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PERIÓDICOS DE ALMERÍA

sábado, 12 de enero de 2019

Despoblado de los Millares

El poblado y necrópolis de Los Millares se encuentra sobre la meseta de este mismo nombre, que enforma de espolón queda enmarcada en sus flancos Norte y Este-Sureste por el río Andarax y la rambla de Huéchar, respectivamente.


En la actualidad, se llega al sitio arqueológico a través de la carretera nacional 324 de Córdoba a Almería por Jaén. La carretera divide la zona arqueológica, ya que al otro lado de la misma y sobre las colinas de las estribaciones de la sierra de Gádor, se localizan el conjunto de fortines que completan el sistema defensivo del asentamiento.


El poblado de Los Millares contó con un extraordinario sistema defensivo. Cuenta, al parecer desde el principio, con tres líneas amuralladas.
El aumento de la población lleva a ampliar el recinto con la construcción de una gran muralla exterior. La muralla exterior es la más larga que se conoce de la Europa de la Edad del Cobre. Presenta torres semicirculares o bastiones a intervalos irregulares y dos puertas. Una de ellas, de carácter monumental y estructura compleja, demuestra ser el fruto de una larga evolución y adaptación a las necesidades militares. El sistema constructivo, de mampostería, es similar al de otros yacimientos de la época: dos paramentos de piedras, las más grandes colocadas en la base, rellenas en su interior de guijarros y barro, con lo que las defensas se elevan a cuatro líneas de murallas. Las estructuras defensivas del poblado se completan con un conjunto de fortines, que se sitúan en pequeñas colinas al borde de la Sierra de Gádor y a ambos lados de la rambla de Huéchar.
Según las últimas investigaciones, la primera fase del poblado comienza en torno al 2700 a. C. para abandonarse hacia el 1800 a. C.

La necrópolis consta de casi un centenar de tumbas colectivas, la mayoria de tipo "tholos". Esta necrópolis de los Millares se extiende por la meseta inmediata al poblado, a lo largo de unas 13 hectáreas. Las tumbas muestran una distribución espacial en pequeños grupos, que posiblemente refleja las relaciones sociales y simbólicas existentes en la comunidad.
Pese a la diversidad de morfologías, la mayoría de las sepulturas se caracteriza por constar de una cámara circular, cuyo diámetro oscila entre 3 y 6 metros, construida con mampostería irregular de piedra caliza. La cámara presenta un zócalo de revestimiento interior con lajas de pizarra dispuestas verticalmente (y a veces decoradas con pintura roja) e incluye, en ocasiones, nichos laterales. La cubierta por aproximación de hiladas hacia el interior formando una falsa cúpula y en otras ocasiones con un cierre horizontal plano de madera apoyado en un pilar central. Un corredor de longitud y tramos variables, con cubierta plana, conduce a la cámara desde el exterior, ofreciendo también nichos en algunas tumbas, especialmente en las áreas más cercanas a la cámara. En el acceso exterior y en el acceso a la cámara, así como entre cada uno de los tramos se encuentran lajas de pizarra perforadas en su centro y que funcionan como puertas. Un vestíbulo trapezoidal descubierto suele preceder la entrada del corredor.

Todo el conjunto se encontraba cubierto por un túmulo cónico de tierra y piedras con diversos anillos de mampostería concéntricos que refuerzan su estructura. Un círculo exterior, con losas o mampostería de mayores dimensiones, delimita el perímetro del túmulo adaptándose en el frente delantero de la tumba al vestíbulo que forma una entrada monumental, donde se situaron betilos troncocónicos o cilíndricos que podrían representar a los individuos enterrados. Otros recintos más externos a veces ponen en contacto diferentes tumbas formando áreas parcialmente cerradas.

La mayoría de las sepulturas presentan orientación Este- Sureste ha excepción de dos tumbas del grupo norte abiertas hacia el suroeste.
Estas tumbas eran utilizadas para inhumaciones colectivas y sucesivas siendo el número de inhumados en cada sepultura muy variable, desde una veintena a más de un centenar, razón por la que sólo los cadáveres introducidos en último lugar son encontrados en posición articulada, mientras los restantes, depositados con anterioridad, aparecen desarticulados y arrinconados. Las inhumaciones ocuparon no sólo las cámaras y los nichos, sino también, a medida que estos espacios quedaban ocupados, se utilizaban tramos del corredor.
En los ajuares destacan materiales que reflejan el estatus social de los individuos enterrados.En este sentido, la tumba más interesante es la 40, en el grupo noroccidental, aunque también sea la tumba con el mayor número de individuos, al menos 114, incluye un hacha de metal, ocho punzones, un fragmento de cobre, 85 puntas de flecha y un puñal de sílex, más de 20 ídolos de distinto material y tipología, cerámica simbólica y pintada, elementos de huso y un peine de marfil. 
En el grupo suroccidental destaca la tumba 9 además del ajuar, se recuperaron restos de estuco pintado, un recinto de betilos y un área ceremonial externa. También contenía un número elevado de inhumaciones, 35.

Su descubrimiento tuvo lugar en 1891, a raíz de la construcción del ferrocarril Almería-Linares. Al año siguiente Luis Siret, con la ayuda de su capataz Pedro Flores, inicia las primeras excavaciones y estudios, centrados en la necrópolis. Entre 1953-1957 se realizaron excavaciones arqueológicas bajo la dirección de los profesores Almagro y Arribas, los cuales continuaron los trabajos de la necrópolis e iniciaron los de la muralla exterior. Las investigaciones modernas se inician en 1978, a cargo del Departamento de Prehistoria de la Universidad de Granada.
A través de sucesivas campañas, los objetivos propuestos son los siguientes: estudio secuencial de las líneas de fortificación, excavación sistemática de los sectores urbanos anejos a las fortificaciones, consolidación y restauración de determinadas estructuras, investigación de los fortines, sondeos en puntos concretos de interés y levantamiento topográfico.
Este sitio arqueológico es considerado como el más importante de la Edad del Cobre. El poblado contó con un extraordinario sistema defensivo compuesto de murallas y fortines. La necrópolis consta de un centenar de tumbas colectivas de tipo "Tholoi".

Se pueden distinguir tres fases:


- Primera fase  ( 2700-2400 a. C. ): El poblado contaba con tres líneas amuralladas, se ha constatado la existencia de actividades metalúrgicas propias del Cobre Antiguo.

- Segunda fase ( 2400-1900 a. C. ): El aumento de la población lleva a ampliar el recinto, construyéndose una muralla exterior. El sistema defensivo aumenta a cuatro líneas de murallas, además de diez fortines. Este periodo corresponde al Cobre Pleno.

- Tercera fase ( 1900-1800 a. C. ): Corresponde al Cobre Reciente, el poblado sufre una profunda crisis, se reduce al perímetro de la ciudadela y existe un gran desarrollo de la cerámica campaniforme.

Tumba tipo Tholos sin túmulo.
Tumba tipo Tholos con túmulo.






Los Tholos son un tipo de tumbas colectivas . En su interior cuando las personas morían se introducían en el centro de la tumba apartando hacia los lados los restos del anterior y así sucesivamente.Cuando la tumba se llenaba de esqueletos ,se hacían dos cosas : Se sacaban todos los huesos y se incineraban aprovechando la tumba existente para ir repitiendo el proceso antes descrito  o directamente se procedía a la realización de una  nueva tumba.


 Puerta de Entrada al interior de la tumba.
Túmulo.
Restos de murallas.
Restos de murallas.
Restos de murallas.
Estructuras próximas a la muralla.
Restos de murallas.
 Cabaña excavada al interior de la Línea II de las murallas.
Edificio de planta cuadrada de Los Millares identificado como taller metalúrgico.
Estructuras auxiliares.
Centro de interpretación.
Centro de interpretación.
Detalle de la barbacana en la puerta principal. Muralla exterior I.


Cartel informativo.


Fuente: Guía Digital 
Fotos: David Téllez 

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