martes, 14 de marzo de 2023

Iglesia de Huebro

A principio del siglo XVI, en mayo de 1505, cuando se decide qué parroquias han de erigirse en el Obispado de Almería, a la población de Huebro se le asignó la parroquia de Santa María de Níjar, permaneciendo así durante medio siglo hasta que el obispo Antonio Corrionero Babilafuente dispuso que Huebro tuviera su propia parroquia. El escudo episcopal del Obispo Corrionero presidió y preside la portada principal de esta pequeña iglesia de cajón de tres tramos y de estilo mudéjar que casi una vez terminada su construcción fue olvidada y sumida en el abandono tras las sublevaciones y expulsiones de los moriscos con el consiguiente despoblamiento de Huebro. Durante mas de un siglo se produce el silencio, el vacío escrito, nada nos habla sobre los asentamientos en la zona. A finales del siglo XVII, en el correr del año 1690 se tiene noticia de que el pastor Sebastián de Parra, natural de Dalias, trajo hasta Huebro la imagen de la Virgen del Rosario, diciendo que la encontró en los montes de los alrededores mientras guardaba su rebaño. Los vecinos la llevaron al templo y la vistieron del Rosario. Durante muchos años se la conoció con el nombre de la Virgen de Parra y dando origen a más de una leyenda. Con el reinado de Carlos III, que tanto alegro y benefició a los vecinos de Níjar y alrededores, en el año 1773 se restauró la Iglesia de Huebro aunque seguía servida por el clero de Níjar, hasta que, con el pontificado de Fray Anselmo Rodriguez (1780-1798), se produjo su segregación. En esa misma época, en 1787, el arquiteco del Obispado Juan Antonio Munar dirigió las obras de ampliación de la cabecera del templo, del bautisterio y el campanario. 













 Al comenzar la Guerra Civil del 36, y teniendo conocimiento de la quema de imágenes en algunas poblaciones, los vecinos de Huebro, José Sánchez Llamas y su padre, sacaron la imagen de la iglesia y la enterraron en un lugar desconocido para evitar que esta fuera pasto de las llamas. Fueron delatados, y bajo presiones y amenazas sobre su familia, tuvieron que revelar el lugar donde la habían enterrado, finalmente fue quemada. La imagen actual se adquirió después de finalizada la contienda. En los años 80, la iglesia, perdió su artesonado mudéjar, debido a la falta de mantenimiento por partedel clero, y al desconocimiento de los vecinos, que en su afán por terminar con las goteras y el ataque de la carcoma, sustituyeron por placas de Uralita, una verdadera obra de arte. La última restauración se ha terminado en el año que nos toca vivir y que se escriben estas líneas, 2011 y podemos decir que esta Iglesia continua siendo exponente de un tipo de iglesias-fortaleza muy características en Almería. Características arquitectónicas Una nave rectangular cubierta a dos vertientes con un tejado de teja, sostenida por contrafuertes exteriores que se corresponden con arcos interiores. A sus pies se levanta la torre fuerte prisma trapezoidal de mampostería, alojando el campanario cuadrangular de ladrillo con arcos de medio punto a cada lado y cubierto por tejado a cuatro aguas de teja sobre armadura de madera. Entre la torre y la nave se adosa la capilla del bautisterio. Al fondo a cabecera se amplía con la sacristía. El interior de la nave, dividido en tramos por cinco arcos fajones sobre pilares con imposta, se cubre con una sencilla armadura de pares de madera. El hastial de la capilla mayor se decora con un gran frontón triangular, apeado sobre pilastras dóricas, que alberga el arco donde se encuentra la imagen de la Virgen del Rosario, patrona de la parroquia. A los pies, se alza una tribuna sobre un alfarje de madera, sustentado por una gran viga sobre sendas zapatas. Bajo el coro, un simple dintel enmarca una puerta, que permite el acceso por los pies del templo. La entrada principal, cerca de la cabecera, se abre al lado izquierdo de la nave, con una escalinata que desemboca en un gran arco de medio punto con impostas, fabricado en sillería, sobre el que campea el escudo episcopal de don Antonio Corrionero. Esta portada hace esquina con la casa parroquial, adosada a esta zona del templo.




Fotos: David Téllez
Fuente: Almeriapedia

viernes, 10 de febrero de 2023

Chimenea de la Fundición de San Ramón

 La Chimenea de la Fundición de San Ramón, también conocida popularmente como el Calvario, fue construida en lo más alto de Garrucha. Data de 1841 y nos habla de un pasado no tan lejano que significó un momento de auge y esplendor económico. Con forma piramidal y 72 pies de altura servía para evacuar los humos de las antiguas fundiciones de plomo; durante este siglo ha sido símbolo del pasado minero de Garrucha y referencia visual para los pescadores de la localidad.

De siempre ha sido un referente para los habitantes de Garrucha y hoy en día se ha habilitado una zona peatonal y un mirador, pues las vistas que ofrece desde lo alto del pueblo son muy singulares.

Fue la primera fundición establecida en Garrucha, construida en 1841 por los propietarios de la mina Observación, del Barranco Jaroso. Posiblemente lleve este nombre por el de uno de los propietarios, Ramón Orozco Gerez insigne personaje liberal de la comarca del siglo XIX. Contó con 15 hornos de calcinación, 7 de manga, 3 de copelación y dos de reverbero, y en ella llegaron a emplearse hasta 250 obreros.

La misión fundiciones era al de separar el metal de plata de el de plomo que luego eran vendidos por separado.

“Observación” había repartido en esos años más de 34 millones de reales entre sus trece acciones, Tras una década de actividad, cada una de las acciones de “Observación” se había repartido más de 2,7 millones de reales, a los que habría que descontar sólo un 8% de gastos de explotación. Se trataba, sin duda, de uno de los mayores negocios de la España del siglo XIX.

En 1848, tras diversas vicisitudes y cambios de propiedad, dejó de fundir minerales de Sierra Garrucha2_08Almagrera, para dedicarse algunos años más tarde al beneficio mediante un alto horno, el primero instalado en Almería, de los minerales de hierro procedentes de Bédar y la Sierra Cabrera, resultando esta iniciativa un completo fracaso, clausurándose por ello todas sus instalaciones en 1864.

En la actualidad únicamente se conserva su gran chimenea y algún pequeño tramo de la galería de humos. Estos restos se encuentran en pleno casco urbano de Garrucha, sobre el montículo en el que se asienta parte de la ciudad, recientemente urbanizado a modo de parque-monumento.

La fundición San Ramón forma parte del conjunto patrimonial de industrias de transformación de mineral de plomo situadas en las estribaciones de la Sierra Almagrera hacia el mar denominado para su estudio y protección como «Fábricas de fundición del Levante Almeriense»









Fuente: qhm.es
Fotos: David Téllez

Monumento Donantes de Sangre (Garrucha)

Garrucha luce ya un nuevo monumento, frente al Centro Cultural de la localidad, a través del que se reconoce a los donantes de sangre y al colectivo que fomenta, colabora y promueve las campañas para la donación. El monolito que representa dos manos sosteniendo una gota 'de vida', se inauguró el pasado 29 de diciembre dentro de la celebración del XV Día Provincial del Donante de Sangre que organiza anualmente en un pueblo distinto de la provincia la Asociación de Donantes de Sangre, Tejidos y Órganos de Almería. 





El Ayuntamiento de Garrucha

En reconocimiento a los Donantes de Sangre y Órganos por dar vida a los enfermos y ser ejemplo de generosidad.

Siendo el Alcalde

D. Juan Francisco Fernández Martínez Garrucha 29 de Diciembre 2013


Fotos: David Téllez

Monolito (Garrucha)

BIENVENIDOS A GARRUCHA PUEBLO HERMANADO CON LA VILLA FRANCESA DE TENCE (HAUTE-LOIRE)  9 NOVIEMBRE 2003.





Fotos: David Téllez


Monumento Virgen del Carmen (Garrucha)

El monumento a la Virgen del Carmen, patrona del municipio garruchero, tendrá un acceso acorde al emplazamiento donde está ubicado. Y es que, la escultura de mármol blanco de Macael es uno de los grandes reclamos turísticos del municipio, situada al extremo de la playa del Pósito, junto a la Lonja y que «representa la protección y el honor de los pescadores que faenan a diario», tal y como indican fuentes municipales.





Fotos: David Téllez


Antonio Cano Cervantes

(Garrucha, 1875 - Almería, Sin datos). Poeta.

      De origen humilde, la situación de ceguera de nacimiento le lleva al cultivo de la música y la poesía popular, casi la única orientación y forma de vida para los invidentes en esta época. Pronto destacó como buen instrumentista de guitarra, alcanzando cierta cultura literaria al escuchar la lectura de obras clásicas o de poetas recientes. Ésta sería la base de su sencilla obra poética, compuesta en principio de memoria, y dictada después a las personas de su confianza. Así nació Cantos de mi pueblo, versos transcritos tal y como Cano los dictó. Los presentó en Madrid a Antonio Zozaya, un influyente literato empeñado en poner su pluma siempre al servicio de los humildes, por cuya iniciativa se editó en 1909. El ciego de Garrucha vio así cumplida la ilusión de imprimir sus primeros versos.

     Poco después, en 1912, publicó en Orán el libro Muestras de mi estilo. Allí emigró, posiblemente, por necesidades de su familia. En ese mismo año leyó, también en Orán, un poema titulado Por España, dedicado a las víctimas de la guerra de África. En este punto se pierde el rastro de su vida, desconociéndose dónde y cuándo murió. Cano Cervantes es considerado el primer poeta dialectal de Almería, puesto que en su obra utilizaba el habla almeriense de la comarca del Bajo Almanzora a principios del siglo XX, aplicada a temas sacados con asombroso realismo del ambiente de un área rural de la provincia de Almería.







Fuente: Dipalme
Fotos: David Téllez


Monumento al Pescador (Garrucha)

 Fue erigido el 13 de Abril de 1991 en honor a los pescadores y hombres de la mar fundadores de Garrucha. Está ubicado en el paseo marítimo, frente al puerto. La escultura, cincelada en mármol blanco por la artista María de los Ángeles Lázaro Guil, representa a dos esforzados marineros manejando las artes de pesca y el pescado capturado. Representa sin duda las formas de vida de Garrucha, un pueblo en el que la pesca es la protagonista.








Fotos: David Téllez


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