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miércoles, 9 de enero de 2019

Pinturas Rupestres Cueva de los Letreros

Cueva de Los Letreros

La Cueva de Los Letreros es uno de los abrigos pintados más importantes del sur peninsular, descubierto en 1861. Sus dimensiones son 25 metros de anchura, por unos 6 de profundidad y una altura que oscila en el área central entre los 8 y 10 metros. Su acceso, aunque escarpado, viene facilitado por la existencia de unas rampas previas y una serie de escaleras en zig-zags que nos acercan al mismo. Sus pinturas se distribuyen en varios paneles, algunos localizados en bloques del suelo, siendo el más importante el panel principal, localizado en la pared izquierda del abrigo.

M. Soria Lerma y M. López Payer dividen para su descripción la zona pintada en cinco grupos, de izquierda a derecha:


Grupo 1.- Queda fuera de la verja, a la izquierda del abrigo presenta antropomorfos naturalistas y esquemáticos, instrumentos, trazos, restos, pintados en marrón oscuro.

Grupo 2.- Es el más numeroso, zoomorfos, cérvidos, cápridos; antropomorfos, algunos con tocado o llevando instrumentos, como el conocido hechicero; naturalistas y esquemáticos, figuras en phi, retículas, figuras triangulares enlazadas, trazos, manchas, restos, en marrón oscuro, claro y rojo.

Grupo 3.- En el centro del abrigo, a la izquierda de un hueco, antropomorfo y cápridos naturalistas, trazos y restos zoomorfos.

Grupo 4.- Antropomorfo y cápridos naturalistas, trazos, restos, en marrón y rojo oscuro.

Grupo 5.- Figuras distribuidas sobre las protuberancias que forman el suelo, muy irregular, triángulos agrupados, figura bitriangular, antropomorfos esquemáticos, manchas, restos, en marrón oscuro.

Según V. del Castillo Aguiló, en cuanto a las fases estilísticas y pictóricas planteadas por H. Breuil (1935), no se pueden aportar conclusiones, excepto en el caso de las superposiciones comprobadas. Esta autora, que describe detalladamente 174 figuras, considera que tanto la estratigrafía cromática como los datos estilísticos sumados al mal estado de conservación de las figuras, que a veces hace prácticamente imposible su distinción, no han proporcionado ningún dato para la determinación de la evolución pictórica del panel, ya que en general la tipología estilística de las figuras es abstracta o tiende a la abstracción y parece que el mural pudo haber sido pintado en un lapso de tiempo breve.

El grupo 1 presenta un estado de conservación muy deficiente. En general, esta problemática puede considerarse generalizada, pero por ejemplo, parte de la roca soporte de algunas figuras del grupo 4 se ha desprendido, se deduce en comparación con los calcos antiguos, y las representaciones del grupo 5 presentan un especialmente destacable mal estado de conservación, las superficies están muy bruñidas.
J. Martínez García (1983), describe pormenorizadamente el estado de conservación de algunas representaciones estilizadas de este abrigo: "la realización del calco ha reflejado el profundo deterioro en que se encuentran las pinturas: rayadas, raspadas, concrecionadas y con graffitis superpuestos repetidamente desde hace ya muchas décadas, hecho que denunciamos y deseamos que las administraciones correspondientes se sensibilicen y pongan empeño en frenar este proceso de degradación".

En la memoria de licenciatura de V. del Castillo Aguiló, inédita, se especifica el estado de conservación de cada figura, y analiza estadísticamente la problemática.
Por último, hacer referencia al deterioro que a pasos agigantados están sufriendo los conjuntos del arte rupestre; un deterioro al que han contribuido, los agentes naturales. Pero esta degradación es mínima si se compara con la que ha supuesto, para tales conjuntos, la acción del hombre, que en el caso de seguir su ritmo terminará privando a la próxima generación de su contemplación. Es inconcebible el caso de la Cueva de los Letreros, por citar algún ejemplo que ofrezca una perspectiva adecuada para juzgar los hechos, en la que se han piqueteado una serie de figuras hasta conseguir su desaparición. Otra cara negativa de la acción humana se puede comprobar en la zona inferior del panel izquierdo de dicho abrigo, lugar en el que se han ido superponiendo, a las representaciones pictóricas, pintadas actuales. Las representaciones esquemáticas de la Cueva de los Letreros están afectadas en su parte inferior por carbonataciones producidas por visitantes incontrolados que humedecen el panel pintado. La parte superior se encuentra en perfecto estado. Se observa el deterioro producido por la instalación de un tejadillo que posteriormente fue arrancado. Se protegió, mediante verja, por iniciativa del Ayuntamiento de Vélez Blanco en 1951, años más tarde se forzó la reja y sigue rota.

Carteles informativos.
 Abrigo.







El Brujo, símbolo de Vélez Blanco.

Abrigo Inferior de Los Letreros

El Abrigo Inferior de Los Letreros se localiza inmediatamente debajo de la Cueva de los Letreros. De dimensiones pequeñas, 8 metros de ancho por 4 de alto y 2 de profundidad, presenta una serie de figuras muy mal conservadas, entre las que destacan dos figuras antropomorfas una en phi y otra con indicación de los brazos y piernas, así como bastantes manchas y restos de otras figuras perdidas.

Ubicación


Fotos: Patrimonio Almeriense

martes, 8 de enero de 2019

Pinturas Rupestres la Mela

Las pinturas rupestres del Abrigo de la Mela pertenecen al grupo del denominado "Arte Esquemático", manifestación posterior al fenómeno del Arte Levantino. Su principal característica es la simplicidad de lo representado, consistiendo las figuras, en su mayor parte, en unas simples líneas entrecruzadas que parecen representar un complejo modo de entender el arte, y por tanto, la cultura. Su origen y cronología siguen siendo objeto de opiniones dispares, aunque de manera genérica se acepta su pertenencia al Neolítico y a la Edad del Cobre .

Abrigo.
Interior del abrigo.
Interior del abrigo.



Zoomorfo.
Sin definir.


Fotos: Patrimonio Almeriense

Pinturas Rupestres Peñón de las Juntas II

Pinturas rupestres descubiertas en 1917. Situadas en zona de erial. Se trata de una pared cubierta por un saliente rocoso. El panel pintado se sitúa a unos 2,7 metros del suelo. Presenta barras, figuras antropomorfas y restos, en color rojo castaño. En el Peñón de la Juntas se localizó un yacimiento arqueológico correspondiente a un poblado datado en el Cobre Pleno - Edad del Bronce.








El conjunto está formado por cuatro barras y seis figuras antropomorfas: una bitriangular, dos ramiformes, dos de brazos en asa y una figura en "X" con eje central .

Fotos :David Téllez 

Pinturas Rupestres Peñón de las Juntas I

Pinturas rupestres descubiertas en 1917. Situadas en zona de erial. Se trata de un abrigo de medianas dimensiones, 4,3 metros de anchura por 3,6 de altura y 1,5 de profundidad. Las pinturas se sitúan en la pared izquierda del abrigo, sobre una superficie plana. Se trata de un conjunto de figuras con tendencias rectangulares y cuadradas que tradicionalmente se han interpretado como representaciones humanas de brazos en asa, en un estadio de evolución esquemática avanzado. Son de color rojo castaño.

En el Peñón de las Juntas se localizó un yacimiento arqueológico correspondiente a un poblado de la edad del Cobre Pleno - Edad del Bronce. La Sierra de los Filabres está catalogada en el Plan Especial de Protección del Medio Físico.

Abrigo Peñón de las Juntas I.



Pinturas Rupestres Piedra del Sestero

Yacimiento con pinturas al aire libre. Para la realización de las pinturas se eligieron zonas planas. El color dominante es el rojo castaño. Ramiforme, puntos y barras. Presentan una deficiente conservación.






1. Ramiforme en posición horizontal.
2. Unos centímetros por encima del ramiforme encontramos un conjunto de puntos y barras.

Pinturas Rupestres Rambla Gérgal


Pinturas Rupestres Friso de Portocarrero

Se trata de un friso orientado hacia el Sur. Las pinturas se distribuyen en dos paneles. Figuras humanas esquemáticas, soliforme, trazos, manchas, restos..., en color rojo vivo - carmín. Es un farallón rocoso de fuerte inclinación, sumido en un proceso de descomposición que paulatinamente va afectando la angulosa pared, cuarteándola en bloques, con el consiguiente peligro para las pinturas rupestres que en ella quedaron plasmadas.
Las representaciones se realizaron sobre una capa de concreción que recubre la superficie, por lo que la mayor parte de las pérdidas, en cuanto a claridad e intensidad, se deben al desconchado de esta fina película expuesta a la acción directa de los agentes erosivos.






Antropomorfos, soliforme y por encima de la representación anterior, encontramos una mancha de pintura, de tono fuerte, a la cual parece rodear por su lateral derecho una línea de tendencia circular.


Fotos :David Téllez 

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