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miércoles, 19 de febrero de 2020

Las Tahas Alpujarreñas

Taha es una palabra de origen árabe que se utilizó en el reino nazarí de Granada, para denominar a los distritos administrativos en que se había dividido el reino. En La Alpujarra se mantuvieron como demarcación hasta muy avanzada la época cristiana.

Historia

En los primeros tiempos de la colonización musulmana, los poblados se establecieron en torno a castillos, denominados ḥiṣn (ḥuṣūn, en plural), que actuaban como centros organizativos y defensores de un cierto ámbito territorial, denominado ŷuz’ (aŷzā’, en plural).​ Esta estructura administrativa se mantuvo invariable hasta el siglo X, cuando los distritos se modificaron, aumentando mucho su tamaño, denominándose aqālīm (iqlīm, en singular).

La administración nazarí recogió la estructura de los aŷzā’ casi sin variación, creando la nueva configuración en tahas. Cada taha agrupaba un número indeterminado de alquerías y estaba basada en la propia estructura física del territorio. Cada una de ellas tenía su capital, normalmente en el núcleo que se había consolidado alrededor o cerca del ḥiṣn original.

Las Tahas de la Alpujarra

Tahas de La Alpujarra en el Reino de Granada en el momento de la conquista castellana.

Según los datos recogidos por los historiadores, La Alpujarra estaba dividida en 14 tahas, enumeradas a continuación de occidente a oriente​ con las alquerías que las integraban a finales del siglo XV​

Órgiva: Orgiva, Benizalte, Sortes, Benisiete, Pago, Cáñar, El Fex, Bayacas, Carataunas, Soportújar, Barjas y Tíjola. La capital en Albacete de Órgiva, junto al Castillejo de Órjiva, situado en el margen contrario al río respecto de la actual ubicación de la ciudad de Órgiva.

Poqueira: Panpaneira, Beniodmin, Bubión, Alguazta y Capileira. Capital en Bubión y cuya fortaleza era el Castillejo del Poqueira, del que aún quedan restos en el puerto entre Bubión y Pitres.

Ferreyra: Capilerilla, Aylacar, Pitres, Mecina, Fondales, Ferreirola, Atalbéitar, Pórtugos y Busquístar. Tenía su torre defensiva en el paraje conocido hoy como Mezquita de Busquístar y la capital en Pitres.

Suḥayl, llamada anteriormente Barŷīs, con capital en Lújar. La fortaleza estaba situada relativamente lejos de este núcleo, en el poblado de Alcázar.

Jubiles: Notáez, Cástaras, Nieles, Lobras, Jubiles, Tímar, Trevélez, Albayar, El Portel, Cádiar, Narila, Bérchules, Mecina Bombarón, Golco, Yátor, Yegen, Válor y despoblado altomedieval de Narila. Era la más extensa y poderosa de la tahas, con cinco fortalezas, la principal de las cuales era el Fuerte de Juviles. Se formó por la agregación de cinco aŷzā’ anteriores (Qāšturiš, Šubīliš, Burŷīl, Gutquḥ y Wadī Banī Umayya), cada uno con su castillo, aunque para Qāšturiš (Cástaras) y Wadī Banī Umayya (posiblemente Yegen) no se han identificado. La capital se fijó en Cádiar.4​

Cehel, con capital en Albuñol, cerca de la costa mediterránea, quedando su única fortaleza (Castillo de Juliana) muy al norte, en la zona de Murtas.

Ugíjar: Nechite, Mecina Alfahar, Turrillas, Ugíjar, Ynqueyra, Darrícal, Lucainena, Cherín, Vnqueyar, Picena, Laroles, Júbar, Mairena y Carchelina. Correspondía al antiguo ŷuz’ Aškarayātīš, cuya capital era el pueblo de Ugíjar y su fortaleza el cercano Castillo de Escariantes.

Andarax: Bayárcal, Yniça, Paterna, Guarros, Alcolea, Laujar, El Hiçan, El Camaçen, Cobda (hoy Fuente Victoria), Benecid y Fondón. Con capital en Laujar de Andarax, poseía dos fortalezas, cabezas en sus tiempos de otros tantos aŷzā’: el Castillejo de Paterna y el Castillo de Laujar.

Los musulmanes otorgarán un sello propio a esta tierra, denominándola "Andaraj", la era de la vida, convirtiéndola en capital de la taha de Andarax, una división administrativa de época nazarí que agrupaba una serie de alquerías o barriadas dispersas en el territorio del Alto Andarax y que integraba los actuales municipios de Fondón, Bayarcal, Paterna del Río y Alcolea. La base económica era la agricultura intensiva de regadío y la seda como industria de lujo para la exportación a través del puerto de Almería.

Laujar de Andarax fue el paraíso elegido por reyes como lugar de retiro, residencia o exilio. No es un hecho casual que llegaran hasta Laujar de Andarax, sino algo premeditado. El Zagal, último emir de Almería vivió en la alcazaba de Laujar, convertida de facto en villa y corte nazarí. Tras la conquista de Granada en 1492, el último rey moro de la península Ibérica se retiró de la vida política y su destino fue Laujar de Andarax. La intención de Boabdil era vivir en este enclave hasta el final de sus días, pero los Reyes Católicos decidieron alejarlo de esta zona peligrosa para sus intereses y se marchó a África. Antes de zarpar, aparte de dejar la tierra de sus antepasados, dejó algo muy importante, a su esposa Morayma, última sultana de Granada que falleció en Laujar de Andarax, como si hubiese decidido vivir aquí eternamente.


Barŷa, cuya capital era Berja, que ya lo era del antiguo ŷuz’.


Lúchar: Beires, Almócita, Padules, Bulinaba, Canjayar, Nieles, Ohanes, Alcora y Bogorayar . Se formó con la unificación de los aŷzā’ de Beires y Canjáyar, con capital en esta última.


Dilāya, con capital en Ambroz de Dalías, junto al Castillo del Algízar, en la actual Dalías.


Alboloduy: Santacruz, Rochuelos, Bilinbin y Alboloduy. Escindida del antiguo ŷuz’ de Marshana estaba al abrigo de su castillejo de Alboloduy.


Marchena: Rágol, Instinción, Illar, Bentarique, Huécija, Marchena, Alhama, Terque, Alhabia y Alsodux. Estaba integrada por el resto del ŷuz’ dividido, con capital en Huécija y defensa en la Alcazaba de Marchena.


Almexixar, en el extremo oriental, ocupando todo el valle inferior del río Andarax hasta su desembocadura en el mar, con capital en Felix, en la Sierra de Gádor, al pie de su castillejo. El nombre de esta taha, al igual que el del ŷuz’ que la antecedió (Šant Aflīŷ), plantean aún dudas entre los estudiosos.




LA TAHA ALPUJARREÑA DE ALMEXIXAR


Determinados investigadores cuestionaron en tiempos pasados si Felix y los lugares colindantes de Enix y Vícar formaban parte de la Alpujarra o de algún modo les excluía de aquel enclave territorial su situación geográfica extrema e incluso el propio estilo urbanístico de estos pueblos, más afín con la vivienda típica del litoral mediterráneo.

Ciertamente, la extensión y complejidad de la comarca alpujarreña, tierra indómita y levantisca según la tradición, presenta signos diferenciales entre los pueblos y elementos que la integran. No sorprende, por lo mismo, que ciertos modos y costumbres conservados en los lugares más próximos a las cumbres de Sierra Nevada se atemperen y modifiquen en Felix, donde el clima de la vertiente soleada de la sierra de Gádor, la cercanía de la costa y la permanente luminosidad dejan en nuestro entorno su especial impronta.

La propia estructura y aspecto de la vivienda popular es diversa a lo largo del complicado territorio alpujarreño. Las casas de los lugares clasificados como Alta Alpujarra, de recio tapial y mampuesto escasamente enlucido al exterior, se rematan en aleros de tosca pizarra como cornisa protectora contra las frecuentes celliscas y aguaceros; igualmente los sombríos zaguanes, los “tinaos” y las solanas sobre la vivienda son elementos necesarios para resguardo en las duras jornadas de frío invernal.

Como elemental contraste, el aspecto general de la vivienda en Felix y en los pueblos comarcanos asentados en la caída oriental de la sierra de Gádor, presenta un enlucido externo bien cuidado, sobre el que campea la cal de forma casi obsesiva, lo que confiere al conjunto una compacta blancura realzada por la luminosidad del medio.

Un conocido trabajo del profesor Gil Albarracín (Colección Nuestra Andalucía) destaca los núcleos de Felix y Níjar como los pueblos almerienses donde la vivienda popular “presenta la solución más asociada a los pueblos mediterráneos del norte africano”. Otros advierten su semejanza con algunos pueblecitos radiantes del sur de Italia, siendo comparado en otras ocasiones con los caseríos ribereños de las islas griegas. Tales parecidos se pusieron de manifiesto durante el auge almeriense como “tierra de cine”, cuando algunas importantes productoras americanas o inglesas utilizaban ocasionalmente las calles, plazas y rincones típicos de Felix para rodar escenas de ambiente mediterráneo, que después se proyectaban en famosos “films” como auténticos escenarios griegos o sicilianos.

Aunque estos datos son simplemente anecdóticos, evidencian el singular aspecto y carácter felisarios, hecho que en modo alguno excluye a nuestro pueblo del contexto alpujarreño. Probablemente, la escasa información sobre este punto de un historiador del siglo XVI, al que nos referiremos en este mismo capítulo, fuera el origen de un olvido o inadvertencia que sentó base con el tiempo.

El territorio de la Alpujarra adquirió su mayor importancia al constituirse el reino de Granada durante el primer tercio del siglo XIII. Por la accidentada configuración del terreno y dificultades de enlace, los reyes nazaritas estructuraron toda la comarca alpujarreña en pequeñas tahas o jurisdicciones que agrupaban varios lugares vecinos cuya población total no excediera de los dos mil vasallos. Cada taha ejercía su propio control político y administrativo, funciones de las que respondían ante los emisarios de la corona.

La Alpujarra almeriense quedó dividida en siete tahas: BARYA (Berja), DALAYA (Dalías), ANDARAX (Laujar), LUCHAR (Canjáyar), MARCHENA (Huécija), BOLODUC (Alboloduy) y ALMEXIXAR (Felix). Un historiador moderno denomina también a la taha de Almexixar con el nombre de Remepipar, de donde lo han tomado otros investigadores al tratar el mismo tema. El profesor Cabrillana Ciézar, cuya larga experiencia en la interpretación de escritos antiguos le otorga autoridad en esta materia, me indicaba que la falsa traducción de Remepipar debe atribuirse a la confusa grafía en los documentos de época, por lo que atendiendo el consejo prescindiré expresamente del dudoso nombre de Remepipar.

La taha de Almexixar era el distrito alpujarreño más cercano a la capital. La integraban los lugares de Felix, Vícar, Enix, El Marchal de Miralles y más tarde el de Antón López, así como la zona costera desde el Cañarete hasta Punta Entinas. Su capitalidad quedó establecida en Felix, plaza que por su mayor población y raíz histórica era considerada cabecera de comarca. El alguacil mayor del pueblo cuidaba el orden civil del distrito en concurrencia con los alguaciles sufragáneos de los restantes lugares, en tanto que el alfaquí mayor, instalado en la mezquita-aljama de Felix, impartía su autoridad en los servicios religiosos y culturales.

El topónimo de Almexixar, que originariamente daba nombre a la taha comunitaria, debió corresponderse con algún arrabal felisario o una simple “alcaría” cercana al pueblo, incluso una simple cortijada que por disponer de recursos agrícolas y ganaderos para el autoconsumo de un reducido grupo de vecinos estuviera permanentemente habitada. Una somera consideración podría inducirnos a situar aquel remoto núcleo en el sector de Gítar, donde la fertilidad de su vega, con entorno de monte y pastizales, debió de constituir en la época nazarita un perfecto enclave agropecuario. El Libro del Repartimiento de la Ciudad de Almería de 1491 aclara poco en este punto; sólo menciona determinados bienes en el paraje denominado propiamente Almexixar, en la taha de Felix, pero no indica su situación.

Durante el periodo nazarita, como en épocas anteriores de la dominación musulmana, el continuo recelo a invasiones enemigas mantenía el refuerzo de los baluartes costeros, edificando a la vez torres defensivas en puntos estratégicos del interior. Dentro de Felix, sobre el cerrillo del que mana la fuente pública, las autoridades nazaritas ordenaron construir un nuevo castillo, utilizando sin duda el mismo solar que ocupara la fortaleza de Zugayba en el siglo VIII.

Por su actual deterioro sería difícil determinar la estructura original de este segundo castillo árabe, pues sólo quedan en pie restos de muros y algún paramento del torreón principal, al que con el tiempo fueron adosándose corralizas y otras obras de pobre calidad. Se considera que la amplia superficie desplegada a espaldas del castillo -superficie que hoy ocupa el popular barrio del mismo nombre- estuvo reservada en tiempos pasados para servicio de la dotación militar. Este barrio tan entrañablemente felisario debe de ser, por lo mismo, posterior a la ocupación morisca, aunque su fisonomía reproduce como pocas calles del pueblo los rasgos de aquella vieja cultura.

Desde la fundación de Almería, es obvio que la proximidad geográfica entre la ciudad y los lugares de Almexixar propiciaría contactos frecuentes por razones de vecindad y comercio; a veces por necesidad de protección y mutua defensa. Aquella relación intervecinal, abierta y franca, adquirió cierto carácter vinculante cuando Yusuf V, uno de los últimos reyes moros de Granada, decidió caprichosamente incorporar la taha de Almexixar a la jurisdicción de Almería, para entregar la ciudad “más segura y enriquecida”, a su favorito y nuevo gobernador de la misma, Mohamal al-Rayi.

Medio siglo más tarde (1501) los Reyes Católicos, que se habían reservado como bienes realengos todos los lugares de Almexixar, renuevan la anexión de nuestra taha al alfoz de la ciudad en concepto de tierra natural de Almería, sin menoscabo de su carácter realengo. La disposición de Isabel y Fernando, como en su día la de Yusuf V, propendía a que las rentas y cuantos impuestos correspondiesen a la Corona pasaran directamente a los fondos públicos de la ciudad. Esta última adscripción de la taha de Felix quizá fue siempre más testimonial que de estricta observancia, pues los lugares anexionados seguían tratando con relativa autonomía sus propios asuntos y elegían cada año a sus alcaldes, elección que en todo caso siempre era sometida a la aprobación de la alcaldía mayor de Almería. De hecho, Felix y su entorno jamás perdieron su condición de taha, título aún reconocido en tiempo de Felipe II cuando se crea el concejo territorial único de Almexixar, respetando la estructuración político-administrativa de la antigua taha nazarita.

El porqué la taha de Felix a partir del siglo XVI es ignorada a veces entre los historiadores y comentaristas, debe de tener una probable explicación en la obra Rebelión y castigo de los moriscos del Reino de Granada, publicada en 1600 por don Luis del Mármol Carvajal. Cuando este famoso historiador da a luz su mencionada obra, la taha de Felix o de Almexixar formaba jurídicamente parte de Almería, circunstancia por la que sin duda Mármol no la incluye al citar las restantes tahas de la Alpujarra. La obra histórica de este autor fue utilizada durante siglos como principal fuente de información por cuantos investigadores le sucedieron, contagiándose del mismo error u omisión el propio don Pascual Madoz, que sigue en todo las aportaciones de Mármol, y más recientemente un erudito tan estricto como don Julio Caro Baroja, que en su libro Los moriscos del Reino de Granada incide en el mismo olvido.

Como resumen, debemos puntualizar que en la actualidad no se pone en duda la adscripción de Felix y su comarca a la variopinta y dispar Alpujarra, a la que, como apostillaba el padre Tapia “pertenecen nuestros pueblos por disposición de Dios, no de los hombres”.

Página en construcción

martes, 2 de julio de 2019

Castillejo de Canjáyar

En los siglos X y XI y estando ya el Estado islámico constituido, aparecen las primeras noticias sobre la organización territorial de las Alpujarras, dentro de la cual se encuentra Canjáyar. Al-Udri nos informa de una Alpujarra dividida en distritos, ayza (plural de yuz). El yuz era un distrito político administrativo integrado por varias alquerías y un hisn o castillo principal que le daría nombre, siendo al mismo tiempo elemento defensivo de las comunidades rurales y representación del poder central. Dicho geógrafo menciona el yuz de Qansayar.

Su castillo debió de estar situado donde hoy se encuentra la ermita de San Blas, «sobre la plataforma superior del pico que domina el pueblo actual por el oeste, verdadero cerrojo sobre el Valle del Andarax». La posterior construcción de la ermita en el siglo pasado destruyó la casi totalidad de los vestigios. Ha sido estudiado por P. Cressier, que data los restos cerámicos en los siglos XII-XIII.
Estos son los únicos restos que quedan del castillo. 
Poco se sabe de este castillo, citado por varios autores árabes: Al-Udri (S.XI) y Ahmad al-Qastali (S.XIII) aparece como Hisn Qunjayar. Formaba parte de un distrito, amparado por el castillo y que luego formó parte de una entidad mayor o Ta'a (de Lúlar). Fue lugar de la rebelión de los moriscos en el siglo XVI. Tras la invasión árabe en el 711, creemos que la ocupación territorial, al menos en parte de la Alpujarra (coras de Bayyana y Elvira) así parece ser, tuvo como base los lazos étnico-familiares, hecho que además del económico (rentas) tendrá un gran peso en las capitulaciones de la guerra de Granada no sólo entre algunos notables árabes (el caso de Cidi Yahya), sino del propio sultán Boabdil, eligiendo a la hora de ser compensados con tierras, entre otras, aquellas que habían pertenecido a sus antepasados.

El territorio se organizó en torno al sistema defensivo jerarquizado (alcazabas, castillos y fortificaciones). A partir del siglo XI el poblamiento se organiza en torno a un hisn, que además de representar un papel defensivo ostentaban el poder central de la comarca y daría nombre a la misma (yuz). La división nazarí en tahas vino a sustituir a la anterior en aqâlim. Existe una cierta relación entre el yuz y la taha y ambos generalmente ocupan un espacio con cierta homogeneidad en el territorio y perdurarán en el tiempo. En la división de la Alpujarra en tahas, una de las cuales, la de lúchar, con cabecera en Canjáyar, se componía de nueve alquerías o lugares: Alcora, Almócita, Autura, Bolinieva, Beires, Bogaraya, Canjáyar, Nieles, Ohanes y Padules.

El castillo árabe de Canjáyar (hisn), del que apenas quedan restos de muros y cerámica de los siglos XII y XIII, se encontraba en la plataforma del Cerro de San Blas y era un verdadero cerrojo sobre el valle del Andarax. Sabemos que la división árabe en distritos se basaba en castillos equidistantes del territorio que dominan y controlan cursos de agua y comunicaciones. Canjáyar con el Andarax y el camino hacia Laujar, el castillo de Beires y el de Marchena jalonarían el sistema defensivo.

En la división del geógrafo árabe daliense al Udri (siglo X), la relación de distritos coincide con el de fortalezas recogidas en su prospección, lo que confirmaría la teoría anterior. En esta relación aparece Canjáyar (Qansayar) entre Andarax (Laujar), Wadi Bami Umayya (desconocida) y Marchena (Terque).
En Canjáyar enseñó Humanidades lbn Aliatin (segunda mitad del siglo XII y primera del XIII). Viajó por España, África y Asia y escribió biografías de celebridades. En su viaje alpujarreño en 1190 el literato murciano al Tuyibi, después de un alto en Ugíjar, llegó a Canjáyar, al lugar que llamó Al-Giran (Las Cuevas), por el Andarax, llegó a Almería. En la segunda mitad del siglo XIII Ahmad al-Qstali, marchó de Guadix a Ohanes tras al- Yuhanisi, natural de Ohanes y fama de santo; recogió varios topónimos de la zona no publicados. Cita el castillo de Canjáyar (Hisn Qanyayar), sitiado por las tropas de Ibn al-Ramini de Almería al declararse los "canjilones" leales al sultán nazarí Muhammad I. La siguiente división es ya de los siglos XIV al XVI es la realizada fundamentalmente en las Alpujarras por la administración nazarí. Canjáyar formaba parte como cabecera, de la taha de Lúchar, integrada por otros ocho lugares: Almócita, Autura, Beires, Bogaraira, Bolinieva, Nieles, Ohanes y Padules, siendo uno de sus gobernadores Amed Abenjarni Alnayar, antepasado de Cidi Yahya Alnayar, nieto de granadinos y ligado por lazos familiares a la comarca de Canjáyar o taha de Lúchar.

Yahya resultó clave en el éxito de las campañas militares y las operaciones diplomáticas para la conquista del reino de Granada: Heredó de sus padres un gran patrimonio en Lúchar, Marchena y Alboloduy, además de Pechina y el Almanzora (550.000 metros. de renta), más sus heredades en Dalias. Reconocidas por los Reyes Católicos por su alianza en la campaña granadina. Añadía Yahya el señorío sobre Félix, Enix y Vícar. Bautizado en secreto por prudencia estratégica, tomó el nombre cristiano de don Pedro de Granada. Tras las revueltas mudéjares en 1500, se le arrebató la Fortaleza de Marchena y el señorío sobre esta taha y la de Lúchar.

Tras la toma de Granada en 1492, se firman las capitulaciones generosas para los vencidos, e incumplidas por ambas partes más tarde. Al propio sultán granadino en los tratados firmados el 25 de noviembre de 1491 se le concedieron para él y sus sucesores 12 de las tahas de la Alpujarra, entre las que estaba Lúchar, cuya cabecera era como sabemos, Canjáyar.


viernes, 11 de enero de 2019

Castillo Cerro de la Cañada

Atalaya tardía medieval, obra de tapial que dominaba la vega de la población y los accesos al interior. Un conjunto de eras de la misma época y situadas en la inmediaciones dieron nombre al cerro. Importante para conocer el sistema defensivo de las tahas alpujarreñas. Actualmente el terreno es un erial.
 
Vista aérea

Vista aérea
Vista aérea
Vista aérea
Cerro de Aljandar , La Janda , Andas o de La Cañada.
Restos de murallas.
El Castillo estaba protegido por un conjunto extenso de murallas .
Los restos conservados muestran una atalaya de 6,7 por 3,44 m de planta y 54 cm de grosor en sus muros.
La torre , rectangular , con dos pisos , ve abrirse una entrada baja al E. y conserva los muros hasta una altura de 2,6 m , estando orientada de Norte a Sur ( 20º - 200º ).
En las proximidades del castillo encontramos dos estructuras circulares  de grandes dimensiones , posiblemente eras de origen medieval.
Era.

sábado, 9 de noviembre de 2019

Castillo El Castillico

Pequeña fortaleza de tipo alpujarreño, muy destruida y alterada por la ocupación urbana del lugar. Los restos se sitúan sobre otros anteriores. Es importante para conocer el sistema defensivo de las tahas alpujarreñas.

martes, 15 de enero de 2019

Portón de Villavieja

La necrópolis musulmana de “Portón de Villavieja”, ubicada en una pequeña elevación del barrio virgitano de Rigualte, al noroeste de la ciudad fortificada de Villavieja, la cual corresponde a la Virgi romana y a la Barŷa musulmana. La intervención arqueológica, que consistió en la excavación de la totalidad conservada de la necrópolis( 120 tumbas, de las que 5 quedaron sin excavar como reserva arqueológica ), estuvo motivada por un proyecto de urbanización y estuvo sometida a las limitaciones de este tipo de intervenciones: tiempo limitado y presupuesto insuficiente. 


La intervención tuvo una duración de 5 meses, desde mediados de junio hasta mediados de noviembre de 2007, consistiendo el equipo en 1 arqueólogo director, un arqueólogo técnico, un arqueólogo especializado en antropología física y cinco peones. También se contó con los servicios de un topógrafo para la ubicación espacial de las estructuras funerarias. El yacimiento estaba cubierto en su mayor parte de una capa de escombros contemporáneos de hasta 50 cm. de potencia, lo que requirió la utilización de medios mecánicos para su retirada. 


Los datos recabados en la intervención corresponden, fundamentalmente, a la fase de campo, conteniendo información acerca de las estructuras funerarias y su distribución espacial, así como los datos antropológicos que se pudieron recabar en el campo, incluyendo, cuando era posible, identificación de sexo, edad y las patologías más evidentes observables en el material óseo. Hay que reseñar que ni la presencia de un antropólogo físico ni el posterior estudio antropológico de laboratorio son obligatorios en una intervención preventiva. El estudio antropológico de laboratorio no se ha podido realizar hasta la fecha debido a que no disponemos del presupuesto necesario. Del mismo modo, tampoco se han podido realizar dataciones de carbono 14, que serían muy útiles para concretar la amplitud cronológica de la necrópolis, que sólo podemos datar por indicios indirectos, como la presencia de clavos y asas de ataúdes en algunas sepulturas, así como, a nivel de hipótesis, a partir de la distribución de sepulturas de distinta orientación y tipología. Por otro lado, se trata de una de las pocas necrópolis musulmanas excavadas en extensión en la provincia de Almería, e incluso en Andalucía.El yacimiento denominado ”Portón de Villavieja”, como adelantábamos más arriba, se encuentra relacionado directamente con la ciudad fortificada ubicada al sureste y conocida por el nombre de “Villavieja”.

Año 2007
Los antiguos pobladores de Villavieja se fueron extendiendo por la vega después de que un terremoto destruyese la antigua ciudad en el siglo V. Tras ser conquistada Berja por los musulmanes, éstos construyeron una Alcazaba aprovechando el antiguo recinto amurallado de época romana, convirtiéndose el territorio en la Berchat musulmana, siendo una de las 12 tahas en que los nuevos ocupantes dividieron la Alpujarra

De esta etapa se conservan unos baños en una finca particular del barrio de Benejí, los cuales han sido gravemente afectados por la construcción de un pozo y la instalación de un contador eléctrico en su interior. A mediados del s. X, Ahmad al Rasí denomina a Berja como “castillo”, que en la clasificación intuitiva seguida parece designar a una población amurallada como otras que existen. Pocos años después se ha transformado en un distrito de la Cora (provincia) de Elvira (antigua ciudad situada en la Vega de Granada), con Loja (Granada), Cubiles, Dalías (que con otros lugares dependía de Berja) y otras poblaciones, al mando de militares (alcaides) de toda confianza unidos por lazos de clientela con los Omeyas. Así pues, para al-Rasí, “castillo” es una sede delegada del gobierno central con una guarnición. Será a partir de mediados del s. XIII cuando se generalice la denominación de ciudad. Al-Idrisí, Ibn Galib, Yakút e Ibn Sa’id utilizarán este término hasta que en último tercio del s. XIII Al-Mallahí hable de una comarca (iqlím, literalmente “clima” o “región”) llamada Busarrat Banu Hassán.

Esta anacrónica denominación en la que se incluyen los castillos de Dalías, Berja y Jubiles, parece referirse a la antigua demarcación en la que los clientes de los omeyas fueron encargados de poner orden y será aún empleada por Ibn Al-Jatib en la 2ª mitad del s. XIVillaviejapudo contar por sí sola con poco más de 3000 personas si aplicamos los módulos teóricos de edificación, aunque ya para el s. XV debió de estar poco poblada a juzgar por las evidencias registradas. Los materiales arqueológicos y el amurallamiento conforman una imagen parcialmente urbana, al menos en gran parte del periodo de ocupación del asentamiento. Zoco, baños, alhóndiga, artesanos, comerciantes, hombres de leyes y “nobles” encontramos a principios del s. XVI repartidos entre las alquerías, a pesar de los cual no se habla de ciudad.

El yacimiento de “Portón de Villavieja” tiene forma irregular y cuenta con una superficie de 2029,5 metros cuadrados, apareciendo las tumbas a unos 25 cm. de la superficie, una vez retirado el estrato de escombros contemporáneos que cubría la mayor parte de la necrópolis. La separación entre las tumbas es variable, y se pueden distinguir varias agrupaciones internas (en concreto hemos distinguido 10, ver planimetría)


Yacimiento a pie de obra.
dentro de las cuales la separación puede consistir en una estrecha pared de roca de unos 20 ó 30 cm. En su interior se hallan las inhumaciones en posición de decúbito lateral derecho sin ajuar (salvo 9 excepciones, que detallaremos más adelante) tal y como establece el rito musulmán.

Se localizaron un número total de 113 individuos en 123 tumbas, de las que 5 tumbas han quedado sin excavar, sin perjuicio de que en un estudio antropológico final se puedan documentar más individuos, tal como se puede constatar en la tumba nº 3, cuyo contenido estaba alterado antes de comenzar la excavación, ya que la tumba era visible en superficie y presumiblemente había sido expoliada. En dicha tumba se han documentado en laboratorio 3 individuos adultos y un fémur de cánido mucho más reciente. Los enterramientos siguen, con algunas variaciones, el ritual islámico canónico, es decir, las tumbas están orientadas NE-SW y los cuerpo están depositados en decúbito lateral derecho, con la cabeza mirando al SE (en dirección a La Meca), exceptuado la tumba 91, que mira al NW. Las tumbas que parecen presentar una orientación más cuidada son las que se integran en las estructuras arquitectónicas correspondientes a las cubas 1 y 2, así como en el conjunto nº 5 (ver planimetría), presentando las tumbas de los restantes conjuntos ligeras variaciones en la orientación. En el trabajo de campo hemos logrado realizar el diagnóstico de edad al 83,2 % de los individuos, agrupando las distintas edades en los siguientes grupos: 5.1.1.-

Diagnóstico de edad:

Edad Indeterminada: 19 individuos (16.8%).
Adultos seniles (más de 60 años): 5 (4.42 %, 2 hombres y 3 mujeres)
Adultos (entre 22 y 60 años): 59 individuos (52.21%)
Preadultos (entre 12 y 22 años): 13 individuos (11.5%)
Infantiles (entre 0 y 12 años):17 individuos (15.04 %)
Patologías:
Desgraciadamente, al no poder realizar debido a insuficiencia presupuestaria un análisis de laboratorio exhaustivo de los restos óseos del portón de Villavieja, debemos limitarnos en este artículo a exponer las patologías observadas en el campo, que se reducen a 17 individuos con 29 indicadores patológicos documentados en campo, los cuales hemos dividido en las siguientes categorías:
Articulares: 15 individuos
Dentales: 3 individuos
Infecciosas: 4 individuos
Tumorales: 1 individuo (c.f.)
Traumas: 2 individuos
Entesopatías: 4 individuos
Malformaciones genéticas: 2 individuos.

A pesar de la exigua muestra, se hace bastante evidente que son las patologías articulares las que predominan, probablemente causadas por esfuerzos físicos considerables en el contexto de procesos de trabajo agrícola o doméstico. Llama la atención que estas patologías se reparten a partes iguales entre hombres y mujeres, indicando que los esfuerzos físicos (en tareas que no tienen por qué ser las mismas) llevaban a un deterioro articular similar en ambos sexos. Otro dato coherente con esta interpretación es la frecuente asociación, aunque no esté reflejada en la tabla, de entesopatías pronunciadas (es decir huellas de inserción muscular indicadoras de un desarrollo importante de los músculos) con las lesiones articulares o artrósicas, repartidas también al 50 % entre hombres y mujeres. Llama la atención la poca incidencia de patologías dentales acusadas, exceptuando algunos individuos, lo que nos está indicando buenas condiciones de alimentación y quizás algún componente genético concreto. También tenemos un caso de posible cáncer de huesos con pérdida de tejido óseo en la rodilla (T-57). Las patologías dentales están probablemente muy infrarrepresentadas, debido a que el análisis antropológico de laboratorio no se ha realizado, pero de forma preliminar se observa una cierta ausencia de caries y la conservación de la mayoría de las piezas dentales hasta la muerte.

Hoy día el yacimiento se encuentra así :

El yacimiento lo enterraron por causas que desconozco, aunque estuvo abierto al público 3 años .
Se pueden apreciar los montículos del yacimiento.
Yacimiento.
Yacimiento.
Yacimiento.


Fotos: David Téllez

viernes, 11 de enero de 2019

Castillo Al-Hizam


Pequeño castillo de tipo alpujarreño, mal conservado por ocupación humana, destrucción intencional y cultivos. Vertebraba la defensa de la jurisdicción desde antiguo y resulta importante para conocer el sistema defensivo de las tahas alpujarreñas.

Castillo antes de su restauración.
Castillo después de su restauración.En sus proximidades se haya la actual ermita de Ntra. Sra. de Aljizar.
Cartel informativo.
Pequeña fortaleza formada por una torre de 2,9 adosada al interior de una muralla con dos recintos, construida de mampostería en su basamento y tapial .





lunes, 12 de octubre de 2020

Torre de la Garita

Quizás la torre de vigilancia más popular entre los habitantes de Dalías, es la torre de La Garita. Desde ella se divisa todo el pueblo y su valle. 
Atalaya tardomedieval, torre de planta cuadrada de la que se conservan dos laterales y el arranque de las esquinas. Se levanta sobre una plataforma de piedras que regulariza la superficie rocosa. Los muros están construidos con piedra trabada con una mezcla de arenas y cal mediante el sistema de encofrado. Las estructuras murarias conservadas se encuentran gravemente dañadas. Dominaba la vega y defendía una alquería próxima. Es importante para conocer el sistema defensivo de las tahas alpujarreñas. Recientemente ha sido objeto de dos estudios. 


















Fotos de: David Téllez

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