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martes, 25 de agosto de 2020

Fundición de San Aquilino

 La fundición de San Aquilino corresponde a una antigua fábrica de plomo construida en mampostería  en planta en  "L". San Aquilino prolongó su actividad hasta los años 30 del siglo XIX, época en la que se produce un declive de la misma , debido a la caida de precios en el mercado internacional por sobreoferta. En el lateral Sur del conjunto se observa los restos de un horno reverbero compuesto por un bloque de mampostería de planta cuadrangular con interior para horno y chimenea. Cerca del horno se enncuentran  importantes restos de lo que posiblemente fue fábrica - fundición.












Fotos: David Téllez

Fundición la Granaina

 Fundición compuesta por una preciosa chimenea industrial de ladrillo rojo, de dos cuerpos y bajo porte, bajo la cual se encuentra el correspondiente horno. En cota inferior se encuentran un conjunto de naves de mampostería con cubiertas, que fueron, a dos aguas, correspondientes a las carboneras. Estas conservan arcos de medio punto de ladrillo en acceso principal y en vano de comunicación entre naves. Frente a las naves existe un impresionante pozo minero, revestido en ladrillo rojo conocido como Pozo del Patrocinio. A menor nivel, cerca del cauce del barranco, se conserva una curiosa galería auxiliar horizontal que comunica con el pozo.

Chimenea industrial de ladrillo rojo.
Chimenea industrial de ladrillo rojo.
Instalaciones correspondientes a las Carboneras.
Instalaciones correspondientes a las Carboneras.
Instalaciones correspondientes a las Carboneras.
Instalaciones correspondientes a las Carboneras.
Pozo del Patrocinio.
Pozo del Patrocinio.

El conjunto cuenta también con una  ermita  que se construyó debido a un suceso que pasó en uno de los pozos del entorno. Estando varios obreros trabando en uno de los pozos, uno de ellos propuso salir a desayunar fuera del pozo ya que muchas veces desayunaban dentro para evitar la pereza que conllevaba tener que salir del mismo.  Encontrándose desayunando fuera del pozo los mineros, escucharon un fuerte estruendo que provenía del pozo el cual se derrumbó por causas desconocidas , resultando ilesos todos los operarios que allí trabajaban en ese momento. El ingeniero de minas que no daba crédito de lo sucedido, decidió construir una ermita bajo la advocación de la Virgen de Lourdes, al celebrarse el día de los hechos está festividad.
Su estado ruinoso e irreconocible pasa desapercibida ante la mirada de los  viajeros, que pocos  asocian las ruinas a una ermita que fue construida con tal fin. 

Ermita de la Granaina.
Ermita de la Granaina.
Ermita de la Granaina.
Ermita de la Granaina.
Pozo donde se encontraban los mineros trabajando cuando decidieron salir a desayunar.

Cerca de  la Ermita de la Granaina, encontramos el pozo auxiliar por donde salian los mineros en caso de que el pozo principal conocido como el Pozo del Carmen fallara. Este pozo cercado por una estructura de mampostería y ladrillo se denomina Pozo la "Escala" o Pozo "Retiro".

Pozo la "Escala" o Pozo "Retiro".
Pozo la "Escala" o Pozo "Retiro".
Pozo la "Escala" o Pozo "Retiro".

El Pozo del Carmen cuenta con una profundidad de unos 117 m desde la boca hasta el nivel de trabajo más bajo, desde ese nivel profundiza 16 m más  actuando de colchón de inundación, lo que suma un total de 133 metros. En los años 80 del siglo XIX la Granaina estaba en su máximo esplendor, donde se saco el mineral, hasta que el agua lo permitió. Actualmente se puede divisar el castillete desde lejos, un castillete de doble jaula instalado por la empresa  LEBAMIN a principios de los años 60, traido de Linares , donde prestó anteriormente servicio.

Pozo del Carmen.



Otras estructuras 







Fotos: David Téllez

martes, 18 de agosto de 2020

Fundición San Francisco Javier

 La fundición San Francisco forma parte del conjunto patrimonial de industrias de transformación de mineral de plomo situadas en las estribaciones de la Sierra Almagrera hacia el mar denominado "Fábricas de fundición del Levante Almeriense". 

Tomando como eje la carretera de la Costa desde la pedanía de San Juan de los Terreros del municipio de Pulpí hacia Villaricos y Garrucha del municipio de Cuevas de Almanzora, se localizan las siguientes fundiciones: La Purísima Concepción (1840); Tarahal (1839), Contra viento y marea (1841-1880), Encarnación (1842),  La Atrevida (1849), La Auracana (1849), Nueva, La Invencible, Santa Ana, Dolores, La Esperanza, Carmelita, Tres Amigos (1847), San Francisco Javier, Madrileña, San Andrés, San Guillermo, San Ramón, San Jacinto, La Española. Este conjunto industrial de fundiciones se caracteriza, principalmente y a independencia del tamaño de la fábrica y del tipo de horno utilizado, por las largas galerías de condensación de humos y sus diferentes chimeneas, elementos que constituyen en la actualidad, el principal legado de la metalurgia en el levante almeriense. 

Los restos de la fundición San Francisco Javier se encuentran situados en la pedanía de Palomares Bajo en Cuevas de Almanzora en la calle Chimenea que toma el nombre del único resto que se conserva de esta fundición. 

Construida entorno al año 1847 por una sociedad madrileña presidida por el Duque de Riansares, sus restos se reducen a la chimenea principal, de sección circular. Nada se conserva de los tres hornos de calcinación, los cuatro hornos de manga y los tres hornos de copelar con los que contaba. 

La fundición fue conocida también como Javier o Huelin, nombre este último debido a su propietario, el industrial malagueño Guillermo Huelin.

Estuvo en uso, trabajando a gran ritmo hasta el año 1884. Tras un periodo de paro, volvió a tener actividad en 1887, cuando se hizo cargo de la misma una compañía inglesa que pretendía beneficiar las escombreras de Las Herrerías, aunque probablemente esta última etapa de trabajo sería muy breve.



lunes, 30 de marzo de 2020

Instalaciones Mineras de El Arteal

Las instalaciones mineras de El Arteal se encuentran situadas al pie de la vertiente occidental de Sierra Almagrera en la rambla de la que toman el nombre, a dos kilómetros al oeste del núcleo urbano de Herrerías.  

Este conjunto industrial está formado por las siguientes instalaciones:

     - El Desagüe de El Arteal (1894-1912)
     - Instalaciones mineras de la compañía Minas de Almagrera, S.A. (1945)

El Desagüe de El Arteal (1894-1912)

Se encuentra situado a la entrada del conjunto industrial, tras pasar entre dos edificaciones que dan entrada al complejo, a la izquierda del trazado. 

El desagüe estaba compuesto por un pozo de 120 metros de profundidad, con bombas instaladas en el fondo. Para que las aguas llegasen a las bombas, el desagüe contaba con una galería de 250 metros que, partiendo del mismo pozo se internaba en la Sierra en busca de los "soplados" o galerías por donde circulaba el agua. 

Junto a la boca de salida del desagüe, se localiza la nave principal de la central de transformación de Minas de Almagrera SA y la chimenea de las antiguas calderas que mantenían en funcionamiento las máquinas. Estas calderas se sustituyeron en una segunda etapa por un motor diesel de 500 HP. 

Instalaciones mineras de la compañía Minas de Almagrera S.A.

De las instalaciones construidas por la compañía Minas de Almagrera S.A destacan las siguientes:

   - Lavadero de flotación
   - Socavón de Santa Bárbara (1949)
   - Ferrocarril minero del socavón de Santa Bárbara
   - Edificios de duchas de los trabajadores
   - Poblado de trabajadores en el llano de El Arteal

La compañía Minas de Almagrera se centró en retomar el desagüe de la Sierra Almagrera. 
Con objeto de unir los distintos pozos de las minas de la sierra se construyó el socavón de Santa Bárbara (1949). Situado al este del conjunto minero de El Arteal, del socavón de Santa Bárbara se conserva la boca de entrada construida en mampostería de piedra con arco en piedra, cornisa recta y esquinas reforzadas con piedra. 

Junto al socavón de Santa Bárbara se localizan las duchas de trabajadores, dos edificios circulares construidos en hormigón armado, una de las piezas de mayor valor estético y tecnológico que han sobrevivido del conjunto. 

Al norte del conjunto, junto al antiguo desagüe, se sitúan los nuevos lavaderos de flotación de los que se conserva sus trazas generales. 

Al suroeste del conjunto, en el llano de El Arteal, se sitúa el poblado de trabajadores. Este poblado de vivienda colectiva en bloques de planta rectangular, alargados, de dos alturas y cubierta a dos aguas, contaba con un total de 20 bloques distribuidos en tres filas orientados en dirección NE-SO, escuelas y economato. Desataca la decoración de borde de los hastiales de cada uno de los bloques y el uso decorativo de las ranuras de ventilación de la cubierta. La misma decoración de borde de los hastiales ha sido repetida en el muro de cierre de planta baja de los patios traseros entre los distintos bloques. 

Datos Históricos

La Minería en la  Provincia De Almería

La extraordinaria riqueza mineral de la provincia ha propiciado una continuada explotación de sus recursos mineros a lo largo del tiempo, intensificándose de manera extraordinaria desde principios del siglo XIX hasta el primer tercio del siglo XX.  

Las actividades mineras en la provincia de Almería pasaron por dos etapas diferenciadas*: 

Etapa 1 (1820-1890) Minería del Plomo. Localizada en las Alpujarras y la sierra de Gádor o Poniente almeriense.

Etapa 2 (1890-1930) Minería del Hierro. Sierra Almagrera o Levante almeriense.

Desde 1880 los nuevos centros productivos de Linares, Córdoba y Ciudad Real y el incremento de la capacidad productiva de la sierra de Cartagena-La Unión ganan posiciones a la minería almeriense. El final de la minería vendrá marcado por la crisis siderúrgica de los años 20, la crisis económica del año 1929 y la competencia norteafricana. 

ETAPA 1 (1820-1890) LA MINERÍA DEL PLOMO EN LA ALPUJARRA ALMERIENSE Y LA SIERRA DE GADOR. 

Las explotaciones de plomo se localizaron en las Alpujarras y en la sierra de Gádor con numerosas concesiones de reducido tamaño, gestionadas por improvisadas sociedades en manos de gente de la zona y con precarios medios de extracción y de transformación, como eran los tornos de mano y el horno reverbero español conocido como boliche. 

En la sierra de Gádor llegaron a trabajar unas 20.000 personas entre las minas, las fábricas y los arrieros. Muchos de estos trabajadores eran campesinos y jornaleros almerienses que complementaban sus escasas rentas o sus salarios con el trabajo temporal en las numerosas minas abiertas, primero, en esta sierra y, posteriormente, en la sierra Almagrera. 

La abundancia de mineral por superproducción provocó el desplome de los precios en los mercados internacionales y la ruina de muchas minas alemanas e inglesas. 

En 1836 comenzaron a agotarse las balsadas más accesibles y, al mismo tiempo, una bajada de los precios del mineral provocó la decadencia de estas explotaciones. 

ETAPA 2 (1890 - 1930) LA MINERÍA DE PLOMO DEL LEVANTE ALMERIENSE. SIERRA ALMAGRERA.

El agotamiento en el año 1838 de las minas de la sierra de Gádor coincidió con el descubrimiento del filón de plomo argentífero en el barranco del Jaroso en la Sierra Almagrera. Este descubrimiento supuso para Almería el cenit de un siglo caracterizado esencialmente por las actividades mineras y metalúrgicas. 

En ese momento se sucederán las explotaciones de plomo y de hierro en busca de un rápido beneficio que se despreocupaba por la racionalización de la explotación. 

Las instalaciones minero metalúrgicas del levante almeriense, siendo uno de los puntos neurálgicos de la minería y metalurgia mundiales a mediados del siglo XIX, se caracterizaban por un minifundismo que conllevaba una constante insolvencia financiera, el arrendamiento continuo de la explotación y la precariedad de medios técnicos, especialmente, a la hora de realizar conjuntamente el desagüe de la capa freática.

El proceso especulativo entre las numerosas sociedades mercantiles propietarias de las concesiones y las sociedades explotadoras, así como las múltiples compraventas de acciones generó interminables pleitos. Las ganancias no fueron generalizadas pero las obtenidas por algunas familias formaron las principales fortunas de la Almería del siglo XIX. Esta incipiente burguesía minera muy pronto pasaría a constituirse en burguesía agraria gracias a la disponibilidad de las tierras eclesiásticas y municipales desamortizadas. 

A finales del siglo XIX el aumento de la demanda británica provoca un espectacular y efímero desarrollo de la minería provincial con la construcción de nuevas instalaciones de carga, transporte y arrastre (infraestructuras ferroviarias, cables aéreos y embarcaderos). 


domingo, 9 de febrero de 2020

Fundición la Daira

La Daira, conocida hoy como La Fabriquilla y antiguamente como San Agapito es la fundición  más oriental que se conserva del Camino de Las Fundiciones Reales.
En estas instalaciones, de mediados del siglo XIX, se fundía el mineral de plomo extraído de las numerosas minas existentes en la Sierra de Gádor y cercanías y se conducían hasta el puerto de Almería por el llamado Camino de las Fundiciones Reales.
Consta de varias dependencias destinadas al almacenamiento del mineral, aperos, viviendas de los trabajadores, así como los elementos mas importantes, el horno de tipo reverbero y la chimenea.








lunes, 25 de noviembre de 2019

Fundición Santo Tomás de La Chanca

La Fundición Santo Tomás, conocida con el nombre de Heredia y dedicada a la desplantación del plomo por el sistema de Pattinson, se encontraba situada entre las últimas estribaciones de la Sierra de Gádor y el puerto de la ciudad. Esta fundición viene a completar el conjunto de juegos de calderas propiedad de la familia Heredia en la costa almeriense situadas en Motril, Adra y Almería.

De las instalaciones que componían esta fundición (talleres de calderas, hornos reverberos,...) se conservan en la actualidad la chimenea principal y las chimeneas de evacuación de humos.

La chimenea principal de la fundición Heredia ha quedado situada en el patio trasero de una vivienda del barrio de Pescadería. Estaba destinada a conducir a capas de aire superiores los gases producidos por la combustión de las calderas. Es de sección cuadrada y está construida en ladrillo. En ella se distinguen las siguientes partes. La parte más visible y la más importante en términos formales y funcionales es el fuste, caña o tubo. Se trata de un conducto hueco se sección cuadrada que reduce sus dimensiones con la altura. El fuste descansa sobre una base o pedestal de sección cuadrada. El fuste no conserva la coronación o remate que protegía la parte superior del tubo evitando que el agua deslizase por el fuste.

Chimenea de planta cuadrada ; Fundicion de plomo Heredia 1854.

El conjunto se completa con dos chimeneas circulares situadas en las estribaciones de la Sierra de Gádor, por encima de la Alcazaba y cerca de la Autovía y sus correspondientes galerías de condensación, que servían para enfriar los gases y provocar la condensación del plomo en las paredes, obteniendo rentabilidad económica y reduciendo los efectos nocivos de la emisión de gases.

Chimenea cerca de la autovía.
Galerías de condensación , que servían para enfriar los gases y provocar la condensación del plomo en las paredes, obteniendo rentabilidad económica y reduciendo los efectos nocivos de la emisión de gases.

Inscrito en el  CG , Publicado en el BOJA el 12/02/2004 , Nº 29  Página 3760.



Datos Históricos


La minería en la provincia de Almería:


La extraordinaria riqueza mineral de la provincia ha propiciado una continuada explotación de sus recursos mineros a lo largo del tiempo, intensificándose de manera extraordinaria desde principios del siglo XIX hasta el primer tercio del siglo XX. 

Las actividades mineras en la provincia de Almería pasaron por dos etapas diferenciadas.

  - Etapa 1 (1820-1890) Minería del Plomo. Localizada en las Alpujarras y la sierra de Gádor o Poniente almeriense.


  - Etapa 2 (1890-1930) Minería del Hierro. Sierra Almagrera o Levante almeriense.


Desde 1880 los nuevos centros productivos de Linares, Córdoba y Ciudad Real y el incremento de la capacidad productiva de la sierra de Cartagena-La Unión ganan posiciones a la minería almeriense. El final de la minería vendrá marcado por la crisis siderúrgica de los años 20, la crisis económica del año 1929 y la competencia norteafricana.

Otras explotaciones menores como fueron las de zinc, azufre, cobre y oro no alcanzarían tanta repercusión económica y social.

Etapa 1 (1820-1890) La minería del plomo en la Alpujarra almeriense y la sierra de Gador.


Las explotaciones de plomo se localizaron en las Alpujarras y en la sierra de Gádor con numerosas concesiones de reducido tamaño, gestionadas por improvisadas sociedades en manos de gente de la zona y con precarios medios de extracción y de transformación, como eran los tornos de mano y el horno reverbero español conocido como boliche.

En la sierra de Gádor llegaron a trabajar unas 20.000 personas entre las minas, las fábricas y los arrieros. Muchos de estos trabajadores eran campesinos y jornaleros almerienses que complementaban sus escasas rentas o sus salarios con el trabajo temporal en las numerosas minas abiertas, primero, en esta sierra y, posteriormente, en la sierra Almagrera.

La abundancia de mineral por superproducción provocó el desplome de los precios en los mercados internacionales y la ruina de muchas minas alemanas e inglesas.

En 1836 comenzaron a agotarse las balsadas más accesibles y, al mismo tiempo, una bajada de los precios del mineral provocó la decadencia de estas explotaciones.


Etapa 2 (1890 - 1930) La minería de hierro en el Levante almeriense. Sierra Almagrera.


El agotamiento en el año 1838 de las minas de la sierra de Gádor coincidió con el descubrimiento del filón de plomo argentífero en el barranco del Jaroso en la Sierra Almagrera. Este descubrimiento supuso para Almería el cenit de un siglo caracterizado esencialmente por las actividades mineras y metalúrgicas.

En ese momento se sucederán las explotaciones de plomo y de hierro con arriesgadas inversiones de capitales locales, nacionales y extranjeros en busca de un rápido beneficio que se despreocupaba por la racionalización de la explotación.

Las instalaciones minero metalúrgicas del levante almeriense siendo uno de los puntos neurálgicos de la minería y metalurgia mundiales a mediados del siglo XIX se caracterizaban por un minifundismo que conllevaba una constante insolvencia financiera, el arrendamiento continuo de la explotación y la precariedad de medios técnicos, especialmente, a la hora de realizar conjuntamente el desagüe de la capa freática.

El proceso especulativo entre las numerosas sociedades mercantiles propietarias de las concesiones y las sociedades explotadoras, así como las múltiples compraventas de acciones generó interminables pleitos. Las ganancias no fueron generalizadas pero las obtenidas por algunas familias formaron las principales fortunas de la Almería del siglo XIX. Esta incipiente burguesía minera muy pronto pasaría a constituirse en burguesía agraria gracias a la disponibilidad de las tierras eclesiásticas y municipales desamortizadas.

A finales del siglo XIX el aumento de la demanda británica provoca un espectacular y efímero desarrollo de la minería provincial con la construcción de nuevas instalaciones de carga, transporte y arrastre.



Así describe la Revista Minera su inauguración:

"El 25 del mes de abril pasado se inauguró en Almería la fábrica de desplatación por el ingenioso sistema de Pattinson, propia de los señores Heredia de Málaga, (...). A este acto asistieron todas las autoridades de la capital, el inspector del distrito y el único ingeniero que hay hoy en la provincia, con varios convidados, a cuya presencia se procedió a la cristalización del plomo en una de las calderas, verificándose esta operación tan pronto y con tal perfección, que en nada tienen que envidiar nuestros operarios, hijos todos del país, a los más prácticos del estranjero (sic). Esta fábrica se conocerá con el nombre de Santo Tomás. El taller de calderas, que consta de un solo juego de 8, inclusa la del plomo pobre, siendo sencillo en su construcción, reune las mejores condiciones de desahogo, ventilación y comodidad para el obrero, dándole cierto aspecto de magnificencia 7 arcos de sillería que forman la nave, sobre los cuales se apoyan las maderas del techo que tiene una elevación de 10 varas. Dos hornos reverberos con plaza de piedra, uno de dulcificación de plomos y otro de reducción de óxidos, completan los aparatos de este vasto taller. La casa de los señores Heredia, que fue la primera que importó en España un descubrimiento que ha hecho una gran revolución en la metalurgia del plomo y del que nuestro país quizá más que ningún otro ha obtenido y está llamado a obtener óptimos frutos, cuenta hoy en la costa del Mediodía con cuatro juegos de calderas, dos en Adra, uno en Motril y el último del que nos ocupamos. Plácenos sobremanera consignar el fruto de los esfuerzos de nuestros capitalistas por el desarrollo de la industria nacional, que sirve de fuente copiosa á millones de familias".

Coincide el inicio de su actividad con el momento en que la casa Heredia se asienta como la principal exportadora de plomo, desplazando a los Figueroa. La construcción de Santo Tomás resultó en cierto modo paradójica, pues justo por aquel entonces tuvo lugar un cambio de la normativa estatal respecto a los plomos argentíferos, permitiendo su exportación sin desplatar. Así, los productores locales no se veían obligados a vender a las fundiciones, sino que podían limitarse a embarcar el mineral. Esto provocó el cierre de numerosos establecimientos a lo largo de toda la costa. La explicación está en la avanzada tecnología de la que siempre hicieron gala los negocios de los Heredia. Esto les permitía competir en precios con las fundiciones extranjeras. En particular, Santo Tomás consistía en una batería de calderas “Pattinson”.
Pese a todo, su volumen de producción no llegó nunca a ser demasiado elevado, manteniéndose hasta los años ochenta con una producción media de poco más de mil marcos anuales. (Miguel Ángel Pérez de Perceval en “La minería almeriense contemporánea 1800-1930)”.
Situada en pleno barrio de Pescadería, lo único que ha quedado en pie ha sido la hermosa chimenea cuadrada de ladrillo rojo que se distingue al entrar en la ciudad desde los acantilados del Cañarete. Se encuentra rodeada de viviendas, y su estado aparenta ser preocupante. Además, en las últimas estribaciones de la Sierra de Gádor, por encima de la Alcazaba y cerca de la Autovía se ven los restos de un par de chimeneas circulares, y sus correspondientes galerías de condensación, que servían para enfriar los gases y provocar la condensación del plomo en las paredes, obteniendo rentabilidad económica y reduciendo los efectos nocivos de la emisión de gases.

Fotos: David Téllez

miércoles, 25 de septiembre de 2019

Minas de Gádor

Las mineralizaciones de azufre de Gádor y Benahadux se sitúan en el borde nororiental de la Sierra de Gádor, y los expertos no terminan de ponerse de acuerdo sobre su procedencia, aunque prevalece la interpretación de que se trata de manifestaciones tardías de actividad hidrotermal ligada a la actividad subvolcánica. De hecho, en la zona abundan las aguas freáticas fuertemente ácidas (p.ej. el Manantial La Familia).El inicio de la minería en la comarca se remonta aproximadamente a 1874, cuando se registraron las primeras concesiones en el paraje de Las Balsas de Gádor, con los nombres de “La Familia” y “La Gracia”, multiplicándose las explotaciones en los años siguientes. A principios del siglo XX comienzan las labores mineras en el coto de Benahadux, en una pequeña concesión denominada “El Trovador”.Además de perforar numerosos pozos y galerías, se construyeron costosas instalaciones de desagüe, extracción y beneficio. Además de azufre puro, se explotaron otros minerales, como alunita y calafatita, de la que se extraía sulfato potásico, alúmina y ácido sulfúrico.

La producción de azufre estuvo ligada en gran medida al consumo local, con destino a los parrales de la provincia. El principal problema era la pérdida de mineral durante la fundición, a pesar de haber ensayado varios procedimientos. En 1885 se solucionó este problema, con el invento del denominado “horno Gil”, en la explotación “Buen Viento Corre”, del paraje de Las Balsas de Gádor. Los beneficios fueron cuantiosos, desarrollándose un pequeño núcleo de población que llegó a albergar a unas mil personas, y cuyo nombre ha perdurado hasta nuestros días. La misma sociedad instaló otra fábrica en las afueras de Almería (cerca de los talleres de Alsina Graells), que ha pervivido hasta fechas recientes.La producción alcanzó sus niveles máximos entre 1883 y 1893, llegándose a exportar una parte en forma de ácido sulfúrico. El ocaso vino aparejado con el agotamiento de los filones, agravado por los rudimentarios métodos de laboreo y el afloramiento de aguas subterráneas.

La minería de azufre en la Sierra de Gádor quedó totalmente abandonada en 1952, habiéndose extraído alrededor de 400.000 Tm. en Benahadux y una cantidad algo mayor en Las Balsas, si bien consta la existencia de una reciente campaña de sondeos de una compañía minera.

Texto redactado por Mario López Martinez.

Mina de Las Balsas.
Batería 1 compuesta por 7 hornos.
Batería 1 .
Batería 1.
Detalle del Horno.
Vista lateral del Horno.
Batería 1.
Batería 1.
Parte superior  del horno.
Batería 1.
Batería 1 .
Interior del horno.
Interior del horno.
Instalaciones abandonadas.
Instalaciones abandonadas.
Instalaciones abandonadas.
Instalaciones abandonadas.
Instalaciones abandonadas.
Batería 3 compuesta por 11 hornos.
Batería 3.
Batería 3.
Batería 3 .

Chimenea.
Chimenea.
Balsa.
Balsa.
Balsa.
Batería 2 compuesta por 8 hornos. 


Fotos : David.T

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