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sábado, 17 de agosto de 2019

Piñonates

De Al-Andalus no sólo heredamos el ceremonial de mesa que hoy conocemos, representado por la sucesión de entradas y ensaladas, en primer lugar, plato fuerte de pescado o carne, en segundo lugar y postres, para finalizar. Sino que también heredamos recetas gastronómicas muy variadas, principalmente las que tienen su base en la miel, la almendra y otros frutos secos. Buen ejemplo de éstas son los piñonates, que se elaboran durante las fiestas de carnavales y, sobre todo, en Semana Santa. Esta receta se elabora mediante el amasado de harina, huevos, leche, levadura, aceite, azúcar, anís, canela y limón, como si fuera pan, para posteriormente realizar unas tiras que se cortan, con cuchillo, en trozos de unos 4 cm. de longitud. Posteriormente se fríen y se bañan en miel, dejándose enfriar hasta el momento de servir.

La receta para elaborar Buñuelos se conoce desde la época romana y, aunque con algunas variaciones, forma parte de la gastronomía mediterránea de la península. La elaboración comienza calentando agua (hasta templarla) y agregando la sal y la matalahúva. Posteriormente se le añade la masa madre o  levadura y se disuelve. A esta pasta se le añade harina hasta que quede una masa homogénea y elástica que se deja reposar de dos a tres horas, bajo un trapo húmedo de cocina. Cuando esta masa suba, apareciendo pompas en su superficie, estará lista para freír en abundante aceite caliente, sirviéndose espolvoreados con azúcar o chocolate. Algunas recetas sustituyen la levadura por bicarbonato, le suprimen la matalahúva o le añaden raspadura de limón, pero todas mantienen cierta uniformidad.

En el pasado la elaboración de estos alimentos se realizaba en los domicilios y las mujeres de la casa eran las encargadas de prepararlas. Ambas recetas son conocidas por la gran mayoría de los habitantes de este territorio, que acostumbran a prepararlas en fechas como la Semana Santa, carnavales o en festividades especiales. En este caso ha sido la Asociación de mujeres Villa Cariana las que se han reunido para elaborarlas, porque aunque los buñuelos pueden hoy en día adquirirse en las pastelerías, el piñonate se suele elaborar en los domicilios.

Estas recetas se transmiten oralmente, de generación en generación, si bien es cierto que se mantienen por el esfuerzo y dedicación de las mujeres de cierta edad, ya que las nuevas generaciones muestran poco interés por el mantenimiento de la tradición. El constante despoblamiento de las zonas rurales a favor de la ciudad, unido al cambio en el aprovechamiento del tiempo de ocio, en el que prima el viaje turístico a zonas costeras de la provincia, también han supuesto un obstáculo para la conservación de este saber en las fiestas de Semana Santa.

Se continúan elaborando como tradicionalmente se realizaron por sus madres y abuelas, no habiendo introducido cambios de ninguna clase, salvo el empleo de algún pequeño electrodoméstico de cocina, que facilita el trabajo. Aunque es destacable reseñar que, a pesar de estos nuevos aparatos, a veces acuden al sistema tradicional, como por ejemplo el uso de la chimenea de la vivienda para cocinar los alimentos

Baile de la Ánimas

La Hermandad de las Ánimas es la que originó esta tradición durante el siglo XVII, ya que tenían como objetivo financiar el entierro de los pobres y la aplicación de misas por su eterno descanso. La mayor parte del dinero que gastaba la hermandad lo obtenía de la petición de limosna durante la Navidad por parte de los cuadrilleros o hermanos cantores de las Ánimas. Esta petición de limosna se realizaba de casa en casa por los pueblos y campos y por parte de una cuadrilla de músicos de cuerda y percusión. Al frente de la cuadrilla estaba un "mayordomo" (representante de la cuadrilla) y el "guión" (cantor) que iban entonando coplas, cuyos dos últimos versos repetían los cuadrilleros. Estas coplas son las que se denominaban "Coplas de Ánimas".

Aunque hoy día esta manifestación ha desaparecido en gran parte de los municipios de la comarca, pueblos como Laújar, Fondón o Abla continúan cumpliendo con esta tradición. Actualmente estas agrupaciones musicales no actúan bajo la formación de instituciones religiosas (tradicionalmente denominadas Hermandades de Ánimas, hoy ya desaparecidas), sino que son los vecinos de la localidad, generalmente miembros de la banda de música de Abla, son los que voluntariamente participan en el ceremonial. 

Se trata de una agrupación musical compuesta por varios instrumentistas, cuyo número puede oscilar entre diez o veinte personas, entre hombres y mujeres. Esta agrupación recorre las calles del municipio entonando coplas que aluden a las ánimas benditas y solicitando limosnas a los fieles. La función de recaudar limosna recae generalmente en la misma persona, que porta una hucha de hojalata donde se recoge el dinero donado. Este dinero se entrega a ciertas asociaciones benéficas o a la Iglesia, según las necesidades. 

El Baile de Ánimas comienza la mañana del 1 de enero. Los músicos se reúnen en la Iglesia Nuestra Señora de la Anunciación alrededor de las once de la mañana para comenzar el itinerario que recorrerá gran parte del municipio de Abla. El recorrido comienza por la parte alta de la localidad, en la Barriada de San Antón, visitando las principales calles: calle Real Alta, calle San Antón, Placeta de San Antón y calle Llanadas Altas. Posteriormente comienza el recorrido por la parte baja del municipio, recorriendo las siguientes calles: Albaicín, Real Alta, Paseo San Segundo, calle Baja, calle Agua, Carretera de Almería y Avenida de los Santos Mártires. Llegados a este punto, la cuadrilla realiza un descanso para almorzar. Tras el almuerzo que realizan todos juntos en algún restaurante de la localidad y que es financiado por el Ayuntamiento de Abla, la agrupación reanuda el recorrido. A las cuatro de la tarde, aproximadamente, la agrupación continúa el recorrido visitando la Barriada de la Carretera de la Estación, situada a las afueras de la localidad, después toma la Carretera Almería para volver al municipio e iniciar el recorrido por el casco urbano de la localidad: calle Hermanos Tena, calle Cruz de San Juan, calle Maravilla, calle Real, Plaza Mayor, calle Camichete, calle Castillo, calle Lepanto, hasta llegar a la Placeta de la Iglesia, donde finaliza el itinerario. 

La cuadrilla va visitando uno a uno los hogares de la localidad, saliendo los vecinos a recibir a los músicos, quienes comienzan a entonar y tocar una misma melodía que se repite durante todo el recorrido. Esta agrupación musical realiza varios ensayos previos a la actuación, con la finalidad de conseguir la afinación de todos los instrumentos, ya que la melodía es altamente conocida por todos los músicos. Hoy en día, la mayor parte de los músicos que intervienen en la actuación pertenecen a la banda de música de Abla. La partitura de esta melodía no está documentada por ser sobradamente conocida por todos los abulenses. La letra de la música que éstos tocan es la siguiente: 

"A esta puerta hemos llegado
a pedir una limosna
para las Ánimas benditas
que piden misericordia

A las Ánimas benditas
no se les cierra la puerta
se les dice que perdonen
y ellas se van tan contentas".


El itinerario que incluye el casco urbano y el extrarradio de la localidad concluye en el mismo lugar desde donde hace su salida, en la Iglesia de Nuestra Señora de la Anunciación, y tiene una duración aproximada de unas diez horas. El itinerario incluye el casco urbano y el extrarradio de la localidad. 

Actualmente, los músicos que forman parte de la cuadrilla de ánimas no emplean un vestuario específico para participar en este ceremonial y, generalmente, utilizan prendas de calle. En el pasado los miembros de la cuadrilla vestían la tradicional capa larga de color negro que lucían los días de fiesta. Esta tradición está en trámites de recuperación, gracias a la iniciativa de los miembros de la cuadrilla, con la finalidad de otorgarle mayor espectacularidad y prestigio al ceremonial. 

Se desconoce el origen de este modo expresión en el municipio de Abla, aunque es ampliamente constatado que el origen de estas Cofradías de Ánimas se encuentra en el culto a los difuntos y la preocupación por sus culpas y penas, desarrollándose sobre todo en el siglo XVI este culto especial por las almas de los difuntos por parte del Cristianismo, siendo las obligaciones de los cofrades asistir a las solemnes misas y procesión del día en conmemoración de los difuntos. Ampliamente difundido a lo largo de la geografía nacional y encuadrado dentro de las denominadas "Fiestas de Locos", su representación se lleva a cabo generalmente entre los días 25 y 28 de diciembre, Día de los Inocentes.

La costumbre de participar en el Baile de Ánimas se ha transmitido generacionalmente entre los integrantes de una misma familia. El prestigio social que otorga la intervención en este ceremonial es uno de los mayores atractivos para los músicos que se animan a participar de manera voluntaria. 

El director de la banda de música de Abla fue el impulsor de toda una generación de músicos que, durante décadas, participaron activamente en esta tradición y que han transmitido a las siguientes generaciones.   

El Baile de las Ánimas ha llegado hasta nuestros días sin transformaciones sustanciales. La cuadrilla de ánimas interpreta, a la puerta de los feligreses, la misma melodía que entonaban sus antepasados, solicitando limosna para sufragar los entierros de los pobres. La Iglesia era la encargada de gestionar el dinero recaudado. Hoy en día, el dinero se destina a determinadas obras impulsadas por asociaciones benéficas o a la Iglesia, según las necesidades.   

Las fiestas navideñas son el marco en el que tradicionalmente se desarrolla esta manifestación. En el pasado el recorrido se alargaba durante días, siendo obligada la visita a todos los cortijos pertenecientes al término municipal de Abla. Hoy en día el recorrido se completa en una jornada, debido principalmente al despoblamiento que afecta a estos núcleos poblacionales o cortijadas.

La cuadrilla de ánimas recorría hasta en dos ocasiones el municipio de Abla. El  25 de diciembre y el 1 de enero son las fechas escogidas, por su valor simbólico, para apelar a la bondad cristiana. Actualmente esta agrupación ha reducido el número y extensión de las salidas, quedando exclusivamente la actuación del 1 de enero. 

El gran esfuerzo que realizan, sin ningún ánimo de lucro, los integrantes de esta agrupación musical se ve recompensado por el acogedor recibimiento que reciben de la población abulense. Los vecinos abren sus casas para ofrecer a los músicos un refresco, agasajándolos con la intención de conseguir la ejecución de piezas musicales que, generalmente, derivan en baile; en el pasado se demoraban durante horas.  

Uno de los cambios más significativos fue la llegada de mujeres a esta agrupación musical en la década de los ochenta del siglo XX aproximadamente, ya que la población femenina ha estado excluida de la participación en este ceremonial. 

Fuente: Guía Digital

La Merendica

Una de las celebraciones más esperadas por los niños y niñas que toman la Primera Comunión en Abla es La Merendica de cada sábado de Pentecostés. También denominada "Fiesta del Huevo", hoy día la actividad, cuyo origen se remonta al año 1883, cuenta con la participación no sólo de los comulgantes y sus familias, sino de todos los vecinos que, tras el acto litúrgico y recepción del sacramento en la iglesia, se desplazan al Parque Municipal de Montagón para disfrutar de una comida campestre con grupos de música y animación en un día de marcada convivencia y comunión. Actualmente su continuidad está asegurada, dado que, a pesar de que la población infantil se ha visto reducida, los niños y niñas emigrados regresan para recibir aquí el sacramento y cada año la participación vecinal es mayor por el interés que suscita.

Sus orígenes se remontan hacia 1883, cuando el campanero y preparador de los niños para el Sacramento de la Comunión, D. Pedro González Herrerías (1853-1916), con motivo de festejar la Primera Comunión, inició una tradición que se ha convertido en un ritual muy arraigado en la comunidad abulense. Este vecino de Abla, que realizaba las funciones de catequista, llevaba a los niños que realizaban la Primera Comunión a merendar al campo. La merienda consistía en una onza de chocolate, una rosquilla de pan blanco, una gaseosa de "bola" y un huevo cocido. De ahí que popularmente se le conozca también como la "Fiesta del Huevo". Al principio no existía un emplazamiento fijo de celebración sino que variaba cada año hasta que se seleccionó el jardín de Los Santos, ubicado junto a la ermita de los Patronos, hoy día desaparecido.

Con el tiempo, la celebración del sacramento de la Primera Comunión se fue transformando y convirtiendo en una festividad más de la localidad. Los familiares de los niños se fueron sumaron a la celebración y, posteriormente, amistades y grupos ajenos al evento, con la única finalidad de divertirse. Ante la afluencia masiva de personal, el citado jardín quedaba pequeño, por lo que se optó por trasladar la merienda campestre al prado de Vista-Alegre, sito en el paraje de Calahura, junto al olivar y una fuentecilla en pleno campo, donde los comensales pasaban el día disfrutando hasta caer la noche.

Esta festividad se compone de dos partes diferenciadas, una religiosa y otra laica, que requieren diferentes preparativos. El sacramento de la Primera Comunión exige de una preparación previa llamada catequesis, en la que se estudia el catecismo, es decir, los conocimientos necesarios para recibir la primera eucaristía. Esta preparación la realizan los menores que hacen la primera comunión; este  curso suele tener, por regla general, una duración de uno a dos años.

Por otro lado, están los preparativos de la celebración laica. Los padres de los niños y niñas que hacen la Primera Comunión son los encargados de preparar el almuerzo que tendrá lugar tras el ritual religioso.

El Ayuntamiento afronta ciertos preparativos de la celebración, como el acondicionamiento y mejoras de las instalaciones, la habilitación de la carga y descarga que se lleva a cabo durante toda la mañana del sábado y, finalmente, los preparativos referentes a la contratación de la banda musical y del grupo de animación infantil.

La festividad comienza el sábado de Pentecostés con la celebración de una misa solemne. Se trata de una misa especial y muy participativa, orientada a los niños y niñas que recibirán el cuerpo y la sangre de Cristo por primera vez. A las doce de la mañana los niños que realizan la Primera Comunión, protagonistas de la actividad ritual, entran en la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Anunciación escoltados por el párroco de Abla.

Finalizado el acto litúrgico, comienza la parte laica del ritual. Los padres y niños que han participado en la ceremonia se marchan a sus domicilios para cambiarse de ropa e, inmediatamente después, se desplazan hasta el Parque de Montagón donde tiene lugar el almuerzo popular, construido por el Ayuntamiento para albergar la gran afluencia de público, y en el que los asistentes pasan todo el día y parte de la noche festejando.

Son varios los cambios que ha sufrido la celebración original. Lo que inicialmente se instauró como una merienda campestre para celebrar la Primera Comunión de los niños y niñas de la localidad, se ha convertido en una fiesta popular en la que participan todos los habitantes de Abla. Al principio sólo asistían a la merienda los niños comulgantes y su catequista, D. Pedro González Herrerías; a esta tradicional salida al campo se fueron sumando con el tiempo, primero los familiares de los pequeños y, posteriormente, las amistades de las familias comulgantes. Hoy en día todos los habitantes de Abla acuden a este paraje para celebrar el día.

Los alimentos (chocolate, rosca de pan, gaseosa y huevo cocido) con los que tradicionalmente eran agasajados los pequeños que hacían la Primera Comunión, distan mucho de la fiesta gastronómica que caracteriza a la actual celebración. Sin embargo, uno de estos productos se ha mantenido como elemento representativo de la festividad, el huevo cocido, de ahí que reciba tal denominación igualmente. Originariamente la fiesta consistía en una merienda, hecho que se ha ido transformando en un almuerzo y celebración que ocupa todo el día.

También han variado otros aspectos de la celebración, sobre todo en lo referente a la organización. En el pasado este ceremonial se caracterizaba por una mayor espontaneidad, en la que los familiares organizaban el almuerzo y se trasladaban a la zona escogida para festejar, hasta que el jardín de los Santos fue seleccionado como lugar fijo de celebración de esta festividad. Tras la desaparición de este lugar, el Ayuntamiento acometió la creación de un nuevo espacio para este día, el paraje de Montagón.

El día inicial de la celebración también fue modificado con el transcurso del tiempo para favorecer una mayor asistencia vecinal. La celebración en sábado ha beneficiado una mayor participación de los vecinos que han de trasladarse desde su lugar de residencia.

El Ayuntamiento financia la contratación de los grupos de música y animación que ameniza la velada, ya que cada grupo familiar organiza y financia los productos y alimentos que formarán parte del almuerzo.

Fuente: Guía Digital

Ajo Blanco

El ajoblanco es una sopa fría a base de ajo, almendra y pan que se extiende por toda la comarca del Bajo Andarax. Aunque es un plato que se disfruta prácticamente durante todo el año, preferentemente en verano, en la localidad almeriense de Rioja su elaboración y consumo es imprescindible en rituales festivos como el Jueves Lardero.


Su origen bien podría hallarse en el  legado que la cultura árabe transmitió a la zona y que tanto influyó en la forma de vida de los habitantes de esta comarca. La utilización de la almendra, ingrediente que distingue a muchos de los platos de la gastronomía árabe, se encontraba antaño en las tierras de la zona. El florecimiento de los sistemas de regadío favoreció el cultivo de numerosos árboles frutales, tal es el caso del mismo almendro. 
El ajo blanco se elaboraba con almendras aún un poco verdes que se recogían de los campos de alrededor. Mediante el mortero se iba majando el ajo junto con las almendras y el pan previamente humedecido. A esta mezcla  se le iba agregando el aceite de oliva para que espesase y se convirtiera en una especie de crema. Dependiendo del aceite que se agregase se hacía más o menos espeso según para que fuera a utilizarse. 

Los ingredientes básicos para su elaboración son ajo, almendra, pan, aceite, vinagre y sal. El primer procedimiento para la elaboración de este plato consiste en  partir las almendras y pelarlas para luego tostarlas ligeramente en la sartén. Posteriormente se humedece el pan en agua o leche para que se pueda trabajar con más facilidad y se pela la piel a los ajos. Las almendras, el ajo y el pan se introducen en el almirez, se le añade sal y vinagre al gusto y poco a poco se va agregando el aceite de oliva. Con el mortero se va majando de tal forma que todos los ingredientes van mezclándose conformando una salsa ligera. Según la cantidad de aceite que se le agregue quedará más o menos espesa. 

El ajoblanco se suele acompañar con carne o pescado, con huevos de codorniz e incluso se lo agregan al arroz para darle más sabor y espesura. También se suele tomar como una crema fría acompañada con uvas o jamón serrano.

En Rioja se acompaña tradicionalmente con las patatas asadas o con el lomo asado y en fiestas como el Jueves Lardero es costumbre prepararlo para untarlo con el pan, acompañado de habas frescas y tocino salado. 

Pipirrana

La pipirrana es un plato que forma parte de la gastronomía tradicional del Bajo Andarax. Tomates y pimientos secos son los ingredientes básicos para la elaboración de esta ensalada, productos en origen vinculados con una agricultura de subsistencia característica de generaciones pasadas. Antaño, la mayor parte de las familias del lugar poseían un pequeño huerto para su autoabastecimiento, en el que cultivaban un gran número de hortalizas, desde tomates, pimientos, berenjenas, cebollas, etc. La cosecha de tomates y pimientos se recogía una vez al año y para poder disponer de estos productos durante todo el año, se secaban para su conservación. Aprovechando el buen clima y el abundante sol de la zona, las familias realizaban el secado de  tomates y  pimientos  Para ello les echaban sal y los subían al "terrao"  de la vivienda para que de esta forma se deshidrataran. Gracias a esta forma de conservación, se podía consumir este tipo de verduras durante todo el año y en los hogares se podían elaborar guisos y ensaladas utilizando como base estos productos de la huerta almeriense.


Los pimientos y tomates secos eran verduras muy utilizadas en forma de sofrito o hervidos en una gran variedad de platos de la comarca. En el caso de la pipirrana se hierven previamente y se les quita la piel, cortando los trozos de estos productos en pequeñas tiras. 
Las aceitunas y el bacalao eran también ingredientes empleados en la elaboración de la pipirrana. Las aceitunas se conservaban con salmuera y en ocasiones se aliñaban con ajos, limón, naranja, etc. El bacalao se utilizaba principalmente en salazón. En general, prácticamente todos los ingredientes necesarios para la elaboración de este plato estaban conservados por algunas de las técnicas tradicionales de secado,  salazón o  salmuera.


Los ingredientes para la elaboración de la pipirrana son tomate y pimientos secos, bacalao seco o fresco, huevos, aceitunas, cebolla, aceite de oliva y sal.
El primer procedimiento para la elaboración de este plato es la cocción de los tomates y los pimientos secos. Este proceso dura apenas cinco minutos. Una vez fríos, se les retira la piel y se corta la carne en tiras alargadas. El bacalao también se cuece y se desmigaja. Se trocea la cebolla,  mientras se cuece un huevo hasta que esté duro y se corta en trozos. Todos los ingredientes se mezclan junto con las aceitunas, el aceite y sal al gusto. 

En la actualidad, las técnicas tradicionales de conservación de alimentos como el secado, salazón o la salmuera van quedando relegadas, ya que se pueden adquirir los tomates y pimientos tanto secos como frescos en los comercios, así  como los demás productos empleados en la preparación de la pipirrana. Aunque este plato se suele consumir durante todas las estaciones del año, preferentemente en verano, su elaboración y consumo sigue vinculado a la celebración de varias fiestas del calendario festivo de la comarca como el  Jueves  Lardero, las fiestas patronales y la Semana Santa. Las mujeres son las encargadas de la elaboración de esta receta dentro del ámbito doméstico, siendo la transmisión tradicionalmente de madres a hijas. 

Roscos Fritos

Los roscos fritos son unos dulces de sartén, de masa esponjosa y forma circular, que se suelen elaborar y consumir principalmente en los períodos festivos. Se trata de una actividad repostera  muy extendida en toda la provincia de Almería, y concretamente en el municipio de Rioja su consumo está asociado a contextos festivos locales tales como el Jueves Lardero o la Semana Santa.


Los espacios festivos eran y aún siguen siendo momentos de convivencia entre familiares y amigos en los que la realización de una determinada gastronomía adquiere un carácter significativo. 
Tradicionalmente en la localidad de Rioja, la naranja se constituye en uno de los ingredientes principales utilizado por sus habitantes en la elaboración de los roscos. En forma de ralladura y zumo se agrega a la masa para otorgarle el sabor característico de este cítrico, producto que históricamente ha identificado a la agricultura del Bajo Andarax.

Los ingredientes utilizados en su elaboración son harina, huevos, aceite de oliva, zumo de naranja, ralladura de naranja, levadura y azúcar. El primer procedimiento consiste en batir los huevos con el azúcar hasta que el líquido quede homogéneo y algo espumoso. A continuación se agrega la harina, la levadura, el aceite de oliva, el zumo y la ralladura de naranja y se procede a amasar enérgicamente hasta que todos los ingredientes queden bien mezclados. Posteriormente se pone al fuego una sartén con aceite de oliva mientras que se elaboran los roscos. Poco a poco se van friendo los roscos a fuego lento. Cuando están dorados se sacan de la sartén, se dejan enfriar y se rebozan en azúcar y canela.

Las mujeres son las principales protagonistas en la elaboración de estos dulces. Su preparación se lleva a cabo en el ámbito doméstico, en las cocinas de los hogares, siendo fundamentalmente las madres las que se encargan de transmitir los conocimientos respecto a su preparación. 

Jabón de Sosa

La elaboración de jabón artesanal es un saber tradicional que al igual que muchas otras actividades han sido sustituidas por otros métodos más rápidos, y mejor adaptados a las nuevas formas de vida. El jabón elaborado con sosa era el producto más utilizado entre las amas de casa para el lavado de las prendas de vestir, y se trataba de un producto muy apreciado y eficaz entre sus propias productoras. 


Actualmente aún se conservan muchos de los antiguos lavaderos, espacios de sociabilidad al que las mujeres acudían para lavar las prendas de ropa de toda la familia. Era un momento en el que además de realizarse una tarea vinculada al ámbito doméstico, propiciaba las relaciones sociales entre las propias vecinas.

Hoy solamente algunas vecinas conocen la técnica de elaboración del jabón y cada vez es más difícil encontrar jabón elaborado artesanalmente en esta zona.

El primer paso para la elaboración del jabón de sosa es el orden para mezclar los ingredientes.
Los ingredientes principales son el agua, el aceite alimentario usado, la sosa y la harina (500 gr.).  Otros ingredientes que se le han incorporado más recientemente son otra serie de detergentes que se obtienen en los comercios como la lejía, el jabón de Marsella, el azulete que se utiliza para dar blancor a la ropa y polvos de lavadora. 

En primer lugar se mezcla el agua y la sosa, lentamente. Se incorpora el aceite y se va removiendo. A estos ingredientes se les incorpora el resto y se sigue el mismo proceso hasta obtener una masa. Si la masa no está lo suficientemente espesa se le añade más harina para que espese. 
Este procedimiento se realiza en una cubeta apoyada en el suelo y la mezcla de ingredientes se remueve con un palo de madera largo, para prevenir posibles accidentes, ya que la mezcla de la sosa con el agua puede provocar quemaduras. 

Una vez estén bien mezclados todos los ingredientes de jabón, el contenido del cubo se vierte en un recipiente y se deja en este sobre unas veinte horas dependiendo de que aumente su solidificación. Cortado Una vez la masa esta sólida, se corta en pequeños trozos para su posterior uso para lavar las prendas de ropa. El jabón tiene bastante duración en el tiempo, por lo que su fabricación se hacía de cuando en cuando.

La Tamborá

Las canciones de la "tamborá" se cantaban de puerta en puerta. Esta tradición consistía en salir por la calles con un bombo forrado de piel de cabra, conocido popularmente como "tambora", que era el instrumento que marcaba el ritmo, más otros instrumentos propios de la época: la botella de anís, la pandereta, la zambomba, los crótalos, etc.

Respecto a la indumentaria los hombres visten un pantalón bombacho de color negro, chaleco negro, camisa blanca, fajín rojo y pañuelo al cuello rojo, sombrero negro y alpargatas típicas de la comarca. Y las mujeres visten camisa blanca, falda roja ribeteada en negro, delantal bordado y alpargatas típicas. 

Las letras de las canciones tienen como tema central las ánimas benditas y la felicitación de las fiestas. Algunas de las letras dicen así:

Tenga usted felices pascuas
con contento y alegría
como la tuvo José 
en el portal con María.

Tenga usted felices pascuas
con alegría y contento
como lo tuvo José 
el día del nacimiento.

Cuando nació el niño hermoso
el campo se iluminó
ángeles al día vinieron
la Gloria se presentó.

A las Ánimas Benditas
no les cerréis la puerta
que diciendo que perdonen
ellas se van muy contentas.

A las Ánimas Benditas 
en la puerta las tenéis
que vienen necesitadas
a que limosna les deis. 

A las Ánimas Benditas 
limosa les habéis de dar
que son unas pobrecitas 
y no lo pueden ganar.

A las Ánimas Benditas
dale limosna con celo
porque nos han de librar
de las penas del infierno.

Esta limosa que dais
para las Ánimas son
para nosotros no es nada
de balde trabajo yo.

Si  a tu padre y madre vieres
en vivas llamas arder
y en tu culo un avispero
¿Dónde acudirías más bien?.

De aguilando un real
con tres libras de tocino
y cuatro de longaniza
y media arroba de vino.

Los hombres visten un pantalón bombacho de color negro, chaleco negro, camisa blanca, fajín rojo y pañuelo al cuello rojo, sombrero negro y alpargatas típicas de la comarca. Y las mujeres visten camisa blanca, falda roja ribeteada en negro, delantal bordado y alpargatas típicas. 


Son diversos los instrumentos protagonistas de la fiesta : La tambora, los crótalos, panderetas, zambomba, flauta dulce, clarinete, trombón y saxofón. 


Fiesta de las Migas

Algunas poblaciones de la provincia de Almería que celebran las fiestas en honor a San Sebastián mantienen entre sus actos festivos el tradicional reparto de roscos bendecidos entre los asistentes. En la localidad de Gádor esta tradición se transformó peculiarmente: el desplazamiento al campo para la celebración de la Fiesta de las Migas en el paraje de la Zorracana se formuló como una nueva ruptura con lo cotidiano aprovechando la festividad religiosa.
Este tradicional comensalismo, que cuenta aproximadamente con una década de celebración, tuvo su origen en unas migas comunales organizadas por el ayuntamiento. Sin embargo los propios vecinos y el mismo ayuntamiento tomaron la iniciativa de que cada año los grupos de vecinos y familiares elaboraran sus propias migas en su sartén con la harina que el ayuntamiento les facilitase.
La mañana del domingo de las Fiestas de San Sebastián varios trabajadores del ayuntamiento llegan al lugar del evento cargados con paquetes de sémola de harina. Frente a la plaza antigua de toros de Gádor colocan una pequeña barra para repartir la harina entre todos los asistentes. Varios grupos de familiares y amigos se van acercando al paraje de la Zorracana también conocido como Mirador del Andarax, otros recogen la madera que el ayuntamiento facilita  y coloca en el centro del paraje,  y  algunos bajan hacia la plaza de toros para recoger la harina.
Normalmente son los hombres los que preparan la hoguera en la que se elaborarán las migas, mientras que las mujeres las cocinarán. Las mujeres que anteriormente han preparado los utensilios necesarios para la elaboración de las migas van sacando para su consumo algunos de los platos que previamente han elaborado en sus hogares. 
Las migas comienzan a elaborarse en torno a las 13:00 h., una vez estén listas las ascuas. En un perol se echa el aceite y una vez  caliente, se agrega un litro de agua por un kilo de sémola de trigo. Con una espátula se va removiendo el contenido hasta que las migas "queden sueltas". También se suele freír tocineta, chorizo y pimientos verdes para acompañar las migas.
Una vez se han elaborado las migas, todos los miembros se sientan a la mesa para comer. Aunque también es tradicional que mientras se van elaborando las migas se degusten los platos que se han preparado previamente.
La idiosincrasia de la Fiesta de las Migas en Gádor reside en su carácter comunal, traduciéndose en la participación de los vecinos del pueblo que se estructuran en distintos núcleos o reuniones en las cuales, la mesa, se manifiesta como el eje vertebrador. Las relaciones sociales se fomentan con el intercambio de invitaciones entre distintos grupos que a su vez mantienen algún vínculo. 
Hoy día el consumo de migas, asociado antiguamente a una economía de subsistencia, se integra en muchos acontecimientos festivos. La revalorización del pasado gastronómico se presenta ahora en la identidad colectiva como la añoranza de la cocina del pasado, en la que todo se cocinaba a "fuego lento" y los alimentos eran de gran calidad.

Los Humarrachos

En la localidad de Berja, el 31 de marzo, víspera de la onomástica de San Tesifón, se celebra en su honor la fiesta conocida como "Los humarrachos". Se trata de una celebración en la que los vecinos de los distintos barrios del municipio elaboran sus propias hogueras con motivo de una antigua ofrenda que se realizó hacia San Tesifón, obispo que residió en la diócesis de Vergi (Berja),  en la barriada de Castala. 

La leyenda cuenta que con motivo de una plaga de grajos que azotaba a la población en 1596, se decidió realizar una ofrenda a San Tesifón, de tal manera que decidieron rezar un rosario y ayunar la víspera de la fiesta. La ofrenda produjo la desaparición de tal plaga y los vecinos de Berja a modo de agradecimiento decidieron prender hogueras anualmente en la víspera de San Tesifón.

Tradicionalmente, son los propios vecinos de los barrios o anejos del municipio de Berja los que elaboran su propio humarracho.  Para la preparación de las hogueras hay que reunir ramas y rastrojos del campo de los alrededores  y acumularlos  en una pila. Habitualmente, son los hombres  los que llevan a cabo dicha labor y las mujeres se encargan del acopio de mesas para la colocación de los distintos alimentos que tradicionalmente se consumen durante la noche. En los últimos años el ayuntamiento participa activamente en la fiesta, elaborando una lista de participantes para establecer una hoja de ruta de hogueras y  también regalarles habas frescas, vino y tocino, que son los productos emblemáticos de la celebración.

El encendido de los humarrachos se inicia conforme va atardeciendo, ya que no existe un horario exacto que estipule en qué momento deben de ser encendidos. Normalmente algunos hombres o jóvenes se encargan de prender la hoguera que estará probablemente ardiendo durante gran parte de la noche. La expectación y júbilo entre los participantes se hace notar conforme la hoguera va aumentado su fulgor. Junto a los humarrachos se colocan varias mesas en las que se ofrece a los asistentes habas frescas, tocino y frutos secos, todo ello regado con vino del lugar.  

Jueves Lardero

El Jueves Lardero se celebra en la localidad de Gádor el jueves anterior al miércoles de ceniza. Este ritual festivo consiste en una jornada gastronómica campestre y de convivencia entre familiares y amigos, en donde el "hornazo"  se convierte en el alimento más emblemático de esta celebración. También en otros pueblos de la comarca del Bajo Andarax tiene lugar este ritual festivo, aunque con algunas diferencias entre ellos:  en Gádor o Benahadux es tradicional consumir el hornazo, mientras que en otros pueblos esta práctica ha desaparecido.

El significado del adjetivo lardero, proviene de la palabra lardo (grasa de animal) algo que se relacionaba directamente con el abuso del consumo de carne que se hacía durante esta festividad y que supondría una despedida de excesos culinarios ante la llegada de la Cuaresma, con su ayunos y abstinencias.


El Paraje natural de las Chimeneícas o Rambla Herrerías es el espacio donde se celebra el Jueves Lardero por los gadorenses. Se trata pues de un lugar singular de inigualable belleza natural al cual se puede acceder por diferentes vías desde la localidad de Gádor. La tradición era ir caminando a través de la rambla hasta llegar a dicho paraje. Antaño, el Jueves Lardero se celebraba también en el ¿Cruce de Alhama¿. Este era el lugar donde solían acudir los más jóvenes para poder entablar relaciones con las mozas. Las cuadrillas de la zona solían interpretar sus piezas para animar la fiesta, mientras que los mozos aprovechaban para sacar a bailar a las chicas que les gustaban.

Paraje de las Chimeneicas. 
Algunos pueblos almerienses donde también se celebra el Jueves Lardero son: Benahadux (La Partala), Pechina (Las Moreras), Rioja (Los Algarroberos), Gádor (Las Chimeneicas), Santa Fe de Mondújar (Cerro Picacho), Alhabia (Pozo Mandallo).

Los preparativos para este día se centran en la elaboración de los alimentos y preparación de los útiles y mobiliario necesarios. Las mujeres son normalmente las encargadas de preparar toda la comida, mientras que los hombres se encargan de preparar las mesas y otros muebles necesarios para pasar cómodamente la jornada. El día y la noche anterior a la fiesta, en las panaderías locales se trabaja intensamente para la elaboración de todos los hornazos que los vecinos han encargado previamente para consumirlos a lo largo del Jueves Lardero.

Hornazos, un bollo de pan de aceite con un huevo duro colocado en el centro del mismo. Y tal y como marca la tradición, el día exige que las familias porten tantos bollos como familiares y amigos vayan juntos a la fiesta. 

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