viernes, 9 de octubre de 2020

Iglesia de Darrícal

 Nave rectangular con bóveda de cañizo de medio cañón rebajada con lunetos y arcos fajones de los que penden placas recortadas y capilla mayor cuadrada cubierta con una cúpula sobre pechinas. La bóveda de la nave oculta los restos de una armadura de los S. XVII-XVIII.

Las paredes son de cajones de mampostería entre rafas y cintas de ladrillo, y el alero de la nave conserva los modillones de ladrillo. En el lateral de la capilla mayor todavía se conserva el revoco de cal de uno de los cajones con pinturas murales que imitan el tradicional esgrafiado de gotas y corazones. A los pies se abre la puerta adintelada, que se recorta directamente en el muro, mientras que la torre se levanta, originalmente exenta, en el lado del evangelio como un prisma de mampostería y rafas de ladrillo en los ángulos hasta el cuerpo de campanas. Éste presenta un arco de medio punto en cada lateral y se cubre con un tejado a cuatro aguas.

En 1556 se compró a un vecino de Darrícal un haza de tierra para hacer la iglesia, que estaba finalizada hacia 1558. Francisco Rodríguez hizo la obra de albañilería y los moriscos Alonso Alaiçar, García el Napi y García el Hanon proporcionaron el ladrillo. Por su parte, Juan de Plasencia realizó la carpintería y contó con la colaboración de los aserradores Juan y Damián González. Para la decoración se utilizaron 300 azulejos de la alfarería de María de Robles y una vidriera de Teodoro de Holanda.

Ante el miedo a una posible rebelión de los moriscos, la torre-campanario se levantó exenta, como refugio para los cristianos viejos. El acceso se hacía a través de un puente levadizo que comunicaba la torre con la tribuna de los pies de la iglesia.

Saqueada por los moriscos en la rebelión de 1568-1571, el albañil Hernando de Azuaga y el carpintero Cristobal de Espinosa hicieron los reparos en 1587-1588. En el S. XVII se acometieron nuevos reparos, pero la obra más importante se realizó en la segunda mitad del S. XVIII, con la construcción de la actual capilla mayor y la bóveda de la nave. Al igual que en Lucainena, se invirtió la orientación del templo.

A finales del Setecientos se construyó el cementerio en las espaldas de la capilla mayor. Es la única iglesia de la antigua diócesis de Granada que conserva exenta la torre-fuerte. Dedicada a Nª Sº de Los Dolores.









Fotos: Patrimonio Almeriense Pueblo a Pueblo

Iglesia de Lucainena

En 1771, Juan Luis de Ortega, veedor de las iglesias de la diócesis de Granada, dio las condiciones para la construcción de la nueva iglesia de Lucainena, entre las que incluye el mandato del arzobispo Escolano de hacer un nicho junto al altar mayor para colocar las reliquias del niño Gonzalico, martitizado en la rebelión de los moriscos (1568-1571).

Los vecinos de Lucainena habían solicitado al arzobispo que se edificara una iglesia, obligándose a traer a su costa la piedra y arena al pie de la obra.

La obra de albañilería corrió a cargo de Diego de Vargas y la carpintería fue ejecutada por Pedro López de Urra, mientras que para el control de los materiales y las certificaciones fue nombrado obrero el doctor D. Fernando de Quesada, sustituido en 1672 por el licenciado D. Juan de Salazar, canónigo magistral de la iglesia colegial de Ugíjar.

Las obras fueron tasadas en 1674 por el veedor José Granados de la Barrera. En la segunda mitad del S. XVIII la iglesia fue ampliada con la construcción de una capilla mayor, torre y sacristía, que, ante la falta de espacio tras la cabecera, se levantó a los pies, invirtiendo la orientación del templo y convirtiendo la antigua sacristía en capilla bautismal.

Es un ejemplo de la pervivencia de la tradición mudéjar en el ámbito rural.












Fotos: David Téllez

Lavaderos de Lucainena

 Conjunto formado por : Lavadero, fuente y balsa.






Fotos: David Téllez

Casa de Doña Blanca

Edificación del siglo XVII popularmente conocida como casa de Doña Blanca construida por los Genecco.

Es una construcción de muros simples cuyo paramento imita sillares de cantería y, aunque presenta una cubierta plana, originalmente tenía tejado. Al interior se penetra tras pasar un zaguán abierto a la calle con arco conopial y coronado por la heráldica de los Gnecco, en un deseo de exteriorizar su ascenso social. Un patio porticado con galería superior centra la vivienda.

En el exterior, las ventanas adinteladas disponen de repisas simples reforzadas por tornapuntas y cubiertas por tejaroz, mientras que el piso superior muestra balcones con barandilla de hierro.

La Familia Genecco.

La familia Gnecco era oriunda de Nervi, en la señoría de Génova. Vinieron a Adra y Berja en la primera mitad del siglo XVIII, Hacia 1710, los hermanos Bartolomé, José María, Miguel Angel, Juan Antonio y Francisco Gnecco Fábrega. Los Gnecco eran grandes propietarios agrícolas dedicados también a la exportación de azúcar a Italia en barcos que luego tornaban con sedas, herramientas y trigo.

Esta familia invirtió en la ampliación de las tierras de regadío con la construcción de acueductos como el "Puente de la Plata", que existió en Fuente Santilla, próxima a la barriada del Puente del Río.

Miguel Angel Gnecco fue padre de tres hijas y un hijo: Maria Antonia, Maria Teresa y Catalina Gnecco Costa. La primera se casó con su tío carnal Bartolomé Gnecco Fábrega y no tuvo descendencia. Catalina, hija de Miguel Gnecco, casó con Cristobal Robles. Este fue el primer alcalde mayor del partido de Adra.





Fotos: David Téllez

jueves, 8 de octubre de 2020

Tinao Darrícal

 Tinao de paso tipo Alpujarreño. Darrícal.






Fotos: David Téllez

Refugios de Doña Blanca

Uno de tantos refugios que tiene Adra se encuentra en la Calle Estrella. Actualmente la entrada  está tapiada e inaccesible. Este refugio llegaba a la misma casa de Doña Blanca.



Casa de Doña Blanca.

Fotos: David Téllez

Ermita Ánimas Benditas de Adra

 Pequeña Ermita en honor a las Ánimas Benditas. Adra.




Fotos: David Téllez

Ermita Ánimas de San Nicolás

 Ermita frente a la ermita de San Sebastián. Adra.










Fotos: David Téllez

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