos (VIII al XV) en la Península Ibérica a la que llamaron Al-Andalus y debido su cultura avanzada conservaron, repararon y perfeccionaron las obras públicas romanas: vías, acueductos, molinos...; además construyeron nuevas obras de ingeniería para el aprovechamiento de recursos hídricos: acequias, albercas (balsas), norias, aljibes... De todas estas construcciones quedan restos arqueológicos en el territorio de Las Alcubillas.

Camino y Puente Real.
Puente Real.
Acueducto cerca del Puente Real, junto a la línea de ferrocarril,  Linares - Almería.

Desierto de Tabernas

Localizado al Norte de la ciudad de Almería entre las Sierras de los Filabres y Alhamilla, este paraje se caracteriza por un conjunto de cárcavas recorridas por auténticos wadis (ríos torrenciales en los desiertos) que sólo llevan agua, barro, y piedras durante las avenidas. Es considerada la única zona desértica propiamente dicha de todo el continente europeo y ofrece un paisaje tremendamente sugestivo y sobrecogedor. Precipitaciones que no alcanzan 250 mm anuales y temperaturas medias superiores de los 17ºC, han contribuido a la formación de un tipo de terreno conocido como "bad-lands" (tierras malas), enclavadas entre los altos relieves de Filabres, Alhamilla, Gádor y Sierra Nevada. 

El clima en el desierto de Tabernas es desde semi-árido a mediterráneo e incluso templado frío. Su situación entre la Sierra de los Filabres al norte y Sierra Alhamilla al sudeste lo aíslan de las corrientes húmedas del cercano mar Mediterráneo, en una zona de poca pluviosidad como es Levante español de la península ibérica.

En el desierto de Tabernas la temperatura media anual es de unos 17,9 °C.​ Las medias mensuales oscilan entre los 9 °C de enero y los 24,5 °C de agosto.​ Las temperaturas en invierno rara vez caen por debajo de cero grados en la noche mientras que durante el verano, las temperaturas máximas absolutas pueden superar los 45°C y aproximarse a los 50 °C a la sombra en los días más extremos. La precipitación media anual es ligeramente por encima de 200 mm con sólo 1/3 cayendo en la temporada de calor (mayo a octubre). El sol de media anual es de aproximadamente 3000 h.

Al interés paisajístico y geológico, se une un alto valor botánico y faunístico, por hallarse especies que se distinguen por su rareza, muchas únicas en el continente europeo e incluso en el mundo. La desolación del Desierto de Tabernas es tan espectacular como las características geólogicas que lo enmarcan, mientras la escasa y rara vegetación, constituye una comunidad semejante al de los desiertos norteafricanos. La singularidad de la flora del desierto almeriense la define la presencia de la crucífera Euzomodendron bourgaeanum (endemismo de Tabernas).

Por la riqueza de su avifauna este paraje se declaró Zona de Especial Protección para las Aves. Las aves se pueden observar, sobre todo, en los cursos de las ramblas o en las paredes donde encuentran lugares para refugiarse y nidificar. Es el caso del vencejo real, el avión roquero, el roquero solitario, o la grajilla. Además en este singular paraje habitan reptiles como la lagartija colirroja, culebra de escalera o el lagarto ocelado y mamíferos como el zorro, conejo, lirón careto y las dos especies de erizos españoles, el moruno y el común.

Rambla.
Formaciones geológicas.
Formaciones geológicas.
Oasis.
Formaciones geológicas.
Bicostras.
Cañón.
Desierto de Tabernas.
Desierto de Tabernas.
Desierto de Tabernas.
Desierto de Tabernas.
Cerro Alfaro.




Fotos de: David Téllez

jueves, 15 de agosto de 2019

Albufera de Adra

Este humedal costero, situado cerca de la población de Adra, constituye una fuente permanente de alimento y vida para la fauna residente en la zona y lugar de paso obligado en las rutas migratorias para las aves, entre los continentes europeo y africano. Compuesto principalmente por dos lagunas, Albufera Honda y Albufera Nueva, sorprende su situación en un entorno natural rodeado de zonas de cultivo intensivo, a manera de islas de agua inmersas en un mar de plástico. A pesar de los cambios ocurridos en su ambiente con el paso del tiempo y su reducido tamaño actual, el complejo palustre constituye un punto caliente de biodiversidad, con presencia de unas 600 especies de flora y fauna identificadas.

Entre las 172 especies de plantas inventariadas destacan por su abundancia, la espiga de agua y la najas, pero sobre todo Zannichellia contorta por estar "en peligro de extinción". La vegetación emergente está dominada por el omnipresente carrizo, si bien es de interés la masiega, helófito raro en Andalucía oriental.

En cantidad dominan los invertebrados, de los que actualmente se han citado 198 taxones, siendo protagonistas el caracol Melanopsis lorcana y el escarabajo Cybister vulneratus por estar amenazados


De las 232 especies citadas de vertebrados, dignos de mención son el fartet, pez endémico "en peligro de extinción", con su ultimo refugio andaluz en Adra y la ranita meridional con la ultima población estable de todo el sureste ibérico, presente aquí. Predominan en diversidad las 183 especies de aves, un tercio de las cuales está constituido por pequeños pájaros palustres, como los amenazados, ruiseñor pechiazul, buscarla unicolor, carricerín real y escribano palustre. Pero las indiscutibles protagonistas de las albuferas son las aves acuáticas, con casi 100 especies diferentes. Destaca la malvasía cabeciblanca, "en peligro de extinción", que tiene aquí uno de sus pocos refugios de cría e invernada de Europa.

Las albuferas de Adra se localizan en la costa suroccidental de la provincia de Almería, dentro del término municipal de Adra, entre Puente del Río y la playa de Balanegra. Calificadas y catalogadas por la Consejería de Medio Ambiente como Reserva Natural el 28 de julio de 1989, tienen su origen en el aislamiento de bahías litorales que se cerraron al mar por aportes sedimentarios, dando lugar a lagunas costeras. Ya en el año 1751, se tenía constancia de la existencia de la albufera Honda, siendo en los años treinta del siglo pasado cuando se aísla del mar la albufera Nueva. Este último proceso se produjo como consecuencia de la desviación del curso del Río Adra y la construcción del puerto pesquero de la ciudad. Ambos hechos provocaron un cambio en la dinámica litoral, alterando ésta el perfil del delta del río.

La extensión global de las albuferas es de 75 hectáreas; 13 ha corresponde a la albufera Honda, 29 pertenecen a la albufera Nueva, 11 pertenecen a vegetación y las restantes son el área de amortiguación. En épocas anteriores a la introducción de cultivos intensivos, las albuferas estaban rodeadas de extensos arenales y restos de dunas, de las que aún quedan depósitos al norte de la carretera general. En estos arenales, fijados por la vegetación, existen zonas deprimidas que se inundaban en invierno y primavera, instalándose una comunidad hidrófila de gran extensión superficial, que era hábitat idóneo para muchas especies de animales, sobre todo aves, que obtenían refugio y un lugar apropiado para su reproducción.

Actualmente todo es distinto. Esta amplia zona verde antaño es hoy poco más de dos lagunas rodeadas de una fina cortina de vegetación y circundadas por un buen número de cultivos intensivos. Los residuos agrícolas originados por estos cultivos bajo plástico han venido a agravar la situación ambiental, aportando contaminantes al agua que disminuyen la calidad del medio. La intensa acción humana ha provocado una drástica reducción en la flora y fauna y la degradación progresiva del ambiente, así como una reducción de la superficie ocupada por las aguas. 

Su observatorio ornitológico acoge a grupos organizados para visitas con fines didácticos y científicos, previa solicitud de autorización dirigida a la Delegación Territorial de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible C/ Canónigo Molina Alonso, n.º 8, 04071-Almería.




Fotos: David Téllez

miércoles, 14 de agosto de 2019

Fundición de San Andrés

En el suroeste del municipio de Adra, junto al Puerto de la ciudad, se localizan los restos de la fundición San Andrés.


Esta fundición, dedicada al proceso completo de la producción del plomo: tratamiento de la galena en reverberos ingleses, fundición de escorias, concentración y desplatación de plomos pobres, copelaciones a la inglesa,... estaba compuesta, en origen, por los siguientes elementos:

- Instalaciones industriales: torre de los perdigones, fábrica de vinagre, espartenos, caleras, pavón, hornos reverberos y atmosféricos, copelas, minio, caños y planchas, fogatas, aljibe y alberca, fragua, carpintería y caballerizas.

- Equipamientos: casa municipal, ermita, casas de la dependencia, guarda, hospital,

De ellos, se conservan en la actualidad los siguientes elementos:

Torre de los perdigones

Monumento que pertenece al complejo de la antigua fábrica de fundición de plomo de San Andrés, construida en el año 1822. La fábrica fue cayendo en deterioro desde el año 1840 ya que los recursos de las minas de plomo de la Sierra de Gádor  ,motivo por el cual se concentraron las industrias más importantes en la zona, se fueron agotando.

Esta torre fue construida para la fabricación de perdigones y sus medidas son de 44 m de altura, 7,5 m de diámetro en la base y 4,45 m en la coronación. Dentro de ella hay un pozo de 12 m de profundidad y 1,9 m de diámetro.

Cabe decir que, posteriormente a la reforma de 1984, la torre constaba de una bella escalera de caracol, con escalones hechos de piedra, adosada a los muros. En la torre, además, pueden contemplarse tres tramos: un primer tramo de mampostería con revoque de mortero de cal, un segundo de ladrillo visto y tiene forma de ladrillo de cono, como el primero, y un tercer tramo de forma cilíndrica en el que había un pequeño horno donde se fundía el plomo con el que se hacían los perdigones. 

Consta, también, de cinco huecos en altura que formaban cuatro plataformas, con balcones a los cuatro vientos y sus correspondientes barandas de hierro. Otro de los elementos que destacan dentro de la torre son los balcones de madera, construidos para regular el paso del aire que enfriaba los perdigones en su caída.


Fabriquilla del Vinagre


La Fabriquilla de Vinagre es una pequeña huella que queda de la industrialización que experimentó Adra durante el siglo XIX, debido a la explotación de plomo en la Sierra de Gador. Se trata de un antiguo laboratorio, que recibió su nombre por utilizar vinagre para la congelación de la plata a partir del plomo argentífero.

Este edificio de 4 hectáreas de superficie data del año 1822, convirtiéndose en una fundición pionera dentro de la zona. Dos años más tarde se construyeron hornos ingleses alimentados con carbón. No fue hasta en el 1827 cuando se instaló la segunda máquina de vapor que hubo en España, en la que se elaboraban perdigones, planchas y tubos.

Tras su quiebra, como consecuencia de la caída del precio del plomo en 1837, fue comprada por el comerciante malagueño Manuel Agustín Heredia, que la dotó de la tecnología metalúrgica más avanzada de la época y amplió el proceso productivo al introducir la fabricación de balas, albayalde y vidrio. En la década de 1840 abordó la obtención de plata a partir del mineral traído de Sierra Almagrera. De él se conserva la torre de los perdigones, destinada a la elaboración de perdigones a partir de plomo derretido que se dejaba caer hasta su base.

La decadencia de esta fábrica y de las fundiciones dedicadas al beneficio del plomo alpujarreño tiene como causa principal el agotamiento de las minas, cuya producción fue descendiendo lentamente a partir de 1840 hasta su paralización casi total a principios del siglo XX.

En el año 2012 fue transformado por la Concejalía de Servicios del Ayuntamiento para convertirlo en la sede de la Asociación de Arte-Danza de Adra.

Otras fotos.

Torre en proceso de construcción o restauración.
Fabriquilla del Vinagre.
Otras estructuras de la fundición. 
Casa Carreño, edificio principal de la Fundición.
Restos de la Ermita de San Andrés.

Azucarera de Adra

Complejo industrial de principios del siglo XX destinado a la producción y transformación de azúcar, empleando como materias primas la remolacha y la caña de azúcar . 
Se compone de una gran nave central y dos chimeneas. Junto a este complejo se ubica otro edificio exento que distribuye su espacio en varias naves. 


Entre los materiales y técnicas constructivas más sobresalientes destaca la estructura del conjunto, reforzada a base de grandes vigas de hierro. 
En la actualidad su estado de conservación es ruinoso. En enero de 1986, se desplomó la techumbre de la nave central, que albergaba la sección de tachas, arrastrando en su caída a una de sus fachadas.

En 1922 la Sociedad Cooperativa Azucarera de Adra amplía su capital hasta la cifra de 1,75 millones de pesetas, desembolsado en un total de 4.300 acciones (3.300 en acciones de 500 pesetas y 1.000 acciones a 100 ptas cada una)se transformó en Sociedad Anónima, pasando a denominarse Azucarera de Adra S.A. 


Los acuerdos fueron tomados en las juntas generales extraordinarias celebradas los días 4 de agosto y noviembre de ese mismo año.

Se ampliaron las instalaciones y se montó la maquinaria para el sistema mixto de caña y remolacha por vez primera en España. En 1923, es el primer año de campaña mixta, con la primera producción de azúcar de remolacha. La industria aprovechaba la caña producida en la Vega de Adra y la remolacha de este municipio y los de Almería, Berja, Dalías, Roquetas y Albuñol.

Entre 1926 y 1927 la empresa se convierte en sociedad anónima bajo la denominación de Azucarera de Adra S.A. Se produce un aumento de capital social que ascendió a 4 millones de ptas repartido en 8.800 acciones integramente suscritas y desembolsadas en su totalidad. Las acciones eran indivisibles. La sociedad no reconocía más de un propietario por cada acción. La empresa era administrada por un Consejo compuesto por entre 3 y 11 miembros elegidos por la Junta General.


Asímismo los estatutos se modifican y la sociedad traslada su domicilio social a la C/ de la Victoria nº 2 de Madrid, si bien las juntas de accionistas las seguía celebrando en el edificio de la Plaza Canalejas. La nueva sociedad da entrada a socios-accionistas que no eran meramente laboradores o empresarios agrícolas. El empresario Eduardo Weibel adquiere el 51% de las acciones que cotizaban en bolsa, pasando a ser nuevo director de la Azucarera Antonio Ortega Hita.

Fuente: wikimapia.org 
Fuente: Adracultural

Fábrica de conservas "Santa Isabel"

En Adra se pueden documentar restos arqueológicos de época fenicia (siglos VIII-VII a. C.) relacionados con las industrias de salsas y salazón de pescado, indicio de pesquerías a gran escala, especialmente de especies pelágicas, como atún, túnidos menores (bonito, melva) o caballa. Estos restos continúan en época púnica (ss. V-III a. C.) y sobre todo romana, a partir del s. II a. C y hasta los siglos. III y IV. Que se utilizase la almadraba de tiro en este período no es descartable, dada la importancia de la industria de pescado abderitana. Ya en época moderna, no ha habido continuidad en el uso de esta pesquería. Para el siglo XVIII sí hay atestiguada una almadraba en la próxima localidad de Balerma, como atestigua Sáñez Reguart (almadraba de tiro, de derecho). Como otras almadrabas almerienses estaba más especializada en la captura de melvas y bonitos. Sí sabemos que se licitaron almadrabas a principios del siglo XX, tanto en Adra como en Balerma (en este caso con la oposición de los pescadores locales, dada la ocupación territorial que genera la almadraba en los meses que está calada y las míseras condiciones de vida de los trabajadores), aunque con escaso desarrollo.

La Torre del Humo de la antigua conservera de Santa Isabel, ubicada en el Pago del Lugar, en el antiguo curso del río Adra, se divisa desde diversos puntos del municipio. Pertenece a la antigua conservera, fundada en 1888, que funcionó como ingenio azucarero, como conservera de verduras y, posteriormente, como conservera de pescado: sardina, caballa, melva, boquerón, que eran elaborados en palmilla cubierta de papel gracias al minucioso trabajo de las mujeres de los pescadores. Fue la fábrica de Conservas Santa Isabel, que cesó en su actividad en 1997 y que fue demolida en 2012.



Se dedicó a la elaboración de conservas en 1931, con tomate y melocotón y tomó el nombre de Santa Isabel en 1941, en honor a la suegra del dueño (el empresario virgitano Joaquín Vázquez), cuando también se trabajó el membrillo y la fruta escarchada. la fábrica Santa Isabel funcionó hasta 1997 con conservas de pescado (la muy conocida melva de Adra), y hasta hace poco se utilizaba como almacén de piensos y huevos.

A la fábrica llegaban capturas de muchos de los puertos del Mediterráneo que se distribuían enlatadas dentro y fuera de la península. Conservas Santa Isabel disfrutaba de reconocido prestigio, gracias al esmero proceso de elaboración a manos de mujeres de la localidad. Después de limpiarlo, el cocido era el secreto de la excelencia de las conservas. Las sardinas se cocían al vapor, y la caballa y la melva en calderas y parrillas con cestas en salmuera que se condimentaban con ramas de laurel. Sacadas las raspas, los pescados se cortaban en filetes. Era labor de las estibadoras colocar los filetes en latas y evitar que penetrara el aire en su interior. Después de regar con aceite de oliva, se introducían en la autoclave con vapor para sellarlas.

La desaparición de Conservas Santa Isabel, tras la fallida experiencia de la iniciativa OPEPESA (1997-2000), acabó con una tradición conservera de pescado, no continua, pero que se remonta en sus orígenes al garum y las salazones de la Abdera antigua. Lamentablemente, de este modo concluyó el recorrido de dos siglos de esplendor de la industria abderitana, desde la metalurgia, pasando por la producción de azúcar, hasta las conservas vegetales y de pescado.

Proceso de demolición .

Ermita de San Sebastián

Situada en la ladera sur del Cerro de Montecristo, está incluida en la delimitación del BIC Cerro de Montecristo. Es un pequeño edificio de planta de cruz latina con portada a los pies de ladrillo, formada por dos cuerpos adintelados que enmarcan sendos arcos de trazado mixtilíneo, rematándose todo el conjunto con una espadaña. 

Su construcción data de 1680 y reedificado en 1715, si bien desde 1591 se tienen noticias de existencia de un pequeño oratorio dedicado al mismo santo en este lugar. 

A mediados del siglo XVIII fue ampliada por la cabecera, a la que se le añadió el crucero y se cubrió todo su espacio con bóveda de cañón. En el interior se veneran las imágenes de San Nicolás de Tolentino y de la Virgen del Mar, patronos de Adra. 

En su interior se hallan importantes restos romanos de las factorías de salazones, pertenecientes al siglo I a.C. Igualmente se documentaron en una intervención arqueológica numerosas lápidas de carácter funerario con inscripciones latinas. 







Fuente: Landscare
Fotos: David Téllez

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