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sábado, 17 de agosto de 2019

Espartería

Hallazgos arqueológicos atestiguan la antigüedad del empleo del esparto en la elaboración de objetos de uso doméstico y en las actividades agrícolas-ganaderas. En Almería la artesanía del esparto refleja las características ecológicas de su entorno, un clima seco y paisajes áridos donde abundan las plantas herbáceas y arbustivas. El esparto pertenece a la familia de las gramíneas, se caracteriza por su perdurabilidad en el terreno y  tiene hojas largas (de unos 60cm de longitud) y finas, enrolladas sobre si, y  espigas (de aproximadamente 30cm de largo) en forma de penacho.



El término de esparto se suele utilizar para nombrar las hojas, mientras que a la planta en general se le denomina atocha o espartera. La maduración de la planta de esparto tiene lugar en primavera, siendo su fruto anual y su cantidad variable según el régimen de las lluvias de invierno y primavera. Durante la primera edad y hasta el tercer año, la planta es muy sensible al frío intenso y las heladas. Al principio el crecimiento es muy lento, aunque pasado el tercer año de vida se acelera, obteniendo esparto útil al quinto; entra en decadencia en torno a los cincuenta años y, más adelante, se degenera.

Hasta bien entrado el siglo XX, esta planta tenía una enorme utilidad, empleándose en la fabricación de utensilios de labranza, trilla, labores del hogar, aperos para animales y cuerdas destinadas a la flota naval y a la pesca. Este artesanal y tradicional aprovechamiento del medio, marcado por su escasa rentabilidad e interés económico, se vio afectado por la Guerra de Secesión Americana (1861- 1865). Este acontecimiento provocó una disminución en la exportación de algodón desde EEUU y la búsqueda de otras alternativas ante la demanda textil europea, como eran las industrias británicas fabricantes de papel. Esta inesperada revalorización del esparto tuvo consecuencias en la vida y en la economía de esta comarca, ya que hasta entonces se había caracterizado por ser una actividad complementaria dentro de la vida cotidiana y nunca una profesión especializada. A partir de ese momento, la puesta en valor de estas tierras áridas e improductivas a nivel agrícola provocó importantes cambios estructurales.  El cultivo intensivo del esparto acarreó privatizaciones de dudosa legalidad de extensos terrenos hasta entonces comunales y una demanda de mano de obra temporal que perjudicó la recolección de otros cultivos como el cereal (que coincidía en el tiempo), provocando con ello la desertización de gran parte de las tierras de cultivos.

El esparto español supera en calidad al de todos los países mediterráneos, ya que contienen un mayor porcentaje de celulosa y su fibra es mucho más fina, sin embargo,  éste fue sustituido con el transcurso  del tiempo por otros materiales como la goma, el plástico o la fibra sintética. Su cultivo se ha convertido en uno de los elementos más representativos del paisaje cultural almeriense. En la actualidad sólo se recolecta en pequeñas cantidades para la elaboración de objetos decorativos.

Tradicionalmente el esparto era recolectado por los braceros que, con la ayuda de un gancho metálico, enrollaban y arrancaban las hojas útiles de esta planta para no dañar con ello el tallo. Esta operación es conveniente realizarla en agosto, antes de las lluvias. El esparto puede ser trabajado inmediatamente después de su recolección, pero, transcurrida aproximadamente una semana, debe ser sumergido en agua durante veinticuatro horas. Este procedimiento llamado de "cocción" es necesario para que el esparto no se fracture al trabajarlo. 

En caso de que se realicen utensilios que requieran mayor resistencia el esparto debe pasar por otro procedimiento. En este caso los manojos de esparto son introducidos en balsas de agua durante un mes; después se procede al "picado" del esparto.
La economía de explotación familiar característica de esta zona se complementaba en el pasado con  la recolección de esparto; este trabajo se alternaba con las tareas agrícolas. Actualmente,  debido a las transformaciones sufridas en la estructura económica-familiar de los habitantes de esta zona, muy afectada por la emigración, y la progresiva llegada de otros materiales, han provocado un desconocimiento general sobre esta artesanía; saber que tan sólo conservan algunas personas mayores de algunas localidades. En Lubrín sólo dos personas continúan actualmente con esta labor. 

Procedimientos Técnicos


Recolección 

La recolección de esta planta es muy dura, a mano, y ha de realizarse cuando se encuentra en estado maduro, lo que hace a la planta apta para los fines a los que se destina, permitiendo el despliegue fácilmente de la atocha.

Para la recolección del esparto los braceros empleaban un gancho metálico que enrollan en la mata y del que tiraban para arrancar las hojas sin dañar el tallo.

Cocción 

Transcurrida una semana desde su recolección, los manojos de esparto han de ser cocidos, así se le llama al procedimiento de humedecer el esparto durante un día para que este no se quiebre cuando se esté trabajando. 

Picado (Técnica) 

Cuando el esparto requiere una mayor resistencia, según los objetos a realizar, éste ha de pasar por un periodo de cocción de un mes a través de su introducción en balsas de agua, para después, una vez seco, ser picado o machacado con  una maza de madera (de carrasca o de encina) sobre una piedra o tronco y, con ello, desprender la parte leñosa de la fibra. 

Tejido a mano

El inicio de cualquier objeto de esparto requiere de una gran habilidad en las manos adquirida tras muchos años de práctica. Una vez escogido el utensilio a realizar, el espartero, escoge la cantidad de manojos que va a trenzar. El procedimiento comienza formando una cruz con manojos de esparto (que puede variar según la pieza a elaborar) que se denomina "cruzar los espartos". Después con mucha destreza introduce una hebra de esparto por un extremo de la cruz, que va entrelazando (a modo de cosido); esta operación hay que repetirla en el otro extremo. Finalizada esta operación, el espartero comienza la pleita, la elaboración de la pieza deseada, que siempre se inicia efectuando el mismo procedimiento y que se corresponde con la base del objeto.





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