Enclavado en una finca de cultivo tradicional de cítricos del río Andarax, a corta distancia del núcleo de Gádor. Actualmente la producción agrícola del cortijo no se puede comparar con la que tuvo en otros tiempos, al haberse segregado la finca varias veces.
De una sola planta y con cubierta plana, tiene vivienda separada para el propietario y el labrador, conservando el horno de pan, corral, una cuadra de caballería y otra de bueyes, el aljibe y una era empedrada, así como un macizo de palmeras centenarias. La existencia de la era pone de manifiesto su antigüedad, al proceder de la época de cultivo de cereales, muy anterior al de la uva y el naranjo.
En cuanto a la edificación central del cortijo, no contiene ningún elemento decorativo significativo.
En la pasada década de los 50, se realizaron reformas en el cortijo con el fin de adecuar la zona de los propietarios para residencia del labrador y su familia. Se sustituyó la cubierta de la vivienda formada por rollizos de troncos de palmera por otras de viga de cemento y se tiró el tabique que formaba el zaguán para conseguir una habitación más espaciosa a la que se accedía directamente por la puerta de entrada.
Fuente: Guía Digital