Situado en tramo bajo del valle del Andarax, junto al puente de Rioja de la antigua carretera nacional, rodeado de vegetación. Es un conjunto de grandes dimensiones, con un notable componente residencial, asociado a los cultivos de regadío y huerta de la vega inmediata. El área central de la finca y el edificio principal están delimitados por un dilatado muro con pilares y verja de fundición. Desde la carretera, una cancela, en la que se lee la fecha de 1894, que puede servir para datar el conjunto, conduce al núcleo principal, concebido como una lujosa villa residencial y asentado en una plataforma elevada junto al puente, con varios cuerpos de alturas variables y diferentes matices decorativos. Su flanco oriental salva un desnivel considerable sobre la vega, por lo que se apoya sobre un alto muro de piedra en talud. Esta construcción es de planta rectangular, con cubiertas planas, y la fachada orientada a la vega. Su composición evoca una refinada arquitectura ecléctico modernista de raíz urbana, con cadenas de sillares en los esquinazos y una ordenada distribución de vanos de medio punto recercados en blanco sobre los paramentos ocre, huecos que en la planta superior, a los lados, son geminados y triple en el centro, apeando los arcos en columnas toscanas, bajo decoración de guirnaldas de yeso y las coronas de marquesado, y, en el eje, el escudo señorial de los propietarios. Ante la fachada avanza una terraza ajardinada.
En los laterales, el tratamiento de las fachadas es más sencillo, con huecos rectangulares y, en el cuerpo más próximo a la carretera, ventanales de arco rebajado con rejería saliente bajo el blasón de los señores en relieves de yeso.
El conjunto del Cortijo del Marqués de Cadimo fue incluido en el inventario del Patrimonio Arquitectónico de interés histórico artístico elaborado por el Ministerio de Cultura en 1979. Surgió como cabecera de una de las mayores propiedades del término de Benahadux dedicadas a la uva de embarque, en el curso del auge de esta explotación a fines del siglo XIX y principios del XX. De hecho, las plantaciones de parrales del marqués de Cadimo en este municipio estaban consideradas como unas de las más destacadas de Almería. Este propietario, titulado por Felipe V en 1713, se contaba entre los grandes terratenientes de Andalucía Oriental, con posesiones, por ejemplo, en Pegalajar (Jaén) o Cúlllar (Granada).