Curiosa formación geológica en el término municipal de Alboloduy. Esta formación geológica la podemos encontrar cerca del Peñón de la Reina una vez nos adentramos en el Sendero Vereda de Alcozayar. Así que si quieres ver esta formación ya sabes, coge tu mochila y bastones y adéntrate en este maravilloso sendero. ¡ Buen Viaje !
Las chimeneas de las Hadas se encuentran en la Capadocia (Turquía), pero también las encontramos en Almería. Uno de los ejemplos de estas magníficas formaciones geológicas las encontramos en el municipio de Alboloduy pero para ello tendrás que adentrarte en el Sendero Cordel de la Solana, una vez pasas la Rambla de los Yesos. Así que si quieres verla prepara tu mochila y bastones. Buen viaje.
Destaca una soberbia araucaria (Araucaria excelsa), plantada a finales del siglo XIX, que constituye, posiblemente, el ejemplar centenario de mayor porte, en su especie, de la comarca. Las araucarias constituyen un género botánico con origen muy antiguo por lo que son citados en ocasiones como fósiles vivientes, formados por 19 especies diferentes originarias de América del Sur y Oceanía.
Estos árboles, que pueden llegar a alcanzar los 80 metros, son platas de crecimiento lento, por lo que su presencia les dota de un mayor valor, aunque en el caso de este ejemplar se haya podido beneficiar de su ventajosa ubicación en un suelo profundo y suelto provisto de cierta humedad procedente de la circulación subterránea del río. Antiguamente utilizado como mástil para los barcos, se extenderá como ornamental por los jardines y cortijos de las zonas bajas y medias de nuestra comarca durante el siglo XIX, dando un llamativo contraste al paisaje.
Un segundo ejemplar de este género, pero de menor porte, se ubica a unas decenas de metros, junto al lavadero.
Casa de dos plantas, con cubierta de launa, alero de laja, pequeños vanos. Destaca un largo pasadizo bajo la misma, con paredes de mampostería y techo de cañizo en dos niveles. La casa conserva la placa de numeración tradicional. Comunicación histórica de salida de la población en este sector. Es uno de los pocos ejemplos de la construcción compacta tradicional de la alpujarra en el entorno. Es el más antiguo de los que existen en el pueblo y pertenece al modelo de tinao de paso.
Torre ubicada sobre punto prominente, para ser percibida por la mayor parte de la población. De planta cuadrangular con pequeños chaflanes en las esquinas; cornisa con molduras. Plataforma superior rodeada de barandilla de hierro con dibujo, sobre la que se asienta un eje vertical que atraviesa un conjunto de tres campanas superpuestas, de media esfera; el conjunto está coronado por un chapitel metálico, adornado en su base por filigranas y rematado por una bola y veleta de gallo y banderola. El reloj se encuentra ubicado en el lateral sur, bajo el mismo aparece un pequeño balconcillo con barandilla para su mantenimiento.
Se construyó en 1.867, siendo la maquinaria del relojero madrileño Canseco.
Sus campanadas marcan la vida de la población. Edificio para función específica, de naturaleza exclusivamente civil, sin incorporación a ninguna edificación religiosa.
Aljibe de bóveda de medio cañón, de aproximadamente 9 metros de longitud, construido en mampostería, con dos contrafuertes laterales en el acceso y pequeña pileta adosada, también de mampostería, en uno de ellos. Sobre la bóveda, aparecen dos lucernas. En el testero aparece un ventanón de carga a donde llega la acequia que cumplía esta función.
Según inscripción en el frente, se terminó el 11 de septiembre de 1.903
Restos de casas, tumbas y numerosos materiales de época medieval situados en el núcleo urbano de Alboloduy. A finales de 1987, al realizarse los aleros del nuevo edificio del Ayuntamiento, aparecieron los restos de una de las necrópolis. Las sepulturas excavadas se encontraban en su mayor parte intactas con el individuo en su interior en la posición ritual musulmana. En verano de 1988 aparecieron restos de otra necrópolis al noreste del pueblo bajo el Peñón de la Reina al realizar las obras en el polideportivo municipal.
Las Alcubillas Bajas es una aldea abandonada perteneciente al término municipal de Alboloduy. Hay dos núcleos de población separados entre sí aproximadamente 1 Km, Las Alcubillas Altas, que a día de hoy sí tiene población constante, y las Bajas. Para acceder de una a otra se sigue usando hoy en día, como antaño, la Rambla de las Alcubillas de la que luego parte un camino ascendente hacia la derecha que nos deja en el centro del pueblo. Curiosamente, estos dos núcleos hermanos, aunque con los típicos piques entre alúas y grajos, tienen la particularidad de pertenecer a términos municipales distintos, que además dividen Las Alcubillas Altas en dos: La parte situada al este de la rambla pertenece a Gérgal, mientras la parte oeste a Alboloduy. Las Alcubillas Bajas está completamente integrada en este último.
Se tiene constancia por primera vez de Las Alcubillas - sin distinción- en el libro de apeo de Alboloduy (1573) en el que se nombra una pequeñísima población conocida como La Cabaha que coincidiría con el emplazamiento de las Alcubillas Altas. Sin embargo la etimología del nombre del pueblo proviene del árabe ““alkúba”, diminutivo de “alcobba”, que significa “bóveda pequeña” o “bovedilla”, que podría hacer referencia a algún aljibe existente en las inmediaciones, y que la población por tanto podría ser de origen musulmán. En el s. XIX, concretamente en 1860, había más habitantes en las Alcubillas Bajas (44 casas) que en las Altas (29). A finales de este siglo, con la llegada del ferrocarril llegarían también nuevos tiempos de progreso al pueblo, debido a los empleos generados y la mejora de las comunicaciones.
Las Alcubillas Bajas siempre fue un pueblo que vivía de la agricultura y la ganadería, con cultivos de secano como el trigo y la cebada, olivos, una almazara, muchas cabezas de ganado ovino y caprino, e incluso hubo explotaciones de caballos y vacas que gracias al tren disfrutaron de un gran impulso, porque a veces hacía paradas frente a la población para cargar vagones de ganado. Lo que fue un idilio entre los habitantes de Las Alcubillas Bajas y el ferrocarril, se truncó el 15 de noviembre de 1945, cuando uno de los mayores accidentes ferroviarios de la historia de España, despertó trágicamente de aquel sueño (literalmente) a sus habitantes.
Esta aldea fué un paso de caminos donde transitaban las diligencias de Almería a Granada y viceversa.