domingo, 28 de junio de 2020

El Canal

Potente Caz , hoy día cortado para facilitar  el acceso de la Calle Duque con el río Nacimiento.  Tras su reforma se dispuso de un sifón subterráneo. Abastecia al molino de Francisco León Ibañez.




Fotos: David Téllez


Molino de los Rodeos

Este molino fue propiedad de Baldomero Cadenas Ibañez, a quien, en 1.903 se autoriza a la instalación , en el mismo, de una fábrica de energía eleéctrica. En 1.909, se amplía la línea para dar luz a Santa Cruz, Alsodux y Alhabia, con lo cual, precisa de más energía, la fábrica es trasladada al paraje Molino Alto, junto al molino de Caniles. En 1.951, este molino es adquirido por Francisco León Ibañez, realizando importantes obras de mejora y transformación.

Actualmente ha sido transformado conservando su maquinaria y capacidad de funcionamiento.






Fuente: Alpuguía 
Fotos: David Téllez

Cruz de los Caidos (Alboloduy)

Una vez terminada la guerra se decidió hacer un monumento por todos aquellos que dieron su vida por España en el bando de los sublevados. Esto ocurrió el 21 de abril de 1939. A lo largo de todo el territorio español, se erigieron cruces y monumentos en honor a los caídos y mártires del bando franquista que constituyeron espacios de comunión política y de reunión de los vencedores.




Fotos de: Patrimonio Almeriense Pueblo a Pueblo

Puente Peñón del Moro

Arco escarzano construido a base de lajas de esquistos unidas con mortero de cal. Pudo formar parte de un antiguo camino medieval. 











Fotos: David Téllez



sábado, 27 de junio de 2020

Molino Saltadero

Molino de agua en ruinas  del que solo queda el cubo de enormes dimensiones de cuatro cuerpos  y un acueducto de acequia construido en ladrillo.





Fotos: David Téllez




miércoles, 24 de junio de 2020

Molino de Agua Cortijo Del Marchal

Cortijo del Marchal. Junto a él, el molino de agua.









Despoblado de Inox

Inox era un pueblo español, actualmente desaparecido, que se localizaba al oeste de la localidad almeriense de Níjar, a pocos kilómetros de la cabecera municipal, junto a un cerro que se consideraba inexpugnable. Este peñón había sido fortificado por los moriscos de la comarca y con la ayuda de turcos y berberiscos, aventureros que habían llegado expresamente para ayudarles.

No confundir con el Acero inoxidable, cuyo nombre se suele abreviar como Inox.
La inestabilidad del momento hizo que en el peñón se concentraran moriscos llegados de Tabernas, Huebro, Lucainena de las Torres, Níjar, Turrillas; y de poblaciones del Bajo Andarax, como Gádor, Viator, Pechina, Rioja y Benahadux; e incluso del arrabal de la ciudad y de los lugares de Alhadra y El Alquián.

Todas esas familias habían llevado consigo no sólo sus ganados sino también sus ahorros y sus alhajas, pues los moriscos pretendían emigrar a África con lo más que pudieran, ya que les habían prometido para ello doce bajeles.



La situación de Almería en 1569 era insostenible. La ciudad estaba repleta de moriscos, vecinos unos de la ciudad y otros refugiados de las aldeas cercanas. Eran moriscos pacíficos, pero los cristianos viejos recelaban de ellos, los consideraban espías o conspiradores. Por todo ello el Capitán Francisco de Córdoba, que por aquel entonces era jefe civil y militar de Almería, recibió el auxilio de la flota de Gil de Andrada, compuesta de nueve galeras, alimentos y municiones.

Aquello significó para Almería un escenario totalmente distinto y don Francisco de Córdoba propuso a Gil de Andrada lo que se llamó el negocio de Inox: atacar a los moriscos no era realmente una cruzada sino una ocupación lucrativa, una manera de aumentar su patrimonio, ya que el jefe militar de Almería cobraba la quinta parte de todo lo tomado al enemigo.

El negocio no podía ser más tentador para los cristianos de Almería, que emprendieron la marcha hacia el cerro de Inox el día 29 de enero del mismo año, temprano por la mañana. El deseo de lucro hizo que se enrolara cuánto hombre pudiera empuñar las armas. De todas las clases sociales acudieron animosamente para atacar el fuerte de Inox, tanto que la ciudad de Almería debió de quedar desguarnecida con la salida de casi todos los hombres en edad de tomar las armas.

El uno de febrero se inició la batalla. La orografía daba, en principio, toda la ventaja a los cristianos, que situados bajo las grandes peñas del cerro no eran alcanzados ni por las rocas que arrojaban los moriscos ni por las flechas que disparaban, en cambio los rebelados ofrecían un certero blanco a la arcabucería. Sin embargo, el arrojo de los moriscos era tal que estuvieron a punto de hacer cambiar el rumbo de la batalla, pues muchos cristianos empezaron a huir, y todo se habría perdido si unos capitanes no hubieran sorprendido a los rebeldes por la retaguardia, subiendo por unas rocas que estaban hacia el este del peñón.

Ello decidió la victoria cristiana. Según las crónicas, más de cuatrocientos moriscos murieron en la pelea y fueron hechos prisioneros más de 2700 entre mujeres y niños, y una cantidad enorme de ropa, joyas, oro y plata, ganado, etc., estimados por entonces en más de quinientos mil ducados. Aunque los cronistas hubieran exagerado algo, las cifras son lo suficientemente elevadas como para considerar la victoria cristiana de Inox como un auténtico negocio.

Desde entonces, a esa zona de la conoce como La Matanza en recuerdo a la masacre de aquellos inocentes.

Castillo del Peñón de Inox

Reducto defensivo utilizado en la rebelión morisca. Dado lo antiguo del conocimiento de su existencia, ha sido sometido a una intensa recogida de materiales y actuaciones clandestinas que lo han dejado prácticamente estéril en superficie. No obstante, se aprecia la existencia de amplios rellenos arqueológicos cuyo estudio podría suponer un complemento esencial para el conocimiento histórico de este momento. El lugar y sus ruinas ocupan un espacio importante en la memoria colectiva de los habitantes de la comarca. Hay noticias de hallazgos de materiales correspondientes a períodos prehistóricos, pero que no han podido ser comprobados. Poco queda de esta fortaleza roquera  y lo que quedase encuentra en un mal estado de conservación. 




viernes, 19 de junio de 2020

Torre del Esparto

Los pocos restos que quedan de la Torre del Esparto se encuentran en un cerrillo a 94 m de altura situado sobre la Punta del Esparto, entre los Escullos y la Torre de Cala Higuera. Es posible que ya en 1501 estuviese arruinada esta torre porque en la provisión para guarda de costa del Reino de Granada, de dicho año, no se habla de ella. Se sabe que la torre existía al encontrarse el topónimo cercano de Hoya de la Torre. Seguramente los restos son de una torre de la época nazarí, de figura prismática, que se arruinaría con anterioridad a la llegada de los Reyes Católicos. De ella sólo quedan un montón de piedras con restos de mortero de cal. Sobre estos restos alguien colocó un puesto de caza utilizando las piedras sueltas, por lo que no es fácil identificarla.



Fuente: Cabodegata. net
Foto: Revista del Levante Almeriense n°7

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