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lunes, 30 de marzo de 2020

Instalaciones Mineras de El Arteal

Las instalaciones mineras de El Arteal se encuentran situadas al pie de la vertiente occidental de Sierra Almagrera en la rambla de la que toman el nombre, a dos kilómetros al oeste del núcleo urbano de Herrerías.  

Este conjunto industrial está formado por las siguientes instalaciones:

     - El Desagüe de El Arteal (1894-1912)
     - Instalaciones mineras de la compañía Minas de Almagrera, S.A. (1945)

El Desagüe de El Arteal (1894-1912)

Se encuentra situado a la entrada del conjunto industrial, tras pasar entre dos edificaciones que dan entrada al complejo, a la izquierda del trazado. 

El desagüe estaba compuesto por un pozo de 120 metros de profundidad, con bombas instaladas en el fondo. Para que las aguas llegasen a las bombas, el desagüe contaba con una galería de 250 metros que, partiendo del mismo pozo se internaba en la Sierra en busca de los "soplados" o galerías por donde circulaba el agua. 

Junto a la boca de salida del desagüe, se localiza la nave principal de la central de transformación de Minas de Almagrera SA y la chimenea de las antiguas calderas que mantenían en funcionamiento las máquinas. Estas calderas se sustituyeron en una segunda etapa por un motor diesel de 500 HP. 

Instalaciones mineras de la compañía Minas de Almagrera S.A.

De las instalaciones construidas por la compañía Minas de Almagrera S.A destacan las siguientes:

   - Lavadero de flotación
   - Socavón de Santa Bárbara (1949)
   - Ferrocarril minero del socavón de Santa Bárbara
   - Edificios de duchas de los trabajadores
   - Poblado de trabajadores en el llano de El Arteal

La compañía Minas de Almagrera se centró en retomar el desagüe de la Sierra Almagrera. 
Con objeto de unir los distintos pozos de las minas de la sierra se construyó el socavón de Santa Bárbara (1949). Situado al este del conjunto minero de El Arteal, del socavón de Santa Bárbara se conserva la boca de entrada construida en mampostería de piedra con arco en piedra, cornisa recta y esquinas reforzadas con piedra. 

Junto al socavón de Santa Bárbara se localizan las duchas de trabajadores, dos edificios circulares construidos en hormigón armado, una de las piezas de mayor valor estético y tecnológico que han sobrevivido del conjunto. 

Al norte del conjunto, junto al antiguo desagüe, se sitúan los nuevos lavaderos de flotación de los que se conserva sus trazas generales. 

Al suroeste del conjunto, en el llano de El Arteal, se sitúa el poblado de trabajadores. Este poblado de vivienda colectiva en bloques de planta rectangular, alargados, de dos alturas y cubierta a dos aguas, contaba con un total de 20 bloques distribuidos en tres filas orientados en dirección NE-SO, escuelas y economato. Desataca la decoración de borde de los hastiales de cada uno de los bloques y el uso decorativo de las ranuras de ventilación de la cubierta. La misma decoración de borde de los hastiales ha sido repetida en el muro de cierre de planta baja de los patios traseros entre los distintos bloques. 

Datos Históricos

La Minería en la  Provincia De Almería

La extraordinaria riqueza mineral de la provincia ha propiciado una continuada explotación de sus recursos mineros a lo largo del tiempo, intensificándose de manera extraordinaria desde principios del siglo XIX hasta el primer tercio del siglo XX.  

Las actividades mineras en la provincia de Almería pasaron por dos etapas diferenciadas*: 

Etapa 1 (1820-1890) Minería del Plomo. Localizada en las Alpujarras y la sierra de Gádor o Poniente almeriense.

Etapa 2 (1890-1930) Minería del Hierro. Sierra Almagrera o Levante almeriense.

Desde 1880 los nuevos centros productivos de Linares, Córdoba y Ciudad Real y el incremento de la capacidad productiva de la sierra de Cartagena-La Unión ganan posiciones a la minería almeriense. El final de la minería vendrá marcado por la crisis siderúrgica de los años 20, la crisis económica del año 1929 y la competencia norteafricana. 

ETAPA 1 (1820-1890) LA MINERÍA DEL PLOMO EN LA ALPUJARRA ALMERIENSE Y LA SIERRA DE GADOR. 

Las explotaciones de plomo se localizaron en las Alpujarras y en la sierra de Gádor con numerosas concesiones de reducido tamaño, gestionadas por improvisadas sociedades en manos de gente de la zona y con precarios medios de extracción y de transformación, como eran los tornos de mano y el horno reverbero español conocido como boliche. 

En la sierra de Gádor llegaron a trabajar unas 20.000 personas entre las minas, las fábricas y los arrieros. Muchos de estos trabajadores eran campesinos y jornaleros almerienses que complementaban sus escasas rentas o sus salarios con el trabajo temporal en las numerosas minas abiertas, primero, en esta sierra y, posteriormente, en la sierra Almagrera. 

La abundancia de mineral por superproducción provocó el desplome de los precios en los mercados internacionales y la ruina de muchas minas alemanas e inglesas. 

En 1836 comenzaron a agotarse las balsadas más accesibles y, al mismo tiempo, una bajada de los precios del mineral provocó la decadencia de estas explotaciones. 

ETAPA 2 (1890 - 1930) LA MINERÍA DE PLOMO DEL LEVANTE ALMERIENSE. SIERRA ALMAGRERA.

El agotamiento en el año 1838 de las minas de la sierra de Gádor coincidió con el descubrimiento del filón de plomo argentífero en el barranco del Jaroso en la Sierra Almagrera. Este descubrimiento supuso para Almería el cenit de un siglo caracterizado esencialmente por las actividades mineras y metalúrgicas. 

En ese momento se sucederán las explotaciones de plomo y de hierro en busca de un rápido beneficio que se despreocupaba por la racionalización de la explotación. 

Las instalaciones minero metalúrgicas del levante almeriense, siendo uno de los puntos neurálgicos de la minería y metalurgia mundiales a mediados del siglo XIX, se caracterizaban por un minifundismo que conllevaba una constante insolvencia financiera, el arrendamiento continuo de la explotación y la precariedad de medios técnicos, especialmente, a la hora de realizar conjuntamente el desagüe de la capa freática.

El proceso especulativo entre las numerosas sociedades mercantiles propietarias de las concesiones y las sociedades explotadoras, así como las múltiples compraventas de acciones generó interminables pleitos. Las ganancias no fueron generalizadas pero las obtenidas por algunas familias formaron las principales fortunas de la Almería del siglo XIX. Esta incipiente burguesía minera muy pronto pasaría a constituirse en burguesía agraria gracias a la disponibilidad de las tierras eclesiásticas y municipales desamortizadas. 

A finales del siglo XIX el aumento de la demanda británica provoca un espectacular y efímero desarrollo de la minería provincial con la construcción de nuevas instalaciones de carga, transporte y arrastre (infraestructuras ferroviarias, cables aéreos y embarcaderos). 


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