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miércoles, 26 de agosto de 2020

Yeseras del Calvario

 Las Yeseras del Calvario. Conjunto de galerías excavadas en el terreno de donde se extraía y se transformaba el yeso.












Fotos: David Téllez


lunes, 30 de marzo de 2020

Instalaciones Mineras de El Arteal

Las instalaciones mineras de El Arteal se encuentran situadas al pie de la vertiente occidental de Sierra Almagrera en la rambla de la que toman el nombre, a dos kilómetros al oeste del núcleo urbano de Herrerías.  

Este conjunto industrial está formado por las siguientes instalaciones:

     - El Desagüe de El Arteal (1894-1912)
     - Instalaciones mineras de la compañía Minas de Almagrera, S.A. (1945)

El Desagüe de El Arteal (1894-1912)

Se encuentra situado a la entrada del conjunto industrial, tras pasar entre dos edificaciones que dan entrada al complejo, a la izquierda del trazado. 

El desagüe estaba compuesto por un pozo de 120 metros de profundidad, con bombas instaladas en el fondo. Para que las aguas llegasen a las bombas, el desagüe contaba con una galería de 250 metros que, partiendo del mismo pozo se internaba en la Sierra en busca de los "soplados" o galerías por donde circulaba el agua. 

Junto a la boca de salida del desagüe, se localiza la nave principal de la central de transformación de Minas de Almagrera SA y la chimenea de las antiguas calderas que mantenían en funcionamiento las máquinas. Estas calderas se sustituyeron en una segunda etapa por un motor diesel de 500 HP. 

Instalaciones mineras de la compañía Minas de Almagrera S.A.

De las instalaciones construidas por la compañía Minas de Almagrera S.A destacan las siguientes:

   - Lavadero de flotación
   - Socavón de Santa Bárbara (1949)
   - Ferrocarril minero del socavón de Santa Bárbara
   - Edificios de duchas de los trabajadores
   - Poblado de trabajadores en el llano de El Arteal

La compañía Minas de Almagrera se centró en retomar el desagüe de la Sierra Almagrera. 
Con objeto de unir los distintos pozos de las minas de la sierra se construyó el socavón de Santa Bárbara (1949). Situado al este del conjunto minero de El Arteal, del socavón de Santa Bárbara se conserva la boca de entrada construida en mampostería de piedra con arco en piedra, cornisa recta y esquinas reforzadas con piedra. 

Junto al socavón de Santa Bárbara se localizan las duchas de trabajadores, dos edificios circulares construidos en hormigón armado, una de las piezas de mayor valor estético y tecnológico que han sobrevivido del conjunto. 

Al norte del conjunto, junto al antiguo desagüe, se sitúan los nuevos lavaderos de flotación de los que se conserva sus trazas generales. 

Al suroeste del conjunto, en el llano de El Arteal, se sitúa el poblado de trabajadores. Este poblado de vivienda colectiva en bloques de planta rectangular, alargados, de dos alturas y cubierta a dos aguas, contaba con un total de 20 bloques distribuidos en tres filas orientados en dirección NE-SO, escuelas y economato. Desataca la decoración de borde de los hastiales de cada uno de los bloques y el uso decorativo de las ranuras de ventilación de la cubierta. La misma decoración de borde de los hastiales ha sido repetida en el muro de cierre de planta baja de los patios traseros entre los distintos bloques. 

Datos Históricos

La Minería en la  Provincia De Almería

La extraordinaria riqueza mineral de la provincia ha propiciado una continuada explotación de sus recursos mineros a lo largo del tiempo, intensificándose de manera extraordinaria desde principios del siglo XIX hasta el primer tercio del siglo XX.  

Las actividades mineras en la provincia de Almería pasaron por dos etapas diferenciadas*: 

Etapa 1 (1820-1890) Minería del Plomo. Localizada en las Alpujarras y la sierra de Gádor o Poniente almeriense.

Etapa 2 (1890-1930) Minería del Hierro. Sierra Almagrera o Levante almeriense.

Desde 1880 los nuevos centros productivos de Linares, Córdoba y Ciudad Real y el incremento de la capacidad productiva de la sierra de Cartagena-La Unión ganan posiciones a la minería almeriense. El final de la minería vendrá marcado por la crisis siderúrgica de los años 20, la crisis económica del año 1929 y la competencia norteafricana. 

ETAPA 1 (1820-1890) LA MINERÍA DEL PLOMO EN LA ALPUJARRA ALMERIENSE Y LA SIERRA DE GADOR. 

Las explotaciones de plomo se localizaron en las Alpujarras y en la sierra de Gádor con numerosas concesiones de reducido tamaño, gestionadas por improvisadas sociedades en manos de gente de la zona y con precarios medios de extracción y de transformación, como eran los tornos de mano y el horno reverbero español conocido como boliche. 

En la sierra de Gádor llegaron a trabajar unas 20.000 personas entre las minas, las fábricas y los arrieros. Muchos de estos trabajadores eran campesinos y jornaleros almerienses que complementaban sus escasas rentas o sus salarios con el trabajo temporal en las numerosas minas abiertas, primero, en esta sierra y, posteriormente, en la sierra Almagrera. 

La abundancia de mineral por superproducción provocó el desplome de los precios en los mercados internacionales y la ruina de muchas minas alemanas e inglesas. 

En 1836 comenzaron a agotarse las balsadas más accesibles y, al mismo tiempo, una bajada de los precios del mineral provocó la decadencia de estas explotaciones. 

ETAPA 2 (1890 - 1930) LA MINERÍA DE PLOMO DEL LEVANTE ALMERIENSE. SIERRA ALMAGRERA.

El agotamiento en el año 1838 de las minas de la sierra de Gádor coincidió con el descubrimiento del filón de plomo argentífero en el barranco del Jaroso en la Sierra Almagrera. Este descubrimiento supuso para Almería el cenit de un siglo caracterizado esencialmente por las actividades mineras y metalúrgicas. 

En ese momento se sucederán las explotaciones de plomo y de hierro en busca de un rápido beneficio que se despreocupaba por la racionalización de la explotación. 

Las instalaciones minero metalúrgicas del levante almeriense, siendo uno de los puntos neurálgicos de la minería y metalurgia mundiales a mediados del siglo XIX, se caracterizaban por un minifundismo que conllevaba una constante insolvencia financiera, el arrendamiento continuo de la explotación y la precariedad de medios técnicos, especialmente, a la hora de realizar conjuntamente el desagüe de la capa freática.

El proceso especulativo entre las numerosas sociedades mercantiles propietarias de las concesiones y las sociedades explotadoras, así como las múltiples compraventas de acciones generó interminables pleitos. Las ganancias no fueron generalizadas pero las obtenidas por algunas familias formaron las principales fortunas de la Almería del siglo XIX. Esta incipiente burguesía minera muy pronto pasaría a constituirse en burguesía agraria gracias a la disponibilidad de las tierras eclesiásticas y municipales desamortizadas. 

A finales del siglo XIX el aumento de la demanda británica provoca un espectacular y efímero desarrollo de la minería provincial con la construcción de nuevas instalaciones de carga, transporte y arrastre (infraestructuras ferroviarias, cables aéreos y embarcaderos). 


martes, 12 de noviembre de 2019

Minas de Beires

Tras la demarcación por vecinos de las localidades próximas, se construyó la Societe des Mines de Beires, a finales del S. XIX. La compañía instaló un cable aéreo, hasta la estación de Doña María - Ocaña que construye "Teste Moret Compagnie" de Lyon. La construcción fue defectuosa y dificultó el ritmo de explotación hasta suponer el fracaso de la actividad, traspasando el negocio, en 1.907 a "The Soria Mining", también con dificultades por los altos cánones de arrendamiento, bajo precio del mineral de hierro e insuficiencia del cable, provocando el abandono de la actividad en 1.921.

En 1.927 comienza de nuevo la explotaciónpor la compañía Echevarrieta y Campbell. En 1.930 se instala la electricidad desde la central de Ohanes. Se cierran definitivamente el 18 de julio de 1.931. En 1.942 se desmonta el cable.










sábado, 9 de noviembre de 2019

Minas de La Gabiarra

Las minas de La Gabiarra, situadas entre los términos municipales de Paterna del Río y Laujar de Andarax (Almería), constituían una explotación de hierro a cielo abierto, de la que también se extraía goethita, limonita y oligisto micáceo, y que tuvieron una especial importancia económica para los habitantes de la zona entre los años 1957 y 1972. Después, cuando en 1999 se declaró el Parque Nacional de Sierra Nevada, la explotación de las minas de La Gabiarra resultaba incompatible con los fines de estos espacios protegidos, según se establecía en el Plan Director de Parques Nacionales.








jueves, 7 de noviembre de 2019

Minas Romanas del Espejuelo

El lapis specularis, también conocido como espejuelo, espejillo, piedra del lobo, espejillo del asno, piedra de la luna, piedra de luz, sapienza o reluz, es el término que utilizaron los romanos para denominar al yeso. Esta variedad mineralógica del yeso, denominado yeso selenítico o selenita, se extraía y explotaba durante los siglos I y II d. C. en Hispania y en otros lugares del Imperio romano como la propia Italia (Bolonia, Sicilia), Chipre, Capadocia y África Proconsularis (actual Túnez).

La distribución geográfica en Hispania se concentraba en la provincia de Cuenca, en la zona de la antigua Segóbriga, y en menor medida también en Toledo y Almería.
El interés en este material radicaba en su transparencia, así como en la facilidad que presenta para poder trabajarlo. Su uso principal era el de acristalar ventanas, acoplando varias planchas o láminas en armazones de madera o cerámica. También se utilizaba, una vez calcinado, para la fabricación de yeso o escayola para realizar, posteriormente, molduras, vaciados y enyesados. En otras ocasiones se mezclaba triturado con la arena del Circo Máximo para que la arena brillase, realzando los espectáculos.

En las minas de Arboleas, concentradas en Limaria, se localiza un coto minero con varias cavidades o minados en el interior subterráneo y numerosas terreras o escombreras asociadas en superficie. En el exterior y en las inmediaciones de las bocas encontramos cerámica Terra Sigilata y común de época Alto-Imperial y restos de lapis specularis cortados y serrados. En el interior hay indicios muy claros de laboreo romano: como son la existencia de lucernarios, labores específicas para la extracción de placas lapis specularis, sistemas de explotación de cámara, pilae y galería o la utilización de punteros de sección cuadrada.




lunes, 7 de octubre de 2019

Minas y Hornos de Calcinación de Lucainena de las Torres

Los Hornos de Calcinación de Lucainena de las Torres, suponen uno de los vestigios arquitectónicos más importantes de la época en la que Lucainena de las Torres tuvo una gran relevancia dentro de la economía provincial, al ser un enclave minero muy importante desde el que se suministraba hierro a los Altos Hornos de Vizcaya, en Bilbao, que se evacuaba en ferrocarril a través del embarcadero de Agua Amarga, en Níjar.

AUGE MINERO

En el Siglo XIX los afloramientos de minerales de hierro en Lucainena de las Torres llamaron la atención de los especuladores y mineros, pero sin un medio de transporte adecuado no era posible explotar económicamente estos yacimientos.

D. Juan Alonso Allende, ingeniero responsable de la dirección técnica de la compañía minera de Setares, propiedad de Sota y Aznar, visitó en 1892 varias minas situadas en Lucainena de las Torres que se disponía a explotar el británico Hermann Borner. En 1893, de la Sota llega a un acuerdo con el comerciante alemán Otto Kreizner y Losser, ambos proponen a Borner la explotación de las minas de Lucainena. La presencia de Kreizner es lo que hizo mucho más fácil la entrada del hierro de Lucainena en el mercado alemán.

Para ello, el naviero Ramón de la Sota, junto a O. Kreizner y H. Borner fundaron en Bilbao en 1893 "La Compañía Minera de la Sierra Alhamilla".
Así pues, durante tres años construyeron un ferrocarril desde Lucainena hasta la bahía de Agua Amarga, donde se instaló el almacén-deposito de minerales y un cargadero en mar abierto del tipo Cantilever.


La vía que constaba de una longitud total de 39 km, contaba además con tres estaciones de cruce y repostaje: Pealejos, Camarillas y Palmerosa.

Para conectar las minas situadas en la parte alta de la sierra con la estación de Lucainena se construyó un plano inclinado automotor de 600 m.(el burrucho), que más adelante se seccionó en dos tramos. El primer barco se cargó en Agua Amarga en 1896.

La línea comenzaba en Lucainena de las Torres, donde además de la estación, se construyeron los talleres, almacenes, una central eléctrica a vapor, la casa-dirección y los depósitos de mineral.
Tras estudiar las distintas posibilidades, se optó por la línea que daría salida al mineral de las minas por Aguamarga, prolongándose su construcción desde septiembre de 1894 hasta marzo de 1896.
Durante tres años se explotaron los criaderos de la parte alta de la sierra, óxidos de hierro de gran pureza, que se cargaban en el barco prácticamente como se extraían de la mina, pero debido al descubrimiento de la riqueza del subsuelo, el trabajo también se realizó en el interior.

Así pues, a medida que avanzaban en la explotación aparecía menos óxido y más carbonato de bastante menor riqueza de hierro y que requería ser calcinado en unos hornos especiales para que adquiriese la riqueza (el tenor) que demandaba la industria siderúrgica.

FUNCIÓN DE LOS HORNOS EN LA ANTIGÜEDAD

De esta forma aparecen a escena nuestros protagonistas en esta historia real. Para ello la antigua Compañía Minera de Sierra Alhamilla, en 1900 empieza a construir dos nuevos hornos de calcinación en un lugar próximo a la estación de Lucainena, un año más tarde la Compañía decide emplazar otros seis hornos junto a los dos anteriores dada la absoluta supremacía de los carbonatos en la producción de las minas. Las vagonetas volcaban en un depósito y después de sufrir una ligera selección manual, el mineral era cargado en unos vagones especiales de descarga lateral que lo conducían hasta la parte superior de los hornos a la cual accedían por unas vías livianas plataformas.

Se estima que cada horno tenía unos 20 metros de altura y que su capacidad era de 50 toneladas de mineral calcinado por horno y día. Una vez calcinado el mineral se seleccionaba y se cargaba en vagones que a través de un plano inclinado llegaban cargados a la estación de Lucainena desde donde salía el tren hacia el cargadero de Agua Amarga.

Hornos de Calcinación  allá por el año 1901.

CRISIS MINERA

La explotación de las minas vino en decadencia por diferentes factores, junto a la crisis siderúrgica europea y española durante unos años, se unieron la competencia de los minerales norteafricanos y las mejoras salariales introducidas en la época.

A los problemas propios de las explotaciones mineras se unió el de la falta de personal, debido a los fuertes movimientos migratorios registrados en la provincia de Almería.

Tras una ligera recuperación, la empresa continuó hasta 1931, año en que, ante la imposibilidad de exportar sus hierros, la compañía se vio obligada a suspender temporalmente la circulación del ferrocarril. Después de la Guerra Civil, se reanudó de nuevo, pero esta ilusión duró poco tiempo, cesando por completo en 1942 la explotación y desmantelando las instalaciones, tanto minera como ferroviaria.

REMODELACIÓN DE LOS HORNOS

Habría que remontarse hasta el mes de noviembre de 2009, durante la celebración de la "I JORNADA TÉCNICA DE LA VIA VERDE", donde aprovechando esta jornada sobre lo que suponía la Vía Verde de Lucainena de las Torres y la inminente apertura de dicho trayecto, también se presento en sociedad el proyecto de rehabilitación de los Hornos de calcinación.
En esa ocasión se mostraron los planos de la obra, elaborados por el arquitecto Dº. Luis Castillo, de lo que se pretendía hacer en ellos y como quedarían, poniendo en valor parte del pasado minero del pueblo y suponiendo un complemento muy importante dentro de lo que suponía el producto turístico de la Vía verde.

Así pues las obras de rehabilitación comenzaron a mediados del año 2010 a cargo de la empresa Rehabitec, y concluyeron en los primeros meses del 2011.

Finalmente, el 27 de marzo de 2011, el alcalde de Lucainena de las Torres, Dº Juan Herrera Segura, junto con la presidenta de la Mancomunidad de Municipios para el Desarrollo de los Pueblos del Interior, Dª. Águeda Cayuela Fernández, dieron por inaugurada la rehabilitación de los Hornos de calcinación de Lucainena de las Torres.

La obra supuso una costosa inversiónde 300.000 euros en la que se implicaron, la Mancomunidad de Municipios, la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte, la Diputación y el propio Ayuntamiento. De forma resumida en la obra lo que se hizo fue, dotar a este entorno con paneles en los que se explica cómo funcionaban los ocho hornos que tenían como función principal separar las escorias del hierro.

Hornos de Calcinación en la actualidad.

HORNOS DESPUÉS DE LA REMODELACIÓN

Uno de los hornos (el primero con el que nos encontramos tras llegar a las instalaciones) ha recuperado su estructura original, los otros han sido objeto de obras de mantenimiento para evitar su deterioro.

El horno rehabilitado alcanza una altura de 20 metros y está equipado con una escalinata de entre 60 y 70 escalones a través de la cual se accede a la parte superior y desde ahí a un pasillo que lo rodea a través del cual se aprecia una amplia panorámica tanto de los otros hornos como del entorno próximo. La zona donde se ubican ha sido acondicionada y equipada con un aparcamiento y se han mejorado los accesos.

Fotos de los Hornos y otras estructuras mineras.





























 Fuentes : Almeriapedia y viaverdelucainenadelastorres.org
Fotos: David Téllez

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