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jueves, 19 de marzo de 2020

Cerro de las Canteras

Yacimiento excavado por F. de Motos durante 1918. Según el autor documentó dos niveles arqueológicos: el más antiguo correspondiente a un Neolítico Final y otro más reciente de la Edad del Cobre. Las cabañas eran circulares u ovales documentándose numerosos elementos domésticos: cerámica, útiles de sílex, punzones de cobre, hueso, molinos, etc. Motos habla de varios talleres especializados en la producción de puntas de flecha, molinos y punzones. También documentó varias tumbas megalíticas en los alrededores que también excavó. La construcción de una carretera local vio afectada su vertiente sur. En la actualidad uno de los principales problemas es la puesta en explotación de las tierras colindantes que ha afectado a estas tumbas, observándose una disminución de las mismas. Situado en un erial.


Cueva de Lazar

La Cueva de Lazar se localiza en el mismo frente rocoso que el yacimiento de la Cueva del Queso, por encima de la fuente del mismo nombre, hacia la izquierda de la anterior al girar el escarpe. Es un abrigo de dimensiones amplias superando en su boca los 10 m de anchura y queda orientado hacia el sur, con un amplio dominio visual. La distribución de las pinturas en el abrigo se organiza en tres áreas, siendo la más numerosa la del panel situado a la izquierda de la covacha. Este panel presenta un conjunto numeroso de figuras, en color rojo, donde se observan varias agrupaciones de barras que debido a su terminación superior podrían ser figuras humanas. Es interesante destacar la presencia de una escena de enterramiento, donde una serie de figuras se disponen ante lo que parece una sepultura. En el centro y a la izquierda, H. Breuil distinguió otros dos grupos de pinturas, en color amarillo.

Cueva del Queso

La Cueva del Queso se localiza por encima de la Fuente de Lazar, en el frente rocoso que se levanta al noroeste de la misma. Es un abrigo espacioso, pero las pinturas están en una pequeña covacha que no llega a alcanzar 1 m de altura. Siendo su anchura algo mayor de 2 m. En el fondo del mismo, se pueden observar una serie de figuras compuestas por una nube de puntos rojos, en cuyo centro aparece un bitriangular, cuya forma definió H. Breuil como de cruz griega. Por debajo, aparece otro bitriangular típico y una figura que más parece la unión de dos puntos. Las agrupaciones de puntos son frecuentes en el contexto del fenómeno esquemático y el hecho de rodear a dos bitriangulares fue interpretado como la indicación del poder de los motivos centrales.

Cueva Maína

La Cueva Maina se abre en la falda meridional de la Sierra de María, por encima y a la derecha de la Cueva Chiquita. Sus dimensiones son regulares, presentando en su fondo diversas oquedades, alcanzando los 5 m de anchura por una profundidad máxima de 3,90 m. El total de figuras que presenta asciende a cuatro, distribuidas por diversas partes del abrigo. Tres responden a figuraciones humanas (una con cabeza ancoriforme) y el cuarto elemento es un ramiforme.

Cueva Chiquita de los Treinta

La Cueva Chiquita de los Treintas se abre en las primeras paredes de la Sierra de María, quedando orientada hacia el sureste. Responde a una covacha de medianas dimensiones que alcanza los 6 metros de anchura en la boca, por 6,30 metros de profundidad, siendo su altura máxima de 3,20 metros. Breuil señalaba la existencia de un relleno en su interior, apuntando las buenas posibilidades de habitación, igualmente recogió alguna industria. Este relleno ha desaparecido actualmente. Las pinturas se localizan en diversos puntos del abrigo, situándose el conjunto principal en la pared central del abrigo. Este panel está compuesto por tres ciervos y por tres figuras antropomorfas. Los ciervos son de gran tamaño y las figuras humanas relativamente pequeñas. Por otra parte, existe una figura de cabra en una hornacina situada más al exterior.

Abrigo de Las Covachas

El abrigo de las covachas se sitúa en el Peñón Colorado, es decir, en la zona más occidental del Maimón. Las pinturas rupestres se sitúan a gran altura, cuyo acceso es bastante difícil. Sólo presenta una figura ancoriforme con puntos.

Abrigos de Los Hoyos

Abrigo de Los Hoyos I

El yacimiento se localiza en un pequeño acantilado de la vertiente Sur, en la Sierra de Maimón. Hay varios abrigos llamados los Hoyos, dos de los cuales contienen pinturas. En el primero hay dos antropomorfos típicos simples, uno de ellos incompleto, y un ancoriforme. De las tres figuras existentes, se ha localizado una muestra. En la última revisión (1999), las pinturas han sufrido un deterioro progresivo, no adivinándose prácticamente los motivos anteriormente descritos.

Abrigo de los Hoyos II

El yacimiento se localiza en un pequeño acantilado de la vertiente Sur, en Sierra Maimón. Hay varios abrigos llamados Los Hoyos, dos de los cuales contienen pinturas. El segundo abrigo sólo contiene un antropomorfo típico simple acéfalo. La figura existente se está desconchando.

Abrigos del Tello

Abrigo del Tello II

El Abrigo II es el situado más al norte. Breuil observó múltiples pinturas en las distintas cavidades de la pared rocosa. Las pinturas amarillas que señalaba el autor no son localizables. Los esquematismos que se observan corresponden a las figuras simples de las láminas de Breuil. Éste contiene dos covachas: el superior donde se localiza un motivo pintado en rojo. En el resto del abrigo las paredes están recubiertas de una capa negruzca y por un recubrimiento fino de caliza que impide verlas a simple vista. El inventario de motivos ha quedado pues reducido. J. Martínez García propone un listado prioritario de abrigos que necesitan una protección urgente en el que incluye este yacimiento.



Abrigo del Tello III

El Abrigo III es el segundo situado más al norte, Breuil observó múltiples pinturas en las distintas cavidades de la pared rocosa. Las pinturas amarillas que señala el autor no han sido localizadas. Los esquematismos que se observan corresponden a figuras simples de las láminas de Breuil. El abrigo está formado por cuatro covachas de pequeño tamaño, localizadas a distintas alturas. El superior es inaccesible, al no ser con algún tipo de escalera; en el siguiente se documenta una zona enmohecida con varios trazos en rojo. El inventario de motivos ha quedado reducido. J. Martínez García propone un listado prioritario de abrigos que necesitan una protección urgente en el que incluye este yacimiento.


Abrigo del Tello IV


Está situado más al sur del abrigo I, y posee una mayor accesibilidad, ya que se encuentra al nivel del suelo. Este abrigo presenta un estado de conservación mediocre, apareciendo amplias zonas ennegrecidas. Posee una mayor proporción de humedad que ha provocado un mayor ennegrecimiento de las paredes. Las pinturas amarillas que señala Breuil no se han localizado. J. Martínez García propone un listado prioritario de abrigos que necesitan una protección urgente en el que  incluye este yacimiento.



Abrigo del Tello V

Breuil observó figuras en cinco de las múltiples cavidades. Este abrigo es el situado más al sur y está formado por cuatro pequeñas covachas. En ninguna de ellas se han podido documentar las pinturas que Breuil señalaba. Estas covachas presentan un estado de conservación mediocre, debido al ennegrecimiento de las paredes y a la caída de las cortezas calcáreas que contenían las figuras. Es necesaria una restauración y una limpieza de sus paredes.




Abrigo de la Cama del Pastor


El Abrigo de la Cama del Pastor, también conocido como el Abrigo del Ciervo, es el más grande del conjunto de los Abrigos de los Lavaderos de Tello. Sus dimensiones oscilan entre los 5 metros de anchura en la boca por 5,50 metros de altura y 5,50 de profundidad. Se sitúa en el centro del conjunto de oquedades, siendo su accesibilidad poco dificultosa. La particularidad de este abrigo viene determinada por ser el único del conjunto que contiene manifestaciones de arte levantino. Las pinturas se localizan en un friso de la pared izquierda del abrigo, a 1,80 metros del suelo. La muestra más representativa viene dada por dos bonitos ciervos afrontados. El de la derecha aparece sin sus cuartos delanteros. Por su parte, el ciervo de la izquierda, mejor conservado, queda cortado por una colada estalagmita, apreciándose perfectamente su cabeza, inicio de cuerna y cuartos delanteros. Debajo de estas figuras aparecen restos de otros dos ciervos con la misma gama cromática, rojo-castaño.





Abrigo del Gabar

El Abrigo del Gabar se encuentra situado en la cara norte del denominado Cerro del Gabar, dominando la cuenca del río Caramel, frente al Estrecho de Santonge.

Con la denominación de Abrigo del Gabar se conoce un pequeño abrigo que contiene numerosas muestras de arte esquemático. Sus dimensiones no sobrepasan los cuatro metros de anchura en la boca por uno y medio de altura. Sus pinturas pertenecen al denominado arte esquemático. Su elemento temático está compuesto por figuras bitriangulares, seguidas de soliformes. También destacan la presencia de un ciervo y varios zigzags. Sólo una figura humana interpretada como un arquero domina el panel en su parte izquierda. El resto lo completan otra serie de figuras serpentiformes y onduladas, así como cuadrúpedos y rastros de animales.

Abrigos del Estrecho de Santonge

Abrigo Inferior de Santonge

En la pared de los escarpes, y en un amplio entrante de la pared rocosa, se ubican varios abrigos. En uno de ellos, situado a unos 3 metros del nivel del suelo, orientado al Sur, cuyas dimensiones son de 7 metros de ancho, 4 metros de alto y 2 metros de profundidad, se encuentra un conjunto de figuras de color rojo anaranjado, distribuidas en la pared del fondo, a unos 60 centímetros del suelo. Presenta múltiples líneas en zig-zags de fino trazado, círculo con punto central y antropomorfo esquemático. Estos abrigos tienen unas paredes de escasa consistencia, muy erosionables. En este caso la conservación es muy deficiente debido a los desconchones efectuados en la roca. Los desconchones apenas dejan ver, a la izquierda, los dos personajes con cabeza circular y brazos en alto sobre varias líneas en zig-zags. La parte inferior es la mejor conservada. Es un abrigo pequeño y mal conservado por la cornisa superior.

Abrigo del Medio de Santonge

Conjunto de tres abrigos. El del medio se encuentra al Sur del superior. Orientado al Este, tiene una extensión de 2 metros de ancho y 3 de profundidad. Presenta barra vertical y zoomorfo esquemático, pintados en la pared del fondo en rojo carmín y marrón. Estos abrigos tienen unas paredes de escasa consistencia, muy erosionables. En la pared derecha de este mismo abrigo, Breuil vio dos bitriangulares, uno con características similares a los del Gabar y otro muy incompleto a su lado. También vio dos figuras en zig-zags. En la visita efectuada a este abrigo no se logran localizar los bitriangulares ni los zig-zags.

Abrigo Superior de Santonge

El superior se encuentra en el extremo Norte de los escarpes del Estrecho. Orientado al Este, tiene 10 metros de ancho, 5,5 de alto y 3 de profundidad. Contiene dos ciervos naturalistas afrontados, muy incompletos, de color marrón oscuro, repintados sobre otras figuras y restos. Estos abrigos tienen unas paredes de escasa consistencia, muy erosionables. En el caso del superior, cabe decir que están muy deterioradas y oxidadas. Es difícil distinguir las figuras, deficientemente conservadas. En una reciente revisión no se logró ver el motivo en forma de palmera que aparece en el calco de Breuil. J. Martínez propone un listado prioritario de abrigos que necesitan una protección, en el que incluye este yacimiento.

Abrigo de Las Tejeras

El Abrigo de Las Tejeras se encuentra situado en la zona oeste de la vertiente noroccidental del Cerro de Las Tejeras, localizado entre los Maimones y la Sierra de la Muela.

Está ubicado en un pequeño promontorio rocoso del Cerro de Las Tejeras, en las proximidades del camino que transcurre desde Vélez-Blanco hacia el río Claro. Presenta unas dimensiones medias que alcanza en su boca los 4,5 metros de anchura por una altura algo superior a los 3 metros, estando escasamente protegido por una visera. Las pinturas rupestres que se localizan son escasas, concretándose en un solo panel con tres figuras, pertenecientes al denominado arte esquemático, un fenómeno que se desarrolló por toda la Península Ibérica en la prehistoria reciente.

Al abrigo se incorpora un entorno que garantice su protección, superándose los límites propios del abrigo, como lugar con manifestaciones rupestres, para contemplarlo en un escenario mucho más amplio en el que los escarpes que lo acogen se convierten en elementos esenciales de su conjunto.

Abrigo de la Yedra

El Abrigo de la Yedra es el único que se orienta hacia el noreste, respondiendo a un covacho de grandes dimensiones que lo convierte en el mayor de todo el conjunto, apareciendo grandes bloques en su suelo fruto de desprendimientos. En sus paredes tan solo se conoce la existencia de una figura antropomorfa, así como restos de pigmento que debieron corresponder a otras manifestaciones.

Abrigos del Panal

Abrigo del Panal I

El Abrigo del Panal I fue descubierto a principios de los ochenta. Sus dimensiones son 5,25 metros de anchura en la boca, por una profundidad máxima de 6,50 metros, alcanzando una altura aproximada de 5 metros. Contiene dos paneles con cuatro figuras esquemáticas en cada uno de ellos, respondiendo a dos tipologías de antropomorfos (ancoriforme y ramiforme) y algunas barras. Todas las representaciones se han realizado con tinta plana en rojo-castaño.


Abrigo del Panal II

El yacimiento se localiza a la derecha del Abrigo del Panal I. En una pequeña oquedad, existe una línea ondulada. Se encuentra dentro de los límites del Parque Natural de Sierra de María - Los Vélez.

Abrigos de los Molinos

Abrigo de los Molinos I

El Abrigo de los Molinos I es un abrigo de dimensiones medias que fue ocupado en diversas etapas. Se sitúa en cotas superiores, a unos 200 metros, del conocido manantial de Los Molinos. La localización de las pinturas es particular, en tanto que no se encuentran en el interior del abrigo, sino en una pared inmediata al mismo, a la derecha del mismo, a unos 2,50 metros del suelo y a plena exposición a todos los agentes atmosféricos. Todo el conjunto pintado se localiza en un único panel, que a pesar de sus dimensiones presenta un contenido figurativo importante.

En la descripción que hizo Breuil de este conjunto, distinguió dos series de figuras, basándose tanto en las superposiciones como en el cromatismo. Su exposición directa al sol y a los agentes atmosféricos ha producido una fuerte oxidación y la creación de una potente colada calcítica que ha permitido su conservación, aunque lógicamente dificulta su visión. En el conjunto se pueden distinguir pequeñas barras, antropomorfos, ramiformes, zoomorfos, varios círculos, puntos, triángulos invertidos, figuras de doble phi y otras más indefinidas.

Abrigo de los Molinos II

El Abrigo de los Molinos II responde a una oquedad situada a levante del Maimón, entre la Cueva de los Letreros y el Abrigo I de los Molinos. Se trata de una cavidad en forma de tres ábsides, con un perfil en pendiente. En dos de ellos aparecen los conjuntos pintados. Sus dimensiones son de 6 metros de ancho por 6 de alto y 3,50 metros de profundidad máxima. Se distinguen dos paneles, uno de ellos formado por numerosos antropomorfos ramiformes, así como alguno de tipo golondrina y un ancoriforme. En el panel central se observan, de arriba hacia abajo, una barra, dos zoomorfos pectiniformes enfrentados que pudieran ser cápridos, un antropomorfo ramiforme con una especie de cayado, uno típico simple y un sol con círculo central.


Abrigo de las Colmenas

El abrigo de las Colmenas se encuentra situado en la zona oeste de la vertiente sur del Maimón Chico, a menos de dos kilómetros del actual núcleo urbano de Vélez-Blanco. Con la denominación de las Colmenas se conocen tres covachos muy próximos entre sí, de los cuales, sólo el más grande contiene pinturas rupestres. Estas se distribuyen en dos zonas del mismo, una hacia la derecha de su pared (panel derecho) y otra hacia el centro del mismo (panel central), alcanzando un total de diez representaciones. Sus pinturas pertenecen al denominado arte esquemático. Entre ellas cabe destacar la presencia de una figura humana con brazos en asa que ha sido considerada como un indalo.



La UNESCO  ( https://whc.unesco.org/en/list/874 ) en la declaración como patrimonio mundial de la humanidad  del arte rupestre de la cuenca mediterránea en la Península Ibérica, dice que éste, es el grupo más grande de sitios de arte rupestre en Europa, y proporciona una imagen excepcional de la vida humana en una fase crítica del desarrollo humano, que se representa de forma vívida y gráfica en pinturas que son únicas en estilo y temática. Este sitio está incluido en la declaración como patrimonio mundial.



Coordenadas UTM, 579.630-4.187.800.


Cerro de los López

Constituye un espolón calizo que ha condicionado el desarrollo de la Rambla de Chirivel. Las recientes excavaciones han documentado la existencia de varios horizontes de ocupación (Neolítico, Edad del Bronce e hispano-musulmán), siendo el más antiguo el que ha aportado una serie de datos relevantes para ir definiendo el carácter del Neolítico Final del sudeste. La ladera sur se vió afectada hace algunos años por el aterrazamiento para la plantación de pinos, causando un daño importante.






Abrigo del Cerrito Ruiz

Abrigo con pinturas rupestres situadas en un terreno forestal.
Se encuentra dentro de los límites del Parque Natural de Sierra de María-Los Vélez.

miércoles, 24 de julio de 2019

Cueva de Ambrosio

Yacimiento considerado como uno de los más importantes para el estudio del Paleolítico Superior de la Península Ibérica. Se trata de un gran abrigo rocoso en una pared vertical de más de 100 metros de altura, formada por calizas del Burdigaliense Superior-Langhiense Inferior. La boca mide 39 metros de amplitud, penetra 17 m hacia el interior y alcanza una altura de 18 m, es de forma triangular y está orientado al Sur-Suroeste. Situado encima de un cortado sobre el arroyo del Moral, en zona de erial. Su situación geográfica es de gran importancia, dada su posición intermedia entre el Levante y Andalucía, presentando además la ventaja de estar situada en una encrucijada de vías de penetración o pasos naturales, como son los llanos que unen Caravaca con la Puebla de Don Fabrique y la rambla de Chirivel, que desde Puerto Lumbreras llega hasta la depresión de Guadix-Baza. 

Cueva de Ambrosio.
Sus excavaciones comenzaron en las primeras décadas de este siglo, siendo excavada por primera vez en 1911 por el Abate H. Breuil y F. de Motos. Además de estas actuaciones puntuales, se han realizado otras investigaciones arqueológicas en este lugar por E. Ripoll Perelló entre 1958-1964 y S. Ripoll López a partir de 1983. Actualmente se encuentra en proceso de excavación. Presenta una secuencia cultural de Paleolítico, Epipaleolítico y Neolítico. En este yacimiento, durante las campañas de 1992 y 1994, se han encontrado un conjunto de representaciones artísticas parietales pintadas y grabadas del Paleolítico Superior.
Entre los grabados del Panel I se ha descifrado una excelente silueta de caballo, una representación de ave, unos prótomos de bóvido y de caballo, así como otros trazos todavía no interpretativos. En la parte inferior del panel existen pinturas, poco visibles a causa de una colada calcítica y de momento no es posible interpretar ninguna representación figurativa.

En el Panel II se han identificado un espléndido caballo pintado en ocre rojo, otros dos caballos grabados, un prótomo de caballo pintado en negro y gran cantidad de líneas incisas en trazo múltiple, así como otros restos pictóricos por identificar.

La excepcionalidad del hallazgo reside en el hecho de poder interrelacionar perfectamente estas muestras de arte con los niveles arqueológicos claramente definidos desde el punto de vista cultural y cronoestratigráfico del mismo yacimiento. En este yacimiento, en el cual el equipo del profesor Sergio Ripoll López viene trabajando desde hace algo más de diez años, se ha documentado una de las secuencias más completas e importantes del Solutrense del Mediterráneo Español, dentro del cual se han podido constatar tres niveles de ocupación correspondientes al Solutrense Medio, Solutrense Superior y Solutrense Superior Evolucionado.



Este abrigo no sería un lugar de habitación permanente, sino un sitio al que se acudía a renovar el utillaje lítico en determinados momentos, según parecen confirmar las investigaciones que se están llevando a cabo. Es de remarcar que en la Cueva de Ambrosio ya se había encontrado una representación figurativa: prótomos de caballo, realizada sobre un compresor-retocador de caliza atribuible a un momento evolucionado del Solutrense. A pesar de su gran interés y dado su aislamiento geográfico, a pesar de estar vallada, durante largo tiempo ha estado desprotegida y expuesta a excavaciones clandestinas que han ocasionado graves pérdidas. Está protegida por un antiguo cerramiento y actualmente se está proyectando por parte de la Consejería de Cultura una reforma del cerramiento-vallado, con objeto de que éste se integre mejor en el entorno paisajístico. Todas las representaciones descubiertas hasta el momento se sitúan sobre una superficie rocosa más o menos lisa y ligeramente concrecionada. La parte inferior está recubierta por una colada calcítica debida a una fase húmeda posterior a la ejecución de las figuras. Es comúnmente conocido que la viveza de color, sobre todo de los óxidos de hierro, hematites y ocres, depende del grado de humedad de las paredes. La frescura de la pintura del équido del panel II de la Cueva Ambrosio estaba en su grado óptimo, gracias a la hidrometría favorable. En esta zona -la más baja del abrigo- cuando llueve, se produce un goteo continuado. La existencia por otra parte de un nivel de arenas estériles depositado encima de un nivel de ocupación, que actúa como una capa impermeable dado el alto contenido de materia orgánica, provoca que aquellas arenas conserven mucho la humedad, lo que sin duda ha favorecido el excelente estado de conservación de esta figura. 
La UNESCO  en la declaración como patrimonio mundial de la humanidad del arte rupestre de la cuenca mediterránea en la Península Ibérica, dice que éste, es el grupo más grande de sitios de arte rupestre en Europa, y proporciona una imagen excepcional de la vida humana en una fase crítica del desarrollo humano, que se representa de forma vívida y gráfica en pinturas que son únicas en estilo y temática. Este sitio está incluido en la declaración como patrimonio mundial .

Datos Históricos .

La investigación de este yacimiento comienza a principios de siglo, cuando Federico de Motos, gracias a sus contactos con el Marqués de Cerralbo y el profesor Hernández Pacheco, entra en contacto con Breuil. De hecho, la primera noticia que se tiene de Cueva Ambrosio aparece en una carta de fecha de diciembre de 1911 que dirige F. de Motos al abate Breuil. En la correspondencia entre ambos personajes no se vuelve a citar la Cueva Ambrosio hasta 1913. Sin embargo, en 1912, el abate publica en el "Congrés International dÁnthropologie et Arqcéologie Préhistoriques" celebrado en Ginebra, su obra "Les subdivisions du Paléolighique Supérieur et leur signification". En esta publicación, Breuil presenta una punta de muesca típica de Cueva Ambrosio. En la primavera de 1913, Breuil y Motos realizan una excavación, al parecer en la zona oeste hacia el interior del abrigo donde los estratos paleolíticos estaban bastante altos. Por otra parte, las noticias sobre si Luis Siret excavó en Cueva de Ambrosio son bastante contradictorias. En su obra inédita "L"Espagne Préhistorique" no menciona la excavación de Cueva Ambrosio; sin embargo, en una nota encontrada en unas cajas con materiales procedentes de las excavaciones de L. Siret en Almería, habla de la Cueva del Tesoro. En 1944, el profesor Martínez Santa-Olalla, Director del "Seminario de Historia Primitiva del Hombre", estudió la posibilidad de emprender una serie de trabajos en esta cueva, encargando dichos trabajos al profesor Jiménez Navarro, que en ese mismo año y acompañado por el Comisario Provincial de Excavaciones de Almería, don Juan Cuadrado Ruiz empezó las excavaciones en la zona oeste del abrigo. Estas excavaciones en los años 1944 y 1945 sacaron a la luz la existencia de un importante estrato Epipaleolítico. Jiménez Navarro no volvió a excavar en Cueva Ambrosio, pero no hay que olvidar la importancia de esta excavación en la historiografía de esta cueva. Tras un paréntesis de 13 años y debido a la insistencia de Breuil, se reanudan las investigaciones en la cueva. Así, en 1958, el Servicio de Investigaciones Arqueológicas de la Diputación Provincial de Barcelona, a través de su director el profesor Luis Pericot, y con la ayuda económica de la Wenner-Green Foundation for Antrhopological Research de Nueva York, encargó al profesor Ripoll el inicio de una serie de campañas en el yacimiento. A partir de esta fecha, se van sucediendo campañas de excavación desde el año 1960 hasta 1964 bajo la dirección de Ripoll. Fruto de una de estas campañas, en febrero de 1961, y dado el interés que tenían los materiales localizados, se montó una exposición en el Museo Arqueológico de Barcelona para darlos a conocer al público. En 1975, el profesor M. Botella llevó a cabo una pequeña excavación para comprobar si quedaba algún nivel intacto, observando que el yacimiento se encontraba destruido por la acción de los clandestinos. Luego la cueva quedó a merced de los clandestinos, quienes en 1978 volaron con dinamita unos bloques para intentar localizar niveles intactos. Por último, a partir de 1982, se inicia una nueva fase de excavaciones bajo la dirección de Sergio Ripoll. Entre las campañas de 1982 y 1994 se localizan un conjunto de representaciones artísticas parietales, tanto grabadas como pintadas, pertenecientes al Paleolítico Superior. Fundamentalmente se trata de representaciones de équidos, cuya importancia reside en el hecho de poder interrelacionarlos con los niveles arqueológicos claramente definidos desde el punto de vista cultural y cronoestratigráfico (ca. 16000 B. P., Solutrense Superior Evolucionado) del propio yacimiento.

viernes, 18 de enero de 2019

Castillo de los Vélez

En el interior del castillo se pueden diferenciar claramente dos zonas. La primera, situada más al sur, posee planta rectangular encontrándose separada aproximadamente diez metros de la masa principal del edificio. La segunda zona, la del castillo propiamente dicho, presenta plana de forma hexagonal, rematando sus ángulos en torreones de protección. La unión entre estas dos zonas se salva mediante unas arcadas que protegen la pasarela de entrada y donde originariamente debió estar el puente levadizo.

La primera zona, la más meridional, se encuentra en alberca, destacando tan sólo la escalinata que se adosa a su flanco oeste y que permite el actual acceso al castillo, tras realizar un recodo en su último tramo. Esta escalinata facilita el acceso al cuerpo de la edificación. El castillo se articula en torno al Patio de Honor, de pequeñas proporciones y de planta cuadrada. Este patio distribuye las diferentes piezas en varias categorías. En su flanco norte se ubica la torre del Homenaje y las dependencias de carácter castrense. La torre del Homenaje presenta, tras la restauración efectuada recientemente, tres cuerpos, en cada uno de los cuales se ubica una dependencia de planta cuadrangular. El espigón defensivo, que parte de ella, presenta tan sólo dos pisos ambos de planta rectangular, aunque de diferentes proporciones. Los restantes espacios de esta zona castrense se adecuan a los diferentes lugares de tránsito entre unas dependencias y otras. Los flancos este y oeste del patio poseen actualmente dos pisos habiendo sido los dos ocupados por piezas domésticas y representativas de plantas rectangulares.



El ala sur del castillo acogía el Salón del Triunfo y de la Mitología, que fueron desmantelados a principios de siglo. En la actualidad en esta zona se pueden reconocer dos crujías. La primera se abre al patio de honor, mientras que la más meridional se orienta hacia el pueblo, destacando por ubicarse en ella los señoriales miradores. Ambas crujías están comunicadas entre sí por arcos muy rebajados, presentando plantas rectangulares en la primera y sensiblemente poligonal en la situada más al sur.

Todo el castillo está rematado por una terraza transitable, que comunica las diferentes alas del edificio. Un elemento de interés a destacar es el dintel de la puerta que da acceso a los salones del ala meridional del Castillo, por ser el único resto original conservado de mármol y situados en su lugar primitivo. La labra de este es muy simple, aunque puede dar idea de la grandeza del castillo antes de la venta de su patio.
Al exterior, el castillo sólo posee una portada de ingreso. Ésta, situada en su lado meridional se alcazaba tras salvar antiguamente el puente levadizo y, en la actualidad, la pasarela de comunicación con la fortificación militar. Su portada es muy sencilla, formándose con un vano adintelado en la que tan sólo resaltan las trazas de las diferentes dovelas. Rematando el conjunto, se encuentra el escudo nobiliario de los Vélez.



Datos Históricos

El lugar ha sido ocupado en distintas épocas. Se conocen algunos hallazgos de monedas romanas, aunque no se sabe el alcance e importancia de dicha instalación. Durante época árabe se instala una alcazaba que ocupa todo el cerro. Prueba de ello son los numerosos restos constructivos que aparecen en las laderas sur, levante y norte. Se documentan numerosos materiales cerámicos y algunos lienzos de muralla que dan idea de las dimensiones que pudo tener dicha fortaleza. Al conjunto también pertenecen un aljibe y una mezquita. Éstos se sitúan en las laderas sureste y este respectivamente. Tras la reconquista, sobre estos restos se construirá el castillo. 

Los Reyes Católicos para incorporar a la corona la ciudad de Cartagena, que pertenecía en señorío al adelantado de Murcia don Pedro Fajardo y Chacón, le dieron por permuta de esta, Vélez Blanco y Vélez Rubio, pueblos mudéjares fronterizos al reino de Murcia. De esta forma, don Pedro Fajardo y Chacón se convertía en el primer marqués de Vélez, obteniendo además de estos pueblos, otros lugares vecinos y cuantiosas rentas. Así, el antiguo Veled-Albiad, se convertía en Vélez Blanco y pasaba a ser cabeza del marquesado de los Vélez. Don Pedro Fajardo llegaba a Vélez Blanco en 1505, fijando allí su residencia. Antes incluso de concluir su magnífica capilla de los Vélez en la Catedral de Murcia ya emprendió el marqués la obras de su residencia palaciega, el Castillo de Vélez Blanco.



En 1506, sobre los cimientos de la antigua fortaleza comenzaba la construcción del castillo-palacio, culminándose en 1515. En el castillo vivieron los Fajardo durante todo el siglo XVI, permaneciendo en él hasta finales del siglo XVII, momento en el que se extingue la línea directa de sucesión. Los años que siguieron fue habitado con irregularidad, hasta que ya en el siglo XIX, después de la invasión francesa y tras los cambios sociales del país, el castillo fue abandonado casi por completo.

A partir de 1904 comienza el desalojo por parte de los propietarios de todo aquello que el inmueble tenía de valor. La pieza mas importante, su patio renacentista, fue vendida en mayo del mismo año al decorador francés J. Goldberg, quien lo lleva primero a Marsella y después a París, junto con los artesonados y otras grandes piezas del Palacio. En 1913 los mármoles del patio fueron vendidos a George Blumenthal para su casa en Park Avenue, Nueva York. En 1945, tras su muerte, es cedido al Metropolitan Museum de Nueva York, donde casi veinte años después fue montado tal y como hoy existe. En la actualidad, después de varias restauraciones efectuadas principalmente durante los años 1963, 1965, 1970, 1979 y la última de 1982, el edificio puede contemplarse con cierta coherencia.


En cuanto al arquitecto encargado de la construcción del edificio no se conoce. Por lo que se refiere a los relieves del patio, según Olga Raggio, los autores debieron se los mismos que realizaron el patio del vecino Castillo de la Calahorra. Para esta autora el patio, de claras influencias italianizantes, se debe a las manos de el capataz de la obra de la Calahorra, Egidio de Gandria y sus tres compañeros Giovanni y Baldassare de Gandria y Pietro Antonio de Curto de Carona.

Gárgola. 
Detalles del castillo.
Escudo de los Vélez.
Detalles del castillo.
Detalles del castillo.



Ubicación

Fotos: David Téllez


miércoles, 9 de enero de 2019

Pinturas Rupestres Cueva de los Letreros

Cueva de Los Letreros

La Cueva de Los Letreros es uno de los abrigos pintados más importantes del sur peninsular, descubierto en 1861. Sus dimensiones son 25 metros de anchura, por unos 6 de profundidad y una altura que oscila en el área central entre los 8 y 10 metros. Su acceso, aunque escarpado, viene facilitado por la existencia de unas rampas previas y una serie de escaleras en zig-zags que nos acercan al mismo. Sus pinturas se distribuyen en varios paneles, algunos localizados en bloques del suelo, siendo el más importante el panel principal, localizado en la pared izquierda del abrigo.

M. Soria Lerma y M. López Payer dividen para su descripción la zona pintada en cinco grupos, de izquierda a derecha:


Grupo 1.- Queda fuera de la verja, a la izquierda del abrigo presenta antropomorfos naturalistas y esquemáticos, instrumentos, trazos, restos, pintados en marrón oscuro.

Grupo 2.- Es el más numeroso, zoomorfos, cérvidos, cápridos; antropomorfos, algunos con tocado o llevando instrumentos, como el conocido hechicero; naturalistas y esquemáticos, figuras en phi, retículas, figuras triangulares enlazadas, trazos, manchas, restos, en marrón oscuro, claro y rojo.

Grupo 3.- En el centro del abrigo, a la izquierda de un hueco, antropomorfo y cápridos naturalistas, trazos y restos zoomorfos.

Grupo 4.- Antropomorfo y cápridos naturalistas, trazos, restos, en marrón y rojo oscuro.

Grupo 5.- Figuras distribuidas sobre las protuberancias que forman el suelo, muy irregular, triángulos agrupados, figura bitriangular, antropomorfos esquemáticos, manchas, restos, en marrón oscuro.

Según V. del Castillo Aguiló, en cuanto a las fases estilísticas y pictóricas planteadas por H. Breuil (1935), no se pueden aportar conclusiones, excepto en el caso de las superposiciones comprobadas. Esta autora, que describe detalladamente 174 figuras, considera que tanto la estratigrafía cromática como los datos estilísticos sumados al mal estado de conservación de las figuras, que a veces hace prácticamente imposible su distinción, no han proporcionado ningún dato para la determinación de la evolución pictórica del panel, ya que en general la tipología estilística de las figuras es abstracta o tiende a la abstracción y parece que el mural pudo haber sido pintado en un lapso de tiempo breve.

El grupo 1 presenta un estado de conservación muy deficiente. En general, esta problemática puede considerarse generalizada, pero por ejemplo, parte de la roca soporte de algunas figuras del grupo 4 se ha desprendido, se deduce en comparación con los calcos antiguos, y las representaciones del grupo 5 presentan un especialmente destacable mal estado de conservación, las superficies están muy bruñidas.
J. Martínez García (1983), describe pormenorizadamente el estado de conservación de algunas representaciones estilizadas de este abrigo: "la realización del calco ha reflejado el profundo deterioro en que se encuentran las pinturas: rayadas, raspadas, concrecionadas y con graffitis superpuestos repetidamente desde hace ya muchas décadas, hecho que denunciamos y deseamos que las administraciones correspondientes se sensibilicen y pongan empeño en frenar este proceso de degradación".

En la memoria de licenciatura de V. del Castillo Aguiló, inédita, se especifica el estado de conservación de cada figura, y analiza estadísticamente la problemática.
Por último, hacer referencia al deterioro que a pasos agigantados están sufriendo los conjuntos del arte rupestre; un deterioro al que han contribuido, los agentes naturales. Pero esta degradación es mínima si se compara con la que ha supuesto, para tales conjuntos, la acción del hombre, que en el caso de seguir su ritmo terminará privando a la próxima generación de su contemplación. Es inconcebible el caso de la Cueva de los Letreros, por citar algún ejemplo que ofrezca una perspectiva adecuada para juzgar los hechos, en la que se han piqueteado una serie de figuras hasta conseguir su desaparición. Otra cara negativa de la acción humana se puede comprobar en la zona inferior del panel izquierdo de dicho abrigo, lugar en el que se han ido superponiendo, a las representaciones pictóricas, pintadas actuales. Las representaciones esquemáticas de la Cueva de los Letreros están afectadas en su parte inferior por carbonataciones producidas por visitantes incontrolados que humedecen el panel pintado. La parte superior se encuentra en perfecto estado. Se observa el deterioro producido por la instalación de un tejadillo que posteriormente fue arrancado. Se protegió, mediante verja, por iniciativa del Ayuntamiento de Vélez Blanco en 1951, años más tarde se forzó la reja y sigue rota.

Carteles informativos.
 Abrigo.







El Brujo, símbolo de Vélez Blanco.

Abrigo Inferior de Los Letreros

El Abrigo Inferior de Los Letreros se localiza inmediatamente debajo de la Cueva de los Letreros. De dimensiones pequeñas, 8 metros de ancho por 4 de alto y 2 de profundidad, presenta una serie de figuras muy mal conservadas, entre las que destacan dos figuras antropomorfas una en phi y otra con indicación de los brazos y piernas, así como bastantes manchas y restos de otras figuras perdidas.

Ubicación


Fotos: Patrimonio Almeriense

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