domingo, 24 de febrero de 2019

Antiguos Baños Termales de Murgi

Hasta 1872 se discutió y polemizó entre los estudiosos e historiadores sobre la localización geográfica de MURGI. Sólo cuando apareció la inscripción de las termas de Murgi, con motivo de los movimientos de tierras realizados en la construcción de la carretera Almería a Málaga, pudo acabarse con una larga polémica que llegó situar la ciudad ibero-romana Murgi en diversos lugares, especialmente en Mojácar.

Uno de los ingenieros de la dirección de obra de la carretera, Ricardo Sáenz de Santamaría, fue quien se hizo con la posesión de la placa marmórea (0.49x0.95 m) con la inscripción. Consciente de la importancia que podía tener el hallazgo, hizo un calco de la inscripción para remitírsela al miembro de la Real Academia de Historia (RAH), Eduardo Saavedra Moragas (1829-1912), destacado ingeniero, arabista y epigrafista de la época. La inscripción, en transcripción del epigrafista almeriense, el profesor Rafael Lázaro, dice:


El sevir Lucio Emilio Dafno obsequió a los ciudadanos de Murgi con unas termas construidas completamente a su costa. El día que las inauguró, regaló a cada uno de los ciudadanos y residentes un denario, además e un banquete público. Les prometió, igualmente, que mientras viviese daría a cada uno un denario coincidiendo con el aniversario de la inauguración. También prometió una cantidad anual de 150 denarios a lo largo de su vida para el mantenimiento de dichas termas”.

El hallazgo de la inscripción y la puesta a disposición de Saavedra del calco con el contenido de su leyenda, supuso para él un cambio radical sobre su teoría acerca de la ubicación de la ciudad romana Murgi, que hasta entonces la situaba en la costa mediterránea, más allá de Albuñol (¿quizás en Polopos?). Saavedra desarrolló y expuso en la RAE un conocido informe en torno a las consecuencias geográficas e históricas derivadas del contenido de la inscripción de las Termas de Murgi. Dicho informe, fue publicado en la revista “La ilustración Española y Americana” del 1 de diciembre de 1872, bajo el título “La antigua Murgi y el límite oriental de la Bética”. A raíz del hallazgo arqueológico, la RAH otorgó un premio especial de 2.000 reales al ingeniero Sáenz de Santamaría por su importante hallazgo de una inscripción antigua inédita, clave para el avance e innovación en el conocimiento de la historia de nuestro país.

¿Qué fue de la lápida en poder de Sáenz de Santamaría? ¿Por qué hoy se encuentra en el municipio toledano de Tembleque?

En contra de lo que Sáenz de Santamaría había prometido, la lápida no fue entregada al museo de la RAH; pero tampoco atendió a la petición que, insistentemente, le había hecho, a través del Gobierno Civil en la provincia, la ‘Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de Almería’, presidida por Miguel Ruiz Villanueva.
En 1878 el ingeniero Santamaría se traslada a Madrid y se supone que se llevó la placa con la inscripción de las termas. Se desconocen, por el momento, los avatares y vicisitudes de la lápida en Madrid, pero si sabemos que acabó en poder (¿donación?) del expresidente de la I República española, Emilio Castelar Ripoll (1832-1899), en cuyo domicilio de la calle Serrano de Madrid estuvo empotrada en una de sus paredes durante varios años. Tampoco sabemos con certeza en qué momento pasó a manos de su siguiente propietario, Guillermo Solier Corona, secretario personal de Castelar. Parece que con motivo de algunas reformas en el domicilio de Castelar, en torno al año 1890, se prescindió de la inscripción que fue donada a su secretario, Solier.
Solier la llevó hasta Tembleque (Toledo), donde era propietario de una casa de labranza en el “Olivar de Santa Cecilia”, situada a unos 12 kilómetros de la población. Posteriormente, la trasladó a su domicilio que poseía en el núcleo urbano de Tembleque (C/ Castelar, esquina con C/Convento), donde actualmente se encuentra.
En los primeros años del siglo XX, en 1904, el Conde de Cedillo (Jerónimo López de Ayala-Álvarez de Toledo y del Hierro) recibió del Ministerio de realizar un “Catálogo Monumental de la provincia de Toledo”, cosa que realizó muy gustosa y eficientemente, teniéndolo listo en 1919, pero no llegó a editarse y publicarse hasta que se hizo, por encargo de la Diputación de Toledo, en 1959. En dicho Catálogo (http://aleph.csic.es/.../0010.../html/001359493_V02T.html...Vol. 2), aparece recogida la lápida con la inscripción de la termas de Murgi, “embebida en una pared del patio”, como uno de los monumentos de la provincia de Toledo.
Posteriormente en 1948, la familia Martín Rabadán, adquirió las propiedades de Guillermo Solier en Tembleque, siendo los actuales propietarios de la lápida con la inscripción de la Termas que donó Lucio Emilio Dafno a los munícipes de Murgi.

En ella se puede leer este texto de gran importancia histórica ya que permitió ubicar la antigua ciudad de Murgi y fijar los límites de la antigua Bética:

Pincha para ver este vídeo.

PVBLIVS. AEMILIVS.DAPHNVS. SEVIR.THERMAS. SVA.OMNI. IMPENSA. MVNICIPIBVS. MVRGITANIS. DEDIT. ET.QUODIE. EAS.DEDICAVIT. DENARIOS.SING. VLOS. CIVIBVS.ET.INCOLIS. EPVLVM.DEDIT. ET.QVAM. DIV.VIXISSET. EODEM.DIE. DATVRVM. ESSE. DENARIOS.SINGVLOS. EISDEM.PROMISSIT. ET.IN. TVTELAM. EARVNDEM.THERMARVM. QVAM. DIV. IPSE.VIXISSET. ANNVOS.DENARIOS. CL POLLICITVS. EST.

Traducción:

El servir Publio Emilio Dafne obsequio a los ciudadanos de Murgi con estas termas construidas completamente a su costa. El día que las inauguró regalo a cada uno de los ciudadanos y residentes un denario además de un banquete público. Les prometió igualmente que mientras viviese daría a cada uno un denario coincidiendo con el aniversario de la inauguración. Finalmente, también prometió un cantidad de 150 denarios a lo largo de su vida para el mantenimiento de dichas termas.”

Probablemente Lucius Aemilius Daphnus era un liberto, tal vez de origen griego, es decir; un esclavo que ha conseguido la libertad de sus amos. Este hombre llegó a ser un sevir (un importante cargo del culto imperial) de esta comunidad. Y para conmemorarlo hizo una importante donación a la población en la ejercía como sevir. Esta consistía en la donación de 150 denarios anuales. Además, para celebrar la inauguración de esta obra ofrece un banquete (epulum), así como la repartición de dinero (sportula) a los ciudadanos ( romanos) así como a los incólae (residentes que no tenían la categoría de ciudadanos), de este municipio de Murgi. El cual estaba dotado del ius Latti o derecho de ciudadanía, estatus que debió de alcanzar poco antes de escribirse esta inscripción (finales del siglo I dC o principios del siglo II).

Antiguas termas de Murgi construidas por Lucio Emilio Dafno. 

Interior de la planta superior.
Datan del siglo I-II d.C.


miércoles, 20 de febrero de 2019

Cuartel de Carabineros Guardias Viejas

El Cuerpo de Carabineros fue un cuerpo armado español cuya misión era la vigilancia de costas y fronteras, y la represión del fraude fiscal y el contrabando. Fue creado en 1829 y tras la Guerra Civil, en 1940 fue integrado en la Guardia Civil.
Tenían presencia en las fronteras terrestres, provincias marítimas y en Madrid. El lema de los Carabineros era: Moralidad, lealtad, valor y disciplina y su insignia era un sol que surge con todos sus rayos en el horizonte.
Es uno de los pocos cuarteles de Carabineros que quedan en España. 
Mediante una ley  impuesta el 15 de Marzo de 1940  desaparece este cuerpo a nivel nacional.

Cuartel de Carabineros.
La fachada ha sido restaurada.
Ubicado frente al Castillo de Guardias Viejas.
Es uno de los pocos cuarteles que aún se mantienen en pie.
Vista del castillo y cuartel.

Fotos: David Téllez

lunes, 18 de febrero de 2019

Ermita de la Virgen del Río.

Ubicada en la margen derecha del río Andarax. Su planta es de tipo rectangular, con una pequeña torre campanario restaurada hace poco. Los días 14 y 15 de Agosto se celebra su romería conocida por tod@s, como las fiestas del Río.

Restaurada  actualmente.
Vista lateral

Vista lateral

Aljibe Cortijo de los Arcos (Galachar).

Aljibe con bóveda de medio cañón, construido en mampostería, de medianas dimensiones.

Aljibe cortijo de los Arcos.
Es un aljibe de medianas dimensiones.
Puerta de entrada al aljibe.

Fotos: David Téllez

Molino Pajarillo

Restos de antiguo molino, a las afueras de Terque . Conserva su cubo, caz y parte de la sala de la molienda. Su cárcavo no se aprecia debido a la espesa vegetación. Actualmente abandonado.

Vista general del molino.
Balsa adosada al molino.
Abandonado actualmente.
Balsa.
Cubo.
Cubo.

Fotos: David Téllez

Horno Yeseras de Galachar

Torre troncónica realizada en mampostería con interior de gran diámetro ayudada por dos contrafuertes frontales situados cerca de la boca del horno. Su estado de conservación es bueno actualmente.




Protección actual.

Fotos: David Téllez

sábado, 16 de febrero de 2019

Murallas de Adra

El recinto amurallado tenía forma de hexágono irregular de 475 metros de longitud con siete torreones en las esquinas. El castillo, un recinto rectangular, ocupaba el extremo sureste del perímetro, y disponía de su propia torre del homenaje. Dos puertas permitían el acceso a la población, la Puerta de Tierra, hacia el río (y Almería), en el este, y la Puerta del Mar hacia la costa. La fábrica de estas murallas se compone de mampostería y mortero de cal, siendo los mampuestos más voluminosos los que ocupan la base y se van haciendo más pequeños hacia las partes altas. La piedra es la propia de la zona, pizarras y esquistos así como cantos rodados del cercano río de Adra. Todo el conjunto se encontraba enfoscado con un mortero de cal. Tanto las murallas como las torres estaban salpicadas de troneras y saeteras. Con la disminución del peligro de ataques en el siglo XIX las murallas fueron demoliéndose paulatinamente para favorecer la ampliación y comunicación de la población, de modo que lo que hoy pervive son los últimos restos de este recinto que fueron quedando ocultos entre las construcciones que iban surgiendo. Hoy quedan restos de algunos lienzos y torres incrustados en el urbanismo actual de la ciudad, que han sido recientemente restaurados en su mayoría, concretamente el Cubo de la Carrera (torre de la Vela) y el Cubo del Cementerio (torreón de la Olvera), que son los dos vestigios más relevantes del antiguo recinto, junto con un pequeño tramo del lienzo oriental del perímetro, conformándose así pues como tres tramos de muralla restaurados, sin conexión entre ellos hoy, que se han integrado en el actual urbanismo de la ciudad. En los dos casos más notorios junto a la torre quedan sendos restos de murallas, de cierta significación en el caso del Cubo del Cementerio, y escasos en el caso del Cubo de la Carrera. El resto de menor relevancia antes mencionado es un segmento de lienzo de la muralla de la cara oriental del amurallamiento de la ciudad, hoy entre edificaciones. Queda un cuarto resto reseñable que se corresponde con el torreón, torreón de D. Pablo Moya, que ocupaba la esquina suroccidental del recinto, junto con un trozo del lienzo asociado, pero ha quedado completamente entre edificaciones, usándose los restos de la muralla como muros de viviendas posteriores, siendo difícil su correcta delimitación.

Planimetría.
Torreón de la Vela.
Todo el conjunto esta declarado como B.I.C .

Torreón de la Olvera.
Murallas.
Murallas.
Cartel informativo.

Fotos: David Téllez

Torre de los Perdigones

No pasa desapercibida cuando uno se acerca a Adra. Se otea en el horizonte. Sirve como un punto de referencia. Ahí está. Es la Torre de los Perdigones, el emblema de la ciudad de Adra. Fue construida para la fabricación de perdigones y formaba parte de la Fundación de San Andrés, levantada en 1822 por la Casa Rein y Cia. En la Torre se elaboraban perdigones obtenidos del enfriamiento del plomo derretido, que se dejaba caer desde su parte más alta. Fue cayendo en decadencia a partir de 1840 debido al agotamiento de las minas de plomo de la Sierra de Gador pero con el paso del tiempo se ha convertido en un icono turístico para esta ciudad de la comarca del Poniente y puerta de entrada a la provincia desde el oeste.
Sus medidas, pese a no son imponentes, sí que marcan el skyline de la ciudad, en la que predominan casas de planta baja. Tiene una altura de 45 metros y unos 7,5 metros de diametro. En su interior tiene un pozo de otros 12 metros de profundidad. Antes de la reforma efectuada en 1984, tenía una escalera de caracol con escalones de piedra, adosada a los muros.

En la espigada estructura pueden observarse tres tramos: el primero es de mamposteria con revoque de mortero de cal; el segundo es de ladrillo visto y, al iqual que el primero , tiene forma de tronco de cono. El tercero y último es de forma cilíndrica y en el había un pequeño horno para fundir el plomo del que se hacían perdigones. Tiene cinco huecos en altura que formaban cuatro plataformas , con balcones a los cuatro vientos y sus correspondientes barandas de hierro.Los balcones eran de madera y servían para regular el paso del aire que enfriaba los perdigones en su caída.





Interior de la Chimenea



Ubicación


Fotos: David Téllez

Casa De Dios, pero el de Castala !!

Esta choza o cobertizo fue construido por el protagonista de esta historia, José Marín. Y restaurado por el grupo de voluntarios sin ánimo de lucro. Equipo Porcel. Pepe, María y  Paco Porcel. En la década de los sesenta, paso aquí algunos años de su vida, José Marín, conocido por todos los que trabajábamos en la Sierra, como “El Dios De Castala” porque él mismo decía que era” Dios” debido a sus manías. En los días y noches crudas de invierno y muchísimas cubiertas por la nieve, nadie pudo ver a José con una chispa de candela. Pues lo mismo en invierno que en verano, su único abrigo era una manta liada al cuello, porque según él, le molestaban los humos que los cristianos le mandaban desde el pueblo. Todos los días subía la “Virgen” que así llamaba a su mujer, desde Castala con comida fría, porque si estaba caliente, no se podía acercar a él. Pues tan famoso se hizo este hombre, que su fama llego a oídos de un periodista llamado Tico Medina, que un buen día se desplazo hasta el Cerezo para hacerle una entrevista. Pero sus manías terminaron, cuando un hombre apodado ”El Catorce” le dio un tiro a otro por venganza, en El Ejido causándole la muerte. Refugiándose en La Sierra y perseguido por la justicia, este hombre se acerco, un día al Cerezo, a beber agua, como ”Dios” estaba enterado de lo ocurrido, quiso apoderarse del arma del delincuente, forcejearon y este le dio un tiro a “Dios” en el brazo, fue trasladado al Hospital de Almería y allí termino sus manías, no su vida, y con ello su historia en el Cerezo.

Dejando en la mente de los que lo recordamos este dicho:

¡¡ Dicen que el 13 es malo, pero el 14 es peor a matao un hombre en el campo, y le a dao un tiro a “Dios”!!

Paco Porcel.

Acceso a la Casa.
Pequeña balsa frente a la casa.

Casa de Dios , pero el de Castala.
Buen trabajo equipo Porcel , para que historias como esta no queden en el olvido.

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